Rebeco - Rupicapra pyrenaica Bonaparte, 1845

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Portada

 

Identificación

 

Estatus de conservación

 

Distribución

 

Hábitat

 

Ecología trófica

 

Biología de la reproducción

 

Interacciones entre especies

 

Comportamiento

 

Bibliografía

 

 

Key words: Pyrenean Chamois, Cantabrian Chamois, Distribution, abundance.

 

Distribución de las poblaciones ibéricas

Parece que el rebeco ya ocupaba la Península Ibérica desde el período interglacial Riss-Würm hace unos 127.000 - 115.000 años (Altuna, 1992). Su presencia en los yacimientos paleontológicos del País Vasco es continua hasta el Holoceno, hace unos 10.000 años (Baldeón, 1993), ocupando zonas bajas especialmente en los períodos más fríos del final del Pleistoceno. Por el sur parece que descendió por lo menos hasta la Sierra de Segura (Jaén), en donde se han encontrado restos fósiles datados de 9.000 - 5.000 años (Alférez et al., 1981). Durante el Holoceno, cuando el clima se hizo más benigno, su presencia se hace más escasa en los yacimientos de baja altitud y comienzan a abundar las especies más forestales como el jabalí y el ciervo (Altuna, 1990). Durante los últimos 10.000 años el rebeco, posiblemente impulsado por la presión de caza, el calentamiento del clima y las adaptaciones particulares para la alta montaña (Couturier, 1958), ascendió o se acantonó, en las zonas más abruptas de los macizos montañosos, en donde los encontramos en la actualidad.

Actualmente existen en la península Ibérica dos núcleos poblacionales, uno en la cordillera Cantábrica y otro en los Pirineos (García-González y Herrero, 2002, 2007).

Sobre los posibles efectos del cambio climático sobre la distribución, ver apartado de Amenazas.

 

Evolución histórica de las poblaciones cantábricas

Podemos afirmar que hacia 1800 la especie ya había desaparecido de la parte cantábrica del País Vasco (Real Academia de la Historia, 1802), posiblemente debido al efecto de la caza incontrolada en una orografía menos agreste que en otras zonas cantábricas donde el rebeco podía escapar más fácilmente de la caza continuada. Sin embargo, parece posible que existieran rebecos en el siglo XVII en el País Vasco, ya que Isasti (1625) menciona la existencia de “cabras” en Guipúzcoa. En la documentación histórica cabras montesas y rebecos eran frecuentemente usados como sinónimos, como puede verse en la descripción que Madoz (1850) hace del partido judicial de Riaño: “La caza mayor y menor abunda en todos los montes, con especialidad los rebecos o cabras monteses, que se reúnen en manadas hasta de 200 en los Picos de Mampodre y Peñas de Europa”. No debe por tanto confundirse la mención de cabras monteses con Capra pyrenaica, a la que se designa en la Cordillera Cantábrica como mojo o mueyo, utilizando su nombre vernáculo.

A principios del siglo XIX (Figura 1) probablemente se extendían de forma casi continua desde el límite de las provincias de Burgos y Santander hasta el norte de la provincia de Zamora (Balboa, 1992). No es fácil saber con seguridad cuándo se rompió el continuo de la distribución cantábrica de rebecos en los dos núcleos que actualmente existen. Esta ruptura tuvo lugar entre los municipios asturianos de Aller y Lena. El diccionario geográfico de Madoz (1845-1850), menciona “cabras monteses” (i.e. rebecos) en varias parroquias de Aller próximas a Lena y en otras varias de este concejo, pero sólo hace vaga mención de “caza mayor y menor” en las parroquias más inmediatas al Puerto de Pajares y nunca cita en las mismas ningún nombre que se pueda atribuir al rebeco. Esta situación se corrobora con la información del diccionario de González Aguirre (1897), que menciona varias especies en esas parroquias, especies de caza mayor como corzos, venados y jabalíes, pero no rebecos, mientras que sí lo hace en las más próximas a Peña Ubiña (donde nunca llegó a extinguirse) o en las próximas al macizo del Aramo, de donde sí desapareció posteriormente. Similar es la evidencia de la discontinuidad por la vertiente leonesa de la cordillera, ya que tampoco se hace ningún tipo de mención a rebecos ni a “cabras monteses” entre la falda de Peña Ubiña y el municipio de Cármenes. También Gadow (1997) señala que los rebecos eran abundantes al oeste del grupo montañoso de La Tesa, es decir del macizo de Ubiña, en las postrimerías del siglo XIX.

