Avutarda - Otis tarda Linnaeus, 1758

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Interacciones entre especies

 

Comportamiento

 

Bibliografía

 

 

 

Key words: Great Bustard, diet.

 

Ecología trófica

La Avutarda Común es una especie omnívora con variaciones estacionales en la dieta. A lo largo del año el componente principal de la dieta son las plantas verdes, pero en primavera y verano los artrópodos, especialmente los coleópteros, adquieren cierta relevancia. Ocasionalmente pueden comer pequeños vertebrados como roedores. Las especies vegetales consumidas son muy diversas y pueden ser tanto cultivadas como silvestres. En general, la dieta de la Avutarda está muy diversificada en todas las épocas del año, variando su dieta a lo largo del ciclo anual en función de los recursos disponibles en el medio, lo cual refleja la capacidad de la especie para seleccionar activamente el micro-hábitat más propicio por la abundancia de recursos tróficos en cada momento del año (desde rastrojos y cultivos de leguminosas a girasoles y olivares), teniendo en cuenta las actividades humanas que se desarrollan en su hábitat (agrarias, cinegéticas o de ocio en la naturaleza).

Gil-Lletget (1945) publicó algunos datos preliminares sobre la dieta de la Avutarda en España, tras examinar los contenidos estomacales de tres ejemplares de Madridejos (Toledo), en los que encontró restos de herbáceas, Trigo (Triticum aestivum), Avena (Avena sativa), Uva (Vitis vinifera), Convolvulus, Erygium, Almorta (Lathyrus sativus) y un vertebrado (Podarcis hispanicus). Palaus Soler (1960) examinó un contenido estomacal de Candasnos (Huesca) que contenía materia vegetal no identificada y gran cantidad de Meloe sp. y Pimelia sp. (Coleoptera).

El primer estudio sobre la dieta de la Avutarda en España fue realizado por Palacios et al. (1975) a partir de los contenidos estomacales de 51 ejemplares. En primavera, la materia vegetal verde constituyó la parte principal de los contenidos estomacales (90,2%), siendo mucho menor la fracción animal (9,8%). La base de la alimentación vegetal fueron las compuestas, leguminosas, crucíferas y gramíneas. Los autores identidficaron 12 familias de plantas y al menos 55 especies estaban representadas entre los vegetales consumidos. Los grupos de insectos más importantes fueron los coleópteros (especialmente el escarabeido del género Tropinota). Los lepidópteros, ortópteros y dictiopteros resultaron mucho más escasos. El único vertebrado identificado fue el Topillo Común (Microtus duodecimcostatus). En verano la proporción de insectos fue algo mayor y en otoño pareció aumentar el consumo de semillas de Garbanzo(Cicer arietinum), Trigo y Vid, así como de leguminosas. En invierno destacó la ausencia casi total de animales en la dieta.

Lucio (1985) estudió la alimentación de la Avutarda en algunas localidades de Castilla y León mediante análisis de contenidos estomacales y destacó la importancia de la vegetación espontánea en la dieta. Sólo la Alfalfa (Medicago sativa) resultó importante a lo largo de todo el año, siendo el final del verano y el invierno las épocas en las que las plantas cultivadas (semillas de Garbanzo, Trigo y la Uva) adquirían más importancia. También indica la importancia primordial de los insectos (coleópteros y ortópteros) durante el verano para el desarrollo de los pollos.

Redondo y Tortosa (1994) describen la presencia de aceitunas (Olea europea) en la dieta invernal de la Avutarda en Andalucía. Las aceitunas también tuvieron una acusada presencia en la dieta de la Avutarda en Extremadura (Suárez, 2002) ya que aparecieron en el 40,9% de los 22 estómagos que fueron analizados. En el último estudio también se destaca entre los vegetales más consumidos las compuestas del género Sonchus. Hellmich (1995) observó el consumo de melones en Cáceres.

Lane et al. (1999) estudiaron la dieta mediante el análisis  de heces procedentes de la Reserva de Villafáfila (Zamora). La composición de la dieta varió entre un 48,4% material vegetal verde, 40,9% de invertebrados y 10,6% semillas en agosto y una dieta casi completa de materia vegetal en diciembre y marzo. Al menos 65 especies de plantas estuvieron representadas en la material vegetal, pero la mayor parte de esta parte de la dieta consistió en Alfalfa, seleccionada a lo largo de todo el año. De agosto a noviembre el Trigo y los granos de Cebada (Hordeum vulgare) se encontraron más que otras especies. Ocho órdenes de invertebrados fueron identificados en las heces, de los cuales los coleópteros, himenópteros y ortópteros fueron los más abundantes. Los coleópteros fueron consumidos en un número mayor de lo esperado y los ortópteros en menor frecuencia de lo esperado.

