Tortuga olivácea - Lepidochelys olivacea (Eschscholtz, 1829)

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Portada

 

Identificación

 

Estatus de conservación

 

Distribución

 

Hábitat

 

Ecología trófica

 

Biología de la reproducción

 

Interacciones entre especies

 

Comportamiento

 

Bibliografía

 

 

 

Key words: Olive Ridley, activity, home range, movements, behaviour.

 

Actividad

No hay datos.

 

Biología térmica

No hay datos de temperaturas corporales. Estudios de seguimiento por satélite llevados a cabo por Polovina et al., (2004) y por McMahon et al., (2007), muestran que, en el norte del Pacífico, las tortugas oliváceas se distribuyen en aguas más cálidas (de 23 a 29 ºC de temperatura superficial del mar), que ejemplares de tortuga boba (de 15 a 25 ºC de temperatura superficial del mar). Los registradores de temperatura colocados en ejemplares de tortuga olivácea llegaron a registrar una temperatura mínima del agua de 18,7 ºC (a 98 m de profundidad), pero solo el 6,9% de las inmersiones fueron en aguas de temperaturas inferiores a 20 ºC; McMahon et al., 2007).

Al igual que en la tortuga lora, el pequeño tamaño de los adultos de tortuga olivácea, en comparación con otras especies, podría generar una mayor sensibilidad a las bajas temperaturas, haciéndolas más susceptibles de sufrir hipotermias (cold stunning) en cuanto se adentran en zonas o corrientes más frías (Todd et al., 2013).

 

Movimientos

Las tortugas marinas regresan a reproducirse y anidar a la región donde nacieron, habilidad que se conoce como filopatría natal (Miller, 1997). Presentan, además, fidelidad al sitio de puesta, es decir, vuelven a anidar al mismo lugar en diferentes estaciones y en la misma estación (Miller, 1997). El grado de precisión suele ser alto, pero algunos individuos se pueden desplazar cientos de kilómetros entre anidaciones sucesivas. La fidelidad es menor cuando las hembras anidan en solitario que cuando anidan en arribadas (Plotkin, 2003), aunque en algunas playas de anidación en solitario también se ha encontrado una alta fidelidad como, por ejemplo, en Sergipe (Brasil). Algunos estudios han indicado que las tortugas oliváceas que anidan en solitario usan múltiples playas debido a una mayor movilidad durante las puestas sucesivas. Este comportamiento podría ser útil a la hora de colonizar nuevas áreas y nuevas playas (Tripathy y Pandav, 2007).

La variación encontrada en las estrategias de alimentación se manifiesta en las migraciones y en los movimientos destinados a la búsqueda de alimento, por lo que cualquier generalización del ciclo de vida de estas especies podría resultar impreciso (Morreale et al., 2007). Esta plasticidad se manifiesta en diferencias entre poblaciones y a veces entre individuos de la misma población.

Los primeros registros de recapturas de animales marcados parecían indicar que los adultos del este del Pacífico y del oeste del Atlántico se alimentaban en áreas costeras, que se extendían al norte y al sur de las playas de puesta, desde cientos hasta alrededor de 2.000 km. Sin embargo, la escasa proporción de animales recapturados, considerando sus hábitos costeros, hacía sospechar que también podrían estar usando otros lugares. Además, algunos animales fueron recapturados en aguas lejos de la costa y con profundidades de la columna de agua superiores a los 3.000 m. Posteriormente, los estudios de seguimiento por satélite confirmaron que estos adultos principalmente se distribuían en aguas abiertas. Las trayectorias, relativamente indirectas, indican que viajan a áreas generales del océano abierto, sin una localización específica predeterminada (Morreale et al. 2007; Plotkin, 2010).