 

Figura 1. En color el área de distribución del rebeco cantábrico en el 2008. Los puntos representan menciones de su presencia a lo largo del siglo XIX. La población más al sur-oeste (Invernadeiro) es un grupo introducido en un gran cercado en condiciones seminaturales. Según Pérez-Barbería et al. (2009).

 

Lo que sí parece claro es que ya se había consumado la ruptura de la población en dos núcleos después de la Guerra Civil (1939-1941). Para ello nos apoyamos en dos evidencias. Couturier (1938) comenta que en aquel momento su área de distribución se había reducido a una mínima parte de su antiguo dominio. En segundo lugar está la descripción que hace el Conde de Yebes (1942) de los cazaderos de la cordillera Cantábrica, donde considera el puerto de Pajares como “de escaso interés cinegético”, pero sin embargo menciona la presencia continua del rebeco en el resto de los puertos de la montaña cantábrica. Por ejemplo, a partir del Puerto de Sejos, en el valle de Saja (Cantabria), donde apenas hay “algún rebeco”, en los montes de Liébana (Picos de Europa cántabros) “abundan los rebecos”, en los Picos de Europa asturianos, continuando por el Puerto de Tarna y Ponga y desde los Puertos de Vegarada hasta el concejo de Aller, y desde Peña Ubiña hasta al menos Muniellos. También con presencia en los montes gallegos colindantes con Asturias, León y Zamora, especialmente en Peña Trevinca. En este confín del extremo occidental de la cordillera Cantábrica y aislado por el río Sil, el rebeco se extendía hasta Sanabria en el siglo XX, de donde desapareció entre 1940 y 1945. En ambas vertientes de Peña Trevinca todavía se mataron rebecos entre 1950-1951 y los últimos desaparecieron de las estribaciones septentrionales de este macizo en 1970 (Piñeiro Maceiras, 1997), aproximadamente en la época en que también desaparecieron de la sierra de Os Ancares.

Independientemente de la fecha más aproximada de la ruptura de la población en dos núcleos en los alrededores de Pajares, modelos teóricos sugieren que esta zona presenta un hábitat de pobre calidad para el rebeco. Quizás esto, combinado con la concentración de las vías de comunicación más importantes que conectan Asturias con la Meseta (y por tanto más poblado) y la caza asociada, hayan contribuido a esta fragmentación.

La distribución del rebeco en el siglo XIX no difiere excesivamente de la actual, salvo en algunos núcleos periféricos en los que se acabó extinguiendo. Por ejemplo, desapareció de la sierra del Escudo (Cantabria) y del corredor que por el límite de las provincias de León y Zamora bajaban hacia Sahagún. También desapareció de varios puntos de Asturias, como la sierra costera de El Cuera, de Peñamanteca y de la parroquia aislada de Rellanos. Muchas de estas localidades se han recuperado recientemente; así en la sierra del Brezo se han asentado en esta última década poco más de una docena de rebecos; en Asturias se ha asentado un grupo de varias decenas en Peñamanteca y se ha reintroducido recientemente en El Aramo. Igualmente se extinguió de gran parte del occidente de León limítrofe con Galicia y Zamora, en la sierra de O Caurel y Peña Trevinca. En Ancares una reintroducción ha permitido que el rebeco esté recuperando prácticamente su antiguo territorio en esa zona.

Fue la caza excesiva e incontrolada, así como la profusión y modernización de las armas de fuego, lo que provocó que fuesen erradicados de amplias zonas de la Cordillera y llevó a que se alcanzase los mínimos históricos de rebeco entre 1943 y 1966. Aunque las leyes señalaban restricciones para el ejercicio cinegético, como vedas, permisos y acotados, no existía la posibilidad de imponer una gestión racional, debido a la ausencia de planes de ordenación cinegética y de suficiente guardería para hacer cumplir la normativa vigente.

Gadow (1997) resume perfectamente la situación en el período de entre siglos, cuando dice que la gente de los pueblos de montaña salía a “hacer carne” al monte cuando era necesario y que “en las sierras todo el que tiene un fusil hace lo que le da la gana”.

