Sábalo - Alosa alosa (Linnaeus, 1758)

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Portada

 

Identificación

 

Estatus de conservación

 

Distribución

 

Hábitat

 

Ecología trófica

 

Biología de la reproducción

 

Interacciones entre especies

 

Comportamiento

 

Bibliografía

 

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Identificación

El cuerpo del sábalo, Alosa alosa es fusiforme y está ligeramente comprimido en lateralmente. Presenta una coloración azul oscura brillante en el dorso y plateada en el vientre y en los flancos. La cabeza es grande. No presenta una línea lateral aparente. El cuerpo está cubierto por escamas de tipo cicloideo, características de la familia Clupeidae.

La distinción entre A. alosa y la saboga, Alosa fallax, la otra especie del género Alosa que habita en la Península Ibérica, varía según la fase del ciclo vital. Durante la fase juvenil ambas especies presentan la morfología típica de los adultos, siendo únicamente distinguibles a partir del análisis de la relación entre el número de branquiespinas presentes en el primer arco branquial y la longitud corporal. No obstante ambas especies son fácilmente diferenciables cuándo alcanzan la madurez sexual Cuándo alcanzan la madurez sexual, A. alosa es más grande, tiene la cabeza de mayor tamaño y una disposición de las escamas irregular. No obstante, el principal carácter diagnóstico para diferenciar ambas especies es el número de branquiespinas del primer arco branquial, pues A. alosa cuenta con más de 90 branquiespinas, mientras que A. fallax presenta menos de 60.

 

Estatus de conservación

Categoría global IUCN (2008): Catalogada como “Preocupación Menor (LC)”.

Con respecto al ámbito legal, A. alosa está citada en el Apéndice III del Convenio de Berna (82/72/CEE) y en los anexos B-II y B-V de la Directiva de Hábitats sobre la Conservación de los Hábitats Naturales y de la Fauna y Flora Silvestres de la Comunidad Europea (92/43/CEE).

Categoría España IUCN (2001): Catalogada como V 2cd según el libro “Atlas y Libro Rojo de los Peces Continentales de España”, conforme a las categorías de IUCN del año 1994, pero no figura en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas. Alosa alosa está declarada “Especie de Pesca” en el anexo I del RD 1095/89 por el que se declaran las especies objeto de pesca y caza.

 

Distribución

En la Península Ibérica la presencia de A. alosa ha sido citada en la cornisa Cantábrica (ríos Bidasoa, Asón, Deva, Sella, Nalón, Narcea y Eo) y en la vertiente Atlántica (ríos Ulla, Umia, Miño, Lima, Duero, Vouga, Mondego, Tajo, Sado, Erjas, Mira, Guadiana, Ardilla, Guadiaro, Guadalquivir, y Hozgarganta). La cita de A. alosa en el río Ulla debe ser tomada con precaución dado que en la actualidad sólo existe una población monoespecífica de A. fallax y se desconoce si A. alosa estuvo presente en algún momento y se extinguió localmente con posterioridad. Otras citas de dudosa precisión taxonómica refirieron la presencia de esta especie en varios ríos de la vertiente Atlántica: Anllóns, Tambre, Lérez y Umia.

 

Hábitat

Las larvas y alevines viven durante unas semanas en las inmediaciones de las zonas de freza, cerca de las orillas. Después de la metamorfosis los juveniles migran aguas abajo hacia el estuario, dónde permanecerán algunos meses antes de la entrada definitiva en el mar. En el medio marino pasan la mayor parte de su ciclo de vida (en el dominio pelágico y próximos a la costa) y cuándo alcanzan la madurez sexual entran en las partes bajas y medias de los ríos para reproducirse. En los ríos se reproducen en zonas finales de los pozos para que los huevos puedan depositarse en la grava de los rápidos situados inmediatamente a continuación.

