Ciervo - Cervus elaphus Linnaeus, 1758

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Portada

 

Identificación

 

Estatus de conservación

 

Distribución

 

Hábitat

 

Ecología trófica

 

Biología de la reproducción

 

Interacciones entre especies

 

Comportamiento

 

Bibliografía

 

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Identificación

El ciervo ibérico posee un pelaje donde predomina el color marrón uniforme, con la zona ventral de tono más claro, y un escudo anal también de tono más claro hasta casi blanco, flanqueado por bandas oscuras, con la cola corta de color marrón claro. Los cervatillos tienen un pelaje característico con fondo marrón y manchas o "pintas" blancas que mantienen durante aproximadamente los tres primeros meses de vida. Los machos desarrollan a partir del primer año cuernas de origen óseo, que renuevan todos los años. Las hembras carecen de cuernas. Existe dimorfismo sexual en tamaño. Los machos, a partir de dos años de edad, tienen una longitud total cabeza-cola entre 160 y 220 cm. Las hembras a partir de dos años miden de la cabeza a la cola entre 160 y 195 cm.

Masa corporal a partir de dos años de edad, 80-160 kg en machos y 50-100 kg. en hembras.

 

Estatus de conservación

Categoría global IUCN (2015): Preocupación Menor LC.

Categoría España IUCN (2006): Preocupación Menor LC.

La expansión territorial reciente del ciervo en España ha ido acompañada del aumento de sus poblaciones. Aunque no existen censos fiables para todo el territorio nacional, se puede estimar que en la actualidad el número total de ciervos en España sobrepasa los trescientos mil individuos. La distribución actual suele ser en núcleos aislados, muchas veces con elevadas densidades que llegan a sobrepasar los 40 individuos por kilómetro cuadrado, rodeados de áreas de muy baja o nula densidad.

Es una de las principales especies de caza mayor en España. El ciervo se enfrenta a un riesgo real de alteración genética que podría suponer su desaparición como subespecie ibérica. Las principales amenazas son tres: (1) la entrada de ejemplares procedentes de otras subespecies europeas, (2) los cambios genéticos producto de la fragmentación y aislamiento de sus poblaciones, y (3) la selección artificial de los reproductores, especialmente en condiciones de cría en cautividad para su posterior introducción en la naturaleza.

 

Distribución

Su área natural de distribución se extiende desde Europa occidental hasta Asia central, incluyendo las islas de Córcega y Cerdeña y el Magreb. Las poblaciones originales más orientales son las de Tíbet y Turquestán, y las más occidentales las del sur de Portugal. Las poblaciones de Portugal desaparecieron en su mayor parte durante la primera mitad del siglo 20, habiéndose producido recientes reintroducciones así como colonizaciones naturales desde España. El ciervo ha sido introducido desde Europa, principalmente desde el Reino Unido, hacia diversos lugares del mundo, tales como Sudamérica o Nueva Zelanda, con fines cinegéticos o comerciales.

La distribución original en la Península durante los últimos siglos puede haber estado más localizada en la mitad suroccidental, coincidiendo con los hábitats ocupados por el bosque y matorral mediterráneo esclerófilo. La distribución actual es reflejo de una expansión que ha venido ocurriendo en las últimas décadas, debido a expansiones naturales y a reintroducciones cinegéticas. En estos momentos el ciervo se extiende casi por todo el territorio peninsular, con la excepción de la parte más occidental de Galicia y la costa levantina.

 

Hábitat

El ciervo existe en la mayor parte de los hábitats presentes en la Península Ibérica, que cuenten con praderas junto a cobertura vegetal leñosa al menos como refugio, desde llanuras a nivel del mar hasta áreas de alta montaña. Es un animal que utiliza preferentemente las áreas de transición (ecotonos) entre zonas boscosas o cubiertas con vegetación arbustiva y áreas abiertas donde exista producción de plantas herbáceas. El uso de áreas con cobertura vegetal y praderas abiertas sufre variaciones tanto diarias como estacionales.

