Curruca cabecinegra - Sylvia melanocephala (Gmelin, 1789)

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Hábitat

 

 

Voz

 

 

Movimientos

 

Ecología trófica

 

Biología de la reproducción

 

Interacciones entre especies

 

Comportamiento

 

Bibliografía

 

 

 

Key words: Sardinian warbler, movements, migration, dispersal.

 

Movimientos

Migración entre Europa, Asia y África

S. melanocephala es una curruca parcialmente migradora (Shirihai et al., 2001; Aymí y Gargallo, 2016). Las poblaciones insulares y costeras son básicamente sedentarias, pero la proporción de migrantes se incrementa hacia el interior, el norte y, especialmente, el este de Europa, donde las poblaciones septentrionales son totalmente migradoras. Como los migrantes y residentes se solapan en gran parte de su área de distribución, es dificultoso establecer la fenología de los migrantes; sin embargo, el incremento de su número durante el otoño y la primavera y la presencia de individuos en zonas donde no cría, son pruebas de la importancia de sus movimientos migratorios. La mayoría de éstos son cortos, pero la cabecinegra desplaza regularmente hacia el sur notables efectivos que pasan el invierno en la práctica totalidad del Sahara. Todavía más al sur, la penetración en el Sahel parece regular pero probablemente sea marginal, ya que involucra a pocos individuos. En todo caso, la llegada al África transahariana les supone, como mínimo, un desplazamiento de 1.500 – 2.000 km (Isenmann y Moali, 2008). La migración postnupcial abarca de finales de agosto a diciembre, con mayor intensidad en el oeste de Europa durante octubre y noviembre; en el sur de Italia de finales de septiembre a primeros de diciembre. En Turquía y las costas de la antigua Yugoslavia algunos lugares de reproducción son abandonados a finales de agosto y en Chipre los primeros migrantes llegan desde finales de octubre; en Israel la migración transcurre en noviembre y diciembre; alcanza sus cuarteles de invierno en Mauritania y Níger en octubre. Las recuperaciones de aves anilladas de la raza nominal incluyen movimientos entre las Islas Baleares y la Península Ibérica e, incluso, entre Europa continental y el noroeste de África. Regresan a sus áreas de cría desde finales de febrero hasta abril, con alguna variación entre poblaciones y entre años; la migración a lo largo de las costas de Marruecos y Argelia se produce sobre todo en marzo. Durante el otoño, los movimientos locales son probablemente muy comunes en todas las poblaciones como resultado de la dispersión juvenil y de las variaciones en la disponibilidad estacional de los recursos alimenticios, por ejemplo, de los frutos carnosos. En Israel, los inmaduros realizan movimientos altitudinales y más del 90% de los migrantes capturados en Eilat son de primer invierno (Shirihai et al., 2001; Aymí y Gargallo, 2016).

Migración en España

Aunque la especie presenta un grado de intranquilidad migratoria equivalente al de un migrador parcial (Berthold, 1973), se la considera sedentaria en la Península y Baleares, si bien como mínimo presenta cierta trashumancia durante el otoño y el invierno (Noval, 1975; Cantos, 1992). La distribución de las recuperaciones y su espectro fenológico sugieren la existencia de movimientos otoñales en diversas localidades del centro y el sur peninsulares, atribuibles a jóvenes dispersivos, quienes serían los responsables de las rápidas recuperaciones de la especie tras los descalabros poblacionales producidos por las olas de frío (Cantos, 1992; Tellería et al., 1999). También es principalmente sedentaria la población reproductora de Canarias, aunque algunos ejemplares podrían efectuar movimientos altitudinales y es posible que lleguen aves continentales en migración, sobre todo a las islas más orientales (Martín y Lorenzo, 2001). Por otra parte, no se han producido recuperaciones que indiquen la existencia de invernada en nuestro país de aves extraibéricas, ni de cabecinegras españolas fuera de nuestras fronteras, salvo casos esporádicos (Calmaestra, 2012), lo que unido a que casi todas las recuperaciones obtenidas son controles de aves locales (aproximadamente el 98%) (SEO/BirdLife, 2012), demuestran la tendencia al sedentarismo de nuestras cabecinegras. Como muestra de estas recuperaciones locales pueden citarse las siguientes, todas ellas primarias (Bernis, 1966): la primera corresponde a un macho de edad desconocida anillado el 21-09-1985 en Talavera de la Reina (Toledo) y hallado muerto el 20-01-1986, 124 días después (Asensio, 1987); la segunda hace referencia a un macho joven anillado en Lluchmajor (Mallorca) el 26-11-1991 y hallado muerto el 16-05-1992, 172 días después (Cantos y Gómez-Manzaneque, 1994); finalmente, la tercera corresponde a un macho de edad desconocida anillado el 4-03-1995 en Baeza (Jaén) y hallado muerto el 1-12-1995, 272 días después (Cantos y Gómez-Manzaneque, 1997).

