Cigüeña negra - Ciconia nigra Linnaeus, 1758

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Portada

 

Identificación

 

Estatus de conservación

 

Distribución

 

Hábitat

 

 

Voz

 

 

Movimientos

 

Ecología trófica

 

Biología de la reproducción

 

Interacciones entre especies

 

Comportamiento

 

Bibliografía

 

 

 

Key words: Black Stork, habitat, population size, status, threats, conservation.

 

Hábitat

Hábitat de nidificación

La cigüeña negra en la península ibérica ocupa, en términos generales, tanto zonas arboladas correspondientes a masas forestales (preferentemente extensas y maduras), como riscos en sierras y roquedos fluviales (Ferrero y Pizarro, 2003; Cano Alonso et al., 2006; Del Moral, 2018). Todos estos enclaves precisan de masas de agua próximas más o menos permanentes (arroyos, ríos, charcas, colas de embalses) que le suministren alimento durante toda la época de reproducción.

En referencia al lugar de nidificación, en el último censo de la población reproductora de la especie, correspondiente a la primavera de 2017(Del Moral, 2018), sobre una muestra de 336 parejas, el 55,65% de los nidos detectados se encontraron en árbol y el 44,35% en roca. Estos datos invierten la proporción que se conocía previamente (Cano Alonso et al., 2004), cuando el 44,7 % de la población reproductora ibérica conocida criaba en árbol y un 55,3 % lo hacía en roca (el 11,2 % riscos en sierras y el 44,1 % roquedos fluviales). El 19,4 % de las parejas que crían en Portugal, lo hacen en árbol (Cano Alonso et al., 2004).

Por Comunidades autónomas, en todas menos en Castilla León, (en donde de 44 nidos, 25 estaban localizados en roca; 56,82%), el procentaje de parejas que crían en roca es inferior a las que crían en árbol (Del Moral, 2018).

Rara vez nidifica en construcciones (Ferrero y Roma. 1991) o edificios abandonados (un caso en Jaen en 2017, información proporcionada por la Junta de Andalucía).

La cigüeña negra manifiesta una gran plasticidad ecológica en relación con el hábitat de nidificación. Así, individuos nacidos en medio forestales pueden criar en roquedos, o viceversa (Cano Alonso, obs. pers; Prieta, 2012).

Un estudio realizado en España (Cano y Tellería, 2013) revela que el sustrato de nidificación no determina diferencias en la productividad. Solo aquellas parejas rupícolas que crían en territorios de manejo abierto (acceso público) tienen significativamente menor productividad que las parejas que crían en cualquier otra condición. Por consiguiente, cambios en el comportamiento entre reproductores en acantilados o en árboles no tendría un efecto relevante per se en la productividad de la especie, pero combinado con la limitación del acceso alrededor de los sitios de cría en acantilados sí que podría tener un efecto relevante.

Masas forestales

Una considerable fracción de la población ibérica se localiza en las dehesas del cuadrante occidental y suroccidental de Iberia, tanto en el piso termomediterráneo como el mesomediterráneo. No obstante, existe una fracción significativa de parejas criando en pequeñas islas forestales de extensión reducida.

Las dehesas, por su carácter de bosque aclarado, con grandes extensiones que gozan de tranquilidad al encontrarse en su mayoría en régimen privado y con una alta disponibilidad trófica para la especie proporcionada por los arroyos, colas de embalses y charcas, constituyen un lugar idóneo. En este hábitat, la cigüeña negra encuentra lo que precisa: bosques abiertos que le permitan maniobrabilidad en la masa forestal, árboles con cierto porte para construir sus nidos, alimento y tranquilidad.

