Zorzal charlo - Turdus viscivorus Linnaeus, 1758

Para más información sobre cada apartado hacer click en:

 

Portada

 

Identificación

 

Estatus de conservación

 

Distribución

 

Hábitat

 

 

Voz

 

 

Movimientos

 

Ecología trófica

 

Biología de la reproducción

 

Interacciones entre especies

 

Comportamiento

 

Bibliografía

 

 

 

Key words: Mistle Thrush, habitat, population size, status, threats, conservation.

 

Hábitat

General. Cría desde zonas boreales a templado cálidas en todo tipo de bosques maduros, caducifolios y más frecuentemente aciculifolios (Pinus sp., Cedrus sp., Juniperus sp.), con arbolado abierto y poco sotobosque; también en bordes y claros de bosque, setos y paisajes abiertos con árboles dispersos, incluyendo campiñas. Desde los años ochenta en huertos, frutaledas, y parques y jardines suburbanos en países del centro y oeste de Europa, donde su densidad ha llegado a superar los valores de algunos hábitats forestales de llanura; simultáneamente, ha ampliado la diversidad de hábitats ocupados, favorecido en algunas áreas por el crecimiento de las repoblaciones. En el sur de su área de distribución es un ave de bosques montanos. Ausente en tundra desarbolada, estepas y zonas húmedas. Selecciona árboles grandes para nidificar, de preferencia cercanos a áreas de pastizal bajo, donde busca su alimento, por lo que es más común en mosaicos de bosque con pastizal. Hasta 2600 m de altitud en Turquía, 2700 en el noroeste de África y 3800 en el Himalaya occidental. La distribución y disponibilidad de muérdago (Viscum album) es un importante determinante de su presencia invernal en partes de su área de distribución. Aunque mantiene sus preferencias forestales, presenta en invierno una mayor extensión en hábitats más abiertos, en particular prados y pastos bajos (Harrison, 1982; Cramp, 1988; Henderson, 1997; Collar, 2019).

Hábitat de reproducción.Presente en todos los sistemas montañosos de España y algunas zonas boscosas de llanura de la mitad norte, en mosaicos forestales, ecotonos y bosques aclarados (Aparicio, 2003). Bien distribuida por las regiones eurosiberiana y mediterránea, en la última especialmente abundante en las montañas (Tellería et al., 1999). Ave de clima fresco, su abundancia guarda una estrecha relación negativa con las temperaturas y la densidad del arbolado (Tellería y Santos, 1994); Peris at al. (1975) demostraron la preferencia por sabinares adehesados frente a rodales con elevada cobertura arbustiva. Por su parte, Carrascal y Palomino (2006) demostraron que su frecuencia de aparición a escala ibérica (en UTM de 50x50 km) queda bien explicada (65,4% de la varianza)  por el efecto negativo de los sistemas agropecuarios y positivos de la latitud, la altitud y la temperatura media de abril-junio (a partir de 930 m). Nidifica en vegetación forestal abierta con matorral bajo y/o pastos, tanto en bosques de coníferas (abetales, sabinares, pinares diversos e incluso pinsapares), como en bosques caducifolios (hayedos, rebollares) y vegetación esclerófila mediterránea (encinares, dehesas y algunos maquis); también se ha encontrado como reproductor en algunos matorrales montanos del centro de España, en algunas campiñas  del País Vasco y la vertiente septentrional del Sistema Central y en contados pinares costeros (Santos, 1997; Aparicio, 2003). En Cataluña, donde cría desde el nivel del mar a 2400 m, solo falta como reproductor en áreas urbanas, matorrales y masas de bosque continuo (Boix y Aymí, 2004), mientras que las máximas densidades se localizan en cultivos arbolados irrigados, por encima incluso de las encontradas en bosques subalpinos. En Aragón (Pelayo y Sampietro, 2000), cría en todo tipo de formaciones forestales abiertas, desde los pinares de carrasco del valle del Ebro a los de pino negro del Pirineo, así como en plantaciones de frutales y almendrales. Las densidades registradas (nº aves/10 ha) establecen una clara preferencia por los bosques oromediterráneos, especialmente pinares, mientras que la especie es muy escasa en hábitats arbustivos, al margen de su altitud (Tellería et al., 1999). Así, Álvarez y Purroy (1983), no lo registran entre las diez especies más abundantes en pinares repoblados de pino resinero de Galicia y pino de Monterrey del País Vasco, pero sí en pinares de pino silvestre del Sistema Central y Pirineos, y pinares de pino negro de Pirineos. En el Sistema Central, las frecuencias de aparición por piso bioclimático y formaciones vegetales son: 4% en sotos, 6% en encinares y 12% en jarales en el piso mesomediterráneo; 9% en fresnedas, 37% en melojares y 4% en jarales y brezales en el supramediterráneo; y 63% en pinares y 12% en piornales en el oromediterráneo (Tellería & Potti, 1984), reflejando claramente la preferencia por formaciones forestales montanas y pinares. En Navarra la especie falta en las áreas más bajas y secas, y tiene sus densidades máximas en bordes de hayedos con pastizal (entre 800-1400 m), aunque puede criar en los hayedo-abetales pirenaicos a 1700 m (Elósegui, 1985). En el Sistema Ibérico Septentrional cría, con contadas excepciones, por encima de los 600-700 m, y ocupa así mismo los bordes de bosques junto a pastizales alpinos, que explota para comer, alcanzando alturas de hasta 2000 m (De Juana, 1980). En el noreste peninsular (Ferrer et al. 1986), muestra una tendencia similar, pasando de ser abundante en los Pirineos a desaparecer hacia el sur, a lo largo de la costa levantina. En Sierra Nevada se distribuye entre 1000 y 2400 m (Pleguezuelos, 1992).

