Cogujada montesina - Galerida theklae (A. E. Brehm, 1857)

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Portada

 

Identificación

 

Estatus de conservación

 

Distribución

 

Hábitat

 

 

Voz

 

 

Movimientos

 

Ecología trófica

 

Biología de la reproducción

 

Interacciones entre especies

 

Comportamiento

 

Bibliografía

 

 

 

 

Key words: Thekla Lark, diet, foraging.

 

Ecología trófica

La dieta de la cogujada montesina se compone esencialmente de materia vegetal y de artrópodos que se incorporan en función de su disponibilidad en el campo (Gil-Lletget, 1927, 1928, 1944; Abs, 1963; Cramp, 1988; Tellería et al., 1999; Suárez et al., 2009).

La fracción animal es preponderante durante la primavera (periodo reproductor y subadultos), las semillas en otoño y la materia vegetal verde durante el periodo invernal (Hódar, 1995; Yanes et al., 1991; Suárez et al., 2009). La materia vegetal representa el 59% de la biomasa consumida durante el periodo reproductor, 78% en otoño y 92% en invierno (Hódar, 1995). Presenta una alta proporción de semillas silvestres sobre todo gramíneas, labiadas y cariofiláceas- (Tellería et al., 1999), pero una escasa presencia de semillas de cereal, probablemente en concordancia con su selección de hábitat (Suárez et al., 2009). En la Hoya de Baza consume semillas de los géneros Spergularia, Gypsophila, Heliotropum y Erodium (Hódar, 1995). Entre sus presas animales se encuentran arañas, hormigas y coleópteros –curculiónidos, escarabeidos y tenebriónidos-, lepidópteros nocturnos, hemípteros, ortópteros, y dípteros (Gil-Lletget, 1927, 1928, 1944; Abs, 1963; Cramp, 1988; Yanes et al., 1991; Tellería et al., 1999). Durante el otoño consume muchas hormigas aladas, coincidiendo con su emergencia, y se ha registrado el consumo ocasional de pequeños lacértidos (Hódar, 1995). En el Sáhara occidental y en Almería parece ser principal o exclusivamente insectívora durante el periodo de cría, cambiando luego el régimen y transformándose en granívora el resto del año (Valverde, 1967).

La mayor parte del alimento es tomado del suelo, con el ave posada o avanzando a peón, picoteando la superficie del suelo -o en ocasiones la vegetación- cuando detecta una presa o alimento. A menudo lo busca bajo piedras: introduce el pico bajo la piedra y luego la voltea con un rápido movimiento lateral. Al contrario que la cogujada común, no se conoce que cave para buscar comida, aunque tal vez sea una consecuencia del sustrato habitualmente más rocoso que ocupa la montesina. Puede saltar hasta 1 m para capturar insectos en vuelo, perseguirlos al vuelo o capturarlos picoteando entre la vegetación (Cramp, 1988; Suárez et al., 2009).

La alimentación de los pollos en el nido es exclusivamente de origen animal. Se compone de artrópodos aportados por ambos miembros de la pareja. Más de la mitad de las presas (n = 221 presas en Campo de Níjar, Almería) son ortópteros (52,49% de las presas y 56,79% de la biomasa), seguidos en importancia por arañas (28,95% de presas y 22,78% de biomasa), lepidópteros como larvas sobre todo (10,40% de presas y 10,84% de biomasa), y mántidos (6,39% de presas y 7,95% de biomasa) (Herranz et al., 1997; Suárez et al., 2009). Las presas son llevadas al nido sin manipular, si bien en las más grandes pueden eliminar las partes más duras como élitros de escarabajos o las patas traseras de los saltamontes. Además, los padres aportan frecuentemente piedrecillas y caparazones de pequeños caracoles (Suárez et al., 2009). El año no parece ejercer un efecto importante sobre la dieta de los pollos. La biomasa de saltamontes aumenta con el transcurso de la estación reproductora, aunque no con la edad de los pollos (Herranz et al., 1997).

s de la mitad de sus presas animales son epigeas (56,2%), capturadas en la superficie del suelo, un 36,6% de las presas animales viven entre la vegetación y el 7,2% son voladoras; sin que se hayan detectado presas hipogeas o que viven enterradas en el suelo. Comparando la dieta animal de los adultos con la de los pollos en nido, las diferencias no son demasiado acusadas, pero se observa que los pollos reciben casi 9 veces más biomasa de artrópodos que los adultos. Así mismo, el tamaño de las presas aportadas a los pollos (15 mm) es mayor que el de los adultos para su propia alimentación (9 mm) (Suárez et al., 2009).

