Lirón gris - Glis glis (Linnaeus, 1766)

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Portada

 

Identificación

 

Estatus de conservación

 

Distribución

 

Hábitat

 

Ecología trófica

 

Biología de la reproducción

 

Interacciones entre especies

 

Comportamiento

 

Bibliografía

 

 

Key words: Edible dormouse, activity, movements, behaviour.

 

Actividad

El lirón gris realiza los tres tipos de letargo: torpor diario, torpor de estivación e hibernación (Wilz y Heldmaier, 2000; Freixas, 2008). Presenta una actividad anual cíclica en la cual se diferencian claramente dos fases. La fase activa se inicia en el mes de junio (época de celo) y se prolonga hasta octubre-noviembre (cuando las crías abandonan el nido). La fase de hibernación se inicia en octubre en las zonas más septentrionales y en diciembre en zonas más meridionales, finalizando aproximadamente en mayo (Mendiola, 1985; Freixas et al., 2008). Suele hibernar en refugios de galerías subterráneas de 50 a 100 cm de profundidad, entre las raíces de los árboles, en cuevas y cajas nido (Castién, 2007). En años no reproductivos, los lirones comienzan a hibernar antes y se despiertan de la hibernación después, mientras que años reproductivos los lirones comienzan a hibernar más tarde (tras sacar a sus crías adelante) y despiertan antes de la hibernación (Schlund, 2002).

En la Península Ibérica, la fase activa suele ser algo más larga, a diferencia del norte de Europa, ya que se trata de un clima más cálido, caracterizado por inviernos templados. Dado que la fase de hibernación es más corta, el lirón gris puede dedicarse durante más tiempo a la reproducción (Mendiola, 1985).

En la fase activa, a una temperatura ambiente de 28ºC, su temperatura corporal óptima es de 36,7ºC ± 0,79ºC SD, el consumo de oxígeno es de 0,052 ml O2 g-1 h-1 ± 0,051 SD, la frecuencia cardíaca es de 170-200 latidos/min y la frecuencia de ventilación en reposo es de aproximadamente 40 respiraciones/min (pulso de oxígeno medio de 54 µl de O2 por respiración) (Wilz y Heldmaier, 2000). El balance energético diario de los individuos activos es de 23,61 Kcal animal-1 día-1 a una temperatura de 20ºC. La tasa metabólica en reposo es significativamente mayor en primavera (1,14 ml O2 g-1 h-1 20ºC) que en otoño (0,81 ml O2 g-1 h-1 20ºC) (Gebczynski et al., 1972).

Por el contrario, durante la hibernación, cuando la masa corporal se ha duplicado (Morris, 2004) gracias al consumo de alimentos ricos en lípidos con un alto contenido de ácido linoleico (Fietz et al., 2005), el lirón consume las reservas de grasa corporal acumuladas durante el otoño (Vietinghoff-Riesch, 1960) reduciendo hasta 1/3 su masa corporal (Fietz et al., 2004). Alcanza una temperatura mínima corporal de 0,7ºC a una temperatura ambiente de 0ºC una vez transcurridas las 6 primeras horas después de que las funciones metabólicas hayan alcanzado su mínimo (Elvert y Heldmaier, 2005). La frecuencia cardíaca disminuye a 8,2 latidos/min a una temperatura ambiente de 7ºC (Elvert y Heldmaier, 2005) y llega a realizar apneas de hasta 60 min a 4,5ºC de temperatura ambiente (Wilz y Heldmaier, 2000). La tasa metabólica permanece estable en 0,0382 ml O2 g-1 h-1 ± 0,0037 SD) (Elvert y Heldmaier, 2005). Disminuye sus niveles de glucosa en sangre, pero no de la insulina plasmática (Castex et al., 1984). Tarda 1,2 h en despertarse del letargo de hibernación cuando la temperatura es de 22ºC y puede tardar hasta 9 h cuando la temperatura es de 2ºC (Wilz y Heldmaier, 2000).