Hábitat de invernada. De acuerdo con los datos del atlas de invierno (Santos, 2012), el óptimo se asocia a cuadrículas (UTM de 10 por 10 km) con una cobertura de sabinar/enebral superior a 10 km2, acorde con los resultados obtenidos en estudios de comunidades invernales (sección de tamaño de población y abundancia, más abajo) y con la marcada preferencia de este zorzal, muy frugívoro en invierno, por los frutos de enebros y sabinas (Snow y Snow, 1988; Jordano, 1993). Este hecho explica la elevada concentración de cuadrículas con probabilidad de presencia ≥ 50% en el eje geográfico del Sistema Ibérico, donde se concentran las principales masas de sabinar albar Juniperus thurifera de España (Blanco et al., 1997). Otra combinación ambiental asociada con una alta frecuencia de aparición (16% de los recorridos) identifica cuadrículas de la mitad este peninsular con altitud media superior a 490 m y dominadas por formaciones arbóreas o arbustivas (Aymí, 2011). Ambas configuraciones denotan en todo caso la predilección por zonas altas, incluso en invierno, época en la que tiende a evitar las costas y sectores termomediterráneos, mientras que los sabinares se sitúan entre 800 y 1300 m –Blanco et al., 1997). Con todo, en conjunto, la especie muestra una clara tendencia a ocupar niveles más bajos que en la estación de cría, como lo demuestra su práctica desaparición del piso oromediterráneo (Tellería, et al., 1999), y a escala regional los atlas de Madrid  de primavera e invierno (Santos, 2002). El charlo solo muestra una selección positiva (por encima de su disponibilidad) de determinados medios forestales, con una preferencia muy elevada por sabinares/enebrales, y mucho menor por bosques de coníferas y encinares; matorrales, herbazales, cultivos y ambientes humanos experimentan una selección negativa o neutra (Santos, 2012). Solo falta en los cultivos de inundación, de modo que en invierno mantiene efectivos en todo tipo de hábitats: forestales, herbáceos, arbustivos y casi todos los agrícolas; en Aragón (Pelayo y Sampietro, 2000) y Cataluña (Aymí, 2011) se han registrado altas densidades en pinares de carrasco parasitados por muérdago. Esta ubicuidad, que contrasta en cierta medida con la selección negativa de muchos de estos hábitats (por debajo de su disponibilidad), cabe interpretarla en el contexto de la elevada movilidad invernal de la especie, que en las poblaciones mediterráneas se manifiesta con comportamientos trashumantes regionales asociados en general a la escasez de los frutos más consumidos (Santos, 1982), en nuestro país las arcéstidas de sabinas y enebros (Snow y Snow, 1988; Jordano, 1993). A escala regional, la amplia distribución entre hábitats de la especie queda bien ilustrada por el número de hábitats distintos que ocupa en el territorio madrileño en tres inviernos consecutivos (de 31 a 35 de un total de 42 ambientes diferenciados; del Moral et al., 2002), y en Cataluña (21 de 23; Aymí, 2011).

 

Tamaño de población

General. En el centro y oeste de Europa, las mayores densidades se encuentran en los bosques de montaña, a partir de los cuales la especie se expandió rápidamente desde el siglo XIX para ocupar los bosques de llanura. En  Suiza se han registrado densidades de 30 parejas/km2 a partir de 700 m, y de hasta 13 parejas/km2 en los bosques británicos de mayor altitud, pero tan solo de 5-10 parejas/km2 en tierras bajas (5,2 parejas/km2 en Marruecos). La población europea, de tendencia estable, se estimó en 2,2-3,1 millones de parejas a mediados de los 90, y en 3-7,4 millones en el año 2000, añadiendo las poblaciones de Rusia y Turquía (Henderson, 1997; Collar, 2019).

