Gaviota patiamarilla - Larus michahellis Naumann, 1840

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Portada

 

Identificación

 

Estatus de conservación

 

Distribución

 

Hábitat

 

 

Voz

 

 

Movimientos

 

Ecología trófica

 

Biología de la reproducción

 

Interacciones entre especies

 

Comportamiento

 

Bibliografía

 

 

 

Keywords: Yellow-legged gull, description, size, body mass, moult, systematics.

 

Sistemática

La taxonomía de la especie ha variado enormemente durante los últimos años, tanto como lo ha hecho la revisión de todo el género Larus a partir de, principalmente, estudios moleculares (Liebers et al., 2004; Pons et al., 2005; Collinson et al., 2008; Sternkopf et al., 2010). Antaño agrupada en el complejo argentatus, se separó posteriormente para constituir la especie L. cachinnans, que a su vez se subdividió en la actual gaviota cáspica L. cachinnans y la patiamarilla L. michahellis. Tanto en cuanto a genotipo como a fenotipo, existe una variación muy considerable entre poblaciones/subespecies, que se corresponde con las subespecies que se describen en el apartado de Distribución geográfica’.

 

Identificación

Gaviota perteneciente al grupo de los grandes láridos con cabeza blanca (en época de cría), con 4 grupos de edad, a saber: primer, segundo, tercer y cuarto año, pues es a la edad de 4 años cuando se alcanza el plumaje de adulto (Olsen y Larson, 2004). Los plumajes de primer a tercer año presentan, progresivamente, cada vez menos pardo y más gris en zona dorsal y alas. Algunos ejemplares de primer año, sobre todo en el caso de las poblaciones del Cantábrico, pueden llegar a confundirse con gaviota sombría, dada la enorme variabilidad fenotípica presente tanto en esta última como en la patiamarilla. Los adultos son blancos, con el manto y parte superior de las alas de un gris más oscuro que la argéntea L. argentatus pero más claro que la sombría L. fuscus (Olsen y Larson, 2004). El gris de las patiamarillas del Mediterráneo y el Cantábrico es similar y no hay diferencias entre sexos (Pons et al., 2004). Las patiamarillas de Macaronesia, especialmente las de Azores, son notoriamente más oscuras (Adriaens et al., 2020). Pico y patas de color amarillo. La intensidad de este color varía entre individuos y se asocia a su calidad individual (Zorrozua et al., 2020b). Mancha gonial y anillo ocular rojo, que son más intensos durante el periodo de cría.

 

Descripción

Plumaje juvenil

Marrón (Figura 1), con los bordes de plumas coberteras beis. Plumas ventrales más blanquecinas que, en conjunto, suelen dar el aspecto de ave sucia. Pico negro y patas claras, rosáceas. El obispillo y la base de las rectrices son blancos con un número variable, generalmente disperso, de puntos negros. Barra terminal de la cola negra.

 

Figura 1. Ejemplares con plumaje juvenil de gaviota patiamarilla. A Ejemplar R24G, anillado como pollo en junio de 2021 una de las colonias de Gipuzkoa y fotografiado en el puerto de Pasaia (Gipuzkoa) en agosto del mismo año. B Mallorca (Baleares), septiembre. C Pasaia (Gipuzkoa), agosto. D Salida pelágica en el Cantábrico, Bizkaia, agosto. El plumaje juvenil de algunas patiamarillas, especialmente en el Cantábrico, a menudo se confunde con el de algunas sombrías. (©) J. Arizaga.

 

Plumaje de primer invierno y primer verano

Resultado (Figura 2) de la muda, parcial, que tiene lugar en el primer verano de vida, mayoritariamente entre julio y agosto (Olsen y Larson, 2004), aunque hay individuos que la llevan a cabo algunos meses después (Arizaga et al., 2019). En esta muda se reemplazan algunas plumas del cuerpo y, a lo sumo, un número variable, normalmente reducido, de cobertoras alares pequeñas y medianas, dando lugar a un patrón de coloración muy similar al juvenil, aunque algo diferenciado en zona dorsal, debido a las nuevas plumas del manto y escapulares. Esta se distinguen por la presencia de una mancha oscura en forma de ancla sobre fondo marrón-grisáceo. Generalmente, con el ave posada, contraste fuerte de tonalidades entre el manto/escapulares y las plumas del ala. Conforme avanza la edad del ave, la base del pico se aclara y el plumaje se desgasta, lo que le confiere al ave tonalidades más claras hacia el final del invierno y primavera del segundo año de vida.

