Sapo de espuelas - Pelobates cultripes (Cuvier, 1829)

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Portada

 

Identificación

 

Estatus de conservación

 

Distribución

 

Hábitat

 

Ecología trófica

 

Biología de la reproducción

 

Interacciones entre especies

 

Comportamiento

 

Bibliografía

 

Pdf

 

 

 

 

(C) S. D. Busack

 

Identificación

Sapo de apariencia robusta y de talla mediana. La longitud total máxima se sitúa en 125 mm, aunque por lo general presentan tallas menores, siendo las hembras más grandes que los machos. No presenta tímpanos externamente visibles, ni tampoco glándulas parotídeas aparentes. Los ojos presentan la pupila vertical con el iris de color plateado, amarillento o verde, con reflejos metálicos y un fino reticulado oscuro. Los tubérculos metatarsianos están muy desarrollados y endurecidos, formando una espuela de color negro. La piel es lisa y brillante. La coloración dorsal es variable: blanquecina, amarillenta, grisácea, verdosa o parda, a menudo con presencia de manchas pardas o verdosas más oscuras. Ventralmente presentan tonos blanquecinos, amarillentos o grisáceos, a veces con manchas oscuras.

 

Estatus de conservación

Categoría global IUCN (2008): Casi Amenazada (NT).

Categoría España IUCN (2002): Casi Amenazada (NT).

 

Distribución

Su distribución queda prácticamente restringida a la zona mediterránea de la Península Ibérica adentrándose por la costa sureste de Francia hasta las estribaciones de los Alpes Marítimos y apareciendo de forma aislada en la costa atlántica francesa. En la Península Ibérica está ausente en la franja cantábrica, así como en los Pirineos centrales y occidentales. Además escasea en el cuadrante sudoriental, faltando en las zonas más áridas del sureste peninsular.

 

Hábitat 

Suelen encontrarse en lugares con sustrato arenoso o al menos poco compactados que les permitan enterrarse sin dificultades. Los hábitats que ocupan son variados, pudiendo encontrarse en zonas boscosas, como encinares y pinares, pero también en zonas abiertas, como campos agrícolas, pastizales, dunas, marismas, vegas fluviales, etc.

 

Ecología trófica

Esta especie depreda sobre una amplia variedad de invertebrados que incluye anélidos, gasterópodos, ortópteros y coleópteros. Las larvas se alimentan de microorganismos, de restos vegetales y animales, pequeños crustáceos, puestas de otros anfibios e incluso pueden practicar el canibalismo si se encuentran en grandes densidades.

 

Biología de la reproducción 

La fenología reproductora varía con la latitud así como con las condiciones climáticas de cada año. En zonas de clima suave, como en regiones costeras del sur de Portugal y Andalucía presentan una época de reproducción larga que se puede extender desde octubre hasta marzo. En la mitad norte la época de reproducción se sitúa entre diciembre y mayo, pero en zonas de inviernos fríos, como por ejemplo en la meseta norte, el comienzo de la misma no tiene lugar hasta finales de febrero. La migración hacia los puntos de reproducción se ve fuertemente influenciada por la humedad ambiental y la temperatura, pudiendo prolongarse hasta más de un mes y ocurriendo bien de forma continua o bien en sucesivas oleadas. Machos y hembras emiten llamadas bajo el agua. El amplexus es inguinal; el tamaño de puesta varía entre 1.301 y 4.042 huevos. El desarrollo larvario dura entre tres y cuatro meses. Los individuos metamórficos, todavía con restos de cola, abandonan el agua con una talla que varía entre 18,2 y 34,1 mm. Las larvas de P. cultripes pueden acortar su periodo larvario en respuesta a la disminución de los niveles de agua de las charcas.

 

Interacciones entre especies 

Debido a sus hábitos eminentemente terrestres su interacción con otras especies de anfibios se limita prácticamente a la época reproductiva. Frecuentemente comparte puntos de reproducción con Pleurodeles waltl, así como con otras especies como Hyla meridionalis, Discoglossus galganoi, Pelophylax perezi y, con menos frecuencia, Epidalea calamita.

Como reacción defensiva hincha su cuerpo y emite sonidos similares a maullidos. El sapo de espuelas forma parte de la dieta de numerosos depredadores.

Las larvas de P. cultripes, debido a su alimentación herbívora, gran tamaño y largo periodo larvario, tienen un importante efecto sobre la estructura de las comunidades de charcas temporales.

 

Patrón social y comportamiento 

En las zonas más frías de su área de distribución suele presentar un periodo de reposo invernal de duración variable, reduciéndose también la actividad durante los meses más secos. En zonas más cálidas, como el sur de la Península Ibérica, el máximo de actividad anual se concentra entre los meses de noviembre y mayo, mientras que en el centro y norte de la Península se concentra a finales de invierno y/o primavera. Son animales eminentemente terrestres, por lo que sólo se les encuentra en el agua durante la época de celo. La actividad es casi exclusivamente nocturna y están especialmente activos al anochecer. Para protegerse durante los periodos de inactividad se entierran verticalmente y hacia atrás utilizando los espolones presentes en las patas posteriores. Las larvas son activas nadadoras y ocupan todas las porciones de las masas de agua, fundamentalmente fondo y columna de agua pero también la superficie.

 

Ernesto Recuero
Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC)

Fecha de publicación: 24-02-2010

Revisiones: 3-09-2014

Versión 28-10-2014

Recuero, E. (2014). Sapo de espuelas - Pelobates cultripes. En: Enciclopedia Virtual de los Vertebrados Españoles. Salvador, A., Martínez Solano, I. (Eds.). Museo Nacional de Ciencias Naturales, Madrid. http://www.vertebradosibericos.org/