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Key words: Mediterranean stripe-necked terrapin, activity, thermal behaviour, home range.
Actividad El periodo de actividad descrito para los galápagos no difiere mucho entre poblaciones del norte y sur de España. En el sur, están activos entre febrero y octubre, aunque en febrero el número de individuos que se observa es muy bajo, por lo que se considera que la actividad se inicia mayoritariamente en marzo, cuando la temperatura media ambiental se eleva por encima de 15ºC (Pérez-Santigosa, 2007). En individuos radiocontrolados de la laguna de El Portil (Huelva), se observó que mantenían un periodo de inactividad invernal entre mediados de noviembre y principios de enero (Pérez-Santigosa et al., 2013). También se ha observado un periodo de actividad entre marzo y noviembre en Cataluña (Martin Pérez, 2011). En Gerona se han encontrado indicios de estivación (Polls, 1985). Similar periodo de actividad se ha descrito para los galápagos de Galicia, donde también se indica la posibilidad de que los galápagos estiven en años cálidos, enterrados en el fango, cuando se secan las lagunas temporales que habitan (Galán, 1999). En Salamanca, están inactivos entre noviembre y febrero y el pico de mayor actividad corresponde a los meses de mayo y junio (Alarcos et al., 2009). En algunas localidades del sur de Portugal se han encontrado galápagos activos durante todo el año (Araújo, 1996), principalmente en abril y mayo. En España se consideran diurnos, aunque en tiempo cálido pueden extender su actividad a las horas nocturnas (Andreu y Keller, datos inéditos). En Marruecos presentan actividad tanto diurna como nocturna (Schweiger, 2014). Araújo (1996) registró una actividad diaria unimodal en el Algarve, donde el máximo variaba a lo largo del día según las estaciones.
Biología térmica Existen datos sobre la temperatura corporal de individuos capturados en el sur de Marruecos cuando realizaban la actividad de asoleamiento. Para tomar el sol, los galápagos se situaban fuera del agua (Figuras 1 y 2), pero manteniendo frecuentemente el borde del caparazón en contacto con el agua. En mayo, la temperatura de los individuos que se asoleaban variaba entre 24 y 26,5ºC, y en septiembre entre 24,8 y 29,5ºC. Estas temperaturas resultaron notablemente más bajas que las registradas en el aire, pero mayores o similares a las del agua (Meek, 1983).
Figura 1. Grupo de individuos de Mauremys leprosa tomando el sol. Río Palmones, Cádiz. (C) C. Ruíz
Figura 2. Ejemplar de Mauremys leprosa asoleándose, con un sensor para medir la temperatura sobre el caparazón. (C) N. Pérez-Santigosa
El galápago leproso tiene una tasa de calentamiento de 0,04 ºC por minuto, una tasa de enfriamiento en el agua de 0,19ºC por minuto y fuera del agua de 0,06ºC (Polo-Cavia et al., 2009). La temperatura corporal a la que deja de asolearse es, en promedio, de 31,9ºC, aunque varía con la relación entre superficie y volumen (Polo-Cavia et al., 2012). Comparando la temperatura cloacal de los galápagos con la temperatura registrada sobre el caparazón, Pérez-Santigosa (2007) registró una diferencia de 6,6ºC de media. La mayor temperatura medida en el caparazón alcanzó 46ºC, mientras que la corporal era 35,6ºC, registrada a mediodía. A partir de esta hora, aunque los galápagos siguieran asoleándose, se observaba la disminución de la temperatura corporal, lo que sugiere algún mecanismo de termorregulación con el que reducen la temperatura corporal respecto a la externa (Pérez-Santigosa, 2007). La actividad de asoleamiento es importante para los galápagos y puede contribuir a mejorar sul estado de salud pero la visibilidad de su coloración puede incrementar los costes. Se ha observado que los machos parasitados por Hepatozoon pasaban más tiempo tomando el sol que los que no estaban infectados. Asimismo, los machos que pasaban más tiempo tomando el sol tenían menor cantidad de leucocitos lo que sugiere que pueden incrementar su actividad de asoleamiento con el fin de intentar mejorar su sistema inmunológico (Ibáñez et al., 2015b). Además, los galápagos infectados, pero no los sin infección, que pasaban más tiempo asoleándose tenían la coloración de las bandas de los miembros anteriores menos brillante (Ibáñez et al., 2015b).