 

Figura 2. Ejemplares con plumajes de primer invierno/verano. A Ondarroa (Bizkaia), noviembre. B Salida pelágica en el Cantábrico, Bizkaia, agosto. En este ejemplar se han mudado aún un número reducido de plumas tanto del manto como escapulares. C Pasaia (Gipuzkoa), enero. D Ejemplar GBCJ, anillado en el puerto de Pasaia (Gipuzkoa) en diciembre de 2021 (edad EURING 3) y avistado en el mismo lugar en enero de 2021. E Pasaia (Gipuzkoa), marzo. F Pasaia (Gipuzkoa), marzo; nótese en este caso el gran desgaste del plumaje. (©) J. Arizaga.

 

Plumaje de segundo invierno/verano

Se adquiere (Figura 3) tras la muda completa que tiene lugar desde primavera hasta verano del segundo año de vida. Plumaje similar al de primer invierno, pero con un número variable de plumas grises en zona dorsal (manto) y cobertoras alares. Desaparece el patrón juvenil típico en cobertoras alares y los extremos de las primarias más externas toman forma redondeada en lugar de apuntada. Paulatinamente el iris se aclara (se vuelve amarillo) y el pico va adquiriendo, también, tonalidades más amarillas, tanto en la punta como en la base. El plumaje de segundo verano es el resultado del desgaste del invierno precedente, por el cual cabeza y cuerpo se blanquean. Patas claras, rosáceas, no amarillas.

 

Figura 3. Ejemplares con plumajes de segundo invierno/verano. A Ejemplar en muda activa, en junio del segundo año de vida, en periodo de transición (muda) de plumaje de primer verano a plumaje de segundo invierno. Donostia (Gipuzkoa). B Pasaia (Gipuzkoa), agosto. C Salida pelágica en el Cantábrico, Bizkaia, septiembre. D Ejemplar GAYT, anillado en Pasaia (Gipuzkoa) en noviembre de 2020, en su primer invierno (edad EURING 3) y observado en este mismo lugar en octubre de 2021, ya con un plumaje de segundo invierno. E - Pasaia (Gipuzkoa), febrero. F Ejemplar GAKZ, anillado en Pasaia (Gipuzkoa) en noviembre de 2019, en su primer invierno (edad EURING 3) y observado en este mismo lugar en abril de 2021, con un plumaje de segundo invierno/verano. G Ejemplar 5F8G, anillado como pollo en junio de 2012 en una de las colonias de Gipuzkoa y avistado en mayo de 2014 en la colonia, con plumaje de segundo verano. H Pasaia (Gipuzkoa), mayo. (©) J. Arizaga.

 

Plumaje de tercer invierno/verano

Se adquiere tras la muda completa que tiene lugar desde primavera hasta verano del tercer año de vida (Figura 4). En general es un plumaje más similar al de un adulto, que no obstante aún mantiene rasgos de inmadurez por la presencia de plumas marrones en cobertoras alares, marcas negras en la cola (que aún no es totalmente blanca) y en el pico (que no es del todo amarillo). Además, el patrón de coloración de la punta del ala aún no es como en adultos. Patas amarillas, generalmente más pálidas que en adultos.

 

Figura 4. Ejemplares con plumajes de tercer invierno/verano. A Ejemplar GAKZ, avistado en Donostia (Gipuzkoa), en agosto de 2021, en periodo de transición (muda) de plumaje de segundo verano a tercer invierno. B Ejemplar GAMA, avistado en Pasaia (Gipuzkoa), octubre, en su tercer invierno. C Ejemplar GATK, anillado en Pasaia (Gipuzkoa) en diciembre de 2019 en su primer invierno (edad EURING 3) y avistado en Pasaia (Gipuzkoa) en noviembre de 2021 (3 años de vida). Nótese que hay individuos, como éste, que ya en su tercer invierno adquieren plumajes similares al de un adulto, sin atisbo de plumas marrones en cobertoras. D Pasaia (Gipuzkoa), febrero. E Ejemplar 4W4G, anillado como pollo en junio de 2018 en una de las colonias de Gipuzkoa y avistado en Pasaia (Gipuzkoa) en marzo de 2021, en su tercer invierno/verano (4 años de vida). F Ejemplar GAKZ, avistado en Donostia (Gipuzkoa) en agosto de 2022 (esto es, un año después que la foto A), en periodo de transición (muda) al plumaje de adulto. En este caso los rasgos de inmadurez que aún quedan son del plumaje que desarrolló en la muda anterior (verano de 2021) por la que adquirió el plumaje de tercer invierno. (©) J. Arizaga.

