Codorniz común - Coturnix coturnix (Linnaeus, 1758)

Para más información sobre cada apartado hacer click en:

 

Portada

 

Identificación

 

Estatus de conservación

 

Distribución

 

Hábitat

 

 

Voz

 

 

Movimientos

 

Ecología trófica

 

Biología de la reproducción

 

Interacciones entre especies

 

Comportamiento

 

Bibliografía

 

 

 

Key words: Common quail, interactions, anti-predatory strategies, predators, parasites, pathogens.

 

Interacciones con otras especies

La codorniz común (Coturnix coturnix) se considera una aloespecie de la codorniz japonesa (Coturnix japonica), que se halla distribuida por la mayor parte de Rusia, y el este de Asia, incluyendo Japón, Corea, China y la India (Johnsgard, 1998). Aunque la mayor parte del área de distribución de las dos especies es disjunta, existe una pequeña área de simpatría alrededor del lago Baikal (Kozlova, 1932, Izmailov, 1967, Fefelov, 1998); pese a ello, no hay una evidencia clara de hibridación natural en la zona (Moreau y Wayre, 1968, Del Hoyo et al., 1994, Guyomarc'h et al., 1998), si bien Barilani et al. (2005) muestran algún posible indicio.

Por otra parte, se ha demostrado que en la codorniz común se produce parasitismo de nido, no solamente intraespecífico (Rodríguez-Teijeiro et al., 2003), fenómeno común en las Galliformes (Yom-Tov, 2001), sino también interespecífico.

Respecto al primero, Rodríguez-Teijeiro et al. (2003) señalan que el 10.5% de los pollos estudiados genéticamente de tres nidos localizados en el campo (19 pollos en total) no eran descendientes de la hembra que incubaba el nido. Estos mismos autores, a través de evidencia indirecta como son secuencias de puesta o eclosiones irregulares, cifran en un 7.5%, las puestas que probablemente presentaban parasitismo intraespecífico.

En relación con el parasitismo de nido interespecífico, este comportamiento no es muy común en el grupo de las Galliformes (lo presentan al menos 11 especies), pero si está extendido taxonómicamente ya que se da en cuatro de las cinco familias que lo constituyen (Krakauer y Kimball, 2009). En la codorniz común este comportamiento parásito interespecífico se ha podido verificar en la perdiz roja (Alectoris rufa), en la que Casas et al. (2010) encontraron parasitismo de nido por parte de la codorniz común en 2 de los 82 nidos de perdiz roja estudiados. En el primero encontraron un huevo de codorniz y 12 de perdiz, mientras que en el segundo encontraron 4 huevos de codorniz y 12 de perdiz. También se ha encontrado parasitismo de nido en la alondra (Alauda arvensis, Prang et al., 1995, Suárez et al., 2009). Por su parte, Román y Ansola (1998) han encontrado huevos de codorniz común en nidos de aguilucho cenizo (Circus pygargus); concretamente, durante un estudio realizado en 1994-1996 en la provincia de Burgos controlaron 30, 60 y 50 nidos de aguilucho cenizo. En el año 1994 encontraron un nido de aguilucho cenizo con 4 huevos de aguilucho y 2 de codorniz, en 1995, 5 de los nidos controlados tenían 1 huevo de codorniz, mientras que en 1996 no encontraron ninguno. Los autores sugieren que este fenómeno se puede deber bien a nidoparasitismo interespecífico o bien a que el aguilucho robe huevos de nidos de otras aves y lo lleve al suyo. Más recientemente, Talabante et al. (2013) han encontrado nidoparasitismo por parte de la codorniz común en uno de los 27 nidos de aguilucho cenizo estudiados; en este caso, había dos huevos de codorniz en el nido parasitado. Precisamente, la presencia de este último huésped sugiere que este comportamiento sea un error reproductivo (Tabalante et al., 2013) que aparece o bien como un subproducto de la existencia del comportamiento parásito intraespecífico o como una consecuencia de un comportamiento de "abandono de huevos" (egg-dropping) conocido en varias especies de Galliformes (Krakauer y Kimball, 2009).

En definitiva, todo ello parece indicar que la codorniz común "nidoparasita" a la mayor parte de especies que nidifican en el suelo y que comparten parcial o totalmente su hábitat.

Estrategias antipredatorias

El plumaje de la codorniz común resulta enormemente críptico, confundiéndose con los suelos terrosos. Por otra parte, la mayor parte de su ciclo biológico se produce al amparo de densos cultivos de cereales de invierno (cebada, trigo, triticale, avena, centeno) o de cultivos herbáceos igualmente densos (alfalfa, veza, prados, etc.) y, además, la reacción de la codorniz común frente a un depredador cuando se encuentra dentro de estos cultivos es quedarse quieta, dificultando sobremanera a los depredadores su detección. En el poco probable caso de que se encuentre fuera de esta densa cobertura vegetal, suele desplazarse corriendo hacia el lugar más cercano que constituya un escondrijo; únicamente vuela cuando no hay otra forma de evitar al depredador (Glutz et al., 1973), recorriendo distancias relativamente cortas (30-100 m) con un vuelo aparentemente pesado y a muy poca altura del sustrato.

