Cogujada montesina - Galerida theklae (A. E. Brehm, 1857)

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Portada

 

Identificación

 

Estatus de conservación

 

Distribución

 

Hábitat

 

 

Voz

 

 

Movimientos

 

Ecología trófica

 

Biología de la reproducción

 

Interacciones entre especies

 

Comportamiento

 

Bibliografía

 

 

 

 

Key words: Thekla Lark, hábitat, population size, status, threats, conservation.

 

bitat

La cogujada montesina es un componente típico de las estepas ibéricas con vegetación natural, prefiriendo las estepas leñosas de menor latitud de los pisos termo y mesomediterráneo, es decir, aquellas con mayor termicidad, o con temperaturas más elevadas, y con mayor grado de aridez. Es en estos ambientes donde alcanza sus mayores densidades, aunque también aparece en el supramediterráneo en densidades mucho más bajas, pero siempre circunscrita a áreas de matorral (Suárez, 1988; Martínez y Purroy, 1993; Tellería et al., 1999; Santos y Suárez, 2005). También parece más abundante en las zonas de relieve más accidentado que en las zonas llanas, aunque este papel del relieve en su abundancia se encuentra todavía poco estudiado (Suárez y Ramírez, 1987; Guillaumet et al., 2010; Guillaumet y Leotard, 2015).

En su área de distribución iberobalear vive en una gran variedad de medios abiertos y despejados (Cramp, 1988; Tellería et al., 1999; Díaz, 2003; Suárez et al., 2009; Cobo, 2022), ocupando desde dunas costeras al nivel del mar (Díaz, 2003; Guillaumet y Leotard, 2015), espartales (Díaz, 2003), eriales (Cramp, 1988), pastizales (Cobo, 2022), páramos (Tellería et al., 1988a) y otras formaciones de matorrales de porte variado no muy densas -sobre todo caméfitos como tomillares, pero también jarales (Potti y Tellería, 1986), retamares (Seoane, 2002), coscojares, romerales, etc. (Herrera y Soriguer, 1977) incluidos matorrales montanos (Potti y Tellería, 1986; Rey et al., 1997; Seoane, 2002) o altimontanos (Díaz et al., 1994), como los matorrales de enebros rastreros en Sierra Nevada a 2.200 m de altitud (Díaz, 2003; Zamora y Barea-Azcón, 2015) de la región Mediterránea. En invierno se distribuye más equitativamente por otros sectores como cultivos con matorral (Tellería y Santos, 1985; Seoane, 2002) y, en menor medida, cultivos y pastizales (Tellería et al., 1988a; Manrique, 2012). Con menor intensidad, también selecciona algunos tipos de bosques abiertos y determinadas dehesas (encinares-alcornocales, encinares-acebuchares, enebrales-sabinares) (Herrera, 1980; Suárez y Muñoz-Cobo, 1984; Cramp, 1988; Pulido y Díaz, 1992; Díaz et al., 1994; Rey et al., 1997; Díaz, 2003), algunos cultivos leñosos y arbóreos (olivar, viñedo, etc.) (Guillaumet et al., 2010), incluidas repoblaciones forestales cuando aún son jóvenes bosques y mantienen una representación importante de la vegetación a la que sustituirán en el futuro (Valverde et al., 2001), áreas con incendios recientes (Pons y Bas, 2005; Zozaya et al., 2010, 2012), y también entra en los cultivos de secano (Manrique, 2012). Evita las formaciones arboladas y las áreas de cultivo de secano y campiñas extensas (Díaz et al., 1994; Tellería et al., 1999; Díaz, 2003; Manrique, 2012; Cobo, 2022), los cultivos de regadío e inundación (Cobo, 2022), y las zonas periurbanas fuertemente antropizadas (Laiolo, 2012; Manrique, 2012; Møller y Díaz, 2017; Cobo, 2022). 

En el sur de Portugal las cogujadas montesinas son abundantes en paisajes fragmentados con pequeñas parcelas de pastizal, alta densidad de bordes o linderos y barbechos viejos donde el ganado está ausente durante buena parte del año; es decir, ocupa más a menudo los pastizales con mayor heterogeneidad, irregulares, con arbustos y árboles intercalados, pero no le favorece un pastoreo intensivo que reduce la complejidad estructural del pastizal y genera pastos cortos y uniformes (Reino et al., 2010). En Castro Verde (Portugal) está presente en estepas cerealistas con un alto porcentaje de barbechos y arbustos. En concreto, en esta zona de Portugal la probabilidad de encontrar cogujadas montesinas fue seis veces más alta en los transectos en los que había cobertura de arbustos que en los dominados por los barbechos (Moreira, 1999).

