Búho campestre - Asio flammeus (Pontoppidan, 1763)

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Portada

 

Identificación

 

Estatus de conservación

 

Distribución

 

Hábitat

 

 

Voz

 

 

Movimientos

 

Ecología trófica

 

Biología de la reproducción

 

Interacciones entre especies

 

Comportamiento

 

Bibliografía

 

 

 

Key words: Short-eared Owl, diet.

 

Ecología trófica

Modo de caza

La actividad de caza puede ocurrir a lo largo de todo el día, con máximos al crepúsculo, especialmente al atardecer, aunque el patrón invernal no parece claro. Los vuelos de caza son a baja altura (0,5 - 10 m) entre la vegetación, alternando aleteos y planeos, y también con cierta frecuencia los cernidos a baja o media altura (2-30 m). La caza en el suelo o desde posaderos es más rara, y se han descrito casos de cleptoparasitismo a cernícalos y armiños (también a la inversa, con cernícalos y aguiluchos cleptoparasitando a los búhos campestres). Una vez capturada la presa, ésta es transportada en las patas o el pico hasta un lugar seguro donde la consumirá (Clark, 1975; Mikkola, 1983; Cramp, 1985). El éxito de caza oscila entre el 8 y el 22% de los intentos, empleando un tiempo  medio de 15 a 45 min en capturar una presa (Clark, 1975; Mikkola, 1983; Cramp, 1985).

Se han observado en Sagres (Portugal) intentos de caza de aves migrantes atraídas por luces artificiales (Canario et al., 2012)1.

Composición de la dieta

Especie carnívora, polífaga y oportunista, si bien puede manifestar una especialización individual –monofagia- dependiendo de las condiciones dominantes. A menudo, la alimentación se basa casi exclusivamente en el consumo de micromamíferos, especialmente roedores microtinos (Clark, 1975; Glue, 1977; Mikkola, 1983; Cramp, 1985; Ruiz, 1996).

Tras la digestión regurgita unas egagrópilas cilíndricas de color grisáceo, de unos 35-70 mm de largo y unos 18-26 mm de ancho (aunque muy variables en forma y tamaño), con restos de huesos, plumas y/o huesos (1,7 a 2,3 presas por egagrópila) (Mikkola, 1983; Cramp, 1985).

La dieta de los búhos campestres, tanto estival como invernal, incluye todo tipo de micromamíferos (múridos, microtinos, musarañas, musgaños, topos), mamíferos de mayor tamaño (erizos, conejos, armiños, comadrejas), aves de pequeño a mediano tamaño (desde un reyezuelo a una gallineta, pero preferentemente especies de la talla de los fringílidos o estorninos), y más raramente, murciélagos, invertebrados, anfibios y reptiles (Glue, 1977; Mikkola, 1983; Cramp, 1985). No obstante, la dieta suele estar dominada por topillos y ratillas (microtinae), habitualmente en un 80-95%, si bien localmente pueden cobrar cierta importancia los conejos, ratas de agua (Arvicola), ratones (Apodemus), ratas (Rattus), musarañas y topos (Sorex, Crocidura, Neomys, Talpa) o las aves (Anthus, Turdus, Oenanthe, Alauda, Sturnus, Calidris), cuando los topillos escasean (Clark, 1975; Glue, 1977; Mikkola, 1983; Cramp, 1985; Ruiz, 1996). La proporción de topillos en la dieta está ligada a los ciclos poblacionales de éstos, y el consumo de estos es tan elevado que pueden llegar a limitar sus densidades localmente en algunas épocas del año (Cramp, 1985).

Un análisis de la dieta a escala europea muestra que durante la reproducción, los mamíferos son la presa fundamental (más del 90% de la dieta), mientras que aves, anfibios, reptiles e insectos son presas poco consumidas. Durante la invernada se reduce el consumo de mamíferos, siendo compensada esta reducción por el consumo de aves e insectos (Ruiz, 1996). En ambos casos, las presas más consumidas son Microtus arvalis y Microtus agrestis (Ruiz, 1996). Además se han descrito diferencias en la dieta entre localidades meridionales/septentrionales y continentales/no continentales: en las zonas más septentrionales, domina el consumo de Microtus arvalis (zonas continentales) y M. agrestis (zonas no continentales), mientras que en las meridionales la alimentación se desplaza hacia otros roedores (Rattus sp. y Mus sp.) y las aves. El intervalo de biomasa con mayor presión de predación por parte de los búhos campestres se sitúa entre los 21-40 gramos (Ruiz, 1996).

El consumo medio es de unos 76-85 gramos por ave y día, en el caso de los adultos, correspondiente a unos 3 topillos. Los pollos pueden consumir de 54 a 101 gramos de comida al día (2-4 topillos) (Mikkola, 1983; Cramp, 1985). Las necesidades energéticas son de unos 786 kJ por día y ave (Cramp, 1985).

Los análisis de alimentación realizados en España tanto en el periodo reproductor (Román, 1995; Jubete et al., 1996) como el invernal (González et al., 1980; Jiménez et al., 1989; Delibes et al., 1991; Ruiz, 1996; Calvo, 1998; Román e Ibáñez, 2004), señalan un elevado consumo de micromamíferos, si bien en periodos coincidentes con “plagas” de topillos éstos pasan a ser la presa principal, acumulando más del 80% de la biomasa consumida por los búhos campestres.