Ocupan preferentemente alcornoques (Quercus suber) frente a las encinas (Quercus rotundifoliae), debido a que la estructura de las ramas y la copa del alcornoque facilita su ocupación por parte de la especie (Rodríguez de los Santos et al., 1984; Ferrero y Román, 1991a). Las dehesas de encinas y robles son hábitats menos comunes para la nidificación de la especie. En Extremadura, tradicionalmente el número de nidos en roca ha sido superior a los situados en árbol, aunque ha ido cambiando los porcentajes en el último censo (Del Moral, 2018). Dentro de los árboles, también ha variado el porcentaje de especies de árbol que sustentan los nidos. A principios del siglo XXI, el 77,5 % de los nidos conocidos de cigüeña negra en árbol se localizan en alcornoques, lo que significa el 45,4 % de las 173 parejas reproductoras controladas en el año 2001 (Ferrero y Pizarro, 2003). En el año 2014 el porcentaje de nidos conocidos en alcornoque respecto al total de nidos en árbol descendió al 60% (119 nidos en alcornoque de 198 nidos conocidos en árbol) (Junta de Extremadura 2014). En el censo publicado por SEO/BirdLife correspondiente al año 2017 (Del Moral, 2018), de 109 nidos controlados en Extremadura durante la primavera de 2017, el 56,77% se situaron en árboles, un 19,53% en alcornoques. Salamanca, Toledo, Ciudad Real, el área de Sierra Morena andaluza y una fracción importante de los escasos nidos en árbol conocidos en Portugal, son otras áreas donde los alcornocales son hábitat típicos de nidificación para la especie.

El otro medio forestal importante para la especie en Iberia lo constituyen los pinares del sistema central y áreas periféricas, especialmente los pinares mesomediterráneos y supramediterráneos de pino piñonero (Pinus pinea) y pino resinero (Pinus pinaster), alcanzando incluso los pinares de pino silvestre (Pinus sylvestris) en la sierra de Guadarrama (Sotolargo, com. pers.). También en este caso, la estructura de las ramas y la copa del Pino Piñonero parecen determinantes para que la cigüeña negra haga una selección positiva de este sustrato de nidificación frente a las otras especies de pinos (Ferrero y Román, 1991a). Este hábitat de nidificación es típico para la especie en Madrid, Segovia, Ávila, oeste de Cáceres y pinares islas en otras provincias españolas y algunos enclaves portugueses.

Por último, se ha descrito la nidificación de la especie sobre otros sustratos arbóreos en Iberia: chopo (Populus sp.), fresno (Fraxinus angustifolia), eucaliptos (Eucalyptus spp.), quejigo (Quercus faginea), roble (Quercus pyrenaica), aliso (Alnus glutinosa), acebuche (Olea europaea sylvestris) (Ferrero y Pizarro, 2003) y castaño (Castanea sativa) (Del Moral, 2018).

Roquedos fluviales

Los roquedos fluviales graníticos, cuarcíticos o pizarrosos que forman repisas y oquedades, especialmente abundantes en determinados cursos de algunos ríos ibéricos que discurren hacia la vertiente atlántica, suponen un sustrato de cría idóneo para la especie (Figura 1). Además de un sustrato de nidificación óptimo, estos roquedos fluviales se encuentran próximos a buenas zonas de alimentación. Son especialmente importantes para la cigüeña negra en la cuenca del Tajo, Duero y, en menor medida, en el Guadiana. Las provincias de Salamanca (48% del total de nidos conocidos en 2017) y Zamora (100%) en la cuenca del Duero, Cáceres (52,34%) en la cuenca del Tajo y, presumiblemente Córdoba (60%) en la cuenca del Guadalquivir son las que presentan un número más alto de parejas nidificantes en este tipo de hábitat (Del Moral, 2018). Además, se conocen parejas nidificantes en roquedos fluviales en Ciudad Real, Toledo, Madrid y en todas las provincias andaluzas con presencia de la especie.

En Portugal, a principios del siglo XXI las dos terceras partes de la población reproductora nidifica en roquedos fluviales (Cano Alonso et al., 2004).

Figura 1. Nido en un roquedo del Parque Nacional de Monfragüe. © J. Prieta.

