Curruca cabecinegra - Sylvia melanocephala (Gmelin, 1789)

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Portada

 

Identificación

 

Estatus de conservación

 

Distribución

 

Hábitat

 

 

Voz

 

 

Movimientos

 

Ecología trófica

 

Biología de la reproducción

 

Interacciones entre especies

 

Comportamiento

 

Bibliografía

 

 

 

Key words: Sardinian warbler, reproduction, reproductive success, demography.

 

Biología de la reproducción

De S. melanocephala se desconocen los factores de selección empleados por cada sexo durante la elección de pareja, los ritos de cortejo, la existencia de competencia espermática, la tasa de divorcio o separación y sus causas. Tampoco se conoce el grado de monogamia de sus poblaciones, aunque lo más probable es que practique la monogamia estacional (Cramp, 1992; Shirihai et al., 2001; Aymí y Gargallo, 2016). Tan solo se sospecha que algunos machos de más de un año de edad puedan efectuar cópulas extra-pareja (Bas et al., 2005).

La reproducción es estacional, realizando dos puestas anuales, aunque no puede descartarse una tercera en algunos casos. En una muestra de 10 segundas puestas, éstas se efectuaron entre 7-25 días tras la emancipación de los jóvenes de la primera. También efectúa puestas de reemplazo si se malogran los huevos o, más raramente, los pollos (Sáez-Royuela, 1980; Harrison, 1983; Cramp, 1992; Shirihai et al., 2001; Aymí y Gargallo, 2016). El periodo normal de puesta se inicia a mediados de marzo, si bien la mayoría pone de finales de abril a primeros de junio, registrándose jóvenes en los nidos hasta primeros de julio. Sin embargo, se han citado puestas tanto en febrero como en octubre (Cramp, 1992; Aymí y Gargallo, 2016). En la Península, muchas puestas se han concluido hacia el 20 de abril, fecha en la que ya hay pollos en muchos nidos, pero también es cierto que bastantes parejas se hallan en plena incubación por esta época (Noval, 1975). En Canarias, el periodo reproductor abarca desde febrero hasta julio, pudiendo efectuar, al menos, dos puestas (Martín y Lorenzo, 2001).

Nido

El nido es una taza de hierba seca y tallos, atados con telarañas; en el interior presenta una almohadilla de plumón vegetal tapizada de hierba más fina, raíces y pelo (Harrison, 1983). De 12 nidos estudiados se obtuvieron las siguientes medidas (Cramp, 1992): diámetro externo: 8,3-9,9 cm; diámetro interno: 5,3-6,5 cm; altura: 5,0-8,5 cm; profundidad de la copa: 3,0-5,0 cm. Es posible que como en S. communis (Aparicio, 2014), el macho comience la construcción de varios esbozos de nido, pero si la hembra no eligiese ninguno de ellos, quizás lo normal, ambos construyen otro nuevo (Noval, 1975; Cramp, 1992), si bien el mayor peso en su construcción parece recaer sobre la hembra (Aymí y Gargallo, 2016). Normalmente prefiere ubicarlos en plantas trepadoras y pequeños arbustos a hacerlo en arbolillos o arbustos desarrollados, por lo que suele estar bien oculto y es difícil de descubrir. En Canarias nidifica en una gran variedad de arbustos tales como Erica arborea, Rubia fruticosa, Cistus monspeliensis, Arundo donax, etc., mostrando en la isla de Gran Canaria una marcada preferencia por los Tarajes Tamarix sp. En Baleares se han encontrado nidos sobre todo en cuatro especies arbustivas: Erica arborea, Myrtus communis, Smilax aspera y Pistacia lentiscus; mientras que en la Península, uno de los arbustos o arbolillos predilectos es la coscoja Quercus coccifera, aunque también utiliza encinas de porte arbustivo, lentiscos y jaras. Finalmente, en Marruecos suele ubicarlos en palmitos Chamaerops humilis o en la mata Inula viscosa. Su altura habitual oscila entre 25-90 cm sobre el suelo, pero algunos se encuentran casi a ras de suelo y otros, mucho más altos, llegan a los 3 m de altura en plantas trepadoras y enredaderas. En Mallorca la altura media de los nidos (69 cm) se ajusta a este intervalo, mientras que en el conjunto de Canarias y, en particular, en la isla de Gran Canaria, la altura media es superior (1,3 m y 2,1 m, respectivamente), lo que posiblemente esté relacionado con la mayor altura de los tarajes y otros arbustos elegidos para su emplazamiento (Noval, 1975; Martín y Lorenzo, 2001; Schaefer y Barkow, 2004; Aymí y Gargallo, 2016).

