Curruca cabecinegra - Sylvia melanocephala (Gmelin, 1789)

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Portada

 

Identificación

 

Estatus de conservación

 

Distribución

 

Hábitat

 

 

Voz

 

 

Movimientos

 

Ecología trófica

 

Biología de la reproducción

 

Interacciones entre especies

 

Comportamiento

 

Bibliografía

 

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Macho adulto. (C) A. Mínguez

 

Identificación

La curruca cabecinegra es una especie muy característica debido a su silueta larga y delgada, pero también a su tamaño y estructura. En conjunto es una curruca mediana, ligeramente más pequeña en el Próximo Oriente. Destaca por la cabeza distintivamente negra en el macho y gris en la hembra, pero los juveniles son fundamentalmente parduscos, si bien la cabeza es más grisácea. La garganta es blancuzca y muy destacada en todos los plumajes. Ostenta alas cortas y redondeadas y cola larga con diseño muy contrastado, de base negruzca y amplias banderolas externas blancas, con las puntas de las rectrices también blancas; este diseño también es similar en todos los plumajes. Patas pardo apagado. Iris pardo rojizo o pardo anaranjado en el adulto, o pardo gris oscuro, pardo oliváceo o pardo pálido en el primer invierno. Anillo orbital de rojo ladrillo brillante en el macho adulto, a pardo rojizo apagado en los otros plumajes.

Masa corporal media, 11,5 g.

 

Voz

El canto podría describirse como un gorjeo musical compuesto por una larga combinación de silbidos, chirridos y parloteos “tr” o similares. A menudo comienza con un silbido en tono alto, seguido por un ruidoso matraqueo que alterna con notas más puras. El canto emitido en vuelo es más prolongado e incluye más silbidos tonales y menos parloteos, por lo que resulta más musical y modulado y menos entrecortado que el canto emitido desde un posadero. En teoría lo emite todo el año, pero es más intenso en plena cría. Los reclamos son tan característicos, que resultan diagnósticos y delatan su presencia; fuera de la época de reproducción son los principales contactos vocales. Los más usuales son un ruidoso y alto matraqueo y un estereotipado traqueteo.

 

Estatus de conservación

Categoría global IUCN (2016): Preocupación Menor LC.

Categoría España IUCN (2002): No Evaluado NE.

En España es especie protegida. Sin problemas de conservación reseñables.

 

Distribución

En época de cría es una especie de distribución eminentemente mediterránea, que incluye también las Canarias y una estrecha franja del Sahara occidental. Por el este alcanza el oeste de Anatolia e Israel y limita con el desierto en Siria y Jordania; por el sur, el norte de África; por el norte, el límite del clima mediterráneo en Europa desde Francia a Bulgaria y por el oeste, la península Ibérica y el noroeste de África. Además, ocupa casi todas las islas del Mediterráneo. En invierno se extiende a gran parte del Sahara, el valle del Nilo en Egipto y el Sahel hasta Mauritania, Senegal y Níger.

Durante la época reproductora en España, y conforme a sus apetencias térmicas, es una especie relativamente común y ampliamente distribuida en la costa mediterránea y en la mitad meridional, si bien falta en amplias zonas de la meseta Sur. En la mitad norte su presencia es puntual en la meseta Norte y en la Cornisa Cantábrica y solo es relativamente frecuente en el oeste y el sur de Galicia, penetrando por el interior hasta El Bierzo. Es muy común en Baleares y más escasa en Canarias, sobre todo en las islas orientales. En invierno su distribución es similar.

 

Hábitat

Su hábitat típico de nidificación en la España peninsular es el matorral mediterráneo frondoso y relativamente alto, así como los carrascales, alcornocales y pinares mediterráneos, siempre que exista abundante sotobosque. Además, es común en otros medios arbustivos y en algunos cultivos como los olivares. En Mallorca y, en general, en todo Baleares, se la encuentra en casi cualquier lugar. En Canarias también manifiesta predilección por las áreas arbustivas. Las preferencias invernales en España coinciden, en gran manera, con las de la época de cría.