 

Plumaje adulto

Se adquiere en la muda completa del cuarto año de vida. Cuerpo y cola blanco y alas grises en su cara dorsal, con las puntas negras. En invierno, cabeza barreada. Punta del ala de color negro, con un patrón de manchas blancas terminales y/o subterminales (a esta última se le denomina espejo) identificativos. Este patrón no varía entre sexos y existe, además, gran solapamiento según zonas de origen (especialmente Mediterráneo y Atlántico ibérico) (Pons et al., 2004; Arizaga et al., 2008). Las gaviotas de Azores sí muestran un patrón diferente, con más negro y menos blanco (Adriaens et al., 2020), pero por no ser aves nidificantes en España no se detallarán en este documento. En términos globales, las patiamarillas que se reproducen en España muestran (para más detalles ver, también, Figura 5): (1) en P10 (numerada descendentemente; esto es, primaria más externa), existe un espejo blanco, así como una mancha blanca terminal que en unas pocas aves (se estima un 1% para gaviotas de Cataluña) (Adriaens et al., 2020) se une al espejo dando lugar a una punta del ala totalmente blanca; la lengua gris de la zona basal de la pluma se mete en el negro hasta aprox. <1/3 a 1/2 de la longitud del negro; (2) en P9, existe un espejo blanco, de tamaño variable, que ocupa una o las dos hemibanderas, si bien está ausente en algunos individuos (ca. hasta un 26%) (Adriaens et al., 2020); (3) en P8, el negro no llega hasta cobertoras primarias, ya que existe lengua gris en hemibandera externa; (4) en P4, no suele haber banda negra subterminal como se observa en P5 (sólo un 24-38% la muestran; en Canarias alcanza incluso el 50%) (Adriaens et al., 2020).

 

Figura 5. Adultos con patrón típico, fotografiados en época de cría en una colonia del País Vasco. (©) J. Arizaga.

 

Tamaño

En cuanto a morfología, existe dimorfismo sexual, siendo los machos más grandes que las hembras (Arizaga et al., 2008; Galarza et al., 2008; Aguirre et al., 2009) (Tabla 1). La morfología del pico así como el patrón de coloración del ala, no obstante, no parece variar entre sexos (Arizaga et al., 2008).

 

Tabla 1. Morfología de la gaviota patiamarilla en España, según sexos. Las zonas donde el sexo no se ha diferenciado se excluyen de esta Tabla. Variables en mm. Junto al valor medio se muestra el rango. Abreviaturas: AL, longitud alar (cuerda máxima); CO, longitud de la cola; TA, tarso; CP, cráneo+pico; PA, alto del pico; PC, longitud corta de pico; PL; longitud larga de pico; NA, distancia desde la punta del pico hasta el borde anterior de la narina (Figura 6). (*). Medido sobre pieles de museo. Muestras juntas de Canarias, Madeira y Azores.

 

Islas Medas

Izaro

Chafarinas

Macaronesia (*)

(Cataluña)

(Euskadi)

 

(Bosch, 1996b)

(Galarza et al., 2008)

(Aguirre et al., 2009)

(Olsen y Larson, 2004)

N = 77

N = 104

N = 36

N = 31

N = 43

N = 23

AL

434.2
(410-454)

458.6
 (434-561)

417.4
(399-438)

440.0
(423-458)

439.5

458.3

421.3
(408-445)

439.6
(426-453)

CO

168.8
(158-180)

178.6
(168-190)

166.9
(151-192)

178.9
(160-211)

TA

65.1
(58-69)

71.0
(66-76)

68.9
(64-74)

74.2
(55-81)

66.3

69.0

61.4
(57-64)

65.5
(61-69)

CP

119.0
(112-124)

130.1
(124-137)

115.5
(110-124)

128.6
(119-136)

118.9

123.3

PA

17.1
(16-18)

19.0
(17-20)

17.6
(16-19)

20.1
(18-22)

28.3

28.1

17.4
(16-19)

19.1
(17-21)

PC

53.3
(50-59)

59.9
(52-70)

51.9
(40-56)

58.6
(53-62)

PL

83.3
(77-89)

91.4
(83-98)

72.6
(67-79)

79.9
(75-85)

77.6

80.2

NA

23.7
(21-26)

26.2
(24-30)

22.0
(19-25)

23.8
(20-28)

30.0

33.2

 

 

 

Figura 6. Esquema que ilustra las medidas típicas de la cabeza y pico.

