Chova piquirroja - Pyrrhocorax pyrrhocorax (Linnaeus, 1758)

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Portada

 

Identificación

 

Estatus de conservación

 

Distribución

 

Hábitat

 

 

Voz

 

 

Movimientos

 

Ecología trófica

 

Biología de la reproducción

 

Interacciones entre especies

 

Comportamiento

 

Bibliografía

 

 

 

Key words: Red-billed Chough, diet.

 

Ecología trófica

Se alimenta en zonas de vegetación rala o escasa, seleccionando como hábitats preferentes pastizales de montaña, zonas de vegetación baja mediterránea y áreas de usos agroganaderos tradicionales como cultivos de secano con altos índices de barbecho y márgenes de vegetación natural (Blanco et al., 1998b; Blanco, 2004b).

La chova piquirroja se alimenta en el suelo, rebuscando entre piedras y escarbando en el suelo, ayudándose para ello con su largo y curvo pico para desenterrar invertebrados y materia vegetal (incluyendo semillas). Su dieta básica se compone mayoritariamente (>50%) de invertebrados hipogeos (grillos, dermápteros, larvas de coleópteros, lepidópteros, hormigas, dípteros) y epigeos (saltamontes, típulas, abejas, coleópteros, pequeños gasterópodos, arañas) (García Dory, 1983; Soler et al., 1993; Soler y Soler, 1993). Por otro lado, la dieta de los pollos se compone principalmente de larvas de lepidópteros y de coleópteros (Sánchez Alonso et al., 1996).

La dieta de las chovas piquirrojas en la Hoya de Guadix (Granada) ha sido descrita como omnívora por Soler y Soler (1993), debido a que la practica totalidad de las egagrópilas analizadas (>95%) contuvieron restos animales y vegetales. Con respecto a la fracción animal, las chovas consumieron mayoritariamente escarabajos (>60%, n = 3484 restos identificados; Soler y Soler, 1993). Durante el invierno y parte del verano, la dieta de las chovas piquirrojas también incluyó una importante fracción vegetal (más del 40% de su alimento). Sin embargo, en todas las épocas del año la fracción animal fue mayor que la vegetal, siendo en primavera y verano cuando el predominio resultó ser mayor (Figura 1). 

 

Figura 1. Dieta de la chova piquirroja en el sureste de la Península Ibérica expresada como porcentaje en volumen de egagrópilas de la fracción animal, vegetal y mineral. Las barras verticales representan los límites de confianza al 95%. SegúnSoler y Soler (1993).

 

La fracción vegetal se compone de granos y semillas, tanto de plantas silvestres como cultivadas (Soler y Soler, 1993). Las semillas silvestres (mayoritariamente tornasol Clozhophora tinctoria) predominaron en verano e invierno, mientras que las semillas cultivadas (cereal) predominaron en otoño y primavera. Localmente pueden llegar a consumir grandes cantidades de aceitunas durante el periodo invernal en otras zonas diferentes a la Hoya de Guadix, obteniendo hasta el 13% de los requerimientos energéticos diarios mediante su ingestión (Blanco et al., 1994).

Las chovas emplean pequeñas piedras para ayudarse en la digestión de las semillas y otros alimentos, de manera similar a la mayoría de aves que ingieren semillas. La frecuencia de aparición de las pequeñas piedras (gastrolitos) fue muy elevada en una muestra de 140 egagrópilas de chovas procedentes de la Hoya de Guadix (>99%), con una abundancia media de 25 ± 5 piedras por egagrópila (Soler et al., 1993). En comparación con otros córvidos (Soler et al., 1993), las chovas tienen una menor cantidad de piedras tanto en valor absoluto como relativo al volumen de las egagrópilas, quizá debido a que la fracción vegetal de su dieta es menor que en las muestras analizadas de urracas, cuervos, grajillas y cornejas (Soler et al., 1993).

Durante el invierno, las chovas piquirrojas se alimentan en bandos y forman dormideros comunales integrados por todas las aves jóvenes que forman la población no reproductora, más una proporción variable de las parejas reproductoras en función de las condiciones meteorológicas y de la distribución de los lugares de nidificación (Blanco et al., 1993b). Aunque las chovas fueron observadas en la Hoya de Guadix en bandos mixtos con grajillas, sobre todo en invierno (Soler, 1987), la fracción animal en sus respectivas dietas difirieron de manera significativa durante casi todo el año (a excepción del otoño), mientras que la vegetal difirió en todas las estaciones (Soler y Soler, 1993). Además de la composición (las grajillas consumieron mas hormigas que las chovas, mientras que las chovas consumieron más coleópteros y larvas), el volumen de la fracción animal consumida por las chovas superó al volumen consumido por las grajillas. Con respecto a la dieta vegetal, las semillas silvestres fueron más importantes en la dieta de las chovas, mientras que las grajillas consumieron preferentemente semillas de cereal (Soler y Soler, 1993).