En el conjunto de la España peninsular, las mayores densidades obtenidas en el programa SACRE se registraron en pinares (145 aves/km2), matorrales (139 aves/km2), mosaicos agrarios (87 aves/km2), cultivos de frutales (76 aves/km2) y olivares (64 aves/km2).

En invierno, sus densidades más elevadas corresponden a mosaicos agropecuarios (100 aves/km2). También resultan elevadas las densidades obtenidas en matorrales (35-40 aves/km2) y en medios arbolados (20-30 aves/km2), entre los que se incluyen encinares, pinares y cultivos.

 

Movimientos

Es una curruca parcialmente migradora. Las poblaciones insulares y costeras son básicamente sedentarias, pero la proporción de migrantes se incrementa hacia el interior, el norte y, especialmente, el este de Europa, donde las poblaciones septentrionales son totalmente migradoras. La mayoría de los movimientos migratorios son cortos, pero en invierno también se extiende a la práctica totalidad del Sahara y a gran parte del Sahel. La migración postnupcial abarca de finales de agosto a diciembre, con mayor intensidad en el oeste de Europa durante octubre y noviembre. Alcanza sus cuarteles de invierno en Mauritania y Níger ya desde octubre. Regresan a sus áreas de cría desde finales de febrero hasta abril.

En la Península, pero también en Baleares y Canarias, se la considera sedentaria, si bien presenta cierta trashumancia durante el otoño y el invierno. En todo caso, los pasos migratorios son poco notorios y en ellos es difícil deslindar la auténtica migración de los movimientos de la población local. Además, no se han producido recuperaciones que indiquen la existencia de invernada en nuestro país de aves extranjeras, ni de cabecinegras españolas fuera de nuestras fronteras, salvo casos esporádicos. El más notable de ellos es el de un macho adulto anillado en Menorca (Baleares) y recuperado en Accra (Ghana) unos 4.000 km al sur, en lo que constituye el primer caso comprobado de migración transahariana de una cabecinegra anillada en España.

 

Ecología trófica

Su régimen alimenticio es mixto. Su dieta se basa en artrópodos, especialmente insectos y sus larvas; pero también en frutos carnosos fuera de la época de cría, a veces en ella.

En relación a la dieta de origen animal, consume sobre todo coleópteros (escarabajos), himenópteros (avispas y hormigas) y hemípteros (chinches); en menor medida otras presas tales como arácnidos, gasterópodos (caracoles) y otros insectos.

En relación a la fracción vegetal, aunque se ha citado una amplia variedad de frutos carnosos tales como zarzamoras, aceitunas, lentiscos, aladiernos y durillos, en otoño e invierno suele especializarse en los frutos de unas pocas especies de arbustos, normalmente las más frecuentes. También consume el néctar de las flores de varias plantas, tanto exóticas como autóctonas.

La dieta de los pollos ha sido muy poco estudiada, aunque parece basarse en insectos.

 

Biología de la reproducción

La madurez sexual probablemente se alcance el primer año de vida.

El nido suele ubicarse en plantas trepadoras y pequeños arbustos, por lo que está bien oculto y es difícil de descubrir. Su aspecto es el de una taza de hierba seca y tallos, atados con telarañas; en el interior presenta una almohadilla de plumón vegetal tapizada de hierba más fina, raíces y pelo. Lo construyen ambos miembros de la pareja, aunque la hembra parece llevar el mayor peso. Su altura habitual oscila entre 25-90 cm sobre el suelo, pero algunos se encuentran casi a ras de suelo y otros, mucho más altos, llegan a los 3 m de altura en plantas trepadoras y enredaderas.

La reproducción es estacional, realizando dos puestas anuales, aunque no puede descartarse una tercera en algunos casos; también puede realizar una puesta de reposición si se pierden los huevos. El periodo normal de puesta se inicia a mediados de marzo, si bien la mayoría pone de finales de abril a primeros de junio, registrándose jóvenes en los nidos hasta primeros de julio. En la Península, muchas puestas se han concluido hacia finales de abril. En Canarias, el periodo reproductor abarca desde febrero hasta julio.