En lo que respecta a la actividad diaria, se trata de una especie fundamentalmente nocturna (Amori et al., 2008) cuya actividad comienza 40 min después de la puesta de sol y termina aproximadamente una hora antes del amanecer (Kukalová et al., 2013). No obstante, en la península ibérica se ha observado cierta actividad diurna de forma esporádica (Castién, 2007; Freixas et al., 2010b). En Montes do Invernadeiro (Ourense), ha sido detectada durante el día en el interior de edificios poco utilizados (Pardavila et al., datos no publicados) (Fig. 1). La temperatura corporal media, la frecuencia cardíaca y el consumo de oxígeno son más altos durante la noche que durante el día (Gebczynski et al., 1972; Elver y Heldmaier, 2000). Los episodios de letargo diarios son los más cortos (3-21 h) y presentan una tasa metabólica media promedio (TMMP) de 0,053 O2 gl h-1; le sigue el letargo en época estival, algo más largo (69-106h ), con una TMMP de 0,031 O2 gl h-1; siendo el letargo de hibernación el más largo (39-768 h) con una TMMP de 0,017 O2 gl h-1) (Wilz y Heldmaier, 2000).

Figura 1. Lirón gris en interior de molino. Montes do Invernadeiro (Ourense). (©) R. Pérez.

 

La actividad nocturna depende de la duración del día siendo más larga en otoño y más corta en verano (Rodolfi, 1994; Krystufek, 2010).

A lo largo del día permanecen descansando en nidos construidos por ellos mismos con ramitas y hojas frescas, dentro de agujeros o de cajas anidaderas (Milazzo et al., 2003) o que parasitan a las aves (Morris, 2004). Descansa, duerme e hiberna muy acurrucado, con la cola envuelta sobre su cabeza y su espalda (Vietinghoff-Riesch, 1960; Morris, 2004; Jurczynszyn, 2007) (Fig. 2).

 

Movimientos

Puede desplazarse hasta 700 m de media por las noches, existiendo sesgos entre la media de machos y hembras (machos: 523 m/noche; hembras: 111 m/noche) (Morris y Hoodless, 1992). Explora de forma táctil, orientando sus vibrisas mistaciales hacia delante (Sokolov y Kulikov, 1987).

La organización espacial del lirón gris depende principalmente de dos factores: recursos alimentarios y densidad poblacional. Los machos de lirón gris pueden desplazarse a más de 4.000 m (Schlund et al., 1997; Jurczyszyn, 2006; Scinski y Borowski, 2008; Worschech et al., 2012). Cuando habitan áreas fragmentadas, los individuos juveniles y subadultos migran con frecuencia entre bosques, pequeños y adyacentes, cruzando áreas abiertas (Bieber, 1995). Es más común que la dispersión ocurra cuando habitan bosques pequeños que cuando lo hacen en bosques grandes, ya que los pequeños cuentan, en proporción, con una mayor densidad de población y, por tanto, los recursos como alimento o recovecos son más escasos (Worschech et al., 2012). Asimismo, la migración es más común en individuos subadultos que en individuos adultos (Bieber y Ruf, 2009).

En el Parque Natural de Montes do Invernadeiro, Ourense (Galicia) se ha registrado el movimiento dispersivo de un macho subadulto que fue recapturado a 1.300 m dos años después de su primera captura. De igual modo, una hembra joven fue recapturada a 140 m de su lugar de nacimiento (Pardavila et al., datos no publicados).

El lirón gris se desplaza entre arboles adyacentes. Los individuos más dominantes habitan y se desplazan por las copas de los árboles donde los alimentos son más abundantes, mientras que los subordinados utilizan las capas inferiores de los mismos (Jurczyszyn y Zgrabczyńska, 2007). En época de reproducción, las hembras tienden a permanecer y dar a luz en su refugio natal o próximo al mismo (Schlund et al., 1997).