 

Tendencia de las poblaciones cantábricas

Área de distribución y densidades en 1995

En 1995 la población de rebeco podía definirse como dos grandes núcleos poblacionales al oriente y al occidente del puerto de Pajares. Es muy probable que no existiera tránsito de rebecos entre ambos núcleos o en caso de haberlo que fuera muy esporádico, ya que se constata que no existían observaciones continuas de rebecos en la zona del Puerto de Pajares o en sus inmediaciones, tanto en la vertiente asturiana como en la leonesa.

El núcleo occidental se extendía hasta casi los Ancares gallegos y al oriente hasta la zona de Peña Labra (Alto Campoo) incluida en la Reserva Regional de Caza de Saja en Cantabria. El núcleo oriental presentaba mayor número de animales y también valores de densidad más altos. En este núcleo las densidades mayores se encontraban desde Picos de Europa hasta el puerto de Tarna (12-23 rebecos/km2), con las densidades más altas en el macizo occidental de Picos de Europa (16-23 rebecos/km2).

El núcleo occidental se extendía hasta los Ancares leoneses, pero con muy bajas densidades en esta zona límite de distribución (0-2 rebecos/km2). En este núcleo el sector de Somiedo es el que alcanzaba las mayores densidades entre 6-8 rebecos/km2, tres veces menores que las máximas del núcleo oriental.

Otra clara fuente de variación espacial es la divisoria de aguas de la cordillera Cantábrica. En la vertiente sur las densidades de rebecos son muchos más bajas que en la vertiente norte (Figura 2), y también con menos continuidad espacial a pequeña escala, lo cual es difícil de plasmar en el mapa, y por lo tanto la franja del área de distribución en la vertiente sur puede esta ligeramente sobreestimada en la Figura 2.

Figura 2. Área de distribución del rebeco cantábrico y densidades calculados en 1995, año en el que la población oriental comienza a verse afectada por un brote de sarna que se prolonga hasta nuestros días. La población más al sur-oeste (Invernadeiro) es un grupo introducido en un gran cercado en condiciones seminaturales. Según Pérez-Barbería et al. (2009).

 

Área de distribución y densidades en 2007-2008

En 2007-2008 la situación de la población era diferente a la de 1995 (Figura 3). El área de distribución se mantenía similar, aunque con la recuperación de núcleos periféricos debido a varias iniciativas de reintroducción y la recuperación espontánea de algunas zonas de presencia histórica. Se destacaba la reintroducción realizada en la zona del Alto Asón entre los años 2002 y 2005 en Cantabria que extendía el área de distribución hacia el oriente, con algún ejemplar tocando el norte de la provincia de Burgos y de forma espontánea se había recuperado la sierra del Brezo (Palencia). Se habían recuperado áreas rebequeras al norte del Parque Natural de Somiedo y una reintroducción en la sierra del Aramo extendía el área de distribución hacia el norte asturiano. La población de rebecos cantábricos contaría en 2008 con un número mínimo de 17.400 ejemplares, distribuyéndose de este a oeste desde el occidente de Cantabria, norte de las provincias de Palencia y León, todo el sur de Asturias y el oriente de Lugo.

Como consecuencia de esta expansión se han observado ejemplares divagantes muy alejados de los núcleos reproductores consolidados. En Asturias, por ejemplo, hasta las hoces del Esva, en el municipio de Valdés e incluso hasta la misma costa de Cudillero y en la sierra de El Cuera. En Burgos han alcanzado esporádicamente la comarca de La Lora (Figura 3). Estos ejemplares divagantes son importantes porque indican las posibilidades de expansión futura y los posibles corredores de ampliación del área de distribución actual.

Los mayores cambios desde 1995 han tenido lugar en el número de efectivos. El brote de sarna sarcóptica ha afectado gravemente a lo que eran las zonas rebequeras por excelencia en 1995, aquellas comprendidas entre Picos de Europa y Aller (Figura 3). Las densidades de las poblaciones de algunas áreas del este del núcleo oriental han incrementado, algunas de 1-2 hasta 9-11 rebecos/km2, como la cántabra de la Reserva del Saja (Figura 2), probablemente debido a que todavía no han sido afectadas por la sarna y a la benignidad de los inviernos de la pasada década.