La mayoría de las puestas están formadas por 3-5 huevos, a veces 6 y solo excepcionalmente 2, quizás incompletas. Los huevos son subelípticos, ahumados y brillantes, muy variables en color y marcas; blancos con tintes verdosos, rosáceos o ante, profusamente moteados o punteados de pardo, oliva, gris, con las marcas más concentradas en los bordes.

La incubación dura 12-15 días y en ella toman parte ambos sexos, si bien es la hembra quien pasa más tiempo en el nido. Parece comenzar con el penúltimo huevo, al menos en las puestas más numerosas.

Los pollos permanecen en el nido entre 12 y 14 días. Son alimentados por ambos padres.

El éxito reproductor es prácticamente desconocido, estimándose en Malta en un 44,2%.

La tasa de supervivencia se ha estimado en Gibraltar en el 55%. El caso comprobado de mayor longevidad de un ave con anilla española, que probablemente se refiera a un ave local, es el de un macho de primer año anillado en invierno en la provincia de Sevilla y hallado muerto casi a los 13 años en el mismo lugar.

 

Interacciones entre especies

Los estudios llevados a cabo en época de cría muestran que la curruca cabecinegra parece tener cierto antagonismo con las currucas rabilarga y capirotada, mientras que es bastante más tolerante con las currucas mirlona, tomillera y carrasqueña, si bien existen citas de agresividad con esta última. La mayor competencia parece tenerla, de todas formas, con la capirotada, al menos durante el invierno. También se han registrado diferencias en el uso del espacio motivadas por la interacción con los migrantes sedimentados.

En la península Ibérica sus puestas parecen sufrir parasitismo por el cuco.

En relación a los parásitos, algunas especies de ácaros se conocen en la región íbero-balear; y se cita una especie de Protista.

Al igual que otras currucas y los zorzales y mirlos, parece probable que esta especie mantenga una relación mutualista con varias especies de plantas y constituya un agente dispersante de sus semillas. Asimismo, al consumir el néctar de sus flores, contribuye a la polinización de varias especies de plantas.

 

Patrón social y comportamiento

Como otros sílvidos, parece probable que esta especie presente ritmos endógenos, es decir, programados genéticamente, relativos a la dirección normativa de migración, la acumulación de grasa estacional, el cambio estacional de dieta de animal a frugívora, la muda, la distancia migratoria y la selección de hábitat de sedimentación durante sus migraciones.

Es de hábitos diurnos, aunque la migración es nocturna. Es una especie inquieta e inquisitiva. Normalmente aparece al descubierto brevemente, volando a través de la copa de los arbustos, pero normalmente se esconde entre densa cobertura. Evita vuelos largos, prefiriendo realizar cortos vuelos de un arbusto a otro. Cuando se posa, extiende a menudo la cola, mostrando el blanco de las rectrices externas. Suele mover la cola nerviosamente.

Como sistema de emparejamiento, solo se ha comprobado la monogamia estacional.

El territorio es bastante menor que el área de campeo. Ésta se solapa ampliamente entre los machos vecinos, pero no el territorio, que es el espacio defendido de los machos rivales.

Ambos progenitores incuban, cuidan y alimentan a los pollos, aunque lo habitual es que la hembra incube y empolle por más tiempo que el macho. Una vez abandonan el nido, son atendidos por los dos progenitores hasta que se independizan entre 3-6 semanas después.

 

 

Rafael J. Aparicio Santos
C/Juglares, 2C, 2ºA. 28032. Madrid

Fecha de publicación: 16-12-2016

Aparicio, R. J. (2016). Curruca Cabecinegra – Sylvia melanocephala. En: Enciclopedia Virtual de los Vertebrados Españoles. Salvador, A., Morales, M. B. (Eds.). Museo Nacional de Ciencias Naturales, Madrid. http://www.vertebradosibericos.org