Rocha et al. (2005) describieron la dieta de la Avutarda Común en Castro Verde, al sur de Portugal, utilizando excrementos recogidos a lo largo de un año. La composición de las heces, en base al peso seco, fue de un 83,3% de material verde, 14,2% de semillas y de un 2,3% de invertebrados. El material verde fue el más abundante en las distintas estaciones anuales (71% en verano y 95% en primavera). Las semillas fueron importantes durante el otoño y el verano (26,6 y 25,8%, respectivamente). Entre las semillas, las plantas cultivadas (Aceituna, Trigo, Garbanzo y Cebada) fueron las más abundantes. La fracción animal representó una porción pequeña del peso seco (0,4% en invierno y el 4% en primavera). Un total de 2397 presas animales, todos invertebrados fueran identificados. Los grupos más comunes en número de presas fueron: Himenoptera (35,7%), Coleoptera (33,8%), Lepidoptera (16,6%) y Orthoptera (8,6%). La diversificación en la dieta probablemente refleja las variaciones estacionales en la disponibilidad del alimento.

Los cultivos de Girasol (Helianthus annuus) son seleccionados positivamente por las avutardas durante el verano, ya que además de proporcionar alimento en forma de brotes verdes y pipas tiernas ofrecen un buen refugio cuando las plantas han alcanzado su máximo desarrollo, así como sombra que es aprovechada para descansar durante los periodos de máxima insolación (Palacín, 2007).

Bravo (2006) estudió la fracción animal de la dieta en la Comunidad de Madrid y obtuvo que la composición en peso seco de los excrementos analizados constaban de un 94.2 % de materia vegetal, 4.0% de invertebrados y 1.8% semillas. La dieta animal se basó principalmente en Coleópteros (71.65%), seguidos de hemípteros y ortópteros. Entre los primeros destaca la presencia de escarabeidos, tenebriónidos, curculiónidos y meloideos. En invierno la dieta se basó casi exclusivamente en vegetales, mientras que durante la primavera continuó basándose en vegetales, pero el consumo de invertebrados tomó cierta relevancia, en proporción con los invertebrados que tiene en el medio. También en Madrid, Barreiro (2007) estudió la dieta vegetal y concluyó que la familia más seleccionada fue la de las Leguminosas, siendo la Veza (Vicia sativa)la principal constituyente de los restos vegetales presentes en los excrementos. En las zonas en las que no existían cultivos de Veza, ésta fue remplazada por la ingestión de la especie de leguminosa cultivada en la zona, siendo el Garbanzo y el Guisante (Pisum sativum) las más consumidas. Las gramíneas, aunque se encontraron frecuentemente en los excrementos, presentaron un porcentaje de consumo menor del que cabría esperar de acuerdo con su elevada disponibilidad en el medio, y de hecho, fueron seleccionadas negativamente.

La dieta de los pollos incluye un 33% de artrópodos, un 30% de materia vegetal verde y un 23% de semillas y frutos (entre éstos, uvas, aceitunas y frutos de hierba mora Solanum nigrum) (Bravo et al., 2012). La proporción de artrópodos va disminuyendo con la edad del joven, siendo máxima en verano, cuando alcanza un 50% del total de peso seco del contenido estomacal, y mínima en invierno, cuando las hojas de plantas silvestres y las semillas constituyen el grueso de la dieta (respectivamente, 56% y 35%). La dieta no difiere significativamente entre sexos.

El acusado dimorfismo sexual de la Avutarda determina algunos de los aspectos de su ecología trófica (Bravo, 2014): (1) machos y hembras utilizan parcialmente diferentes recursos para alimentarse. Esta divergencia se da desde etapas muy tempranas de desarrollo del dimorfismo sexual. La cantidad absoluta de alimento ingerido, medido en el tamaño y contenido del estómago, y la proporción de invertebrados en dieta fue mayor en los pollos macho que en los pollos hembra. En general, en la etapa adulta las hembras tuvieron una dieta más selectiva, consumieron más leguminosas que los machos, en consecuencia su dieta fue menos diversa. La función reproductiva distinta de cada sexo junto las diferentes limitaciones fisiológicas derivadas de su acusado dimorfismo sexual podrían explicar la divergencia del nicho trófico en la etapa adulta; (2) el comportamiento alimentario de las avutardas es oportunista, siendo capaces de cambiar la composición de la dieta en e función de la disponibilidad de de los distintos recursos. Una mayor densidad de leguminosas disponibles no dio lugar a una mayor proporción de leguminosas en la dieta. Por encima de cierta cantidad de leguminosas las avutardas no aumentaron su consumo y complementaron su dieta con otros recursos, probablemente para cubrir sus requerimientos nutricionales y energéticos; (3) durante el periodo invernal, machos y hembras de avutarda se alimentaron en áreas de tamaño similar y su esfuerzo de alimentación también fue similar. Su comportamiento alimentario respondió a factores ecológicos tales como la disponibilidad de leguminosa más que a factores derivados de su tamaño corporal.