Después de haber transcurrido 15 años desde el inicio del brote de sarna en 1993 entre los concejos de Aller y Caso (Asturias) y el 2008, la enfermedad ha progresado unos 40 kilómetros dirección este, a una media de 2,6 km/año, y sigue su avance. Quedan libres de la enfermedad las poblaciones situadas más oeste del foco, probablemente debido a que las menores densidades de rebecos justo en este área y la separación de los núcleos oriental y occidental dificultan su transmisión. Actualmente alrededor del 56% de la población ya convive con la sarna afectando al 60% de su área de distribución.

Figura 3. Área de distribución del rebeco cantábrico en el 2008, con valores de densidades calculados en 2007, después de 15 años de la aparición de un brote de sarna todavía activo. Los puntos aislados representan observaciones de ejemplares divagantes. La población más al sur-oeste (Invernadeiro) es un grupo introducido en su gran cercado en condiciones semi-naturales. Según Pérez-Barbería et al. (2009).

 

Otro cambio drástico ha sido el incremento de la población de Somiedo que ahora es la más densa de la población (16-19 rebecos/km2), y el incremento de las densidades del límite oeste del núcleo occidental, Quirós-Lena, Degaña-Cangas y los Ancares leoneses, que hace que se consoliden las poblaciones marginales de esta zona. Este importante incremento parece deberse a varias causas. Una es que en estas zonas del occidente el tamaño de la población estaba muy mermada, con pequeños grupos de rebecos dispersos que a causa de su bajo número tenían dificultades para lograr un rápido crecimiento, pero una vez alcanzado un tamaño poblacional que permite el desarrollo del comportamiento social típico de la especie su crecimiento ha sido mucho más rápido. Este crecimiento se ha visto probablemente beneficiado porque el núcleo occidental no ha sido afectado por la sarna y probablemente también a la benignidad de los inviernos y escasa competencia con otras especies de herbívoros salvajes y domésticos.

La situación en los entornos del Puerto de Pajares (divisoria de los núcleos poblacionales oriental y occidental) no parece haber cambiado mucho. Aunque se puede haber producido un ligero incremento en el número de rebecos en esta zona debido al incremento de las poblaciones limítrofes (Figura 4), las densidades de rebecos en la vertiente sur de la zona central en la provincia de León (Vegacervera, Rodiezmo, Mirantes de Luna, Villafeliz) siguen siendo bajísimas, lo que impide la conexión efectiva de ambos núcleos poblacionales. Esto está beneficiando el aislamiento del brote de sarna, limitado por el momento al núcleo oriental.

Figura 4. Cambios en las densidades de rebeco cantábrico entre 1995 y 2007-2008. El efecto de la sarna ha mermado el centro y oeste la población del núcleo oriental. En el resto de la población se detecta un incremento apreciable. Se indican los puntos donde comenzó la sarna en el año 1993 (centro) y 1994 (norte). Según Pérez-Barbería et al. (2009).

 

En la vertiente sur de la cordillera, aunque se ha detectado un ligero incremento de efectivos, mantiene una tendencia similar a la que mantenía en 1995, es decir, una menor densidad que en la vertiente norte. Esto puede ser debido a dos causas, una explotación cinegética históricamente más intensa, como se observa por ejemplo en las reservas leonesas de Riaño y Mampodre, o a un efecto del hábitat, quizás menos apropiado en la vertiente sur. La reserva de Somiedo ha experimentado un aumento exponencial de su población desde 1970 pasando de los 100 a unos 2500 en 2007. Sin embargo, ninguna población de la vertiente sur y que no haya sido afectada por la sarna ha experimentado un aumento similar. Es de destacar que en la vertiente norte la práctica totalidad de la Cordillera son reservas de caza o parques naturales y en la vertiente sur gran parte del área de distribución potencial del rebeco (desde la reserva de Mampodre a la de los Ancares) está ubicada en cotos de caza. La recuperación en los cotos hasta ahora ha sido más difícil, pues hay más presión sobre los gestores para iniciar la actividad cinegética mucho antes de que las poblaciones alcancen tamaños considerables.

La Tabla 1 muestra el tamaño mínimo poblacional en 2008 desde el brote de sarna sarcóptica ocurrido en 1995.

 

Tabla 1. Tamaño mínimo de la población en 1995 y 2007-2008 en la cordillera Cantábrica. También se provee información sobre la superficie rebequera dentro de la unidad de gestión y sobre la que está afectada por la sarna sarcóptica. RRC: reserva regional de caza. Según Pérez-Barbería et al. (2009).

