Tortuga laúd - Dermochelys coriacea (Vandelli, 1761)

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Portada

 

Identificación

 

Estatus de conservación

 

Distribución

 

Hábitat

 

Ecología trófica

 

Biología de la reproducción

 

Interacciones entre especies

 

Comportamiento

 

Bibliografía

 

 

 

Key words: Leatherback turtle, diet.

 

Ecología trófica

Se alimentan de zooplancton gelatinoso a partir de varios días de edad, durante la inmadurez y durante el estado adulto (Jones y Seminoff, 2013)1. Su dieta consiste sobre todo en medusas de los géneros Aurelia, Catostylus, Chrysaora, Cyanea, Pelagia, Rhizostoma y Stomolophus. Algunos trabajos citan el consumo de los géneros Aequorea, Apolemia y Physalia. Otras presas citadas aunque en menor medida son pirosomas, ctenóforos, puestas gelatinosas de peces, gasterópodos, calamares, pulpos, peces y cangrejos. Algunas de estas últimas presas pueden ser comensales de las medusas y haber sido ingeridas accidentalmente (Jones y Seminoff, 2013)1.

La ingestión diaria de alimento supone el 20-40% de la masa corporal (Wallace y Jones, 2015) 2.

Se ha estimado que desde su nacimiento hasta alcanzar la madurez necesitaría consumir unas 300 toneladas de zooplancton gelatinoso (Wallace y Jones, 2015) 2.

La tortuga laúd está considerada una especialista en el consumo de medusas (Bjorndal, 1997). Algunos autores señalan que sería un depredador obligado de este zooplancton gelatinoso. Este consumo especializado de medusas y otros invertebrados gelatinosos les confiere una posición trófica intermedia, confirmada con estudios isotópicos, entre el consumo de algas de la tortuga verde o el consumo de macroinvertebrados o peces de la tortuga boba (Godley et al., 1998).

Agregaciones consistentes de medusas (Rhyzostoma sp.) de decenas de kilómetros cuadrados parecen condicionar la distribución de la tortuga laúd en el Atlántico Norte (Houghton et al., 2006). Las agregaciones de medusas podrían explicar el 25 % de las observaciones oceánicas de la tortuga laúd. Además estas asociaciones interespecíficas parecen ser muy consistentes en el espacio y el tiempo (Houghton et al., 2006). Se han encontrado diferentes especies de Siphonophora y Scyzophoa durante análisis del contenido estomacal (Den Hartog, 1980). Estas tortugas pueden detectar y atacar a las medusas usando estímulos visuales y químicos (Constantino y Salmon, 2003). Observaciones en el litoral francés sugieren que puede comer hasta 50 medusas por día (Duguy, 1983).

La disponibilidad de alimento puede llevar a tortugas laúd adultas a alimentarse en zonas con temperaturas del agua de hasta 10-12º C (Witt et al., 2007). La detección de presas gelatinosas que habitan aguas profundas durante el mediodía parecen explicar descensos habituales hasta unos 300 m de profundidad y en algunos casos, descensos mucho más profundos, incluso por debajo del límite teórico estimado de tolerancia de la especie (Denhartog, 1980; Houghton et al., 2008). En caso de detectar presas abundantes en profundidad, las tortugas esperarían a la noche a la ascensión de las presas a aguas superficiales, momento en que las capturarían.

Los neonatos pueden alimentarse durante periodos prolongados de vida marina de residuos de vitelo sobrantes del desarrollo embrionario. Conforme van creciendo inician su alimentación externa con presas pequeñas y enseguida pasan a ocupar zonas pelágicas donde pasaran a alimentarse de presas gelatinosas (medusas, ctenóforos y huevos gelatinosos) (Bjorndal, 1997). A diferencia de las otras especies de tortugas marinas, no parece que haya un cambio de dieta de juveniles a adultos (Bjorndal, 1997). Por ejemplo, se encontraron restos de medusas en un juvenil de 15,6 cm capturado frente a las costas de Acapulco (Brongersma, 1970).

Su capacidad para bucear a mayor profundidad que otras tortugas les permite aumentar la variedad y cantidad de presas en su dieta, así como ampliar su nicho trófico (Salmon et al., 2004). Las tortugas laúd parecen alimentarse en aguas someras entre anidaciones consecutivas (Fossette et al., 2007) lo que les haría vulnerables a pesquerías artesanales que faenan cerca de la costa. Una de las mayores amenazas para la supervivencia de Dermochelys coriacea es la ingesta accidental de plásticos, ya que los confunde con medusas (Mrosovsky et al., 2009).