 

Figura 2. Varios lirones acurrucados, durmiendo en caja nido. (©) X. Pardavila.

 

Dominio vital y territorio

En lo que respecta al área de campeo, un estudio de Jurczyszyn y Zgrabczyńska (2007), mostró que los machos de la población con densidad más baja recorrían un área de campeo mayor que las hembras. En cambio, con alta densidad los machos sólo se comportaban de esta manera en época de reproducción exitosa, cuando los recursos eran abundantes. En época de escasez tanto machos como hembras recorrían áreas de campeo similares cuando la densidad poblacional era alta. En cualquier caso, se trata de un animal poco migratorio con tendencia sedentaria y a ocupar nidos cercanos al lugar de nacimiento junto con individuos emparentados (Morris y Morris, 2010).

Son trepadores muy ágiles que se mueven ágilmente entre el dosel forestal, refugiándose en huecos de los árboles e, incluso, en recovecos propios de infraestructuras humanas (IHOBE, 2013). Para ascender por superficies lisas, posee unas glándulas plantares que segregan secreciones que le permiten trepar (Koenig, 1960). La longitud de sus saltos alcanza hasta 1 m (Koenig, 1960). Por norma general, permanecen relativamente poco tiempo en el suelo (Müller, 1988; Hönel, 1991; Negro et al., 2013). Pueden nadar (Koenig, 1960). Durante la hibernación (5-6 meses), suele refugiarse entre las raíces de los árboles, en galerías subterráneas, en cuevas, en cajas nido artificiales o, incluso, en edificios (Zuloaga y Varcárcel-Abellán, 2015).

Machos y hembras comparten territorio y sus áreas de campeo se solapan, considerándose una especie social (Weber et al., 2018). Las hembras son territoriales y son los machos los que se agrupan en torno a una hembra compitiendo por el acceso a ésta durante la época de apareamiento (Ściński y Borowski, 2008). El área de campeo parece ser mayor en los machos que en las hembras (Properzi et al., 2003). Se estima que los machos ocupaban un área de campeo de entre 3,5 y 7 ha mientras que las hembras menos de 1 ha (Morris y Hoodless, 1992; Scinski y Borowski, 2008). Sin embargo, un estudio mostró que este sesgo en el sexo estaba relacionado con la densidad de población y el periodo reproductivo. Cuando hay una alta tasa de reproducción, el sesgo es a favor de los machos independientemente del tamaño poblacional. No obstante, cuando nos hay reproducción, no existen sesgos a favor de ningún sexo en poblaciones de alta densidad (Jurczyszyn y Zgrabczynska, 2007).

 

Patrón social y comportamiento

Estudios realizados en Europa y la península ibérica han demostrado que el lirón gris ocupa con frecuencia todo tipo de cajas nido, tanto para aves como las especialmente diseñadas para la especie (Juskaitis, 1999; Rey 2003; Krystyfek et al., 2003; Campodron et al., 2007). En el estudio de Camprodon et al. (2007) se observaron preferencias por las cajas de mayor tamaño y agujeros de al menos 4 cm de diámetro. De hecho, Burgess et al. (2003) mostraron que los lirones roían el perímetro del agujero para agrandarlo. El periodo de ocupación de las cajas en la península ibérica se retrasa de 1 a 2 meses con respecto al centro de Europa (Campodron et al., 2007). Además, los lirones prefieren ocupar casi siempre la misma caja nido o guarida natural, sobre todo las hembras, pues son más territoriales y cuentan con áreas de campeo menores (Kukalová et al., 2013).

 

Figura 3. Izquierda, nido de lirón construido con hojas de hiedra. Derecha, nido y despensa de lirón con restos de avellanas. (©) X. Pardavila.

 

Los lirones construyen sus nidos, al menos en las cajas anidaderas, con materia vegetal árbol o arbusto donde se sitúa el refugio (Rey, 2003) (Fig. 3).