 

Masa corporal

Las hembras pesan entre 670 y 1110 g (con medias por debajo de 1000 g), mientras que los machos alcanzan pesos de entre 830 y 1420 g (con medias que superan los 1000 g en el Mediterráneo (Tabla 2).

 

Tabla 2. Masa corporal de la gaviota patiamarilla en España, según sexos. Las zonas donde el sexo no se ha diferenciado se excluyen de esta Tabla. Junto al valor medio se muestra el rango.

Zona

Sexo

Masa corporal (g)

Fuente

Islas Medas

(Cataluña)

966,4 (830-1110)

1157,0 (940-1420)

(Bosch, 1996b)

Izaro

(Euskadi)

803,0 (670-940)

983,8 (850-1150)

(Galarza et al., 2008)

Chafarinas

914,9

1091,2

(Aguirre et al., 2009)

 

Variación geográfica

Existe variación geográfica. Morfológicamente, los ejemplares del Mediterráneo son más grandes que los del Cantábrico (algunos machos grandes pueden aproximarse al tamaño de una hembra de gavión atlántico L. marinus) y a su vez éstos son algo mayores que los de Macaronesia (Adriaens et al., 2020) (Tabla 1).

Por otro lado, las patiamarillas macaronésicas son en promedio de un gris más oscuro que las ibéricas y mediterráneas y, dentro de las de Macaronesia, las de Azores son mucho más oscuras que las de Madeira y Canarias (Adriaens et al., 2020).

La Gaviota patiamarilla podría constituirse en un mínimo de tres subespecies bien diferenciadas (Olsen y Larson, 2004): L. m. michahellis, presente en todo el Mediterráneo así como en las colonias que crían en el interior de Europa; L. m. lusitanius, que cria en el Cantábrico y llegaría hasta la mitad o el sur de Portugal, incluso el Estrecho de Gibraltar (la zona de contacto michahellis-lusitanius no ha sido aún establecida con claridad); L. m. atlantis, que criaría en Macaronesia así como las costas del noroeste de África, si bien existe controversia sobre su rango de distribución. Así, hay autores que consideran que esta subespecie sólo aparece en Azores (Dubois, 2001; Yésou, 2002; Olsen, 2018), en toda Macaronesia (Cramp y Simmons, 1983; Olsen y Larson, 2004; Howell y Dunn, 2007), o que incluso alcanza las costas del noroeste de África (Collinson et al., 2008b). Estudios genéticos de carácter preliminar apoyan este último escenario (Arizaga, 2018), pero es tema que, como ya se ha mencionado, requiere revisión. Recientes estudios sugieren, nuevamente, que las gaviotas de Azores son muy diferentes al resto lo cual, posiblemente, pueda tener su correspondencia taxonómica (Adriaens et al., 2020).

 

Muda

En cuanto a la muda, las gaviotas son aves que realizan una muda completa al año, que comienza al final de la época de cría y se extiende hasta varios meses después, completándose al final del otoño o comienzos de inverno en las especies más grandes (Olsen y Larson, 2004). En individuos de primer año la muda es parcial en vez de completa (Olsen y Larson, 2004). Adicionalmente, existe otra muda parcial a finales de invierno (Olsen y Larson, 2004). En adultos, la muda completa se inicia en abril-junio (las poblaciones del Mediterráneo mudan antes que las del Cantábrico), con la caída de P1 (i.e., primaria más interna), a la que le siguen, sucesivamente, el resto de primarias (P10 se muda de septiembre a noviembre). La muda del resto del plumaje sucede durante este periodo, de tal modo que la duración de la muda completa se mide por el tiempo en que tardan en mudarse las primarias. La muda de cola y secundarias se produce en agosto/septiembre y puede durar hasta octubre. Es en esta muda completa cuando la cabeza cambia de coloración, de blanco al típico estriado oscuro sobre fondo blanco presente en invierno. La muda parcial de adultos, por la que se reemplazan solo plumas de la cabeza (cambio a blanco) y cuerpo, se produce desde octubre/noviembre a marzo. En subadultos, la muda completa suele comenzar antes que en los adultos y, a menudo, continua la muda parcial de finales de invierno (Olsen y Larson, 2004). En juveniles, la muda parcial se produce a partir de julio y hasta octubre; abarca algunas plumas del cuerpo, cabeza y cobertoras alares, pudiendo llegar a terciarias. Amplia variabilidad individual (Arizaga et al., 2019), esta muda tiende a extenderse más en las gaviotas de origen mediterráneo (G. Martín, com. pers.). Para noviembre, en el Cantábrico ya no se observan individuos con plumaje totalmente juvenil (Arizaga et al., 2019).