 

En este tipo de hábitat se puede observar una densidad mayor de parejas nidificantes que en otros medios, hecho constatado en provincias como Salamanca, Cáceres, Zamora y Toledo. Como ejemplo, citar que se ha observado el caso de la nidificación simultánea de hasta cinco parejas de cigüeña negra en un mismo roquedo: en Peña Falcón, Salto del Gitano (Parque Natural de Monfragüe) en varios años entre 2004 y 2020, incluso en alguna ocasión se ha sospechado de seis nidos simultáneos (Cano Alonso y Prieta, obs. pers.).

Riscos en sierra

Los riscos en sierra dan cobijo al 11 % de la población nidificante censada en Iberia, especialmente en Extremadura y oeste de Ciudad Real, si bien hay citas de parejas criando en riscos serranos en Córdoba, Huelva, Sevilla y Salamanca. También es significativa la proporción de parejas nidificantes en Portugal, donde un 15 % de la población lo hace en este hábitat. La inaccesibilidad a estos riscos, generalmente rodeados de vegetación típica de ambientes mediterráneos (madroñeras, jarales…), unido a la tranquilidad de los mismos, pueden ser dos de las principales causas que expliquen la nidificación de la especie en este medio marginal considerando las preferencias de hábitat globales de la especie en Europa y particularmente en Iberia. Sin embargo, la densidad de parejas nidificantes en este ambiente rupícola es menor respecto a las parejas que crían en roquedos fluviales, aunque en algunos casos se han observado en Cáceres hasta tres nidos en un mismo roquedo (J. Prieta; com. pers.).

En cuanto a las elevaciones montañosas con presencia de parejas nidificantes en sus riscos, cabe destacar el sector más occidental del sistema central (Cáceres y Salamanca), sierra Morena, sierra Norte de Sevilla y todas las comarcas montañosas extremeñas con disponibilidad de roquedos, especialmente en las Villuercas y las sierras del este de Badajoz (Ferrero y Pizarro, 2003). El rango altitudinal oscila en una amplia horquilla, pero mayoritariamente se incluye dentro del piso mesomediterráneo (< 1.000 m s.n.m.).

En Madrid y Ávila se conocen parejas criando en roca fuera de roquedos fluviales, pero no se pueden considerar parejas que crían propiamente en roquedos de sierra, sino en masas forestales (aprovechando de manera excepcional una disponibilidad rupícola puntual). Se ha podido comprobar que un mismo individuo puede criar en árbol y en roca en años distintos.

Canteras y minas a cielo abierto

En España, las canteras y minas a cielo abierto suponen un hábitat de nidificación alternativo al sustrato rocoso natural. Existen documentados casos de nidificación en este hábitat, al menos, en las provincias de Cáceres, Salamanca, Madrid y Huelva (Junta de Castilla y León, datos propios; Cano Alonso, datos propios; Junta de Andalucía, datos propios; Prieta com. pers.).

Hábitat de alimentación

Durante la época de reproducción, la especie usa principalmente tramos de ríos y arroyos sin mucha profundidad donde pueda pescar peces y anfibios principalmente (ver apartado de ecología trófica).

Existen algunos estudios del hábitat de alimentación durante el periodo post-reproductor en la península ibérica.

Para alimentarse selecciona lagunas distantes de carreteras, de gran tamaño, elevada profundidad, orillas con poca profundidad, poca turbidez, escasas huellas de ungulados en las orillas, alta diversidad de especies de peces y anfibios y perímetro con vegetación, en áreas llanas y abiertas (Moreno-Opo et al., 2011).

