Cuervo grande - Corvus corax Linnaeus, 1758

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Portada

 

Identificación

 

Estatus de conservación

 

Distribución

 

Hábitat

 

 

Voz

 

 

Movimientos

 

Ecología trófica

 

Biología de la reproducción

 

Interacciones entre especies

 

Comportamiento

 

Bibliografía

 

 

 

Key words: Common Raven, breeding, demography.

 

Biología de la reproducción

Sitúa los nidos en general en roquedos y cortados y en menor medida en árboles, torres eléctricas y ruinas (López del Pozo, 1991). En un estudio realizado en Madrid y Cáceres los nidos estaban situados en roquedos y en torres eléctricas. En una muestra de 148 nidos, el 46% estaban ubicados en roquedos, el 42% en torres de tendidos eléctricos, 6% en puentes, 5% en árboles y 1% en casas en ruina (López del Pozo, 1991). En la Serranía Baja de Cuenca, el 95% de los nidos estaban en cortados rocosos o terrosos y solamente un nido estaba en un chopo (n = 20) (López Peinado y Monrós González, 2018). En Fuerteventura se encontraron cuatro nidos sobre torretas eléctricas (Nogales, 1990) y uno en las marismas del Guadalquivir (Amat y Obeso, 1989). En una muestra (n = 75) de la isla de El Hierro (Islas Canarias), el 72% estaban sobre riscos interiores, el 20% en acantilados marinos, el 6,7% en árboles, y el 1,3% en canteras abandonadas (Nogales, 1990). En una muestra (n = 11) de la Hoya de Guadix (Granada), todos los nidos estaban en cavidades de taludes de arcilla (Soler et al., 1983b). En Bizkaia, durante el periodo 1997-2010 se encontraron 61 nidos en roquedos del interior, 17 en acantilados costeros, 29 en canteras y 4 en zonas boscosas (Zuberogoitia, 2011). En Bizkaia, se encontraron nidos de cuervo tanto en canteras abandonadas (n = 18) como en canteras activas (n = 6) (Castillo et al., 2008).

En una muestra de nidos de Madrid y Cáceres (n = 19), el diámetro externo medio fue 59,63 cm + 10,10 SD (rango 45-80), el diámetro interno 27,37 cm + 3,86 SD (rango 26-32)  y la profundidad media 12,45 cm + 2,09 SD (rango 10-17) (López del Pozo, 1991).

Desde que termina la construcción o reparación del nido hasta la puesta transcurren 1-2 semanas (López del Pozo, 1991).

La altura media sobre el suelo en cortados o roquedos de España fue de 14,8 m + 14,7 SD (n = 41), 8,1 m + 3,2 SD (n = 37) en árboles y en torres eléctricas 22,3 m + 4,7 SD (n = 37) (López del Pozo, 1991).

En Madrid y Cáceres se registró una distancia media entre nidos activos de 1,5 km + 0,6 SD, rango 0,34-2,80 km, n = 24 (López del Pozo, 1991). En la Serranía Baja de Cuenca, la distancia media entre nidos fue 5,6 km + 3,6 SD (n = 28) (López Peinado y Monrós González, 2018). En la Hoya de Guadix (Granada), la distancia media entre nidos fue de 5,1 km (n= 6) (Zúñiga et al., 1982). En la isla de Tenerife, la distancia media entre los nidos más cercanos fue de 1.897 m + 648 SD (Siverio et al., 2007).

Las parejas cambian a menudo de nido entre años (López del Pozo, 1991). Como caso contrario extremo, un mismo nido fue utilizado al menos 9 años consecutivos (López del Pozo, 1991). Observaciones realizadas en nidos de Madrid y Cáceres sobre 65 primeras puestas en varios años consecutivos de 35 parejas, en el 55% de los casos la puesta se realizó en el mismo nido que en el año anterior y en el 45% en otro nido (López del Pozo, 1991). En una muestra (n = 35 nidos) de Madrid y Cáceres, cada pareja disponía de dos nidos (37%), tres nidos (23%), un nido (23%), cuatro nidos (8,5%), o cinco nidos (8,5%). La distancia entre nidos de una misma pareja varió entre menos de 1 m y más de 1 km (López del Pozo, 1991).

La construcción o el arreglo de nidos tiene lugar durante el mes de marzo, pudiendo completarse a comienzos de abril (Mestre Raventós, 1979; Alonso, 1980; Nogales, 1990; López del Pozo, 1991). El nido es construido en una o dos semanas (López del Pozo, 1991).