Las dos especies de cogujadas ibéricas presentan una clara segregación espacial en las áreas donde coinciden, distribuyéndose complementariamente mediante una selección de hábitat diferencial. Los agroecosistemas en mosaico permiten la coexistencia de ambas especies, mientras que la simplificación del paisaje implica la desaparición de una de ellas. En ausencia de una de ellas, sin competencia y en alopatría, cada especie de cogujada ocupa preferentemente sus hábitats favoritos: zonas con vegetación arbustiva la montesina, y cultivos de cereal y zonas más antropizadas la común (Suárez, 1988; Tellería et al., 1999; Santos y Suárez, 2005; Laiolo, 2013).

En las estepas cerealistas supramediterráneas la cogujada montesina ocupa sectores dominados por eriales y terrenos arbustivos, mientras que la cogujada común ocupa los sectores dominados por pastos y cultivos (Tellería et al., 1988a). En las dehesas extremeñas, la cogujada montesina selecciona preferiblemente las no cultivadas y las cultivadas que fueron pastoreadas, mientras que la común aparece claramente asociada a las cultivadas (Pulido y Díaz, 1992). En la Comunidad de Madrid la cogujada montesina prefiere las zonas de matorral excepto los piornales de montaña- ocupando también pastizales, enebrales y encinares, sin asociarse a la presencia humana, factor que la segrega netamente de la cogujada común (Møller y Díaz, 2017). Aquí, las mayores abundancias de montesinas se detectaron en formaciones de matorral bajo y disperso, aunque no desprecia retamares, enebrales y jarales (Díaz et al., 1994; Seoane, 2002).

Por último, la cogujada montesina alcanza altitudes superiores a la común, llegando con frecuencia a los 1.400-1.500 m de altitud, e incluso hasta los 2.200 m en Sierra Nevada (Tellería et al., 1988b, 1999; Zamora y Barea-Azcón, 2015).

 

Abundancia

La cogujada montesina se ha registrado como la especie de ave dominante en las estepas con vegetación natural del sudeste ibérico como las de Cabo de Gata, Níjar y Guadix (Tellería et al., 1988b; Manrique, 1988; Martínez y Purroy, 1993). En este sector de la península también se han obtenido valores altos de abundancia de cogujadas (Galerida sp., sin concretar la especie) en saladares del litoral (Paracuellos, 1994).

Entre los años 1998 y 2002, en España sus mayores abundancias se registraron en dehesas, estepas y garrigas con una media de densidades máximas en estos tres hábitats de 74,2 aves/km2 (Díaz, 2003). Posteriormente, en una estimación de la población reproductora en España peninsular realizada para el periodo entre los años 2004 y 2006, se obtuvieron sus mayores densidades en el piso mesomediterráneo: matorrales (43-83 aves/km2), cereales extensivos de secano (49 aves/km2) y cultivos de frutales (41 aves/km2) (Carrascal y Palomino, 2008).

Para la población invernante española, entre los años 2007 y 2010, la densidad más elevada (43 aves/km2) correspondió a mosaicos agropecuarios muy fragmentados seguidos de cultivos de secano (30 aves/km2) y matorrales (26 aves/km2) (Manrique, 2012).

En el III atlas de las aves de España en época de reproducción (2014-2018) se confirmó esta información previa. Los ambientes litorales y matorrales (con densidades medias superiores a 25 aves/km2) y pastizales (>18 aves/km2) son sus tipos de hábitats preferidos, registrando éstos las densidades más altas. Ocupa también bosques abiertos como los enebrales y sabinares, dehesas y algunos cultivos arbóreos abiertos, entrando también en los cultivos de los paisajes heterogéneos de los mosaicos agropecuarios. Evita las formaciones arboladas densas, áreas de cultivo de secano extensas, cultivos de regadío e inundación y zonas muy urbanizadas (Cobo, 2022).

 

Tamaño de población

En España peninsular, para el periodo entre 2004 y 2006, se estimó una población reproductora media de 3.950.000 cogujadas montesinas, con la mayor parte de la población en las comunidades autónomas de Aragón (31%), Andalucía (23%), Castilla-La Mancha (20%) y Murcia (9%) (Carrascal y Palomino, 2008). Dado el sedentarismo de la especie, se espera que el tamaño de población no varíe durante el invierno (Manrique, 2012).

A partir del trabajo de campo del III atlas de las aves de España en época de reproducción (2014-2018), se estimó un tamaño de población –sin datos para las islas Baleares- de 3.980.000 aves, confirmándose un aumento muy moderado respecto a las estimaciones anteriores. En orden de importancia, las comunidades autónomas de Castilla y León (22%), Andalucía (19%), Castilla-La Mancha (18%), Extremadura (13%) y Aragón (10%) albergaban más del 82% de la población ibérica (Cobo, 2022).