 

Ecología trófica

La alimentación del ciervo es mixta entre el pastoreo y el ramoneo, e incluye una amplia variedad de especies tanto herbáceas como arbustivas. La dieta se compone fundamentalmente de herbáceas en invierno y sobre todo en primavera (al menos hasta un 75%), aumentando la proporción de uso de las leñosas y frutos forestales en verano y otoño, lo cual se corresponde con el uso estacional de los hábitats.

 

Biología de la reproducción

La madurez sexual en los machos se alcanza a los 2-3 años de edad y en las hembras a los 1-2. La época de celo del ciervo tiene lugar entre septiembre y octubre. En ella los machos emiten el característico sonido conocido como berrea o brama. El sistema de apareamiento es poligínico, en al cual los machos reúnen harenes que pueden sobrepasar las 50 hembras. En la península Ibérica, las estrategias de apareamiento de los machos incluyen la defensa de pequeños territorios (hasta un par de hectáreas) en zonas estratégicas que las hembras utilizan durante su actividad de alimentación. Las hembras son receptivas unas 12-24 horas durante la ovulación. En ese momento suelen aceptar una única cópula. La penetración-eyaculación ocurre de modo violento en una fracción de segundo, aunque suele ir precedida de varios intentos previos de monta. Si el óvulo no es fecundado, se produce una nueva ovulación tras unos 18-19 días. La gestación dura unos 235 días. Los nacimientos ocurren en mayo-junio. Los partos dobles son extremadamente raros. Es frecuente ver hembras seguidas de dos crías, pero muy rara vez son ambas de esa misma madre. Los cervatillos son amamantados durante unos 4-5 meses. La madre entra en el siguiente celo sin necesidad de haber destetado, y la lactancia puede prolongarse si la madre no es fecundada.

 

Interacciones entre especies

Únicamente y de forma puntual el lobo depreda sobre el ciervo en algunas zonas, dependiendo de la existencia de otras especies de ungulados como corzos, jabalíes o ganado doméstico. Ocasionalmente depredan juveniles el oso pardo y el águila real.

El ciervo comparte muchas de las patologías de los rumiantes domésticos, lo que debe tenerse en cuenta en las actividades de manejo que afectan a su interacción con el ganado. De especial relevancia es la tuberculosis, por su interferencia en las campañas de erradicación en el ganado bovino, la interacción con el jabalí, y su potencial zoonósico.

Aunque hay poca información científica, parece claro que el ciervo compite por los recursos tróficos con otros ungulados con los que suele compartir hábitat, tales como el corzo, el gamo o el muflón. La abundancia de ciervos parece desplazar al corzo, mientras que el caso de las otras dos especies es el ciervo el más afectado, lo que se manifiesta en menores desarrollos corporales y de cuerna.

 

Patrón social y comportamiento

Durante la mayor parte del año los sexos se mantienen en grupos separados. La unidad social básica es el grupo familiar de hembras, formado por una hembra y sus descendientes de los últimos 2 ó 3 años. Estos grupos pueden incluir hijos machos menores de dos años. Las hijas suelen permanecer con las madres hasta que tienen su propia cría, e incluso cuando se separan utilizan áreas de campeo que solapan con el área materna. Los machos hacia la edad de dos años se dispersan desde el área donde han nacido hacia zonas diferentes en función de las posibilidades que existan debido a barreras naturales o artificiales. Durante la mayor parte del año los machos suelen formar grupos de edad similar, donde mantienen claras relaciones jerárquicas lineales.

 

Juan Carranza
Cátedra de Biología y Etología, Facultad de Veterinaria
Universidad de Extremadura, 10071 Cáceres

Fecha de publicación: 29-10-2004

Revisiones: 9-04-2007; 7-08-2008; 17-02-2011; 24-02-2011

Versión 28-08-2017

Carranza, J. (2017). Ciervo – Cervus elaphus. En: Enciclopedia Virtual de los Vertebrados Españoles. Salvador, A., Barja, I. (Eds.). Museo Nacional de Ciencias Naturales, Madrid. http://www.vertebradosibericos.org/