 

Referencias

Adriaens, P., Alfrey, P., Gibbins, C. , López-Velasco, D. (2020). Identifcation of Azores Gull. Dutch Birding, 42: 303-334.

Aguirre, J. I., Arana, P. , Antonio, M. T. (2009). Testing effectiveness of discriminant functions to sex different populations of mediterranean yellow-legged gulls Larus michahellis michahellis. Ardeola, 56: 281-286.

Arizaga, J. (2018). The Yellow-legged Gull in the Basque region: current studies, future perspectives. International Gull Meeting, Ruse (Bulgaria).

Arizaga, J., Aldalur, A., Herrero, A. , Galicia, D. (2008). Sex differentiation of Yellow-legged Gull (Larus michahellis lusitanius): the use of biometrics, bill morphometrics and wing tip coloration. Waterbirds, 31: 211-219.

Arizaga, J., Herrero, A. , Aldalur, A. (2019). Seasonal pattern of plumage colour in Yellow-legged Gulls at Bay of Biscay, Spain. Dutch Birding, 41: 166-174.

Bosch, M. (1996b). Sexual size dimorphism and determination of sex in Yellow-legged Gulls. J. Field Ornithol., 67: 534-541.

Collinson, J. M., Parkin, D. T., Knox, A. G., Sangster, G. , Svensson, L. (2008a). Species boundaries in the Herring and Lesser Black-backed Gull complex. British Birds, 101: 340-363.

Collinson, M., Parkin, D. T., Knox, A. G., Sangster, G. , Svensson, L. (2008b). Genetic relationships among the different races of Herring Gull, Yellow-legged Gull and Lesser Black-backed Gull. British Birds, 94: 523-528.

Cramp, S. , Simmons, K. E. L. (1983). Handbook of the Birds of Europe, the Middle East and North Africa. Vol. 3. Oxford University Press, Oxford.

Dubois, P. J. (2001). Atlantic Islands Yellow-legged Gulls, an identification gallery. Birding World, 14: 293-304.

Galarza, A., Hidalgo, J., Ocio, G. , Rodríguez, P. (2008). Sexual size dimorphism and determination of sex in Atlantic Yellow-legged Gulls Larus michahellis lusitanius from nortthern Spain. Ardeola, 55: 41-47.

Howell, S. N. G. , Dunn, J. (2007). Gulls of the Americas. Houghton Mifflin Harcourt, Boston.

Liebers, D., de Knijff, P. , Helbig, A. J. (2004). The herring gull complex is not a ring species. Proceedings of the Royal Society of London. Series B: Biological Sciences, 271: 893-901.

Olsen, K. M. (2018). Gulls of the world. A photographic guide. Christopher Helm, London.

Olsen, K. M. , Larson, H. (2004). Gulls of Europe, Asia and North America. ChristopherHelm, London.

Pons, J. M., Crochet, P. A., Thery, M. , Bermejo, A. (2004). Geographical variation in the yellow-ledged gull: introgression or convergence from the herring gull? Journal of Zoological Systematics and Evolutionary Research, 42: 245-256.

Pons, J. M., Hassanin, A. , Crochet, P. A. (2005). Phylogenetic relationships within the Laridae (Charadriiformes: Aves) inferred from mitochondrial markers. Molecular Phylogenetics and Evolution, 37: 686-699.

Sternkopf, V., Liebers-Helbig, D., Ritz, M. S., Zhang, J., Helbig, A. J. , de Knijff, P. (2010). Introgressive hybridization and the evolutionary history of the herring gull complex revealed by mitochondrial and nuclear DNA. BMC Evolutionary Biology, 10: 348.

Yésou, P. (2002). Systematics of Larus argentatus-cachinnans-fuscus complex revisited. Dutch Birding, 64: 271-298.

Zorrozua, N., Alonso-Álvarez, C., Diaz, B., Sanpera, C., Jover, L. , Arizaga, J. (2020b). Carbon δ13C isotopic marker values correlate with carotenoid-based bill colouration in adult Yellow-legged Gulls Larus michahellis. Ardeola, 67: 325-339.

 

 

Juan Arizaga

Sociedad de Ciencias Aranzadi,
Zorroagagaina 11,
20014 San Sebasti
án

 

Fecha de publicación: 30-06-2023

 

Arizaga, J. (2023). Gaviota patiamarillaLarus michahellis. En: Enciclopedia Virtual de los Vertebrados Españoles. López, P., Martín, J., Masero, J. A. (Eds.). Museo Nacional de Ciencias Naturales, Madrid. http://www.vertebradosibericos.org/