En lo relativo a la otra subespecie española de chova piquirroja, la subespecie barbarus, ésta selecciona invertebrados, mayoritariamente coleópteros y ortópteros (Pais y García, 2000). En la isla de La Palma, Blanco et al. (2007) revisan los estudios previos e indican que “la subespecie de chova piquirroja barbarus aprovecha intensamente las orugas y crisálidas del lepidóptero Calliteara fortunata, una plaga temporal del pino canario, para lo cual las chovas acceden a las ramas, acículas e incluso los troncos de los pinos (Piersma y Bloksma, 1987). La dieta de la especie en La Palma incluye también con frecuencia una gran diversidad de frutos silvestres y cultivados entre los que destaca los de tunera (Opuntia sp.), tasaigo (Rubia fruticosa) así como semillas de pino canario Pinus canariensis (Pais y García, 2000), siendo también observada consumiendo frutos en los cultivos de vid, higos, moras, guindas, nísperos, cítricos, etc. (Martín y Cardona, 1989; Pais y García, 2000)” (Blanco et al., 2007).

La disponibilidad de artrópodos es menor en un medio insular como la isla de La Palma, predominando miriápodos e isópodos sobre otros grupos, lo que se refleja en una dieta menos rica y en una peor calidad de las plumas. El análisis de 215 presas aportadas a los pollos mostró que el 51,6% eran animales, sobre todo insectos pero también gasterópodos, miriápodos, isópodos y lagartos (Gallotia galloti); el resto se componía de materia vegetal, sobre todo frutos carnosos (Blanco et al., 2014)1.

 

Referencias

Blanco, G. (2004b). Chova piquirroja (Pyrrhocorax pyrrhocorax erythroramphus). Pp 357-361. En: Madroño, A., González, C., Atienza, J. C. (Eds.). Libro rojo de las aves de España. Dirección General para la Biodiversidad- SEO/BirdLife, Madrid.

Blanco, G., Fargallo, J. A., Cuevas, J. A. (1993b). Seasonal variations in numbers and levels of activity in a communal roost of Choughs Pyrrhocorax pyrrhocorax in Central Spain. Avocetta, 17:41-44.

Blanco, G., Fargallo, J. A., Cuevas, J. A. (1994). Consumption rates of olives by Choughs Pyrrhocorax pyrrhocorax in Central Spain: variations and importance. Journal of Field Ornithology, 65: 482-489.

Blanco, G., Fargallo, J. A., País, J. L., Potti, J., Laiolo, P., Lemus, J. A., Banda, E., Montoya, R. (2007). Islas protegidas dentro de islas: Importancia del Parque Nacional de la Caldera de Taburiente en la conservación de la Chova piquirroja (Pyrrhocorax pyrrhocorax) en La Palma, Islas Canarias. Proyectos de investigación en Parques Nacionales: 2003-2006. Ministerio de Medio Ambiente, Madrid. 16 pp.

Blanco, G., Laiolo, P., Fargallo, J. A. (2014). Linking environmental stress, feeding-shifts and the 'island syndrome': a nutritional challenge hipótesis. Population Ecology, 56 (1): 203-216.

Blanco, G., Tella, J. L., Torre, I. (1998b). Traditional farming and key foraging habitats for chough Pyrrhocorax pyrrhocorax conservation in a Spanish pseudosteppe landscape. Journal of Applied Ecology, 35: 232-239.

García Dory, M. A. (1983). Datos sobre la ecología del género Pyrrhocorax (P. pyrrhocorax y P. graculus) en el Parque Nacional de la Montaña de Covadonga. Alytes, 1: 411-447.

Martín, P., Cardona, A. (1989). Avifauna Canaria (IV). Aves de Laurisilva y Pinar. Excmo. Cabildo Insular de Gran Canaria.

Pais, J. L., García, R. (2000). Contribución al estudio del espectro alimentarios de pyrrhocorax pyrrhocorax barbarus durante la estación invernal en la isla de La Palma: primeros datos para las Islas Canarias. UNED, 6: 27-37.

Piersma, T., Bloksma, N. (1987). Largew flock of Choughs Pyrrhocorax pyrhocorax harvesting caterpillars in pinewood on La Palma Canary Islands. Bird Study, 34: 127-128.

Sánchez Alonso, C., Ruiz, X., Blanco, G., Torre, I. (1996). An analysis of the diet f Red-billed Chough Pyrrhocorax pyrrhocorax nestling in NE Spain, using neck ligatures.Ornis Fennica, 73: 179-185.

Soler, M. (1987). Evolución mensual del tamaño de bando en cinco especies de córvidos. Actas del primer Congreso Internacional de Aves Esteparias: 219-232.

Soler, J. J., Soler, M. (1993). Diet of the red-billed chough Pyrrhocorax pyrrhocorax in the South-East of the Iberian Peninsula. Bird Study, 40: 216-222.

Soler, J. J., Soler, M., Martínez, J. G. (1993). Grit ingestion and cereal consumption in five corvid species. Ardea, 81: 143-149.

Jesús Ángel Cuevas
Centro de Investigaciones Ambientales de la Comunidad de Madrid
Ctra. Madrid-Colmenar Viejo (M-607), km 20. 28760 Tres Cantos, Madrid

Guillermo Blanco
 Dpto. de Ecología Evolutiva, Museo Nacional de Ciencias Naturales, CSIC
c/ José Gutiérrez Abascal, 2. 28006-Madrid

Fecha de publicación: 6-10-2009

Otras contribuciones. 1. Alfredo Salvador. 23-02-2015

Cuevas, J. A., Blanco, G. (2015). Chova piquirroja – Pyrrhocorax pyrrhocorax. En: Enciclopedia Virtual de los Vertebrados Españoles. Salvador, A., Morales, M. B. (Eds.). Museo Nacional de Ciencias Naturales, Madrid. http://www.vertebradosibericos.org