El tamaño de las presas en las alondras ibéricas está asociado al tamaño de las diferentes especies. Esto podría contribuir a la segregación del nicho trófico entre las especies de aláudidos, o al menos entre las de tamaños más dispares. Sin embargo, la cogujada montesina es una excepción a esta regla, ya que con un peso inferior a la alondra ricotí y similar al de la alondra común (Alauda arvensis), captura las presas con el mayor tamaño entre las especies de alondras ibéricas (unos 16 mm). La longitud de las presas aumenta en todas las especies con el transcurso de la estación reproductora, duplicándose en el caso de la cogujada montesina. Es muy posible que el mayor tamaño de las presas en las cebas discurra de forma paralela a su disponibilidad en el campo (Herranz et al., 1997; Suárez et al., 2009).

En Las Amoladeras (Almería) se describió por primera vez que rompía las conchas de caracoles cabrillas o caracol español (Otala lactea), especie abundante localmente-, aplastándolos contra rocas o piedras para poder acceder al pie del gasterópodo, con un comportamiento similar al descrito para el zorzal común (Turdus philomelos) (Yanes et al., 1991). Los caracoles se recogen del suelo con el pico, sujetos por el borde de la concha y luego, mediante una serie de rápidos movimientos del cuello, son golpeados rítmicamente contra un rompedero generalmente piedras de unos 2-3 cm de altura- hasta conseguir practicar un orificio por la concha por el que extrae el molusco, del que solo consume el pie. El punto de ruptura de la concha se produce preferentemente en la región dorso-anterior (Yanes et al., 1991; Suárez et al., 2009). Al principio, tan solo se conocían en el mundo siete especies de aves capaces de manipular caracoles de esta forma, siendo la cogujada montesina la única conocida para ecosistemas esteparios (Yanes y Delgado, 2006), pero posteriormente, entre los aláudidos, también se detectó este comportamiento en la cogujada común y en la alondra ibis (Alaemon alaudipes) (Suárez et al., 2009).

 

Referencias

Abs, M. (1963). Vergleichende Untersuchungen an Haubenlerche (Galerida cristata L.) und Theklalerche (Galerida theklae A.E. Brehm). Bonner Zoologische Beitrage, 14: 1-128.

Cramp, S. (Ed.) (1988). Handbook of the Birds of Europe, the Middle East and North Africa, vol. V Tyrant Flycatchers to Thrushes. Oxford University Press, Oxford – New York.

Gil-Lletget, A. (1927). Estudios sobre la alimentación de las aves I. Examen del contenido estomacal de 58 aves de Candeleda (Ávila). Boletín de la Real Sociedad Española de Historia Natural, 27: 81-96.

Gil-Lletget, A. (1928). Estudios sobre la alimentación de las aves. II. Boletín de la Real Sociedad Española de Historia Natural, 28: 171-194.

Gil-Lletget, A. (1944). Bases para un método de estudio científico de la alimentación en las aves, y resultado del análisis de 400 estómagos. Boletín de la Real Sociedad Española de Historia Natural, 42: 459-469.

Herranz, J., Yanes, M., Suárez, F. (1997). La dieta de los pollos de dos aláudidos simpátricos: la cogujada montesina y la terrera marismeña. Pp. 123-133. En: Manrique, J., Sánchez, A.,  Suárez, F., Yanes, M. (Eds.). Actas XII Jornadas Ornitológicas Españolas, Instituto de Estudios Almerienses, Almería.

Hódar, J. A. (1995). Diet of the Thekla lark, Galerida theklae, in a shrubsteppe of southeastern Spain. Doñana Acta Vertebrata, 22: 110-114.

Suárez, F., Hervás, I., Herranz, J. (2009). Las alondras de España peninsular. Dirección General para la Biodiversidad. Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, Madrid.

Tellería, J. L., Asensio, B., Díaz, M. (1999). Aves Ibéricas II. Passeriformes. J. M. Reyero Editor, Madrid.

Valverde, J. A. (1967). Estructura de una comunidad mediterránea de vertebrados terrestres. Monografías de la Estación Biológica de Doñana núm. 12. CSIC, Madrid.

Yanes, M., Delgado, J. M. (2006). Aves esteparias en Andalucía. Bases para su conservación. Manuales de Conservación de la Naturaleza Nº 3. Consejería de Medio Ambiente, Junta de Andalucía, Sevilla.

Yanes, M., Suárez, F., Manrique, J. (1991). La cogujada montesina, Galerida theklae, como depredador del caracol Otala lactea: Comportamiento alimenticio y selección de presa. Ardeola, 38 (2): 297-303.

 

 

 

 

 

Jesús Cobo Anula

Las Eras, 11

40176 El Arenal, Orejana (Segovia)

 

Fecha de publicación: 25-04-2023

 

Cobo, J. (2023). Cogujada Montesina – Galerida theklae. En: Enciclopedia Virtual de los Vertebrados Españoles. López, P., Martín, J., Traba, J. (Eds.). Museo Nacional de Ciencias Naturales, Madrid. http://www.vertebradosibericos.org/