Los estudios de seguimiento por satélite también han permitido conocer las migraciones en otras poblaciones. Las tortugas de India, después de la temporada de anidación, ocupan las aguas oceánicas en la Bahía de Bengala, desplazándose al azar en movimientos circulares que podrían estar condicionados por las complejas corrientes de la zona. Al menos algunos ejemplares podrían realizar migraciones más alejadas de la costa, habiéndose registrado una trayectoria hacia el sur de hasta 2.900 km (Shanker et al., 2003b). En la costa atlántica africana, hembras que anidan en Gabón y Angola usaron principalmente las aguas oceánicas hasta 200 m frente a la costa, fuera de la plataforma continental, aunque algunas se dispersaron miles de kilómetros, y alguna podría estar ocupando aguas neríticas muy próximas a la zona de anidación. Una situación diferente se produce en el norte de Australia donde los adultos prefieren el hábitat costero de la plataforma continental, donde se alimentan bentónicamente y las trayectorias son claramente dirigidas hacia lugares concretos, situados entre 180 y 1.050 km de la zona de anidación. En Omán, las zonas de alimentación identificadas se encuentran a distancias entre 85 y 796 km de la zona de anidación. Algunas están tan próximas que las tortugas que las usan se consideran residentes. Las zonas se localizan hacia el norte y hacia el sur de la zona de anidación, en aguas neríticas, aunque también se registraron tortugas que hicieron incursiones en aguas oceánicas. En el caso de las hembras de Brasil, algunas usan zonas neríticas, en la plataforma continental hacia el norte o hacia el sur de la zona de anidación, entre 220 y 2.300 km; otras usan las aguas oceánicas frente a la costa de Brasil, y también podría existir una estrategia mixta en algunos individuos (da Silva et al., 2011).

 

Comportamiento

Uno de los comportamientos más llamativos de la tortuga olivácea es la arribada, por el que entre cientos y cientos de miles de hembras anidan de forma sincronizada en una misma playa, durante un periodo de 2 a 7 días sucesivos. Este fenómeno se produce, generalmente, una vez al mes durante la época de puesta. La arribada también se presenta en la tortuga lora, y ambas especies pueden anidar de forma solitaria. Las mayores arribadas de tortuga olivácea ocurren en playas de la costa pacífica de México y Costa Rica y en India (NMFS y USFWS, 2014). Los individuos migran desde áreas distantes a las aguas costeras de estas playas, donde se concentran durante días o semanas. Uno o dos días antes de la arribada, las tortugas se congregan a pocos metros de la orilla, donde se les puede observar nadando hacia delante y atrás de forma paralela a la playa y descansando en el fondo. El momento en el que comienza la arribada es bastante variable e impredecible (Bernardo y Plotkin, 2007).

Aún se desconoce el mecanismo que produce que las hembras se congreguen y esperen un momento concreto para emerger en masa y anidar, aunque se han propuesto diversos factores extrínsecos e intrínsecos que podrían regular este comportamiento (Bernardo y Plotkin, 2007).

Factores meteorológicos

Algunos autores han afirmado que las arribadas comienzan con fuertes vientos, aunque el fenómeno también puede producirse sin viento alguno.

Ciclos de la luna y mareas

Se ha hipotetizado que los ciclos de la luna y de las mareas son esenciales a la hora de iniciar la arribada. Las arribadas en el Pacífico Este suelen coincidir con el tercer cuarto de la luna, aunque también pueden ocurrir en otras fases. Sin embargo, las arribadas asincrónicas de Nancite y Ostional, dos playas de Costa Rica separadas por unos 100 km aproximadamente, y por tanto, con idénticos ciclos lunares, contradicen esta hipótesis. Estas observaciones sugieren que los factores que regulan cada arribada podrían encontrarse en el ambiente local.

Facilitación social

Otra teoría sugiere que la arribada es facilitada socialmente. Los estudios de seguimiento por satélite realizados en Costa Rica muestran como, durante los periodos entre puestas y las migraciones posteriores a las zonas de alimentación, las tortugas migran de forma independiente. Sin embargo, los individuos anidan al mismo tiempo y con una gran proximidad espacial durante la anidación en masa (Plotkin et. al., 1995). Estos resultados no apoyan la teoría de facilitación social, aunque no se puede descartar que una vez reunidas frente a la playa de puesta, la estimulación social desencadene la arribada.

Tampoco se conoce si existen estímulos olfatorios, auditivos y/o visuales que determinen el inicio de la arribada. En este sentido, algunos autores han señalado que la secreción de las glándulas de Rathke, previa al fenómeno de arribada, podría jugar un papel en la producción de señales olfatorias (Bernardo y Plotkin, 2007).

La arribada implica una serie de beneficios, tanto para los adultos como la descendencia. Para los adultos, la reproducción sincrónica facilita encontrar pareja y la posibilidad de múltiples cópulas. De hecho existe una teoría que señala la arribada como un comportamiento seleccionado para facilitar las múltiples cópulas. Para las crías, la arribada supone un mecanismo para saciar a los depredadores, reduciendo la probabilidad de depredación individual (Eckrich y Owens, 1995; Bernardo y Plotkin, 2007). Sin embargo, la alta densidad de nidos en las playas de arribada disminuye fuertemente el éxito de eclosión por varias causas entre las que se incluyen el desentierro de los huevos de puestas anteriores debido a que las hembras cavan nidos en lugares donde había otros (Honarvar, 2007), la altas temperaturas de incubación que llegan a ser letales a causa de la alta concentración de nidos y la acumulación de materia orgánica que aumenta el nivel de patógenos (Keene, 2012; Bézy et al., 2014).