Estas estrategias antidepredadoras quedan evidenciadas cuando la codorniz trata de evitar a los perros de muestra durante las acciones de caza. La codorniz exhibe tres comportamientos distintos dependiendo de la distancia a la que el perro descubre su presencia: a) el perro no descubre su posición por olfato pero tropieza accidentalmente con ella; al abalanzarse sobre la codorniz, el comportamiento de ésta es emprender el vuelo. b) gracias a su olfato, el perro descubre su presencia a una distancia de alrededor de un metro; entonces, el perro realiza la muestra, que consiste en quedarse quieto indicando con el morro la posición de la codorniz y ésta, que inicialmente se ha quedado quieta, empieza a moverse, lo que en el argot cinegético recibe el nombre de peonar. c) el perro descubre su presencia a una distancia de alrededor de medio metro, hace la muestra y la codorniz se queda quieta, pudiendo permanecer en esta posición durante un breve periodo de tiempo.

Depredadores

En un estudio llevado a cabo por los autores en el período 1992-2005 en Querol (Tarragona), se radiomarcaron 274 individuos de codorniz común (154 machos y 120 hembras). Un total de 33 individuos fueron depredados, lo que constituye una tasa del 12 %. Ahora bien, existen diferencias estadísticamente significativas en la tasa de depredación de machos y hembras (Chi-cuadrado=15.57, 1 g.l., p<<0.001), siendo las hembras las que sufren una mayor depredación (20.8% frente a un 5.2% en los machos). Muy probablemente, el hecho de que el 75.8% de los individuos depredados sean hembras, se deba al hecho de que éstas permanecen significativamente más tiempo en el área de cría (t=-4.32, 237.4 g.l., p<<0.001, media hembras: 34.1 días, desviación típica: 20.7, media machos: 23.8 días, desviación típica: 18.1).

En el caso de las hembras, el 28% fueron depredadas cuando estaban solas, el 28% cuando estaban apareadas, el 12% cuando estaban incubando, el 20 % cuando estaban con pollos y en el 12% restante no se pudo determinar su estatus. En cambio, en los machos el 87.5% fue depredado cuando estaban desapareados y únicamente el 12.5% restante estaban apareados cuando fueron depredados.

Con respecto a los depredadores, el 27.3% fueron aves (se pudieron identificar el azor común, Accipiter gentilis, y la lechuza común, Tyto alba), el 51.5% fueron mamíferos, entre los que se pudo identificar el zorro (Vulpes vulpes), la garduña (Martes foina) y la comadreja (Mustela nivalis). Cabe destacar que el 3% fue depredado por un reptil (culebra bastarda, Malpolon monspessulanus). Hubo un caso de atropellamiento (3%) y el resto de los casos no se pudo identificar al depredador (15,2%). No se han encontrado diferencias por sexos en el tipo de depredadores.

En otros países la depredación mayoritariamente también corre a cargo de mamíferos y aves (Guyomarc'h, 2003), citándose, además del zorro, el armiño (Mustela erminea), el turón (Mustela putorius), el hámster (Cricetus cricetus), el gato doméstico (Felis catus), así como aguiluchos (Circus sp.), el busardo ratonero (Buteo buteo), algunas especies de búhos del género Bubo, el halcón de Eleanor (Falco eleonorae), el halcón peregrino (Falco pelegrinus), el gavilán común (Accipiter nisus) o la gaviota patiamarilla (Larus argentatus michaellis).

Las tasas de depredación encontradas por los autores de este texto pueden considerarse bajas si se comparan con las halladas por Guyomarc'h (2003) en Francia, quien encontró en Lauragais un 30% de depredación en hembras en puesta (n= 25) y un 25% de las hembras con pollos (n= 12). El mismo autor encontró en Deux-Sèvres una tasa de depredación no inferior al 50% sobre una muestra de 32 hembras. Por el contrario, nuestras tasas de depredación pueden considerarse altas si se comparan con las obtenidas en Brandenburgo (Alemania) por Herrmann y Dassow (2006), quienes encuentran sobre una muestra de 28 machos y 2 hembras radiomarcadas unas tasas de depredación global del 6.7%. En los machos, esta tasa fue de únicamente el 3.6%, mientras que en las hembras lo fue del 50%, si bien el bajo tamaño muestral en este caso incita a la prudencia. Estas diferencias en la depredación de la especie en diferentes países pueden deberse a diferencias en la composición de los distintos agrosistemas, quizás menos favorables a la codorniz común en Francia.