El nido, según observaciones en el centro peninsular, consta de una capa de tierra bajo el forro, que consta de pelo o lana, musgo, hierba seca y algún elemento artificial (López del Pozo, 1991). Dos nidos observados en la Hoya de Guadix (Granada) tenían ramas de pino y retama y corteza de pino. En el interior había lana, algodón, cuerda de esparto y trozos de saco (Soler et al., 1983b).

En el centro peninsular, la puesta varió entre los tres últimos días de marzo y el 26 de abril (López del Pozo, 1991). En las Islas Canarias, el comienzo de la puesta tuvo lugar en El Hierro entre el 17 de marzo y el 10 de abril y en Fuerteventura se observaron huevos los días 17 y 21 de febrero (Nogales, 1990, 1995).

El intervalo de puesta de los huevos es de 1-1,5 días (López del Pozo, 1991). Se han observado puestas de reposición en caso de pérdida de la primera (López del Pozo, 1991). En la Serranía Baja de Cuenca se registró una puesta de reposición que tuvo éxito (López Peinado y Monrós González, 2018).

El tamaño medio de primeras puestas en el centro peninsular fue de 5,7 huevos + 0,75 SD (rango 4-7, n = 23) (López del Pozo, 1991). En la Hoya de Guadix (Granada), el tamaño medio de puesta fue 4,8 huevos (n = 6) (Soler et al., 1983b). En la isla de El Hierro el tamaño medio de puesta fue de 4,8 huevos + 1,23 SD (rango 3-7, n = 24) (Nogales, 1990, 1995).

En una muestra (n = 94) de Madrid y Cáceres, el tamaño medio de los huevos de primeras puestas midió 46,66 mm + 3,58 SD x 32,72 mm + 1,00 SD. En segundas puestas el tamaño medio de los huevos fue 47,83 mm + 1,76 SD x 33,77 mm + 0,39 SD (López del Pozo, 1991). En Cataluña, el tamaño medio de los huevos midió 48,56 x 33,65 mm (n = 29) (Mestre i Raventós, 1980). En las Islas Canarias, el tamaño medio de los huevos fue 45,31 mm + 1,76 SD x 31,98 mm + 0,97 SD (n = 32) en El Hierro y 46,76 mm + 2,44 SD x 32,32 mm + 0,97 SD (n = 34) en Fuerteventura y Tenerife (Nogales, 1990). 

El peso medio de los huevos en primeras puestas de Madrid y Cáceres fue 27,09 g + 3,24 SD (n = 94) y en segundas puestas fue 29,45 g + 0,96 SD (n= 10) (López del Pozo, 1991). El peso medio de s huevos en puestas del Penedès (Cataluña) era 26,9 g, rango 22,4-34,8 (n = 25) (Mestre i Raventós, 1980).

Los huevos procedentes de puestas del centro peninsular son de color azul claro, ligeramente verdoso, con manchas pardo verdosas, pardo crema, rojizas, o grisáceas, o violáceas (López del Pozo, 1991). 

El macho se encarga de la vigilancia y defensa del territorio y proporciona alimento a la hembra mientras incuba (López del Pozo, 1991).

En el centro peninsular, la incubación comienza a partir de la puesta del primer huevo (n = 1), del segundo huevo (n = 8), o del tercer huevo (n= 2) (López del Pozo, 1991). La incubación dura 20-22 días (López del Pozo, 1991). La hembra se encarga de la incubación y el macho puede sustituir a la hembra en breves periodos (López del Pozo, 1991).

La eclosión tiene lugar en el centro peninsular desde finales de abril a mediados de mayo (López del Pozo, 1991).

En el centro peninsular, el éxito de eclosión fue del 65% de los huevos (n = 132) (López del Pozo, 1991). En la isla de El Hierro, el éxito de eclosión fue del 82,4% (n = 68) (Nogales, 1990).

Los volantones abandonan el nido en el centro peninsular a los 39-48 días de edad (López del Pozo, 1991).