Se han encontrado individuos machos y adultos compartiendo cajas nidos en época de reproducción y de subadultos antes de la hibernación. La convivencia de adultos suele darse entre individuos emparentados, generalmente hermanos de la misma madre y de camadas de años diferentes que retornan a los nidos que habitan sus familias (Morris y Morris, 2010). En Galicia, se han observado varios individuos de diferentes sexos y clase de edad compartiendo nidal, principalmente durante el período prehibernación. Durante el verano los grupos suelen ser del mismo sexo y clase de edad, o hembras con crías (Pardavila et al., 2017). De la misma forma, se han encontrado hembras con una camada compartiendo la misma caja nido con otras hembras adultas, generalmente suelen ser parientes (madre e hija, cada una con nuevas crías) (Pilastro et al., 1996). Aunque en el caso de las hembras este comportamiento se ha sugerido como una estrategia antidepredatoria (Freixas et al., 2011).

Dado que el lirón gris se reproduce casi exclusivamente cuando la disponibilidad de recursos es alta (Ruf et al., 2006; Schlund et al., 2002), se han encontrado agrupaciones de esta especie en ambos sexos compartiendo espacio (Freixas et al., 2011; Weber et al., 2018) y el área de campeo está solapado en la especie (Jurczyszyn y Zgrabczynska, 2007; Scínski y Borowski, 2008), se considera que el lirón gris es un animal social.

Se comunican de forma acústica a través de una variedad de chillidos, resoplidos y chirridos (Jones-Walters y Corbet, 1991) y de forma química dejando rastros de secreciones glandulares procedentes de glándulas centrales circulares situadas alrededor de la base de la cola (Morris, 2004). El movimiento consiste en arrastrar la región anal para frotarla sobre el sustrato (Krystufek, 2010). El marcaje glandular también lo usa como defensa territorial depositando gotitas de la secreción en las letrinas y la parte superior de sus cajas nido (Morris, 2004). El marcaje fecal también es común en la especie, sobre todo en grandes cantidades sobre sus cajas nido comunitarias, probablemente para señalizar qué nido están ocupando (Morris y Morris, 2010) (Fig. 4).

 

Figura 4. Los excrementos en la tapa de las cajas anidaderas denotan la presencia de lirones. En la imagen de la derecha se observa en detalle el acúmulo de excrementos. (©) X. Pardavila.

 

Un estudio en laboratorio (Rusia) reveló diferentes conductas específicas en los lirones grises (n= 80): mantenimiento (asearse, rascarse, lamerse, bostezar, estirarse), exploración (correr, observar alrededor, rastreo olfativo), alimentación (búsqueda e ingesta de alimentos), marcaje oloroso (micción, defecación y frotamiento de pómulos), comportamiento defensivo (postura inmóvil-congelada de hasta más de 10 min), comportamiento social (negativo: evitación, ataques agresivos, persecuciones, mordeduras, peleas; neutros: reconocimiento nasal-nasal, reconocimiento nasal-lateral; positivos: contacto físico en reposo, acicalamiento social), comportamiento sexual (asearse y montar a otro individuo). De los encuentros entre congéneres, los más frecuentes fueron de tipo agonístico (46.3%); seguido de tipo neutral o de identificación (41.1%); y los menos frecuentes los de tipo amistoso (12.6%) (Vekhnik et al., 2018).

 

Referencias

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Lorena Ortiz Jiménez
Unidad de Zoologí
a, Departamento de Biología,
Universidad Autónoma de Madrid, 28049 Madrid

 

Xosé Pardavila Rodríguez
Sorex Ecoloxí
a e Medio Ambiente S.L.
Santiago de Compostela

Fecha de publicación: 31-05-2021

Ortiz-Jiménez, L., Pardavila, X. (2021). Lirón gris Glis glis. En: Enciclopedia Virtual de los Vertebrados Españoles. López, P., Martín, J., Barja, I. (Eds.). Museo Nacional de Ciencias Naturales, Madrid. http://www.vertebradosibericos.org/