Con respecto a la depredación de nidos de codorniz común, un estudio realizado por Capdevila et al. (2016) en Querol (Tarragona) durante 16 años mostró que, sobre una muestra de 77 nidos, el 11.7% de ellos fueron depredados (pero no las hembras que los incubaban), sin que se pudiera apreciar un efecto borde (una mayor depredación en los nidos cercanos a los márgenes del campo). Este valor puede considerarse muy bajo si se tiene en cuenta que la depredación de nidos en aves oscila entre el 50-90% (Martin, 1988, 1993a, b, Davis, 2005).

Por otra parte, los resultados obtenidos sugieren fuertemente que la probabilidad de depredación de nidos depende de la densidad de la cobertura vegetal, medida a partir de la producción de paja de cebada. Así, en años de baja producción (que indica una baja cobertura vegetal), la depredación es mayor que en años de alta producción, con una cobertura vegetal alta, presumiblemente porque cuando el cereal es más denso y alto los depredadores tienen más dificultad para encontrar los nidos.

Con respecto a la depredación de los pollos, se ha podido observar en las zonas donde abundan las cigüeñas y/o ardeidos que, durante la siega de los cereales de invierno, (que acostumbran a seguir las máquinas de segar), estas aves capturan un elevado número de pollos mientras van siguiendo las cosechadoras (obs. pers.).  

Parásitos y patógenos

No existe un estudio exhaustivo acerca de patología natural en la codorniz común; sí hay algunos datos puntuales que sugieren la importancia que pueden jugar algunas especies de gusanos. Así, en Rusia se ha observado que infestaciones generalizadas de cestodos pueden conducir a la muerte de individuos jóvenes (Dementiev et al., 1952). En Marruecos se ha observado en numerosos ejemplares cazados la presencia de cestodos de Taenia sp., si bien no se han encontrado casos en el oeste de Europa (Guyomarc'h, 2003).

Los autores de este texto hemos podido observar muy raramente la presencia de garrapatas (Haemaphysalis sp.), lo que coincide con lo observado en Italia por Sobrero et al. (1976). Por otra parte, de una muestra de ocho individuos capturados en 2016 en La Palma (Canarias), uno de ellos tenía una mosca parásita del género Craterina.

Por otra parte, Cabodevilla et al., (2019) han mostrado un porcentaje de secuencias de Blastocystis inferior al 0.1%, y observaciones personales en una muestra de 50 individuos capturados en una temporada de cría en Cataluña han mostrado la ausencia total de Haemoproteus, género al que pertenecen dos terceras partes de todas las especies de parásitos sanguíneos (González-Solís y Abella, 1997). Todo ello sugiere que la carga parasitaria de la codorniz común es muy baja.

Referencias

Barilani, M., Derégnaucourt, S., Gallego,S., Galli, L., Mucci, N., Piombo, R., Puigcerver, M., Rimondi, S., Rodríguez-Teijeiro, J. D., Spano, S., Randi, E. (2005). Detecting hybridization in wild (Coturnix c. coturnix) and domesticated (Coturnix c. japonica) quail populations. Biological Conservation, 126: 445-455.

Cabodevilla, X., Arroyo, B., Höfle, U., Madeira, M. J. (2019). Blastocystis spp. en perdiz, codorniz y aves esteparias. Posible efecto del estrés y subtipo zoonótico en perdices de granja. Libro de resúmenes del I Congreso Ibérico de Ciencia Aplicada a los Recursos Cinegéticos. Ciudad Real.

Capdevila, J., Puigcerver, M., López, S., Pérez-Masdeu, García-Galea, E., Rodríguez-Teijeiro, J. D. (2016). The role of nest-site selection and cereal production in differential nest predation in Common quail Coturnix coturnix and hybrid quail C. coturnix x C. japonica. Ibis, 158: 784-795.

Casas, F., Mougeot, F., Viñuela, J. (2010). Occurrence of Common quail Coturnix coturnix eggs in Red-legged Partridge Alectoris rufa nests. Bird Study, 57: 560-562.

Davis, S. K. (2005). Nest-site selection pattern and the influence of vegetation on nest survival of mixed-grass prairie passerines. Condor, 107: 605–616.

Del Hoyo, J., Elliott, A., Sargatal, J. (1994). Handbook of the birds of the world, Vol. 2. Lynx Edicions, Barcelona.

Fefelov, I. V. (1998). The Japanese quail in the Baikal Region. Russkiy Ornitologicheskiy Zhurnal, Express Issue, 50:24-26.

González-Solís, J., Abella, J. C. (1997). Negative record of haematozoan parasites on Cory's Shearwater Calonectris diomedea. Ornis Fennica, 74: 153-155.