Ciñéndonos al periodo migratorio, se puede decir que la migración prenupcial es muy poco manifiesta y resulta difícil de deslindar de los movimientos de la población local, como se indicó anteriormente. En esta época solo se han efectuado el 20% de los 95.000 anillamientos realizados en España hasta 2010 (SEO/BirdLife, 2012), pero paradójicamente se han producido casi el 50% de las 6.000 recuperaciones, diferencia que resulta complicado de explicar. A escala local, el paso por el Golfo de Almería no reviste gran importancia, siendo más o menos homogéneo en toda su extensión, salvo un pequeño pico en la segunda quincena de marzo (García et al., 1988).

El paso postnupcial también es poco manifiesto y, como el anterior, difícil de deslindar de los movimientos dispersivos de la población local. Además, y al contrario que en primavera, en otoño se obtuvieron menos recuperaciones (el 25%), pero se realizaron más anillamientos (el 44%) (SEO/BirdLife, 2012), lo que también resulta difícil de explicar. Por otra parte, en casi todos los estudios se indica que la especie es básicamente sedentaria, pero que también se aprecia un incremento en el número de cabecinegras capturadas en otoño en relación a otras épocas, lo que constituye una prueba indirecta de cierto paso, si bien su importancia numérica es claramente menor que la de otras currucas transaharianas como la zarcera S.communis (Aparicio, 2014). Así, en el borde meridional de la Sierra de Guadarrama (Aparicio, 2002), el 71% de los anillamientos se produjeron entre agosto y noviembre, mientras que en el valle del río Guadarrama (Calleja y Ponce, 2005), se produjo un pequeño pico a finales de agosto, prolongándose las capturas en septiembre. En estas dos localidades madrileñas, casi todos los anillamientos fueron de jóvenes. Por último, en Almería se observa un marcado incremento en el número de cabecinegras entre finales de septiembre y primeros de octubre, siendo más uniforme el resto del paso (Wiltschko et al., 1986; García et al., 1988). Asimismo, existen varios casos comprobados de movimientos de cierta envergadura, que demuestran la existencia de movimientos migratorios de las aves ibéricas. El ejemplo más notable es el de un macho adulto anillado en Menorca (Baleares) y recuperado en Accra (Ghana) unos 4000 km al sur, en lo que constituye el primer caso comprobado de migración transahariana de una cabecinegra anillada en España (SEO/BirdLife, 2012). Otros ejemplos destacados son el de un joven macho anillado en la provincia de Barcelona el 4-10-1997 y controlado a los 28 días en la isla Dragonera (Baleares), el 1-11-1997, a 200 km al sureste (Hernández-Carrasquilla y Gómez-Manzaneque, 2000); el de un joven anillado en la isla de Ibiza el 11-11-1977 y recuperado a los 50 días, el 2-01-1978 en Argelia, a unos 400 km al sur (Tellería et al., 1999) y, finalmente, el de otro joven anillado el 8-07-1989 en Teia (Barcelona) y hallado muerto el 15-02-1992 cerca de Argel (Argelia), 520 km al sureste y 952 días después (Cantos y Gómez-Manzaneque, 1993).

Sedimentación de la migración en España

Como se ha comentado anteriormente, en S. melanocephala resulta bastante complicado separar la población local de la migrante e invernante, por lo que la información obtenida debe tomarse con muchas reservas. Entre los escasos estudios que incluyen la duración de su estancia en la zona de anillamiento, figura el llevado a cabo por Wiltschko et al. (1986) en el Golfo de Almería. En él se controlaron el doble de cabecinegras en primavera (30%, 13 de 44) que en otoño (15%, 50 de 325), diferencia que se explica por la influencia de las aves locales durante la cría. Bastantes controles superaron los 10 días de estancia e, incluso, algunos sobrepasaron los 30 días. Aparicio y Casaux (2014) en Talavera de la Reina (Toledo), también obtuvieron un porcentaje de autocontroles relativamente elevado en época postnupcial (10,5%), en principio atribuibles a la población local.

Movimientos dispersivos

En Malta se han comprobado tres casos de filopatría natal (Shirihai et al., 2001), pero en España no se ha investigado la filopatría de cada sexo y si los machos o las hembras tienden a reproducirse cerca de su lugar de nacimiento, aunque los numerosísimos controles locales obtenidos (SEO/BirdLife, 2012) parecen indicar una marcada tendencia al sedentarismo y, por consiguiente, una gran fidelidad al área de cría. Los datos de las recuperaciones de cabecinegras también permiten intuir que los jóvenes presentan una menor fidelidad al área natal que los adultos a la de cría, pero faltan estudios que lo confirmen.

 

Referencias

Aparicio, R. J. (2002). Aproximación a la dinámica estacional de la comunidad de paseriformes en un área urbanizada de la Sierra de Guadarrama. Revista de Anillamiento, 9-10: 35-40.