En un estudio utilizando 27 itinerarios otoñales de cigüeñas negras ibéricas y extraibéricas seguidas por satélite entre 1998 y 2010, no se vio diferencia en el uso de hábitat entre individuos ibéricos o extraibéricos. Las masas de agua fueron menos usadas (5,25% de las localizaciones en aguas continentales, n = 381) que los cursos fluviales (94,75%, n = 381). Todas las localizaciones obtenidas en cursos fluviales se encontraron en tan solo cuatro tipos diferentes, que fueron muy seleccionados dentro de las cuencas del Guadiana y el Guadalquivir (χ2 = 9150.39 grados de libertad d.f. = 56, p << 0, 001, n = 57 tipos diferentes de cursos fluviales en las cuencas del Guadiana y del Guadalquivir). Todas las localizaciones excepto 20 estuvieron en dos tipos de cursos fluviales: "Ríos de llanuras silíceas del Tajo y Guadiana (código tipo: 101)" y "Ríos de la baja montaña mediterránea silícea (código tipo: 108)". Dentro de estos cursos de agua, las Cigüeñas negras usan significativamente tramos de río con cobertura arbórea (ver arriba análisis composicional), lejos de núcleos urbanos (F1, 1428 = 11,78, p = 0,006) e infraestructuras lineales (F1, 1428 = 23,94, p << 0,001). Además, los tramos seleccionados están marginalmente más cerca de masas de agua (principalmente embalses) de lo que sería de esperar en una distribución al azar, aunque no es una diferencia significativa (F1, 1428 = 3,26, p = 0,07) (Cano Alonso, 2013).

Hábitat invernal

El hábitat invernal de la cigüeña negra en Iberia lo constituyen los arrozales, con más del 50% de las observaciones en este hábitat. El 68% de los individuos observados durante el invierno 2012-2013 estaban en cultivos de arroz (Cano Alonso et al., 2014).

Las charcas, colas de embalses y arroyos tributarios son otros hábitats significativos para la especie en invierno en la península ibérica.

Todos estos hábitat se caracterizan por tener una alta disponibilidad trófica para la especie y porque el nivel del agua permanece bajo y constante durante el invierno. El cangrejo de río americano (Procambarus clarkii) constituye una presa fundamental para la especie durante esta estación (Cano Alonso, 2004), el cual es especialmente abundante en los arrozales (Parkes y Torres Sánchez, 2003; Máñez et al., 2018).

Existe una alta fidelidad por las áreas de invernada en España de un año para otro. Un ejemplo de esto lo constituye un individuo portugués nacido en 1996, observado en las marismas de Guadalquivir entre los inviernos de 1998 a 2003. Otro individuo nacido y anillado en la República Checa en 2006, se lleva observando desde el 2007 durante 14 inviernos seguidos en Oliva de Plasencia (Cáceres) (Prieta, com. pers.).

En el Sahel se encuentra en sabanas con ríos estacionales y pequeñas masas de agua (Alonso et al., 2013b).

En sus zonas de invernada en África Occidental, utiliza dormideros en los árboles más elevados (11,4 m de media) que la vegetación circundante (4,2 m de media), en un 46% de los casos árboles muertos y próximos a las zonas de alimentación. Utilizan cada dormidero unos cuatro días, cambiando hasta 41 veces de dormidero durante un periodo de invernada (Chevallier et al., 2010).

 

Tamaño de población

Según el censo publicado por SEO/BirdLife correspondiente al año 2017, la población de cigüeña negra en España es de 386 territorios (346 parejas seguras y 40 probables) (Del Moral, 2018), cifras que no son significativamente distintas a los datos recopilados para el Atlas de Aves Reproductoras de España, donde la población nidificante española conocida a principios del siglo XXI se cifraba en 387 parejas (322 reproductoras seguras y 65 posibles) (Cano Alonso y Hernández García, 2003). Extremadura seguiría albergando el núcleo más importante, con 172 territorios seguros (173 parejas seguras en el Atlas), es decir, más de la mitad de los efectivos españoles. Tan sólo en la provincia de Cáceres habría 117 territorios seguros según el censo realizado en 2017 (Del Moral, 2018), lo que viene a suponer un tercio del total. A la población extremeña le sigue en orden de importancia la de Andalucía (94 territorios seguros, 26,68% de la población total), de Castilla y León (47 parejas, 12,69%), Castilla-La Mancha (27 parejas, 9,07%) y Madrid (6 parejas, 1,55%) (Del Moral, 2018). La diferencia esencial de estos datos respecto al Atlas de Aves reproductoras, es que Andalucía gana importancia respecto al número de territorios/parejas seguras en detrimento de Castilla y León.