Glutz Von Bltzheim, U. N., Bauer, K. M., Bezzel, E. (1973). Handbuch der Vögel Mitteleuropas. Band 4. Akad. Verlag, Frankfurt am Main.

Guyomarc'h, J. C. (2003). Elements for a Common quail (Coturnix c. coturnix) management plan. Game and Wildlife Science, 20 (1-2):1-92.

Guyomarc'h, J. C., Combreau, O., Puigcerver, M., Fontoura, P. A., Aebischer, N. J. (1998). Quail. BWP Update The Journal of Birds of the Western Palearctic, 2: 27-46.

Herrmann, M., Dassow, A. (2006). Quail Coturnix coturnix. Pp. 194-203. En: Flade, M., Plachter, H., Schmidt, R., Werner, A. (eds.). Nature conservation in agricultural ecosystems: results of the Schorfheide-Chorin Research Project. Quelle & Meyer Verlag, Wiebelsheim.

Izmailov, I. V. (1967). Ptitsy Vitimskogo ploskogor'ya. Buryat Pub. House, Ulan-Ude.

Johnsgard, P. A. (1988). The quails, partridges and francolins of the world. Oxford Univ. Press, Oxford.

Krakauer, A. H., Kimball, R. T. (2009). Interspecific brood parasitism in galliform birds. Ibis, 151: 373–381.

Kozlova, E. V. (1932). The birds of south-west Transbaikalia, northern Mongolia and central Gobi, Part II. Ibis, 13 (2): 431-437.

Martin, T. E. (1988a). Habitat and area effect on forest bird assemblages: is nest predation an influence? Ecology, 69:74-84.

Martin, T. E. (1993a). Nest predation among vegetation layers and habitat types: revising the dogmas. Am. Nat., 141: 897-913.

Martin, T. E. (1993b). Nest predation and nest-sites: new perspectives on old patterns. Bioscience, 43: 523-532.

Moreau, R. E., Wayre, P. (1968). On the palearctic quail. Ardea, 56: 209-226.

Prang, A., Oderskaer, P., Rosengard, M. (1995). Quail laying egg in skylark nest. Dansk Ornitol. Forenings Tidsskr. 89: 143-144.

Puigcerver, M., Rodrigo-Rueda, F. J., Rodríguez-Teijeiro, J. D., Gallego, S. (1997). On the second clutches in the Common quail (Coturnix coturnix). Gibier Faune Sauvage, 14 (4): 617-622.

Rodríguez-Teijeiro, J. D., Puigcerver, M., Gallego, S., Cordero, P. J., Parkin, D. T. (2003). Pair bonding and multiple paternity in the polygamous Common Quail Coturnix coturnix. Ethology, 109: 291-302.

Román, J., Ansola, L. M. (1998). Presencia de huevos extraños en nidos de aguilucho cenizo. Libro de resúmenes de la 5ª Reunión Ibérica sobre Aguiluchos, Évora.

Sobrero,l., Paggi, L., Manilla, G. (1976). Faunistic and biological observations on ticks in Abruzzo, Italy, Part 1. Parasitologia, 18 (1-3): 109-118.

Suárez, F., Hervás, I., Herranz, J. (2009). Las alondras de la España peninsular. Dirección General para la Biodiversidad. Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, Madrid.

Talabante, C., Gómez, J., Aparicio, A., Arroyo, B. (2013). Mixed clutches in Montagu's harrier Circus pygargus nests: a maladaptive brood parasitism by galliform birds. Bird Study, 60 (3): 414-416.

Yom-Tov, Y. (2001). An update list and some comments on the occurrence of intraspecific nest parasitism. in birds. Ibis, 143: 133-143.

 

 

Manel Puigcerver
Dep. de Biología Evolutiva, Ecología y Ciencias Ambientales,
Fac. de Biología, Univ. de Barcelona,
Avda. Diagonal, 643, 08014 Barcelona

Francesc Sardà-Palomera
Grup de Biologia de la Conservació,
Centre de Ciència i Tecnologia Forestal de Catalunya,
Ctra. St. Llorenç de Morunys, Km 2, 25280 Solsona

José Domingo Rodríguez-Teijeiro
Dep. de Biología Evolutiva, Ecología y Ciencias Ambientales,
Fac. de Biología, Univ. de Barcelona,
Avda. Diagonal, 643, 08014 Barcelona

Fecha de publicación: 4-05-2022

Puigcerver, M., Sardà-Palomera, F., Rodríguez-Teijeiro, J. D. (2022). Codorniz Común – Coturnix coturnix. En: Enciclopedia Virtual de los Vertebrados Españoles. López, P., Martín, J., Casas, F. (Eds.). Museo Nacional de Ciencias Naturales, Madrid. http://www.vertebradosibericos.org/