Al contrario de lo que ocurre con otras especies de aves esteparias, entre las cogujadas no se han registrado variaciones interanuales sustanciales de su población relacionadas con las lluvias y los consecuentes cambios de las densidades de insectos y semillas (de Juana y García, 2005).

Se estima que su población mundial se encuentra en un rango de entre 20 y 40 millones de individuos maduros (BirdLife International, 2017b).

 

Estado de conservación

A nivel mundial, la Lista Roja de las especies amenazadas de la IUCN, califica a la cogujada montesina como especie de riesgo o de preocupación menor –LC (Least Concern)-, categoría que corresponde a aquellos taxones que no alcanzan la categoría de "Casi amenazada", con una tendencia de población decreciente (BirdLife International, 2017b).

A principios de siglo, su población europea fue clasificada con la categoría de SPEC 3 (especie con población o distribución global no concentrada en Europa, pero con un estado de conservación desfavorable en Europa) por el criterio de sufrir un gran declive histórico (BirdLife International, 2004). Sin embargo, en la última evaluación a nivel europeo, no se mantiene su categoría como SPEC por haber experimentado el tamaño de su población una tendencia de aumento (BirdLife International, 2017a).

En España, el estado de conservación de la cogujada montesina no se evaluó en el Libro Rojo de las aves de España del año 2004 al no considerarse amenazada (Madroño et al., 2004). El Libro Rojo de las aves de España del año 2021 señala que la evolución de la especie ha sido favorable entre 2004 y 2021 y la califica en la Lista Roja de las Aves de España como especie de preocupación menor (LC) (López-Jiménez, 2021). La tendencia de su población reproductora en España peninsular a largo plazo, entre los años 1998 y 2021, según los resultados del programa SACRE (Seguimiento de Aves Comunes Reproductoras en España) desarrollado por SEO/BirdLife, es de un incremento moderado (Escandell y Escudero, 2022a). Así mismo, la tendencia de su población en invierno entre 2008/9 y 2020/21 se considera estable según los resultados del programa SACIN de SEO/BirdLife (Escandell y Escudero, 2022b).

 

Amenazas

La preferencia por medios abiertos, la nidificación en el suelo y la alimentación basada en artrópodos y semillas de esta especie apunta a considerar la intensificación agrícola, la roturación de baldíos para aumentar la superficie agrícola, y la reconversión de pastizales y de baldíos o eriales en plantaciones de árboles como factores de amenaza (Tellería et al., 1988a; Suárez et al., 1991; Valverde et al., 2001; Díaz, 2003). También se han señalado la transformación de áreas esteparias en regadíos, la creación de cultivos bajo plástico en zonas costeras donde tenía altas densidades (Yanes, 2000), la urbanización, y la construcción de grandes infraestructuras como causas de extinciones locales (Díaz, 2020). Del mismo modo, y pese a no tratarse de una especie frugívora, la intensificación del olivar genera claros efectos negativos sobre las cogujadas montesinas, que también responden negativamente a la homogeneización del paisaje por el aumento de las plantaciones de olivar, a su puesta en regadío y al tratamiento de sus calles con herbicidas (Morgado et al., 2021). El cambio de los viñedos en vaso a espalderas también ha podido afectarla, aunque este efecto no se conoce con precisión (Suárez et al., 2009).

Los parques eólicos no parecen ocasionarles molestias, ni actuar como barrera. En el parque eólico Sierra de Aguas (Málaga), los resultados de dos años consecutivos de censos no detectaron diferencias significativas en las densidades de las allí abundantes cogujadas montesinas, y fueron similares a los de otros hábitats y regiones en su área de distribución ibérica, aunque en el segundo año se registró una cantidad ligeramente inferior (Farfán et al., 2009).

En áreas de alta densidad como la Reserva Ornitológica de Las Amoladeras (Cabo de Gata, Almería) se registraron fuertes descensos de su población, del orden de entre el 25% y el 80% dependiendo de las zonas, tras la declaración de la reserva. Esta drástica disminución se atribuyó al aumento de la pérdida de nidadas ocasionadas por la depredación por zorros rojos y perros asilvestrados. La prohibición de la caza de conejos, la presa principal de estos depredadores generalistas, potenció el aumento de su población y, en consecuencia, una mayor presencia y actividad de los cánidos. Estos últimos, de forma fortuita e incidental, depredaban las nidadas de los aláudidos convirtiéndose en sus principales depredadores. Si bien, el consumo de las nidadas era marginal en la dieta de los cánidos, produjeron que las densidades de aláudidos, cuyos altos niveles fueron la justificación para proteger este espacio, cayeran considerablemente, De acuerdo con modelos diseñados para estimar la productividad de los aláudidos, esta no sería suficiente para permitir una estabilidad de sus poblaciones en la reserva, mientras que fuera de la reserva se mantenían en los mismos niveles (Suárez et al., 1993; Yanes y Suárez, 1996a, 1996b).

