Curruca mirlona - Sylvia hortensis (Gmelin, 1789)

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Portada

 

Identificación

 

Estatus de conservación

 

Distribución

 

Hábitat

 

 

Voz

 

 

Movimientos

 

Ecología trófica

 

Biología de la reproducción

 

Interacciones entre especies

 

Comportamiento

 

Bibliografía

 

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Macho adulto, 4 EURING. Tierra de Pinares, Segovia. (C) J. Matute

 

Identificación

Curruca robusta y grande, con pico ancho en la base, largo y puntiagudo. Alas largas, terciarias con franjas indistintas gris pálido y cola con mucho blanco en las rectrices externas. Los adultos y los machos de primer verano ostentan una caperuza uniformemente negra o negro-grisácea, contrastando con el gris pardo brillante del resto de las partes superiores; por abajo, especialmente con plumaje nuevo, luce un tinte pardo rosado pálido. Las hembras y las aves de primer invierno tienen las partes superiores parduscas y la cabeza grisácea, con las auriculares conspicuamente oscuras. Jóvenes casi completamente pardos por arriba y con un lavado ante-pardusco por abajo. Iris blancuzco en adultos y pardo grisáceo oscuro en primer invierno. Patas grisáceas.

 

Voz

El canto de la subespecie que cría en España es un gorjeo bastante agradable emitido con vigor y en tono alto, en el que se intercalan notas estridentes y silbidos que recuerdan la voz del mirlo común o quizás más la del zorzal común o, incluso, la del mirlo capiblanco. En general, canta mucho los dos primeros meses después de la llegada al área de cría, pero decrece su intensidad a mediados de verano y cesa al finalizar la crianza; es raro en invierno o en migración postnupcial. El reclamo más característico es similar al de otras currucas.

 

Estatus de conservación

Categoría global IUCN (2015): Preocupación Menor LC.

Categoría España IUCN (2002): Preocupación Menor LC.

Sin problemas de conservación reseñables. No obstante, existen varios factores de amenaza, siendo los más destacados los siguientes: Pérdida del arbolado por la falta de regeneración en las dehesas, expansión de grandes infraestructuras y regadíos, intensificación y abandono de olivares, almendrales y algarrobales, El cambio climático y el adelanto de la fenología postnupcial.

La tendencia de la población reproductora detectada por el programa SACRE ha sido de un incremento moderado (46,9%) durante el periodo 1998-2013, aunque con fluctuaciones interanuales.

 

Distribución

Se reproduce en latitudes medias y bajas del Paleártico, fundamentalmente en regiones de clima mediterráneo, pero secundariamente en otros lugares de clima similar tales como zonas esteparias y laderas secas montañosas. A grandes rasgos, desde la península Ibérica y Marruecos hasta Afganistán y Pakistán. Inverna en el Sahel, en África transahariana; también en la península Arábiga y el subcontinente Indio.

En España es una especie relativamente común, aunque no abundante, en la región Mediterránea, donde presenta una distribución muy ligada a los bosques esclerófilos y, en menor medida, a ciertos bosques de coníferas mediterráneos. No entra en la región Eurosiberiana ni penetra en los tramos más atlánticos de Portugal. Tampoco se reproduce en Baleares ni Canarias.

 

Hábitat

En España se encuentra en una gran variedad de medios durante la reproducción, aunque su hábitat característico lo constituyen los bosques abiertos de frondosas y, en menor medida, de coníferas. Prefiere una vegetación de cierto porte y no está ligada a la presencia de sotobosque como otras especies de currucas. Suele criar en encinares y alcornocales adehesados, pinares, sabinares, acebuchales y cultivos leñosos de secano tales como almendrales, olivares y algarrobales. Su carácter mediterráneo también se manifiesta en su preferencia por las laderas de solana para criar.

Las mayores densidades obtenidas en el programa SACRE se registraron en los enebrales y sabinares de la transición supra-mesomediterránea (5,5 aves/km2), los encinares supramediterráneos (3,2 aves/km2), los matorrales de altura mesomediterráneos (2,9 aves/km2) y los encinares pirenaicos (2,3 aves/km2).

Los hábitats más utilizados en la región mediterránea durante la migración son los matorrales y otros medios arbustivos similares, especialmente aquellos que cuentan con zarzas y otros arbustos o arbolillos productores de frutos carnosos como lentiscos, saúcos, enebros y sabinas, pero también ocupa matorrales ribereños y vegetación palustre.

 

Movimientos

Es una curruca transahariana que ocupa la península Ibérica, pero no Baleares, entre marzo y septiembre. Las nativas llegan muy pronto, ya a finales de marzo, aunque la mayoría lo hacen en abril y en mayo. Se marchan desde finales de julio, pero sobre todo en agosto y septiembre. Ambos pasos son muy escasos y poco notorios. El primaveral abarca desde finales de marzo hasta mediados de mayo, mientras que el otoñal se inicia a finales de julio y concluye en septiembre o primeros de octubre. Existen observaciones ocasionales en invierno. En Canarias es accidental, siendo casi todas las citas de primavera.

La mayoría de las aves que se observan en migración en la península Ibérica son nativas, pues son muy escasas las poblaciones de esta especie en Francia e Italia, habiéndose extinguido recientemente de Suiza.

