Chova piquirroja - Pyrrhocorax pyrrhocorax (Linnaeus, 1758)

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Portada

 

Identificación

 

Estatus de conservación

 

Distribución

 

Hábitat

 

 

Voz

 

 

Movimientos

 

Ecología trófica

 

Biología de la reproducción

 

Interacciones entre especies

 

Comportamiento

 

Bibliografía

 

 

 

Key words: Red-billed Chough, reproduction, demography.

 

Biología de la reproducción

Se trata de una especie esencialmente monógama, en la que los emparejamientos de los adultos reproductores se mantienen durante muchos años (Reid et al., 2003, 2004). En las poblaciones españolas, se han llegado a registrar fidelidades de emparejamientos de hasta 15 años (Banda, 2007; G. Blanco, datos sin publicar). La fidelidad al lugar de nidificación también es muy alta, registrándose únicamente cambios de parejas o de lugar de nidificación en casos de muerte de la pareja o de pérdida del lugar de nidificación (Banda, 2007).

La fidelidad al sitio de nidificación parece depender de la fidelidad a la pareja. No se han observado casos de divorcio entre parejas durante periodos de observación que van de 2 a 15 años. Los individuos que han perdido su pareja vuelven a emparejarse y nidifican cerca del sitio anterior de nidificación. Los machos que se vuelven a emparejar tienden a mostrar una mayor fidelidad al sitio de nidificación y una menor distancia de dispersión reproductora (Banda y Blanco, 2014)1.

Nidificación

Nidifica en oquedades, grietas y repisas de cortados fluviales (Figura 1) (sureste de Madrid,  Blanco et al., 1991; Blanco et al., 1998c), ramblas (Hoya de Guadix, Zúñiga, 1989), roquedos y acantilados (Costa de la Muerte, Mouriño, 1995), canteras inactivas (Castillo et al., 2008), edificaciones (Blanco et al., 1996a)  y cualquier otra estructura vertical natural que disponga en las cercanías de hábitat adecuado para alimentarse. El tamaño del hueco utilizado para nidificar es ligeramente superior al utilizado por la grajilla (Corvus monedula), especie con la que suele cohabitar en taludes arcillosos del sur de la Península Ibérica (Soler, 2006). La densidad de nidos en cortados fluviales en el sureste de Madrid está asociada a la disponibilidad de lugares adecuados para la nidificación, y en particular por la existencia de cuevas y oquedades en los cortados (Blanco et al., 1998c).

 

Figura 1. Control de la cría de la chova piquirroja en los cortados yesíferos del río Jarama (sureste de Madrid). © J. A. Cuevas

 

La falta de lugares naturales para nidificar cerca de zonas adecuadas donde alimentarse, junto con el abandono de construcciones de distinta tipología, ha facilitado que las chovas nidifiquen en este tipo de sustratos. De esta manera, también ocupan como dormideros y para criar puentes, edificios históricos en ciudades de tamaño medio como Segovia (Blanco et al., 1996b; Blanco, 2003), y edificios semiabandonados asociados a las prácticas agrícolas tradicionales, caso de mases en el valle del Ebro (Tella et al., 1993).

 La densidad media ponderada de nidos de chova piquirroja en el conjunto de tres zonas estudiadas entre 1987 y 1995 fue 0,38 nidos/km2 (Los Monegros en Aragón: 73 nidos, Campo Azálvaro en Segovia: 43 nidos, y los cortados del sureste de Madrid: 324 nidos; Blanco et al., 1996a). Tanto en Los Monegros como en Campo Azálvaro, los nidos tendieron a distribuirse de manera agregada, posiblemente por el patrón agregado de las construcciones disponibles para nidificar. En el caso del sureste madrileño, las chovas tuvieron un marcado patrón espacial de agregación, debido a la disponibilidad de cortados adecuados para nidificar (Blanco et al., 1996a), alcanzando una densidad lineal de 3,9 parejas nidificantes por kilómetro lineal de cortado a principios de los años 90 (Blanco et al., 1991). Los nidos estuvieron separados por una distancia mínima de 535 m (media ponderada de distancias mínimas), si bien en Los Monegros y Campo Azálvaro se localizaron más lejanos entre si debido a la ocupación exclusiva de casas y otras construcciones en estas áreas. Los tipos de edificaciones en los que Blanco et al. (1996a) encontraron nidos de chovas se indican en la Tabla 1.

 

Tabla 1. Tipos de edificaciones utilizadas por las chovas piquirrojas para nidificar en dos zonas de la Península Ibérica (Blanco et al., 1996a).

 

 

Los Monegros

 

Campo Azálvaro

 

n

%

 

n

%

Iglesias y edificios históricos

0

0

 

7

16,3

Granjas y graneros

53

72,6

 

22

51,2

Corrales y parideras de ganado

18

24,6

 

5

11,6

Muros, vallas de piedra y ruinas

1

1,4

 

5

11,6

Otras edificaciones

1

1,4

 

4

9,3

Total:

73

100

 

43

100

 

En las edificaciones suelen criar otras especies además de las chovas. En Los Monegros hasta 15 especies de aves, incluyendo la chova piquirroja, utilizan las edificaciones para nidificar (Tella et al., 1993).