Al igual que ocurre en otras especies de tortugas marinas, los estudios moleculares han corroborado la existencia de paternidad múltiple en nidos de tortuga olivácea (Hoekert et. al., 2002; Jensen et. al., 2006). Aunque existen varias teorías que intentan explicar la multipaternidad, cada vez toma más fuerza una explicación que incluye la densidad de los machos y evitar una conducta agresiva durante el apareamiento (Lee y Hays, 2004; Jensen et. al., 2006). Los resultados encontrados por Jensen et al. (2006) apoyan esta teoría: las poblaciones de tortuga olivácea que anidan en arribadas presentan unos niveles de múltiple paternidad superiores (92%) a los encontrados en poblaciones de hembras que anidan de forma solitaria (31%), indicando la importancia de la densidad y/o la proporción de sexos de los adultos. Sin embargo, no se puede descartar que la multipaternidad implique beneficios genéticos para las crías y las hembras (Bernardo y Plotkin, 2007).

 

Referencias

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Bézy, V.S., Valverde, R.A., Plante, C.J. (2014). Olive ridley sea turtle hatchlingsuccess as a function of microbial abundance and the microenvironment of in situ nest sand at Ostional, Costa Rica. Journal of Marine Biology 2014: 1-10.

da Silva, A.C.C.D., dos Santos, E.A.P., Oliveira, F.L.C., Weber, M.I., Batista, J.A.F., Serafini, T.Z., Castilhos, J.C.C. (2011). Satellite tracking reveals multiple foraging strategies and threats for olive ridley turtles in Brazil. Marine Ecology Progress Series, 443: 237-247.

Eckrich, C.E., Owens, D.W. (1995). Solitary versus arribada nesting in the olive ridley sea turtles (Lepidochelys olivacea): a test of the predator-satiation hypothesis. Herpetologica, 51: 349–54.

Hoekert, W., Neufe'glise, H., Schouten, A.D., Menken, S.B.J. (2002). Multiple paternity and female-biased mutation at a microsatellite locus in the olive ridley sea turtle (Lepidochelys olivacea). Heredity, 89: 107-113.

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Morreale, S.J., Plotkin, P.T., Shaver, D.J., Kalb, H.J. (2007). Adult migration and habitat utilization: ridley turtles in their element. Pp. 213-229. En: Plotkin, P.T. (Ed.). Biology and Conservation of Ridley Sea Turtles. Johns Hopkins University Press, Baltimore, MD. 356 pp.

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Tripathy, B., Pandav, B. (2007). Beach fidelity and internesting movements of olive ridley turtles (Lepidochelys olivacea) at Rushikulya, India. Herpetological Conservation Biology, 3: 40-45.

 

 

Nuria Varo-Cruz1, 2, Catalina Monzón-Argüello2, Manuel Carrillo3, Pascual Calabuig4 y Ana Liria-Loza2

1 Cetaceans and Marine Research Institute of the Canary Islands (CEAMAR), Tinasoria 5, 35509 San Bartolomé, Las Palmas

2 Asociación para el Desarrollo Sostenible y Conservación de la Biodiversidad (ADS Biodiversidad), Blas de Lezo 55, 1ºG, 35118 Agüimes, Las Palmas

3 Canarias Conservación. Cetacean & Sea Turtle Research Society, Maya 8, 38202 La Laguna, Santa Cruz de Tenerife

4 Centro de Recuperación de Fauna Silvestre del Cabildo de Gran Canaria, Carretera del Centro km 7, 35017 Las Palmas de Gran Canaria, Las Palmas

Fecha de publicación: 24-03-2015

Varo-Cruz, N., Monzón-Argüello, C., Carrillo, M., Calabuig, P., Liria-Loza, A. (2015). Tortuga olivácea - Lepidochelys olivacea. En: Enciclopedia Virtual de los Vertebrados Españoles. Salvador, A., Marco, A. (Eds.). Museo Nacional de Ciencias Naturales, Madrid. http://www.vertebradosibericos.org/