En Portugal se conocen 83 parejas reproductoras seguras y 96 posibles (Rosa et al., 2001).

Según estos datos, la población ibérica de cigüeña negra conocida sería 405 parejas seguras y 483 posibles (Cano Alonso et al., 2006), lo que supone, que la población real podría alcanzar o superar ligeramente con bastante probabilidad las 500 parejas reproductoras.

Analizando los datos de España desde un punto de vista histórico, estos resultados suponen una estabilización de la población en la última década, después de un aumento significativo con respecto al único censo nacional, realizado en 1987, donde se censaron 130 parejas seguras y 45 probables (González y Merino, 1988). No obstante, hay que ser muy cuidadosos a la hora de interpretar la tendencia de la población de la especie en España en los últimos 30 años. Al comparar los datos por provincias entre censos se observan porcentajes muy dispares en un lapso de tiempo que alcanza tres generaciones de la especie.

Existen varios factores a tener en cuenta. Si se tienen en cuenta las grandes extensiones de hábitat favorable que no se han estudiado adecuadamente, que existen todavía grandes deficiencias en el censo de la población según provincias y que es una especie difícil de censar debido a su comportamiento esquivo, cabe pensar en una población reproductora mayor que la conocida. Posiblemente, trabajos más exhaustivos en zonas de difícil prospección, como las sierras de la mitad sur peninsular, las dehesas de alcornocales del suroeste o los pinares del Sistema Central, se traducirían en el hallazgo de nuevas parejas. Por otro lado, la metodología utilizada de censo, pudiera estar llevando a un sesgo de muestreo (Fandos, en preparación), además de poder incurrir erróneamente en categorizar como "territorios ocupados" nidos y/o sitios donde hay presencia de individuos que no tienen por qué ser reproductores (Strazds, 2018; Cano Alonso et al., 2019).

Una aproximación a la evolución de la población nidificante española según datos publicados la podemos obtener si observamos los números de parejas o territorios seguros obtenidos por comunidades autónomas (ver Tabla 1).

 

Tabla 1. Datos comparativos entre el censo de cigüeña negra en el censo nacional de 1987 (González y Merino, 1988), los datos recogidos en el Atlas de las Aves Reproductoras de España (Cano Alonso y Hernández García, 2003) y el censo de la población reproductora de 2017 (Del Moral, 2018).

Comunidad Autónoma

Número de parejas seguras. Censo de 1987

Número de parejas seguras. Atlas 2003

Número de parejas seguras. Censo de 2017

Andalucía

11

52

94

Castilla La-Mancha

13

24

27

Castilla y León

28

61

47

Extremadura

78

173

172

Madrid

 

12

6

 

Estatus de conservación

Categoría global IUCN (2009): Preocupación Menor LC (BirdLife International, 2012).

Categoría para España IUCN (2004): Vulnerable VU D1 (Cano Alonso y Hernández García, 2004).

Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial y del Catálogo Español de Especies Amenazadas (Real Decreto 139/2011): "Vulnerable". En Andalucía, el Decreto 23/2012 que desarrolla el régimen especial de protección de las especies incluidas en el Catálogo Andaluz de Especies Amenazadas considera a la cigüeña negra "En peligro de extinción". En Extremadura, el Decreto 78 /2018, de 5 de junio, por el que se modifica el Decreto 37/2001, de 6 de marzo, por el que se regula el Catálogo Regional de Especies Amenazadas de Extremadura está catalogada "En peligro de Extinción". En Castilla La Mancha, el Decreto 33/1998 por el que se aprueba el Catálogo Regional de Especies Amenazadas, está catalogada como "En Peligro de Extinción". En la Comunidad de Madrid el Decreto 18/1992 la incluye como especie "En Peligro de Extinción". Tan solo Castilla y León, se acoge a la catalogación a escala estatal por no tener catálogo propio y por tanto tiene la categoría de "Vulnerable".