Aparicio, R. J. (2014). Curruca Zarcera – Sylvia communis. En: Enciclopedia Virtual de los Vertebrados Españoles. Salvador, A., Morales, M. (Eds.). Museo Nacional de Ciencias Naturales. Madrid. http://www.vertebradosibericos.org

Aparicio, R. J., Casaux, E. (2014). Análisis preliminar de los autocontroles obtenidos en época postnupcial en Talavera de la Reina (Toledo). Revista de Anillamiento, 33: 44-49.

Asensio, B. (1987). Informe sobre la campaña de anillamiento de aves en España. Año 1985. ICONA. Madrid.

Aymí, R., Gargallo, G. (2016). Sardinian Warbler (Sylvia melanocephala). En: Handbook of the birds of the World Alive. Del Hoyo, J., Elliot, A., Sargatal, J., Christie, D.A., De Juana, E. (Eds.). Lynx Edicions. Barcelona. http://www.hbw.com

Bas, J. M., Pons, P., Gómez, C. (2005). Home range and territory of the Sardinian warbler Sylvia melanocephala in mediterranean shrubland. Bird Study, 52: 137-144.

Bas, J. M., Pons, P., Gómez, C. (2007). Daily activity of Sardinian warbler Sylvia melanocephala in the breeding season. Ardeola, 54: 335-338.

Bernis, F. (1966). Migración en aves. Tratado teórico y práctico. SEO. Madrid.

Berthold, P. (1973). Relationships between migratory restlessness and migration distance in six Sylvia species. Ibis, 115: 574-579.

Calleja, J. A., Ponce, C. (2005). Paso migratorio postnupcial de currucas (género Sylvia) en el curso medio del río Guadarrama (Madrid). En: Anuario Ornitológico de Madrid 2004. Pp. 110-119. De la Puente, J., Pérez-Tris, J., Bermejo, A., Juan, M. (Eds.). SEO-Monticola, Madrid.

Calmaestra, R. G. (2012). Curruca cabecinegra (Sylvia melanocephala). En: Atlas de las aves en invierno en España 2007-2010. Pp. 440-442. SEO/BirdLife (Ed.). Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente - SEO/BirdLife, Madrid.

Cantos, F. J. (1992). Migración e invernada de la familia Sylviidae (Orden Passeriformes, Clase Aves) en la Península Ibérica. Tesis Doctoral. Universidad Complutense. Madrid.

Cantos, F. J., Gómez-Manzaneque, A. (1993). Informe sobre la campaña de anillamiento de aves en España. Año 1992. Ecología, 7: 299-374.

Cantos, F. J., Gómez-Manzaneque, A. (1994). Informe sobre la campaña de anillamiento de aves en España. Año 1993. Ecología, 8: 285-357.

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García, L., Wiltschko, R., Wiltschko, W., Salas, G., Oña, J.A. (1988). Migración de passeriformes por la Punta del Sabinal, Roquetas de Mar, Almería. Boletín del Instituto de Estudios Almerienses, 8.C: 71-84.

Hernández-Carrasquilla, F., Gómez-Manzaneque, A. (2000). Informe sobre la campaña de anillamiento de aves en España. Año 1999. Ecología, 14: 291-330.

Isenmann, P., Moali, A. (2008). Une mise à jour de l’aire d’hivernage de la fauvette mélanocéphale Sylvia melanocephala en Afrique. Alauda, 76: 299-304.

Martín, A., Lorenzo, J. A. (2001). Aves del archipiélago canario. Francisco Lemus, La Laguna, Tenerife.

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SEO/BirdLife. (2012). Análisis preliminar del banco de datos de anillamiento de aves del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, para la realización de un atlas de migración de aves de España. SEO/BirdLife-Fundación Biodiversidad. http://www.seo.org

Shirihai, H., Gargallo, G., Helbig, A. (2001). Sylvia warblers. Identification, taxonomy and phylogeny of the genus Sylvia. Christopher Helm, London.

Tellería, J. L., Asensio, B., Díaz, M. (1999). Aves ibéricas. Volumen II. Passeriformes. José Manuel Reyero, Madrid. 232 pp.

Wiltschko, W., Wiltschko, R., García, L. (1986). Migration of insectivorous passerines in southeastern Spain. Proceedings of the First Conference on birds wintering in the Mediterranean Region. Richerche di Biologia della Selvaggina, 10: 355-371.

 

 

 

Rafael J. Aparicio Santos
C/Juglares, 2C, 2ºA. 28032. Madrid

Fecha de publicación: 16-12-2016

Aparicio, R. J. (2016). Curruca Cabecinegra – Sylvia melanocephala. En: Enciclopedia Virtual de los Vertebrados Españoles. Salvador, A., Morales, M. B. (Eds.). Museo Nacional de Ciencias Naturales, Madrid. http://www.vertebradosibericos.org