Sector / Comunidad Autónoma

Unidad Gestión (UG)

Área rebequera UG (km2)

% superficie UG con sarna (2008)

Población 1995

Población 2007-2008

 

 

 

 

 

censo 2007

censo 2008

Asturias

RRC Ponga

148

100

2148

1022

 

RRC Piloña

65

100

325

214

 

RRC Aller

97

100

800

581

 

RRC Caso-Sobrescobio

199

100

3000

1492

 

Total RRC oriente

509

100

6273

3309

 

RRC Somiedo (PN)

128

0

819

2477

 

RRC Quirós-Lena

84

0

75

668

 

RRC Degaña-Cangas

27

0

65

290

 

TOTAL RRC occidente

239

0

959

3435

 

Cotos regionales (9)

273

40

500

802

 

Total Asturias

1021

60

7732

7546

 

Cantabria

RRC Saja

104

10

500

 

939

PN Alto Asón

100

0

0

 

55

Total Cantabria

204

10

500

 

994

Castilla y León

RRC Riaño

426

100

3164

1560

 

RRC Mampodre

214

100

1595

1100

 

RRC Fuentes Carrionas

 58

50

112

440

 

RRC Ancares León

112

0

105

975

 

Cotos privados

1213

50

 

700

 

Total Castilla y León

2023 

60

4976

4775

 

Galicia

RRC Ancares Lugo

20

0

17

 

159

otras zonas

10

0

0

 

40

Total Galicia

30

0

17

 

199

PN Picos Europa

Macizo Occidental

146

100

3360

 

1230

M. Central

143

>50

1860

1539

 

M. Oriental

65

0

200

 

343

Sierras Periféricas

125

70

1520

 

804

TotalL PNPE

479

>60

6940

3916

 

TOTAL

 

 

20165

17430

 

Pirineos

La distribución y abundancia de esta especie en el pasado reciente es difícil de precisar, por la confusión que produce el uso de diferentes nombres vernáculos, su probable escasez y la frecuente confusión en las encuestas con la cabra montés (Capra pyrenaica). En un estudio realizado por Gortázar et al. (2000), recopilan la información derivada de la encuesta de Madoz (1985) durante la desamortización de mediados del siglo XIX. La presencia del sarrio en Aragón en 1848 en comparación con la actual se representa en la Figura 5. Como puede observarse el área de ocupación del sarrio en Aragón hace 150 años era de apenas un 15% de la actual, encontrándose sobre todo en la parte noroccidental.

El rebeco pirenaico se halla hoy en día extendido por casi toda la Cordillera, ocupando la práctica totalidad del hábitat favorable. El límite oriental se encuentra en el Valle del Tech en Francia y el occidental en Larra (Navarra). Las últimas estimaciones (2003) darían un censo no inferior a los 53.300 individuos en los Pirineos (Herrero et al., 2004), distribuidos según se expresa en la Tabla 2.

Figura 5. Distribución del sarrio en Aragón a mediados del siglo XIX (izquierda) y en la actualidad (derecha) (según Gortázar et al., 2000).

 

Tabla 2. Efectivos de sarrios y densidades medias en los Pirineos en 2000. * Sólo en Reservas y Parques Nacionales. (Fuente: Garin y Herrero, 1997; Herrero et al., 2000; Herrero et al., 2004). 

Territorio

Nº individuos

Superficie (km2)

Densidad (indiv/km2)

Francia

25400

5900

4,3

Cataluña

13000

1920*

5,2*

Andorra

600

75*

5*

Aragón

14000

1478*

8,1*

Navarra

200

50

4

 

El auge actual de las poblaciones pirenaicas se debe, en gran medida, a su protección por medio de Reservas de caza implantadas a finales de los años 60. Antes de la creación de dichas Reservas quedaban en Cataluña unos 200 sarrios (Ruiz-Olmo y Aguilar, 1995). En 1974 se estiman los efectivos en unos 4.000 individuos en Aragón (Escudero, com. oral). En Francia la expansión de las poblaciones se produce a partir de 1980, produciéndose el punto de inflexión del crecimiento poblacional hacia 1988-1990. En 1986 se contabilizaban 13.600 individuos en el Pirineo francés (Novoa et al., 2004).