Puesta

La puesta comienza 4-7 días después de la construcción del nido. Los huevos son puestos diariamente, por la mañana, usualmente las dos primeras horas tras el amanecer. La mayoría de las puestas están formadas por 3-5 huevos, a veces 6 y solo excepcionalmente 2, quizás incompletas. De 53 puestas norteafricanas analizadas, 10 fueron de 3 huevos; 22 de 4 huevos; 20 de 5 huevos y solo una de 6 huevos. Como sucede en otros pájaros propios de zonas templadas, el tamaño de puesta se incrementa con la latitud, siendo las puestas medias en Marruecos y Sicilia de 3,7 huevos, 3,8 en Malta y 3,9 en Cataluña y el sureste de Francia. Por otra parte, también se aprecia el efecto calendario; es decir, las primeras puestas (febrero) y las últimas (a partir del 15 de mayo) constan de un menor número de huevos que las centrales (Noval, 1975; Mestre, 1980; Cramp, 1992; Tellería et al., 1999; Shirihai et al., 2001; Aymí y Gargallo, 2016).

Los huevos son subelípticos, ahumados y brillantes, muy variables en color y marcas; blancos con tintes verdosos, rosáceos o ante, profusamente moteados o punteados de pardo, oliva, gris, con las marcas más concentradas en los bordes (Glutz von Blotzheim y Bauer, 1991; Cramp, 1992).

En una muestra (n= 33) del Penedès, las dimensiones medias de los huevos fueron 17,82 x 13,54 mm (Mestre, 1980) y en una muestra de Málaga el tamaño medio fue de 17,85 x 13,47 mm (n= 13) (Alba Padilla, 1981).

La incubación dura 12-15 días y en ella toman parte ambos sexos, si bien es la hembra quien pasa más tiempo en el nido. Parece comenzar con el penúltimo huevo, al menos en las puestas más numerosas (Noval, 1975; Cramp, 1992; Aymí y Gargallo, 2016).

Crianza

Los pollos al nacer carecen de plumón y el interior de la boca es amarillo con dos marcas o puntos oblongos de color oscuro a cada lado de la base de la lengua. Las comisuras son amarillas. Posiblemente las manchas de la lengua desaparezcan pronto, pues de hecho en muchos pollos son ya muy débiles cuando todavía son muy pequeños. Abren los ojos a los 4-5 días de vida (Noval, 1975; Sáez-Royuela, 1980; Harrison, 1983; Cramp, 1992). Ambos adultos alimentan y atienden a los polluelos, si bien es sobre todo la hembra quien se encarga de empollarlos en sus primeros días de vida. Dejan el nido a los 12-14 días, a veces con solo 8-9 días si son molestados. Son atendidos por ambos padres durante 2-3 semanas más, pero si se trata de la primera puesta y la hembra incuba la segunda, solo por el macho. Pueden permanecer juntos unas 6 semanas después de abandonar el nido, hasta que se independizan (Noval, 1975; Cramp, 1992; Shirihai et al., 2001).

Éxito reproductor

Desconocido en España. En Malta, el éxito reproductor se ha estimado en un 44,2%. Las causas de la mayoría de los fracasos fueron la depredación por serpientes, el mal tiempo y las molestias humanas (Cramp, 1992; Shirihai et al., 2001).

 

Estructura y dinámica de poblaciones

A diferencia de las currucas de ámbito eurosiberiano, como por ejemplo la zarcera (Aparicio, 2014), de la cabecinegra se desconocen la proporción de sexos, la estructura de edades de la población y la supervivencia diferencial entre sexos y por edades. También se ignoran las causas de mortalidad de las cabecinegras anilladas en España, pues la mayoría de las recuperaciones de aves muertas lo fueron por causas desconocidas (SEO/BirdLife, 2012). La madurez sexual parece alcanzarse el primer año de vida (Cramp, 1992; Shirihai et al., 2001).

Los inviernos extremadamente fríos pueden afectar a la estructura y tamaño de poblaciones, sobre todo en los límites septentrionales de su distribución. Este ha sido el caso de los inviernos de 1946-47 y 1962-63 en el sur de Francia y el de 2001-02 en el noreste de España, con reducciones de hasta un 50% en la población reproductora (Aymí y Gargallo, 2016).