 

Fenología y tamaño de puesta

La construcción del nido e inicio de la puesta en los Picos de Europa se realiza a mediados de abril (García Dory, 1983), volando los pollos hacia el mes de junio. En Madrid hay registros de parejas con puestas muy tempranas, realizadas a primeros de Marzo, aunque lo normal es el inicio de la puesta a finales de Marzo y principios de Abril (Blanco et al., 1998a). La variación en la fecha de puesta entre zonas de España (Los Monegros, Campo Azálvaro y sureste de Madrid) se relaciona con las condiciones ambientales  derivadas de la altitud, así como de las características de las áreas de alimentación en cada zona (Blanco et al., 1998a).

El tamaño medio de las puestas varía entre 3 y 6 huevos, aunque pueden registrarse puestas de siete huevos. La incubación se prolonga por espacio de 17-21 días. En la población de Los Monegros, el intervalo de tiempo transcurrido entra la puesta de huevos es de aproximadamente un día y medio (Banda, 2007; Banda y Blanco, 2009). El tamaño de puesta se reduce a medida que aumenta la densidad de nidos, como sugiere la comparación entre áreas con distinta densidad (Tabla 2, Los Monegros, Campo Azálvaro y los cortados del sureste de Madrid; Blanco et al., 1998a), así como dentro de áreas (Sureste de Madrid (Blanco et al., 1998a) y otras áreas (G. Blanco datos propios). Las variaciones en el tamaño y fecha de puesta con respecto a la densidad de parejas reproductoras en los cortados del sureste de Madrid indican la existencia de denso-dependencia vía heterogeneidad del hábitat y no mediante interferencia directa entre individuos (Blanco et al., 1998a).  La denso-dependencia entre productividad y densidad de parejas también está afectada por la depredación de nidos, que es mayor en las zonas de mayor concentración de nidos (Banda y Blanco, 2009).

Se ha descrito en la bibliografía la existencia de diferencias de tamaño de los huevos de chova piquirroja dentro de una misma puesta. Tella et al., (1994) analizaron la variabilidad del tamaño de los huevos en las puestas de 57 parejas de chovas en la zona de Los Monegros, y concluyeron que su variación dependía más de las características físicas de la hembra que del tamaño en si de las puestas (de media, entre 4,5 y 6 huevos). Creen que estas diferencias podrían estar asociadas a una cierta subordinación de la alimentación de las hembras durante la época nupcial respecto al dimorfismo sexual de la pareja y a su cortejo nupcial.

 

Tabla 2. Tamaños de puesta y fecha de puesta (± desviación estándar) de chovas piquirrojas en tres zonas de la Península Ibérica (Blanco et al., 1998a). El número de nidos se indica entre paréntesis. 1  días transcurridos desde el 1 de marzo.

 

 

Tamaño de puesta

Inicio de la puesta1

Los Monegros (1992 – 1993)

4,98 ± 0,89

(115)

23,9 ±  6,8

(33)

Campo Azálvaro (1993 – 1996)

4,77 ± 0,91

(60)

34,2 ± 10,9

(60)

Sureste de Madrid (1988 – 1994)

4,44 ± 0,91

(59)

26,2 ±  9,2

(26)

 

 

Figura 2. Pollos volantones de chova piquirroja en taludes arcillosos del río Henares, Alcalá de Henares (Madrid). © J. A. Cuevas

 

El tamaño e inicio de las puestas están relacionados, de manera que el tamaño medio de puesta disminuyó un 3% diario desde la fecha de inicio en el conjunto de las tres zonas (porcentaje recalculado a partir de los datos mostrados en la Figura 2 de Blanco et al., 1998a). La fecha de puesta en Los Monegros además está influida por el número de parejas que crían en el mismo edificio, retrasándose cuanto mayor era el número de parejas (Banda y Blanco, 2009). Las puestas son mayoritariamente asincrónicas (33 puestas asincrónicas de 48 puestas exitosas, Banda y Blanco, 2008), que además presentan mayor éxito reproductivo (53% vs. 42%, Banda y Blanco, 2008).

La incubación de los huevos se realiza exclusivamente por la hembra y comienza después de la puesta de un número variable de huevos (de 3 a 6 huevos). La eclosión de los huevos es mayoritariamente asincrónica, aunque un 30% de 48 nidos observados en 2004 en Los Monegros eclosionaron en un mismo día (Banda y Blanco, 2008). Otro 31% de los nidos eclosionaron en dos días, un 21% en tres días y un 17% en cuatro días. Parece ser que la asincronía de eclosión en huevos se relaciona con el tamaño de la puesta, y permite a las parejas optimizar el éxito reproductor a las condiciones ambientales propias de cada año.