 

Movimientos

Durante las primeras semanas de vida, las larvas y alevines se desplazan de manera activa desde las zonas de freza hasta las orillas, probablemente en búsqueda de comida. Una vez como juveniles, forman pequeños bancos y migran aguas abajo hacia las zonas estuáricas. Los juveniles van llegando de manera progresiva al estuario, así los primeros registros se sitúan en el mes de septiembre. El período de mayor abundancia se produce generalmente en noviembre. Los juveniles suelen alcanzar el medio marino antes del primer año de vida, durante los meses de invierno, si bien pueden presentar estrategias migratorias complejas, que incluyen idas y venidas entre los medios marino y estuárico, dependiendo de las condiciones ambientales. Posteriormente, esos individuos juveniles y subadultos permanecen en el medio marino hasta alcanzar la madurez sexual, con edades comprendidas entre los 3 y los 8 años. Alcanzada la madurez sexual, los adultos suelen retornar a los ríos en los que nacieron, entre los meses de marzo y junio.

 

Ecología trófica

Los juveniles presentan una alimentación eurífaga, es decir, se alimentan de todos los recursos tróficos de dimensiones apropiadas que se encuentran en el medio. Se alimentan fundamentalmente de macroinvertebrados, siendo los crustáceos bentónicos las presas preferidas. Los adultos en el medio marino son fundamentalmente zooplanctófagos, aunque ocasionalmente capturan pequeños peces como el espadín o el boquerón. Sin embargo, también pueden capturar presas epibentónicas (isópodos, anfípodos, decápodos, cefalópodos...), aunque en menor proporción. Durante la migración reproductora rio arriba, algunos individuos presentan los estómagos repletos de crustáceos típicamente marinos, lo cual indica una alimentación en el mar y una rápida migración hacia el río. En la parte estrictamente fluvial ya no se alimentan.

 

Biología de la reproducción

El período reproductor de A. alosa en la Península Ibérica se extiende desde mayo hasta agosto, si bien el grueso de la reproducción tiene lugar entre junio y julio. La actividad reproductora se desarrolla según una serie de secuencias que se ajustan a un ciclo nictemeral. Por el día los adultos reproductores se concentran en pozos y al caer la noche  suben a la superficie. Macho y hembra, medio emergidos y flanco contra flanco, golpean violentamente la superficie del agua con la aleta caudal ejecutando desplazamientos circulares, de 1 a 1.2 m de diámetro, produciendo un sonido característico. La fecundación de los huevos se produce ayudada por el torbellino originado. Una vez se acaba el acto reproductor, los huevos son dispersados en la columna de agua, derivan una corta distancia y en poco tiempo caen al fondo depositándose entre los guijarros del fondo.

 

Interacciones entre especies

Los adultos reproductores de A. alosa pueden ser atacados por individuos postmetamórficos de lamprea marina, que se adhieren a ellos para alimentarse durante la fase hematófaga de crecimiento. Los juveniles del año pueden ser depredados por otros peces y los adultos parecen ser presa habitual de siluros. Durante la fase marina es frecuente que A. alosa sea portadora de ecto y endoparásitos. Los principales grupos que las afectan son los digeneos y los nemátodos y, en menor medida monogeneos, acantocéfalos, cestodos y crustáceos.

 

Patrón social y comportamiento

Las alosas son especies gregarias que forman bancos a lo largo de todo su ciclo vital, tanto en su etapa adulta de crecimiento en el medio marino y en la migración fluvial reproductora, como en la fase juvenil de descenso hacia el mar.

 

 

David J. Nachón1, Rufino Vieira1 y Fernando Cobo1,2
1 Estación de Hidrobioloxía “Encoro do Con”, Universidade de Santiago de Compostela,
Castroagudín s/n, 36617 Vilagarcía de Arousa, Pontevedra, España.

2 Departamento de Zooloxía, Xenética e Antropoloxía Física, Facultade de Bioloxía, Universidade de Santiago de Compostela. Campus Vida s/n,
 15782 Santiago de Compostela, España.

Fecha de publicación: 2-10-2019

Nachón, D. J., Vieira, R., Cobo, F. (2019). Sábalo – Alosa alosa. En: Enciclopedia Virtual de los Vertebrados Españoles. López, P., Martín, J., Cobo, F. (Eds.). Museo Nacional de Ciencias Naturales, Madrid. http://www.vertebradosibericos.org/.