Se ha estimado la fiabilidad de los métodos de muestreo para detectar tendencias temporales del tamaño de una población pirenaica con incremento exponencial después de una reintroducción. Un método se basó en un programa de captura – marcaje – recaptura y el otro se basó en un índice obtenido del número medio de individuos observados en un transecto. La consistencia de resultados entre métodos sugiere que el índice puede ser válido para detectar tendencias de población; sin embargo, el índice solamente es fiable cuando el número mínimo de censos en Pirineos es de 10 y durante al menos 5 años (Loison et al., 2006).

Las medias de densidad, considerando territorios amplios, no son excesivamente elevadas (Tabla 1). Sin embargo, en algunas áreas protegidas de la caza, las densidades pueden llegar a ser altas, alcanzando los 25-35 individuos/km2: Circo d’Osseau, Cañón de Ordesa, Macizo d’Orlu. La densidad en grandes áreas es un parámetro poco útil como indicador del estado de las poblaciones. Su relatividad está ligada a la imprecisión del área efectivamente utilizada por la población (Figura 6). Como información ecológica y herramienta de gestión, resulta más útil el estudio de la heterogeneidad de la distribución de la densidad y los factores relacionados con ella.

 

Figura 6. Representación de los censos realizados en los Pirineos franceses en 1996 en cuadrículas de 1x1 km (Modificado de Parc National des Pyrénées, 2000).

 

La queratoconjuntivitis ha sido la única epizootia importante, en los últimos 40 años, que ha tenido una incidencia notable en los efectivos del rebeco pirenaico. Durante los años 80 afectó a gran parte de las poblaciones pirenaicas, causando grandes mortalidades (Müller, 1984). En la figura 7 se ha representado la evolución del censo oficial de sarrios en dos Reservas de Caza aragonesas, desde el año 1974 a 1998. Aunque los censos están con toda probabilidad subestimados, las oscilaciones indican claramente la incidencia que tuvo la epidemia de queratoconjuntivitis en la dos Reservas en los años 1980 a 1982. En la Reserva de Viñamala la epidemia se mantuvo en estado latente y volvió a afectar con virulencia de 1986 a 1988, cosa que no ocurrió en la de Benasque.

 

Figura 7. Evolución del censo de sarrios en las Reservas de Benasque (línea a trazos) y de Viñamala (línea continua) según datos de la Guardería y comparación con los censos simultáneos de 1997 y 1998 (círculos negros). Los valores mínimos de 1982 y 1988 se corresponden con la epidemia de queratoconjuntivitis (ver texto).

 

En la Reserva de Benasque, donde se produjo un único ataque virulento de queratoconjuntivitis, los parámetros poblacionales y biométricos (tasa de crecimiento y puntuación de los cuernos) se recuperaron en 4-5 años y el tamaño de la población en aproximadamente 10 años. El proceso parece casi idéntico al descrito por Loison et al. (1996) sobre la epidemia detectada y estudiada en Les Bauges (Alpes) en 1977. Dichos autores aseguran que la población recupera por sí sola los parámetros demográficos (tasa de crecimiento, índice de fertilidad) y biométricos (peso corporal, longitud del cuerno) anteriores a la epidemia, en unos 5 años y que alcanza el tamaño poblacional previo a la epidemia en un período de 10 años. Además, sugieren que la recuperación del tamaño poblacional habría sido más rápida si no se hubiera producido un fuerte descenso poblacional con la eliminación de individuos para combatir la enfermedad.

El conteo simultáneo supraforestal de rebecos proporciona una medida eficaz para estimar el tamaño de poblaciones (Herrero et al., 2011)2.

 

Reintroducciones en la cordillera cantábrica

La población cantábrica de rebecos ocupa su área natural de distribución y no se conoce ninguna introducción en el área de ejemplares no cantábricos. El rebeco cantábrico desapareció de algunas sierras donde existían referencias en épocas pasadas. Es a partir de 1970 cuando se ponen en marcha intentos de su recuperación en algunas de esas zonas mediante el traslado de ejemplares procedentes de otras áreas cercanas (Tabla 2 y Figura 8).  Los sistemas empleados para capturar rebecos se suelen basar en la utilización de redes verticales, lazos de pata, rifle anestésico, cajas trampa o capturaderos mediante mangas de captura (Dubray, 1993; Day et al., 1980). Las cajas trampa y los capturaderos se suelen emplear en proyectos destinados a capturar ejemplares en un mismo lugar, invirtiendo un gran esfuerzo en colocar las estructuras necesarias para desarrollar el trabajo. En la Cordillera Cantábrica se han empleado como sistemas de captura: las redes verticales, el rifle anestésico y los lazos de pata.