Cuidado parental

El cuidado y alimentación de los pollos en los nidos se realiza por ambos padres, aunque se han descrito casos de ayuda en la alimentación de los pollos en el nido por aves juveniles no reproductoras en sus primeros años de vida en el Canal de la Mancha (Cullen, 1989). La permanencia de los pollos en el nido se prolonga por espacio de entre 30 y 40 días. Se puede observar a una pareja alimentando a varios pollos en el nido aquí (SEO/BirdLife, 2009).

Los pollos macho presentan un mayor tamaño y peso que las hembras, con independencia del orden de eclosión (Banda y Blanco, 2008). Los padres no favorecen durante la alimentación de los pollos a los de mayor edad ni a uno de los sexos  (Banda y Blanco, 2008).

Fracaso reproductor

El índice de fracaso reproductor puede llegar a ser bastante alto. En una población de Los Monegros, que ocupa edificaciones rurales para nidificar, un 35,6% de los huevos no llegaron a eclosionar por problemas de infertilidad, depredación o molestias humanas durante la incubación (Banda, 2007). Se ha observado en una muestra de 292 nidos, que al menos el 57,5% de los nidos son depredados durante el año 2004 (Banda y Blanco, 2009). Este dato no incluye los nidos abandonados con huevos o pollos (n= 24), dado que en esos casos la causa también podría deberse a depredación de uno o ambos adultos. La probabilidad de los nidos de ser depredados aumentó en Los Monegros con la densidad de nidos, cuando dicha densidad fue calculada en áreas de radio 2 km alrededor del nido (Banda y Blanco, 2009).

Los nidos de chovas pueden ser parasitados por críalos y otras especies de aves. Por ejemplo, Zúñiga (1989) describe varios casos de parasitismo en las nidadas de chova piquirroja en el sur de la Península Ibérica (Andalucía). De 94 nidos controlados, ocho fueron parasitados por críalo europeo Clamator glandarius. Las hembras de críalo europeo pusieron en los nidos de chova piquirroja entre 1 y 4 huevos.

 

Estructura y dinámica de poblaciones

Hay pocos datos disponibles sobre demografía y dinámica de poblaciones para esta especie en España, disponiendo sólo de información para algunas localidades (Los Monegros en Aragón, sur de Madrid, La Palma, etc.).

En Madrid se ha comprobado que una cuarta parte de la población está compuesta por chovas no reproductoras (Blancoet al., 1991), en su mayoría individuos jóvenes que no han alcanzado la edad fértil. Los jóvenes no llegan a criar hasta el segundo año de vida, pero generalmente mas tarde. La población de chovas en los cortados fluviales de los ríos Jarama y Henares  aumentó entre 1975 y 1990 (Blanco et al., 1991), pero  entre 1990 y 2009 todas las colonias de cría en Madrid han sufrido un importante retroceso numérico (datos propios). En La Palma, la proporción de aves no reproductora alcanza valores muy superiores (60%) a los registrados en otras poblaciones (Blanco et al., en evaluación).

 

Referencias

Banda, E. I. (2007). Ecología de la reproducción en una población de chova piquirroja “Pyrrhocorax pyrrhocorax”. Tesis Doctoral, Universidad Complutense de Madrid, Dpto. de Zoología y Antropología Física. 155 pp.

Banda, E., Blanco, G. (2008). Influence of hatching asynchrony and within-brood parental investment on size, condition, and immunocompetence in nestling red-billed choughs. Biological Journal of the Linnean Society, 94: 675-684.

Banda, E., Blanco, G. (2009). Implications of nest-site limitation on density-dependent nest predation at variable spatial scales in a cavity-nesting bird. Oikos, 118: 991-1000.

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Blanco, G., Fargallo, J. A., Cuevas, J. A., Tella, J. L. (1998a). Effects of nest-site availability and distribution on density dependent clutch size and laying date in the Chough Pyrrhocorax pyrrhocorax Ibis, 140: 252-256.

Blanco, G., Fargallo, J., Tella, J., Cuevas, J. (1996a). Role of buildings as nest-sites in the range expansion and conservation of choughs Pyrrhocorax pyrrhocorax in Spain. Biological Conservation, 79: 117-122.

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Jesús Ángel Cuevas
Centro de Investigaciones Ambientales de la Comunidad de Madrid
Ctra. Madrid-Colmenar Viejo (M-607), km 20. 28760 Tres Cantos, Madrid

Guillermo Blanco
 Dpto. de Ecología Evolutiva, Museo Nacional de Ciencias Naturales, CSIC
c/ José Gutiérrez Abascal, 2. 28006-Madrid

Fecha de publicación: 6-10-2009

Otras contribuciones. 1. Alfredo Salvador. 23-02-2015

Cuevas, J. A., Blanco, G. (2015). Chova piquirroja – Pyrrhocorax pyrrhocorax. En: Enciclopedia Virtual de los Vertebrados Españoles. Salvador, A., Morales, M. B. (Eds.). Museo Nacional de Ciencias Naturales, Madrid. http://www.vertebradosibericos.org