En relación a su tasa de supervivencia, se estimó en un 55% en Gibraltar (Shirihai et al., 2001), mientras que en un estudio de tres años de duración llevado a cabo en Cataluña, solo el 12% de los territorios fueron reocupados por el mismo macho (Bas et al., 2005). Respecto a la longevidad, existen varios casos de cabecinegras anilladas en España que merecen reseñarse y que probablemente se refieran a aves nativas, pues se trata de recuperaciones locales. El primero es el de un macho de primer año anillado en la provincia de Sevilla el 23-01-1982 y que fue hallado muerto en la misma localidad el 30-11-1994, 12 años y 10 meses después (Cantos y Gómez-Manzaneque, 1997). El segundo también se refiere a un macho joven, esta vez anillado en Menorca el 24-08-1997 y controlado en la misma localidad el 15-05-2006, casi 9 años después (Frías et al., 2007). Finalmente, el tercer caso es el de una hembra de edad desconocida anillada en la provincia de Málaga el 8-10-1994 y controlada en la misma localidad el 13-11-2002, prácticamente a los 8 años (Frías et al., 2005).

 

Referencias

Alba Padilla, E. (1981). Medidas de huevos de algunas especies de aves ibéricas. Ardeola, 28: 142-144.

Aparicio, R. J. (2014). Curruca Zarcera – Sylvia communis. En: Enciclopedia Virtual de los Vertebrados Españoles. Salvador, A., Morales, M. (Eds.). Museo Nacional de Ciencias Naturales. Madrid. http://www.vertebradosibericos.org

Aymí, R., Gargallo, G. (2016). Sardinian Warbler (Sylvia melanocephala). En: Handbook of the birds of the World Alive. Del Hoyo, J., Elliot, A., Sargatal, J., Christie, D.A., De Juana, E. (Eds.). Lynx Edicions. Barcelona. http://www.hbw.com

Bas, J.M., Pons, P., Gómez, C. (2005). Home range and territory of the Sardinian warbler Sylvia melanocephala in mediterranean shrubland. Bird Study, 52: 137-144.

Cantos, F.J., Gómez-Manzaneque, A. (1997). Informe sobre la campaña de anillamiento de aves en España. Año 1996. Ecología, 11: 303-422.

Cramp, S. (Ed.) (1992). Handbook of the Birds of Europe the Middle East and North Africa. The birds of the Western Palearctic. Volume VI. Warblers. Oxford University Press, Oxford. 728 pp.

Frías, O., Escudero, E., Serradilla, A.I., Pinilla, J., Moreno-Opo, R. (2005). Informe de actividades de la central de anillamiento de aves ICONA. Años 2003 y 2004. Ecología, 19: 185-278.

Frías, O., Serradilla, A.I., Escudero, E. (2007). Informe de actividades de la central de anillamiento de aves ICONA. Año 2006. Ecología, 21: 209-302.

Glutz von Blotzheim, U. N., Bauer, K. M. (1991). Handbuch der Vögel Mitteleuropas. Band 12/II. Passeriformes (3. teil). Sylviidae. Aula Verlag, Wiesbaden.

Harrison, C. (1983). Guía de campo de los nidos, huevos y polluelos de las aves de España y de Europa. Omega. Barcelona.

Martín, A., Lorenzo, J. A. (2001). Aves del archipiélago canario. Francisco Lemus, La Laguna, Tenerife.

Mestre, P. (1980). Ocells del Penedès (Segona part). Ocells nidificants. Museu de Vilafranca, Vilafranca del Penedès.

Noval, A. (1975). El libro de la fauna ibérica. Naranco. Oviedo.

Sáez-Royuela, R. (1980). La guía de INCAFO de las aves de la Península Ibérica. Incafo, Madrid.

SEO/BirdLife. (2012). Análisis preliminar del banco de datos de anillamiento de aves del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, para la realización de un atlas de migración de aves de España. SEO/BirdLife-Fundación Biodiversidad. Madrid. http://www.seo.org

Schaefer, Th., Barkow, A. (2004). Habitat and nest site preferences of Sylvia atricapilla and S.melanocephala in Majorca. Ardeola, 51: 445-450.

Shirihai, H., Gargallo, G., Helbig, A. (2001). Sylvia warblers. Identification, taxonomy and phylogeny of the genus Sylvia. Christopher Helm, London.

Tellería, J. L., Asensio, B., Díaz, M. (1999). Aves ibéricas. Volumen II. Passeriformes. José Manuel Reyero, Madrid.

 

 

Rafael J. Aparicio Santos
C/Juglares, 2C, 2ºA. 28032. Madrid

Fecha de publicación: 16-12-2016

Aparicio, R. J. (2016). Curruca Cabecinegra – Sylvia melanocephala. En: Enciclopedia Virtual de los Vertebrados Españoles. Salvador, A., Morales, M. B. (Eds.). Museo Nacional de Ciencias Naturales, Madrid. http://www.vertebradosibericos.org