Por último, en un reciente estudio se vio que los machos consumen más meloidos que las hembras. La cantaridina que contienen estos coleópteros tiene propiedades bactericidas y antiparasitarias, que la Avutarda podría utilizar para automedicarse, siendo probable que los machos utilicen dicha automedicación como un mecanismo más de selección sexual (Bravo et al., 2014b).

 

Referencias

Barreiro, M. (2007). Diferencias sexuales en la dieta de vegetal de la avutarda  (Otis tarda) en Madrid durante la primavera de 2006. Proyecto Fin de Carrera de Biología. Facultad de Ciencias, Universidad Autónoma de Madrid.

Bravo, C. (2006). Diferencias sexuales en la selección de la componente animal de la avutarda  (Otis tarda) en Madrid. Proyecto Fin de Carrera de Biología. Facultad de Ciencias, Universidad Autónoma de Madrid.

Bravo, C. (2014). Ecología trófica de la avutarda común: influencia del dimorfismo sexual y del hábitat. Tesis Doctoral. Universidad Autónoma de Madrid.

Bravo, C., Bautista, L.M., García-Paris, M., Blanco, G., Alonso, J.C. (2014b). Males of a strongly polygynous species consume more poisonous food than females. PLOS ONE, 9 (10): e111057.

Bravo, C., Ponce, C., Palacín, C., Alonso, J. C. (2012). Diet of young great bustards Otis tarda in Spain: sexual and seasonal differences. Bird Study, 59: 243-251.

Gil-Lletget, A. (1945). Bases para un estudio científico de alimentación de las aves y resultado del análisis de 400 estómagos. Boletín de la Real Sociedad Española de Historia Natural, 43 (1-2): 9-23.

Hellmich, J. (1995). Grosstrappen essen Wassermelonen. Ornithologische Mitteilungen, 47 (12): 309-311.

Lane, S. J., Alonso, J. C., Alonso, J. A., Naveso, M. A. (1999). Seasonal changes in diet and diet selection of great bustards (Otis t. tarda) in north-west Spain. J.  Zool. London, 247: 201-214.

Lucio, A. J. (1985). Datos sobre la alimentación de la avutarda (Otis tarda L. 1758) en la Cuenca del Duero. Alytes, 3: 69-86.

Palacios, P., Garzón, J., Castroviejo, J. (1975). La alimentación de la avutarda (Otis tarda) en España, especialmente en primavera. Ardeola, 21: 347-406.

Palacín, C. (2007). Comportamiento migratorio de la Avutarda Común en la península Ibérica. Tesis Doctoral. Facultad de Ciencias Biológicas. Universidad Complutense de Madrid.

Palaus Soler, F. J. (1960). Notas ornitológicas del noreste de España (con algunos datos de Levante). Ardeola, 6 (1): 221-234.

Redondo, A., Tortosa, F. S. (1994). Status and habitat use of a population of Great Bustard in Southern Spain. Avocetta, 18: 81-84.

Rocha, P., Marques, A. T., Moreira, F. (2005). Seasonal variation in Great Bustard Otis tarda diet in south Portugal with a focus on the animal component. Ardeola, 52: 371-376.

Suárez, F. (2002). La Alimentación de la Avutarda en la provincia de Badajoz. Quercus 184: 14-17.

 

Juan Carlos Alonso y Carlos Palacín
Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC)

Fecha de publicación: 17-06-2009

Revisiones: 3-09-2015

Alonso, J. C., Palacín, C. (2015). Avutarda – Otis tarda. En: Enciclopedia Virtual de los Vertebrados Españoles. Salvador, A., Morales, M. B. (Eds.). Museo Nacional de Ciencias Naturales, Madrid. http://www.vertebradosibericos.org/