Las tortugas laúd ingieren agua y sales con sus presas. La regulación de iones se lleva a cabo fundamentalmente a través de las glándulas lacrimales (Wallace y Jones, 2015)2.

 

Referencias

Bjorndal, K. A. (1997). Foraging ecology and nutrition of sea turtles. Pp. 199-232. En: Lutz, P. L., Musick, J. A. (Eds.). The Biology of Sea Turtles. CRC Press LLC, New York.

Brongersma, L. D. (1970). Miscellaneous notes on turtles. III. Proc. K. Ned. Akad. Wet. Amsterdam, Ser. C., 73, 323.

Constantino, M. A., Salmon, M. (2003). Role of chemical and visual cues in food recognition by leatherback posthatchlings (Dermochelys coriacea L). Zoology, 106: 173-181.

Den Hartog, J. C. (1980). Notes on the food of Sea Turtles – Eretmochelys imbricata (Linnaeus) and Dermochelys coriacea (Linnaeus). Netherlands J. Zool., 30 (4): 595-610.

Duguy, R. (1983). La tortue luth (Dermochelys coriacea) sur les côtes de la France. Ann. Sté. Sci. Nat. Charentes Marit., 1-38.

Fossette, S., Ferraroli, S., Tanaka, H., Ropert-Coudert, Y., Arai, N., Sato, K., Naito, Y., Le Maho, Y., Georges, J. Y. (2007). Dispersal and dive patterns in gravid leatherback turtles during the nesting season in French Guiana. Mar. Ecol. Prog. Ser., 338: 233-247.

Godley, B. J., Thompson, D. R., Waldron, S., Furness, R. W. (1998). The trophic status of marine turtles as determined by stable isotope análisis. Mar. Ecol. Prog. Ser., 166: 277-284.

Houghton, J. D. R., Doyle, T. K., Wilson, M. W., Davenport, J., Haysa, G. C. (2006). Jellyfish aggregations and leatherback turtle foraging patterns in a temperate coastal environment. Ecology, 87: 1967–1972.

Houghton, J. D. R., Doyle, T. K., Davenport, J., Wilson, R. P., Hays, G. C. (2008). The role of infrequent and extraordinary deep dives in leatherback turtles (Dermochelys coriacea). J. Exp. Biol., 211: 2566-2575.

Jones, T. T., Seminoff, J. A. (2013). Feeding biology. Advances from Field-Based Observations, Physiological Studies, and Molecular Techniques. Pp. 211-247. En: Wyneken, J., Lohmann, K. J., Musick, J. A. (Eds.). The Biology of Sea Turtles. Volume III. CRC Press, Boca Raton.

Mrosovsky, N., Ryan, G. D., James, M. C. (2009). Leatherback turtles: The menace of plastic. Mar. Poll. Bull., 58: 287-289.

Salmon, M., Jones, T. T., Horch, K. W. (2004). Ontogeny of diving and feeding behavior in juvenile seaturtles: Leatherback Seaturtles (Dermochelys coriacea L) and Green Seaturtles (Chelonia mydas L) in the Florida current. J. Herpetol., 38: 36-43.

Wallace, B. P., Jones, T. T. (2015). Leatherback Turtle Physiological Ecology. Pp. 149-161. En: Spotila, J. R., Santidrián Tomillo, P. (Eds.). The Leatherback Turtle. Biology and Conservation. Johns Hopkins University Press, Baltimore. 219 pp.

Witt, M. J., Broderick, A. C., Johns, D. J., Martin, C., Penrose, R., Hoogmoed, M. S., Godley, B. J. (2007). Prey landscapes help identify potential foraging habitats for leatherback turtles in the NE Atlantic. Mar Ecol. Prog. Ser., 337: 231-243.

 

Adolfo Marco, Juan Patino-Martínez, Maite Ikaran y Liliana Quiñones
Estación Biológica de Doñana (CSIC)

Fecha de publicación: 30-07-2009

Otras contribuciones: 1. Alfredo Salvador. 20-11-2015; 2. Alfredo Salvador. 28-01-2016

Marco, A., Patino-Martínez, J., Ikaran, M., Quiñones, M. L. (2016). Tortuga laúd – Dermochelys coriacea. En: Enciclopedia Virtual de los Vertebrados Españoles. Salvador, A., Marco, A. (Eds.). Museo Nacional de Ciencias Naturales, Madrid. http://www.vertebradosibericos.org/