Entre 1980 y 1990 se trasladaron rebecos de la población oriental hacia la zona más occidental con referencias de existencia de la especie en el pasado (Ancares leoneses e Invernadeiro gallego), mientras que a partir del año 2002 los movimientos se realizaron a partir de poblaciones numerosas, situadas más próximas a las zonas de suelta (Collados del Asón en Cantabria y Sierra del Aramo en Asturias). En este sentido se debe de tener en cuenta que cuando se realizaron los primeros traslados la población occidental de rebecos se encontraba muy mermada. En la actualidad las poblaciones reintroducidas aún no se han mezclado con las poblaciones existentes (salvo en el caso de los Ancares, donde pudo ya haber algún contacto) Este proceso llevará varios años, pues las condiciones orográficas dificultan los movimientos entre determinados macizos montañosos (González-Quirós, 2009).

En los Ancares Leoneses existen referencias de la desaparición del rebeco en la zona entre 1960 y 1970. Entre los años 1982 y 1985 se trasladaron con éxito 12-13 rebecos de la zona leonesa de Riaño a la zona de los Ancares. El proyecto fue un éxito, ya que los rebecos se adaptaron bien al área de suelta, existiendo, en el año 2006, una población de unos 800 rebecos en la zona leonesa de los Ancares (Juan Carlos Peral, com. pers.) y unos 100 rebecos en la zona de los Ancares lucenses (González-Quirós, 2009).

Entre los años 1992 y 1994 se llevó a cabo un proyecto de reintroducción de rebeco cantábrico entre Asturias, donante de los ejemplares y Galicia, receptora de los mismos. En estos tres años se capturaron 32 rebecos procedentes de Caso, Ponga, Aller y  Covadonga.  Durante los primeros meses los rebecos permanecieron en un cercado de aclimatación construido en el Invernadeiro (Ourense) donde nacieron algunas crías de las hembras que iban preñadas. En el año 2001 habían sido contabilizados 68 rebecos dentro del cercado. Entre 2002 y 2003 se soltaron 10-12 rebecos procedentes de este cercado a los Ancares lucenses, marcados con crotales auriculares (González-Quirós, 2009).

El rebeco había desaparecido de la montaña oriental de Cantabria a mediados del siglo XVIII. El programa de captura de rebecos para su reintroducción en la Montaña Oriental Cantabra (entre los ríos Asón y Miera) se desarrolló íntegramente en el Parque Nacional de los Picos de Europa, en la vertiente perteneciente a la comunidad autónoma de Cantabria. Dicho proyecto fue llevado a cabo por la Fundación Naturaleza y Hombre. Las capturas se llevaron a cabo entre los años 2002 a 2005. Fueron liberados con éxito 34 rebecos, 23 eran hembras y 11 machos, por lo que el sex-ratio de la población fundadora era de 2,1 hembras por macho. En el año 2006 nacieron 8 crías y 17 en el año 2007. En el año 2008, antes de la época de partos, la población era de 55 ejemplares (González-Quirós, 2009).

 

Tabla 2.  Capturas con traslados de rebecos realizadas en Asturias y Cantabria (Cordillera Cantábrica) entre los años 1992 y 2008. Se indica la zona de captura, la zona de suelta, el número de rebecos capturados, la mortalidad asociada a la captura, la mortalidad en las dos primeras semanas tras la suelta, el número de rebecos liberados con éxito y el número de rebecos presentes en la zona de suelta indicando el año donde se había valorado su población. M: macho; H: hembra. Según González-Quirós (2009).