La cogujada montesina es una de las especies para las que se prevé una pérdida de su área de distribución potencial futura en España por efecto del cambio climático. En simulaciones para conocer el impacto sobre su área de distribución potencial futura en Europa, solamente unos pocos sectores de la península Ibérica serían habitables, así como una franja discontinua a lo largo de la costa septentrional del Mediterráneo, que se extendería hacia el este a través del sur de Francia e Italia, y con algunas áreas dispersas en los Balcanes. Según esta simulación, la mayor parte de su actual área de distribución en Iberia, así como el conjunto de las islas Baleares, no sería habitable para la especie a finales del s. XXI (Huntley et al., 2007). Para el caso concreto de España, según otras simulaciones posteriores, se esperan impactos moderados en su distribución potencial, con contracciones de entre un 40% y un 46% en 2041-2070. El nivel de solapamiento entre la distribución actual y la potencial prevista en España se reduciría hasta un rango de entre un 39% y un 45% en 2041-2070 (Araújo et al., 2011).

Sin embargo, la cogujada montesina es una de las especies de paseriformes que fueron detectadas en 2008-2012 en las formaciones de matorral de enebros, a 2.200 m de altitud, en Sierra Nevada, donde no se encontraba en 1980 aunque sin quedar claro si es debido a la crisis climática o a cambios en la vegetación o del uso del territorio (Zamora y Barea-Azcón, 2015). En este caso, se estaría produciendo un cambio en la composición y estructura de las comunidades de aves por el que especies esteparias podrían aprovechar el declive de especies especialistas de montaña y sustituirlas en altitud (Zamora y Barea-Azcón, 2015).

 

Medidas de conservación

En Europa, la cogujada montesina está incluida en el anexo I de la Directiva Aves -Directiva 2009/147/CE del Parlamento Europeo y del Consejo de 30 de noviembre de 2009 relativa a la conservación de las aves silvestres (DOUE nº L 20 de 26.01.2010, p: 7-25)-, por lo que es una especie objeto de medidas de conservación especiales en cuanto a su hábitat, con el fin de asegurar su supervivencia y su reproducción en su área de distribución.

En España es uno de los taxones del Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial -Real Decreto 139/2011, de 4 de febrero, para el desarrollo del Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial y del Catálogo Español de Especies Amenazadas (BOE nº 46, miércoles 23 febrero 2011, pp: 201912-20950)- y está considerada como especie De interés especialen los catálogos regionales de fauna amenazada de Castilla-La Mancha -Decreto 33/1998, de 05-05-98, por el que crea el Catálogo Regional de Especies Amenazadas de Castilla-La Mancha (DOCM núm. 22, 15 de mayo 1998, pp: 3391-3398)-, Extremadura -Decreto 37/2001, de 6 de marzo, por el que se regula el Catálogo Regional de Especies Amenazadas de Extremadura (DOE nº 30, 13/03/2001)- y País Vasco -Decreto 167/1996, de 9 de julio, por el que se regula el Catálogo Vasco de Especies Amenazadas de la Fauna y Flora, Silvestre y Marina (BOPV nº 140, 22/07/1996)-.

En el contexto actual de cambios y reformas es urgente superar las lagunas de conocimiento existentes acerca de la abundancia, distribución y biología de las aves esteparias españolas. Ya hace tiempo que se destacó lo poco que se conoce sobre las alondras y otras aves esteparias con la excepción de algunas especies emblemáticas (Suárez et al., 2003). Como ocurre con la mayoría de las especies de aves esteparias españolas de pequeña talla, la cogujada montesina ha recibido escasa atención científica, y ello a pesar de la importancia relativa que han adquirido en España durante las últimas décadas la investigación sobre estas comunidades de aves (Morales y Traba, 2016).

A partir de los resultados del atlas de las aves reproductoras en España de 2003 (Díaz, 2003), se calculó que sólo el 6,74% de su área de distribución española se encontraba dentro de espacios naturales protegidos y el 24,82% dentro de ZEPA (Zonas de Especial Protección para las Aves) (Traba et al., 2007).

Al no tratarse de una especie amenazada, la cogujada montesina no cuenta con planes de acción específicos para su conservación, pero se beneficia de los que se aplican a otras especies (emblemáticas y amenazadas) de aves esteparias y de la planificación y protección de los espacios naturales protegidos donde vive.

 

Referencias

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Jesús Cobo Anula

Las Eras, 11

40176 El Arenal, Orejana (Segovia)

 

Fecha de publicación: 25-04-2023

 

Cobo, J. (2023). Cogujada Montesina – Galerida theklae. En: Enciclopedia Virtual de los Vertebrados Españoles. López, P., Martín, J., Traba, J. (Eds.). Museo Nacional de Ciencias Naturales, Madrid. http://www.vertebradosibericos.org/