Dominio vital En la laguna de El Portil (Huelva) los galápagos leprosos se movieron a lo largo de un año en un área acuática de entre 2,21 y 4,15 ha, utilizando tanto aguas someras como profundas (Figura 3). Mostraban menor movilidad durante el invierno, cuando se registraron periodos de mínima actividad en los que los galápagos reducían sus movimientos a un área entre 0,03 y 0,32 ha (área de hibernación) (Pérez-Santigosa et al., 2013).
Figura 3. Área utilizada por los galápagos en el interior de la laguna de El Portíl a lo largo de todo el periodo de observación y en el periodo de hibernación. Según Pérez-Santigosa (2007).
Referencias Alarcos, G., Madrigal, J., Ortíz-Santaliestra, M.E., Fernández-Beneitez, M.J., Flechoso Del Cueto, M.F., Lizana, M. (2009). Caracterización de una población de Mauremys leprosa en un arroyo temporal en la provincia de Salamanca, al noroeste de la Península Ibérica. Revista Española de Herpetología, 23: 129-140. Araújo, A. P. (1996). Contribuiçao para o estudo do comportamento do cágado mediterrânico Mauremys leprosa. Ms dissertation. Inst. Sup. Psicologia Aplicada, Lisboa Galán, P. (1999). Conservación de la herpetofauna gallega. Universidad de A Coruña. 286 p. Ibáñez, A., Marzal, A., González-Blázquez, M., López, P., Martín, J. (2015b). Basking Activity is Modulated by Health State but is Constrained by Conspicuousness to Predators in Male Spanish Terrapins. Ethology, 121 (4): 335-344. Martín Pérez, M. (2011). Caracterització i conservació d’una población de tortuga de rierol (Mauremys leprosa) a l’ein riu Llobregat al terme municipal d’Abrera. Informe justificativo. Projecte ACOM 2008. Agència de Gestió d’Ajuts Universitaris i de Recerca. Ajuntament d’Abrera. 64 pp. http://hdl.handle.net/2072/117487. Meek, R. (1983). Body temperaturas of a desert population of the stripe-necked terrapin, Mauremys caspica. British Journal of Herpetology, 6: 335-337. Pérez-Santigosa, N. (2007). Ecología del galápago exótico, Trachemys scripta elegans, en la península Ibérica. Efectos sobre las poblaciones de Mauremys leprosa y Emys orbicularis. Tesis Doctoral. Universidad de Sevilla. Pérez-Santigosa, N., Hidalgo-Vila, J., Díaz-Paniagua, C. (2013). Comparing activity patterns and aquatic home range areas among exotic and native turtles in southern Spain. Chelonian Conservation and Biology, 12: 313-319. Polo-Cavia, N., López, P., Martín, J. (2009). Interspecific differences in heat Exchange rates may affect competition between introduced and native freshwater turtles. Biological Invasions, 11: 1755-1765. Polo-Cavia, N., López, P., Martín, J. (2012). Feeding status and basking requirements of freshwater turtles in an invasión context. Physiology and behavior, 105: 1208-1213. Polls, M. (1985). La herpetofauna del Alto Ampurdán.I, Faunística. Miscel.lània Zoològica, 9: 295-314. Schweiger, M. (2014). Mauremys leprosa (Schweigger, 1812) au Maroc et au Sahara occidental. En: www.moroccoherps.com/fr/ficha/Mauremys_leprosa /.
Carmen Díaz-Paniagua1, Ana C. Andreu1, Claudia Keller2 Fecha de publicación: 27-10-2015 Díaz-Paniagua, C., Andreu, A. C., Keller, C. (2015). Galápago leproso – Mauremys leprosa. En: Enciclopedia Virtual de los Vertebrados Españoles. Salvador, A., Marco, A. (Eds.). Museo Nacional de Ciencias Naturales, Madrid. http://www.vertebradosibericos.org/
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