En Portugal también tiene el estatus de especie "Vulnerable" (Cabral, 2005).

 

Factores de amenaza

Los mayores factores de amenaza detectados para el conjunto de España y Portugal son (Cano Alonso et al., 2004, 2006; Del Moral, 2018; Cabral, 2005):

-Alteración de hábitats. Por un lado, la pérdida y cambios del hábitat de nidificación, especialmente debido a la construcción de nuevos embalses, incendios forestales, construcción de pistas y reemplazo de masas forestales maduras por plantaciones de especies de crecimiento rápido. Por otro lado, las alteraciones en los humedales donde se alimentan (Moreno Opo et al., 2011).

-Molestias humanas, centradas en actividades recreativas (navegación, pesca, visita a los nidos por parte de curiosos, escalada), actividades agrícolas y forestales (descorche o extracción de piñas durante la época de reproducción en el entorno de la nidificación) y uso de pistas en áreas de nidificación.

Los nidos situados en cortados rocosos accesibles a personas tienen menor productividad (Cano Alonso y Tellería, 2013).

-Mortalidad no natural, por colisión y electrocución con líneas aéreas eléctricas; destrucción accidental de nidos (por ejemplo, durante el descorche de los alcornoques) y disparos con armas de fuego.

Aunque parece que es una especie que no es especialmente proclive a la colisión con aerogeneradores (Onrubia, com. pers.), hacen falta estudios más profundos para ver el grado de amenaza de los parques eólicos (aerogeneradores, líneas de evacuación y pistas de acceso a las instalaciones) en España.

-La polución de las aguas continentales y el expolio de nidos, aunque son factores de amenaza que se consideran como de magnitud muy indeterminada en la población ibérica.

Solamente el 12,3% de las áreas favorables y el 18,8% de los individuos registrados durante el invierno 2012-2013 fueron observados en áreas protegidas de España y Portugal (Cano Alonso et al., 2014).

 

Medidas de conservación

Se han propuesto las siguientes medidas de conservación: Aprobación y dotación presupuestaria con rango legal de planes de recuperación, protección y gestión forestal adecuada, incentivos fiscales para los propietarios de fincas con parejas reproductoras, restricciones de tránsito, valoraciones de impacto, saneamiento de aguas y seguimiento de la población (Cano Alonso y Hernández García, 2004).

Aunque el 58,5% de las zonas de nidificación en España están en Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA) (Del Moral, 2018), hay muchas zonas de concentración postnupcial, paradas migratorias y de invernada que se encuentran fuera de cualquier tipo de protección (Cano Alonso, 2013).

Cigüeñas negras equipadas con emisores vía satélite en Francia hacen una parada en España durante la migración. Los sitios utilizados son el Parque Nacional de Monfragüe, Parque Regional de Gredos, Reserva de Cíjara, Parque Natural de Hornachuelos, Sierra de Cardeña y Montoro, Despeñaperros y Doñana. La conservación de estos sitios es crucial para la supervivencia de las poblaciones francesas (Chevallier et al., 2013).

 

Referencias

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Luis Santiago Cano Alonso
Grupo de Especialistas de la Comisión de Supervivencia de Especies
de Cigüeñas, Íbises y Espátulas de la IUCN

Fecha de publicación: 31-07-2004

Revisiones: 9-02-2007; 19-04-2012; 26-04-2012; 24-05-2012; 6-05-2016

Versión: 5-03-2021

Cano Alonso, L. S. (2021). Cigüeña negra – Ciconia nigra. En: Enciclopedia Virtual de los Vertebrados Españoles. López, P., Martín, J., Blas, J. (Eds.). Museo Nacional de Ciencias Naturales, Madrid. http://www.vertebradosibericos.org/