Zona origen

Zona

Años capturas

Sin traslado

Mortalidad

Mortalidad

Rebecos

Suelta

Capturas

en la captura

15 días

fundadores

Zona suelta

 

 

n (%)

 

 

(año)

Oriente de Asturias

Invernadeiro

1992-1994

32

5

4 (12,5)

3 (9,4%)

20 (8M+12H)

68

(Orense)

2001

P.N. Picos Europa

Montaña oriental de Cantabria

2002-2005

48

3

4 (8,33)

5 (10,42)

34 (11M+23H)

55

2008

Somiedo

Aramo

2007-2008

49

4

1 (2,04)

5 (10,20)

39 (12M+27H)

42

2008

TOTAL

129

12

9 (6,98)

13 (10,08)

93 (31M+62H)

165

 

En 2007 se inicia un proyecto de recuperación del rebeco en la Sierra del Aramo, Asturias, con rebecos provenientes del Parque Natural de Somiedo, también en  Asturias. Este proyecto esta siendo llevado a cabo con la colaboración de las sociedades de cazadores de la zona (Riosa-Morcín, Quirós y Lena) y los ayuntamientos locales.  Entre los años 2007 y 2008 se han soltado 39 rebecos. Este proyecto se diseña con la finalidad de crear tres núcleos de suelta cercanos entre si y perpendiculares al sistema montañoso del Aramo (González-Quirós y Sánchez, 2004). En el año 2008 se comprobó el trasiego de ejemplares entre los tres lugares de suelta elegidos y el nacimiento de cinco crías (González-Quirós, 2009).

Figura 8. Experiencias de traslados de rebecos, con posibilidades de éxito, realizadas en los últimos 25 años en la Cordillera Cantábrica. Se indica el número de rebecos liberado con éxito y el intervalo de años en el que fueron realizadas las reintroducciones. Según (González-Quirós, 2009).

 

Reintroducciones en Pirineos

En la vertiente española de los Pirineos no se conocen reintroducciones de sarrios, al menos oficialmente. Contrariamente, en la vertiente francesa se han traslocado unos 600 individuos desde 1982 a 2000 (Novoa, 2004), justificados como reforzamientos de núcleos poblacionales en donde la densidad era baja. Algunas de estas reintroducciones han sido objeto de un seguimiento poblacional detallado en cuanto a efectivos y uso del espacio de los animales liberados (Levet et al., 1995). La ausencia de caza en los parques nacionales propicia aumentos locales de la densidad. Con el fin de mantener a las poblaciones en densidades medias y reforzar núcleos de baja densidad, el Parc Nacional des Pyrénées ha sido la fuente de sarrios desde los años 80. En la Figura 9 se expone un esquema de las reintroducciones llevadas a cabo por dicho Parque hasta la actualidad (Parc National des Pyrénées, 2000).

 

Figura 9. Origen y destino de los sarrios traslocados por el Parc Nacional des Pyrénées (adaptado a partir de Parc National des Pyrénées, 2000).

 

Agradecimientos

Gonzalo Mutuberría (Tapín), Arantza Aldezabal, Sergio Couto, Natalia Gañán, Alicia García-Serrano, Inazio Garin, Yolanda Hernández, Juan Herrero, Borja Palacios (Parque Nacional de los Picos de Europa), Carlos Nores, Luis Llaneza (A.RE.NA. s.l.), Alfonso Balmori (Junta de Castilla y León), Juan Carlos Peral (Director de las Reservas de Ancares, Riaño y Mampodre, Junta de Castilla y León), Felix Paredes (Director de la Reserva de Fuentes Carrionas, Junta de Castilla y León), Javier Ruiz de Almirón (Director de la Reserva de Ancares Gallegos), José María Fernández-López (Universidad de Cantabria) colaboraron en la recogida y elaboración de datos o aportaron información sobre los tamaños poblacionales del rebeco. Nuestro reconocimiento a la Consejería de Asturias y al Servicio del Medio Natural del Gobierno de Aragón y a sus Guarderías por la obtención y facilitación de los datos demográficos. A Pat Carnegie por su ayuda con los gráficos y mapas.

 

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Francisco Javier Pérez-Barbería
The Macaulay Institute, Craigiebuckler, Aberdeen AB15 8QH, Scotland, United Kingdom 

Ricardo García-González
Instituto Pirenaico de Ecología, CSIC, Apdo. Correos 64, 22700 Jaca 

Borja Palacios Alberti
Parque Nacional Picos de Europa, MIMARM, c/ Covadonga 43, 33550 Cangas de Onís, Asturias
 

  Fecha de publicación: 16-06-2004

Revisiones: 24-07-2008; 28-10-2010

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