La alimentación del búho campestre en la Submeseta Norte durante una plaga de topillos muestra una marcada preponderancia de estos (consumo superior al 75-80%), tanto en la invernada (Delibes et al., 1991) como en la reproducción (Román, 1995), presentando una dominancia absoluta de Microtus arvalis y una selección positiva de Mus spretus y Crocidura russula. La dieta también incluye Microtus lusitanicus, Microtus duodecimcostatus, Arvicola sapidus, Apodemus sylvaticus, Rattus rattus, Mustela nivalis, y algunas aves (Melanocorypha, Sturnus, Petronia, Miliaria, Saxicola).

Su dieta en Pontevedra durante la reproducción, basado en 77 egagrópilas y 132 presas, se compone de Microtus lusitanicus (65,1%), Apodemus sylvaticus (10,6%), Crocidura russula (5,3%), Talpa occidentalis (2,2%) y Eliomys quercinus (0,8%) (Epifanio y Novegil, 2004)1.

Durante la invernada el espectro alimenticio es muy diverso, aunque predomina el consumo de micromamíferos (75-98% de la dieta), incluyendo por orden de importancia: Mus spretus (14-92%), Apodemus sylvaticus (6-26%), Microtus arvalis (2-75%), Microtus duodecimcostatus (1-16%), Mus musculus (0-37%), Rattus norvegicus (0-32%), Crocidura russula (0-12%), Microtus agrestis (0-11%), Rattus rattus (0-6%),  Microtus lusitanicus (0-2,5%), Microtus cabrerae (0-1%), Arvicola sapidus (0-0,5%), Suncus etruscus (0-1%) y Eliomys quercinus (0-1%). En menor medida, consume aves – Motacilla, Anthus, Passer - (2-22%), artrópodos (0-3%) y otros mamíferos como comadrejas, conejos y algunos quirópteros (González et al., 1980; Jiménez et al., 1989; Delibes et al., 1991; Ruiz, 1996; Calvo, 1998; Román e Ibáñez, 2004).

 

Referencias

Calvo, J. M. (1998). Alimentación invernal de la Lechuza Campestre Asio flammeus en una localidad del Norte de España. Pp: 467-474. En: Chancellor, R. D., Meyburg, B. U., Ferrero, J. J. (Eds.). Holartic Birds of Prey. ADENEX-WWGBP.

Canario, F., Hespanhol Leitao, A., Tome, R. (2012). Predation attempts by short-eared and long-eared owls on migrating songbirds attracted to artificial lights. Journal of Raptor Research, 46 (2): 232-234.

Clark, R. J. (1975). A field study of the Short-eared Owl in North America. Wildlife Monographs, 47: 1-67.

Cramp, S. (Eds.) (1985). Handbook of the Birds of Europe, the Middle East and North Africa. The Birds of the Western Palearctic. Vol. IV. Oxford University Press. Oxford.

Delibes, J., Hiraldo, F., Heredia, B. (1991). Datos sobre la dieta invernal de la Lechuza Campestre (Asio flammeus) en un periodo de abundancia de Topillo Campesino (Microtus arvalis) en la submeseta norte (España). Ecología, 5: 355-358.

Epifanio, J. C., Novegil, A. (2004). Primeros datos de cría del búho campestre en Galicia. Quercus, 225: 20-25.

Glue, D. E. (1977). Feeding ecology of the Short-eared Owl in Britain and Ireland. Bird Study, 24 (2): 70-78.

González, L. M., González, J. L., Llandrés, C., Palacios, F. (1980). Alimentación de la lechuza campestre (Asio flammeus Pontoppidan 1783) en España. Pp: 224-253. Actas II Reunión Iberamericana sobre Conservación y Zoología de Vertebrados, Cáceres.

Jiménez, J., Gómez, J. A., Vicente, J., Lacomba, I. (1989). Estudio de la alimentación de la Lechuza Campestre y la Lechuza Común en l´Albufera de Valencia. Medi Natural, 1 (1-2): 81-88.

Jubete, F., Onrubia, A., Román, J. (1996). La Lechuza Campestre en España: de invernante a reproductor. Quercus, 119: 19-22.

Mikkola, H. (1983). Owls of Europe. T. & A. D. Poyser, Calton.

Román, J. (1995). Alimentación de la Lechuza Campestre en la Submeseta Norte, durante el periodo reproductor. Doñana, Acta Vertebrata, 22 (1-2): 115-119.

Román, J., Ibáñez, F. (2004). Alimentación invernal de la lechuza campestre y de la lechuza común en un área marismeña de Doñana. Anuario Ornitológico de Doñana, 1: 211-216.

Ruiz, R. (1996). Variaciones geográfica y temporal en la dieta de la lechuza campestre en Europa. Doñana, Acta Vertebrata, 23 (1): 5-20.

 

Alejandro Onrubia Baticón
C/. Mayor 18 A
09218 Taravero (Treviño). Burgos

Dirección actual:

Fundación Migres
Apdo. 67
11380 ­ Tarifa (Cádiz)

Fecha de publicación: 3-08-2006

Otras contribuciones: 1. Alfredo Salvador. 14-03-2016

Onrubia, A. (2016). Búho campestre - Asio flammeus. En: Enciclopedia Virtual de los Vertebrados Españoles. Salvador, A., Morales, M. B. (Eds.). Museo Nacional de Ciencias Naturales, Madrid. http://www.vertebradosibericos.org/