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Identificación El gardí es la especie más ampliamente distribuida del género Scardinius en Europa. Presenta un cuerpo alto de forma ovalada, lateralmente comprimido y recubierto por escamas grandes. La cabeza es pequeña, con ojos grandes, la boca en posición súpera y sin barbillones. Las aletas dorsal y anal presentan un perfil cóncavo y la aleta caudal está fuertemente bifurcada. El inicio de la aleta dorsal se encuentra situado por detrás del inicio de las aletas pelvianas. Este hecho es el carácter más distintivo para diferenciar el gardí del rutilo (Rutilus rutilus), que en general presentan un aspecto muy parecido. El dorso es de color marrón/gris oscuro y los flancos son de color dorado en adultos y plateados en juveniles. En vida, las aletas pelvianas, anal y caudal son coloreadas con tonos anaranjados o rojizos. La línea lateral está formada por 40-45 escamas. Aletas: D III/8-9, A III/8-12, Pt I/14-16, Pv II/7-8, C 18-19; LL 40-45 Alcanza un tamaño aproximado de 300-450 mm de longitud total. Aun así, en la Península Ibérica no suele superar los 200 mm.
Estatus de conservación Categoría global UICN (2008): Preocupación menor (LC). Incluida dentro del Anexo 1 del Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras. Por ello, el gardí puede ser capturado en el marco de estrategias, planes y campañas de control como medidas de gestión y erradicación. En estos casos, así como en el caso de captura accidental, deben sacrificarse en el momento de la captura y no pueden ser devueltos al medio natural.
Distribución Es nativo de aguas continentales de Europa y Asia Occidental. Fue introducido en la Península Ibérica a principios del siglo XIX en el lago de Banyoles (NE España). Durante los siguientes años expandió su distribución a la mayoría de cuencas hidrográficas catalanas y el río Ebro en Cataluña y Aragón, probablemente a partir de translocaciones debidas a la pesca deportiva. También ha sido introducido en Estados Unidos, Nueva Zelanda, Canadá, Marruecos y Túnez.
Hábitat Es más abundante en aguas tranquilas con poca corriente, como ríos y afluentes de curso lento y lagos o embalses de tamaño pequeño. Estos suelen ser poco profundos y con abundante vegetación. No se dispone de muchos datos acerca de la abundancia del gardí en ríos y lagos de la Península Ibérica, aunque en un único estudio realizado en el lago de Banyoles (NE España) no se encontraron abundancias elevadas. En cambio, en Estados Unidos se han llegado a observar zonas donde los gardís representan casi el 50% del total de peces capturados y, aun siendo introducido, puede llegar a ser la especie más abundante en algunos puntos específicos.
Ecología trófica Es una especie omnívora que experimenta cambios en la dieta durante los diferentes estadíos de vida del pez. Durante el primer año de vida, los gardís se alimentan principalmente de cladóceros planctónicos y pupas de quironómidos, mientras que pasan a alimentarse de invertebrados bentónicos y algunos macrófitos acuáticos sumergidos cuando están en etapa juvenil. En cambio, una vez ya son adultos (>150 mm aproximadamente), se alimentan principalmente de macrófitos. Aun así, su dieta presenta una alta variación entre poblaciones y se ve afectada en función de la estación del año.
Biología de la reproducción Se reproduce durante los meses de primavera e inicios de verano (de abril a julio) presentando variación según la localidad geográfica. En general, la puesta es fraccionada produciendo diferentes lotes durante el período reproductivo. El número de huevos por puesta puede variar mucho entre hembras; en el lago de Banyoles (NE España), se contabilizó un número de huevos por individuo entre 23019 y 59248. En general, los machos experimentan su primer período reproductivo a los tres años, mientras que las hembras a los cuatro. Pero se han observado poblaciones fértiles con machos tan solo de un año y hembras de dos. La puesta tiene lugar en sitios poco profundos, con abundante vegetación (en las raíces o partes de plantas sumergidas) y cerca de la orilla. Los huevos son dispersados entre las plantas. Formados por una sola capsula firme y con forma esférica, presentan un espacio perivitelino de tamaño medio y sin presencia de glóbulos de reserva de lípidos. Son pegajosos desde el momento en que se depositan. En general, tienen apariencia transparente e incolora, pero pueden presentarse en un tono amarillo pálido y suelen medir alrededor de 1.5 mm de diámetro.
Interacciones entre especies Se pueden generar casos de segregación de hábitat debido a competencia interespecífica, por ejemplo, coexistiendo con el rutilo (Rutilus rutilus), hecho que suele conllevar que el gardí tienda a concentrarse más en aguas someras y el rutilo en zonas más profundas. Se ha observado que el gardí hibrida con cierto grado de facilidad con especies como la brema (Abramis brama), el rutilo (Rutilus rutilus), el alburno (Alburnus alburnus), la brema blanca (Blicca bjoerkna) y el leucisco (Leuciscus leuciscus).
Patrón social y comportamiento Suelen crear agregaciones alargadas de 5 a 20 individuos en áreas cercanas a la orilla, aunque también se pueden observar individuos alimentándose junto a otras especies y formando grupos mixtos.
Cristina Galobart y Anna Vila Gispert Fecha de publicación: 10-06-2020 Galobart, C., Vila Gispert, A. (2019). Gardí – Scardinius erythrophthalmus. En: Enciclopedia Virtual de los Vertebrados Españoles. López, P., Martín, J., García-Berthou, E. (Eds.). Museo Nacional de Ciencias Naturales,Madrid. http://www.vertebradosibericos.org/
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