 

Estructura y dinámica de poblaciones

En el centro peninsular, el número medio de volantones fue 3,6 + 1.0 SD en nidos en los que al menos voló un pollo (n = 31) y 2,8 + 1,8 SD en el total de nidos con puesta (n = 41) (López del Pozo, 1991). En la Serranía Baja de Cuenca, el numero medio de pollos en nidos con éxito fue 3,0 pollos + 0,6 SD (n = 23) (López Peinado y Monrós González, 2018). En la isla de El Hierro, el número medio de volantones en nidos con éxito reproductivo  fue de 2,3 (n = 45) (Nogales, 1990) y varió altitudinalmente. El número medio de volanderos en nidos con éxito fue de 2,6 + 0,8 SD (n = 11) a 0-300 m de altitud sobre el nivel del mar, 2,4 + 0,9 SD (n = 18) a 300-600 m, 2,3 + 0,7 SD (n = 8) a 600-900 m y 1,6 + 0,7 SD (n = 8) a 900-1200 m (Nogales, 1995).

En la isla de Tenerife, la productividad media (número de volanderos por pareja territorial) fue 2,33 + 1.0 SD (n = 9) y la tasa media de volanderos (número de volanderos por nidos exitosos) fue 2,63 + 0.52 SD (n = 8) (Siverio et al., 2007).

En el centro peninsular, de un total de 132 huevos puestos en 23 nidos, volaron 58 pollos (44%) (López del Pozo, 1991). De un total de 142 huevos puestos, se registró la pérdida de 48 huevos y 36 pollos por depredación (48%), inanición (23%), infertilidad o muerte del embrión (19%), intervención humana ( 8%) y caída accidental del nido (2%) (López del Pozo, 1991).

Hay poca información sobre la supervivencia de los volanderos. En una muestra de pollos radiomarcados con 4-5 semanas de vida en la isla de Menorca, sobrevivieron el 62,5% hasta que cumplieron su primer año de vida (n = 8) (De Pablo Pons, 2017).

 

Referencias

Castillo, I., Elorriaga, J., Zuberogoitia, I., Azkona, A., Hidalgo, S., Astorkia, L., Iraeta, A., Ruiz, F. (2008). Importancia de las canteras sobre las aves rupícolas y problemas derivados de su gestión. Ardeola, 55 (1): 103-110.

De Pablo Pons, F. (2017). Causas de mortalidad del cuervo en Menorca durante su primer año de vida. Revista de Menorca, 96: 237-255.

López Peinado, A., Monrós González, J. S. (2018). Aspectos sobre la ecología del cuervo grande (Corvus corax) en el este de la Península Ibérica. Oleana: Cuadernos de Cultura Comarcal, 33: 139-168.

López del Pozo, F. J. (1991). Contribución al conocimiento de la biología y ecología del cuervo (Corvus corax Linnaeus 1758) en la península Ibérica. Tesis doctoral. Universidad Complutense, Madrid.

Mestre i Raventós, P. (1980). Ocells del Penedès. (Segona part). Ocells Nidificants. Museu de Vilafranca, Vilafranca del Penedès.

Nogales, M. (1990). Biología del Cuervo Corvus corax tingitanus Irby, 1874 en la isla de El Hierro e importancia en la dispersión de plantas superiores en el archipiélago canario. Tesis doctoral. Universidad de La Laguna, Tenerife.

Nogales, M. (1995). Breeding strategies of Ravens Corvus corax in an Oceanic Island Ecosystem (El Hierro, Canary Islands). Journal für Ornithologie, 136: 65-71.

Siverio, M., Siverio, F., Rodríguez, B. (2007). Annual variation and breeding success of a threatened insular population of Common Raven Corvus corax (Tenerife, Canary Islands). Vogelwelt, 128: 197-201.

Soler, M., Zúñiga, J. M., Camacho, I. (1983b). Alimentación y reproducción de algunas aves de la Hoya de Guadix (sur de España). Trabajos y Monografías del Departamento de Zoología Universidad de Granada (N. S.), 6 (2): 27-100.

Zuberogoitia, I. (2011). Población reproductora del cuervo Corvus corax (L.,1758) en Bizkaia. Munibe (Ciencias Naturales-Natur Zientziak), 59: 111-114.

 

 

 

Alfredo Salvador

Las Rozas de Madrid

 

Fecha de publicación: 5-07-2023

 

 

Salvador, A. (2023). Cuervo grandeCorvus corax. En: Enciclopedia Virtual de los Vertebrados Españoles. López, P., Martín (Eds.). Museo Nacional de Ciencias Naturales, Madrid. http://www.vertebradosibericos.org/