 

Ecología trófica

Su régimen alimenticio se basa en artrópodos, especialmente insectos y sus larvas; también frutos carnosos fuera de la época de cría.

En relación a la dieta de origen animal, consume sobre todo saltamontes y chicharras, cucarachas y mantis, chinches y cigarras e insectos palo; en menor medida otras presas tales como avispas y hormigas, moscas, escarabajos y arañas.

En relación a la fracción vegetal se han citado una amplia variedad de frutos carnosos, entre ellos zarzamoras, araks, espinos, cerezas, saúcos, higos y madreselvas. También consume el néctar de las flores de algunos árboles africanos.

La dieta de los pollos es similar a la de los adultos; básicamente orugas y adultos de polillas, saltamontes, cigarras y otros artrópodos tales como arañas, avispas, moscas y escarabajos.

 

Biología de la reproducción

La madurez sexual probablemente se alcance el primer año de vida. Los machos llegan a las localidades de cría antes que las hembras, comenzando la puesta poco después de la llegada de éstas.

El nido tiene forma de copa. La base está formada por tallos y ramitas secas mezcladas con hierba también seca y raicillas. A menudo se encuentra dentro una buena cantidad de semillas de plantas con las que han forrado la estructura. El interior también está forrado con plumón vegetal y pelos. Algunos tienen su armazón ligado con telarañas. Lo construyen ambos miembros de la pareja. Su altura habitual oscila entre 0,5 m y 3,5 m sobre el suelo y suele ubicarse en un arbusto o un pequeño árbol.

Solo efectúa una puesta anual, aunque puede realizar una puesta de reposición si se pierden los huevos. En general, las puestas en los primeros días de mayo no son raras en el sur de la península Ibérica. Más corrientemente se encuentran completas a partir de la segunda decena de este mes y algunas parejas no construyen el nido hasta los últimos días de mayo o los primeros de junio. La mayoría de ellas están formadas por 4-5 huevos, a veces 6 y muy rara vez 3. Los huevos son subelípticos, brillantes y manchados. Su color es blanco con un ligero tinte azulado y casi siempre tienen muchos puntos, pecas y manchitas dispersas por la superficie de color pardo, oliváceo, negro, gris, etc. Estas marcas son variables en densidad, centrándose en el extremo más ancho las de mayor extensión.

La incubación dura 12-14 días y en ella toman parte ambos sexos, si bien es la hembra quien pasa más tiempo en el nido. Parece comenzar con el penúltimo huevo. Los pollos permanecen en el nido entre 14 y 16 días. Son alimentados por ambos padres. El éxito reproductor es prácticamente desconocido, estimándose en Kirguistán en un 34%.

La tasa de supervivencia a partir de aves invernantes en Gambia se ha estimado en el 28%. El caso comprobado de mayor longevidad de un ave con anilla española es el de un macho adulto anillado en su localidad de cría en la provincia de Segovia y controlado casi a los 6 años en el mismo lugar.

 

Interacciones entre especies

A escala local presenta una clara segregación espacial con las currucas eurosiberianas, tales como la mosquitera y la zarcera. Asimismo, la curruca mirlona puede solapar su territorio con otras currucas mediterráneas, especialmente con la cabecinegra, la carrasqueña y la tomillera, sin que se observen disputas territoriales. Parece nidificar en asociación con el alcaudón común, al menos en el sur de Francia, donde se ha observado en repetidas ocasiones este fenómeno.

En la península Ibérica sus puestas sufren parasitismo por el cuco. En relación a los ectoparásitos, algunas especies de malófagos pueden infectar su plumaje.

Al igual que otras currucas y los zorzales y mirlos, parece probable que esta especie mantenga una relación mutualista con varias especies de plantas y constituya un agente dispersante de sus semillas.

 

Patrón social y comportamiento

Es de hábitos diurnos, aunque la migración es nocturna. Frecuenta las partes aéreas de la vegetación, pasando de rama en rama en busca de alimento. Se mueve rápidamente entre el dosel forestal y picotea hormigas y otros insectos en los troncos retorcidos de árboles y arbustos. Muy activa, sale poco al descubierto y pasa fácilmente inadvertida, notándose su presencia solo por su canto.

Como sistema de emparejamiento, solo se ha comprobado la monogamia estacional. El territorio es usado para el emparejamiento, la nidificación y la alimentación.

Ambos progenitores incuban, cuidan y alimentan a los pollos, aunque lo habitual es que la hembra incube y empolle por más tiempo que el macho. Una vez abandonan el nido, son atendidos por los dos progenitores hasta que se independizan hacia la tercera semana de vida.

 

 

Rafael J. Aparicio Santos
C/Juglares, 2C, 2ºA, 28032 Madrid
pascapa@ono.com

Fecha de publicación: 23-09-2015

Aparicio, R. J. (2015). Curruca Mirlona – Sylvia hortensis. En: Enciclopedia Virtual de los Vertebrados Españoles. Salvador, A., Morales, M. B. (Eds.). Museo Nacional de Ciencias Naturales, Madrid. http://www.vertebradosibericos.org