España. La población española fue estimada en 330.000-790.000 parejas reproductoras en el primer atlas nacional (Purroy, 1997) y en un mínimo de 82.178 parejas en el segundo (Martí y del Moral, 2003). Como indica Aparicio (2003), las discrepancias entre ambas estimas responden a diferencias en la metodología aplicada, por lo que no son indicativas de la tendencia real de la población. La estima reciente más fiable, obtenida por Carrascal y Palomino (2008) a partir de los datos del programa SACRE, sitúa la población reproductora (excluidos los núcleos situados por encima de 1.500 m) en 690.000 individuos para el periodo 2004-2006 (de 432.000 a 1.052.000 aves para los intervalos de confianza del 90%); la distribución por CCAA y su importancia en el total nacional se exponen en la Tabla 1.

 

Tabla 1. Poblaciones reproductoras de zorzal charlo por CCAA estimadas por Carrascal y Palomino (2008) a partir de datos del programa SACRE. Se indican los intervalos de confianza del 90% y el porcentaje sobre el total nacional.

 

Promedio

Inf. 90%

Sup. 90%

% Nac.

Castilla y León

208.834

122.255

328.815

30,2

Aragón

144.712

86.120

231.666

21

Cataluña*

67.777

35.101

114.427

9,8

Castilla-La Mancha

87.192

48.175

141.226

12,6

Andalucía

53.619

24.309

96.632

7,8

Comunidad Valenciana

33.345

17.493

56.295

4,8

Galicia

31.961

13.291

58.532

4,6

Extremadura

4,4

Madrid

10.184

5.094

17.343

1,5

Navarra

1,2

País Vasco

1

Asturias

<1,0

La Rioja

<1,0

Murcia

<1,0

Cantabria

 

 

 

<0,5

*Estima de 64.000 a 103.000 parejas en el segundo atlas de aves nidificantes de Cataluña (Boix y Aymí, 2004).

 

Acorde con las preferencias de la especie por bosques de montaña de la mitad norte, las tres CCAA que cubren gran parte del frente cantábrico y Pirineos (tres primeras de la tabla) sumarían el 61% de la población nacional, mientras que Andalucía, con un 17,3% del territorio, apenas acogería el 8%. Sin cambios evidentes en la población española, Carrascal y Palomino (2008) califican la tendencia poblacional para el periodo 1998-2006 como "incierta". La estima para Portugal es de 10.000 a 100.000 parejas (De Juana y García, 2015).

Se desconoce el tamaño de la población invernal (Santos, 2012). La población catalana se ha estimado recientemente en unos 420.000 individuos (Aymí, 2011). Recientemente, Santos et al. (2014) han estimado que el tamaño de la población asentada en las campiñas del frente cantábrico (País Vasco a Galicia) subiría desde unas 12.000 aves en la estación de cría a unas 29.000 en la de invernada.

 

Abundancia

Estación reproductora

En la Tabla 2 se reproduce la información de Carrascal y Palomino (2008) sobre los "ambientes más favorables" para la especie en razón de las densidades estimadas para el conjunto del territorio nacional con los datos del SACRE:

 

Tabla 2. Combinación de hábitat y piso o región bioclimática con las mayores densidades de zorzal charlo. Estimas de Carrascal y Palomino (2008) a partir de datos del programa SACRE.

Región-Piso bioclimático

Hábitat

Aves/km2

Mesomediterráneo (Cataluña)

Frutales

18

Supramediterráneo

Pinares (+1250 m)

10

Supra-Mesomediterráneo

Enebrales/sabinares

8,4

Supramediterráneo

Pinares

6,8

Pirenaica

Pinares/abetales

5,9

 

Aunque las mayores densidades (18 charlos/km2) se encuentran en el mesomediterráneo nororiental, en cultivos de frutales de la provincia de Lérida, un fenómeno relativamente reciente (Estrada et al., 2004), los autores señalan que el hábitat más consistentemente importante son los bosques de coníferas supramediterráneos y pirenaicos, seguidos por formaciones de enebral y sabinar. Con todo, comparadas con las mayores densidades de las otras dos especies de Turdus analizadas, el mirlo (densidades de 77 a 101 aves/km2) y el zorzal común (de 9,3 a 22,7 aves/km2), las cifras muestran que el charlo es un zorzal con densidades entre bajas y muy bajas.

Los estudios realizados a menor escala registran, como era de esperar, un intervalo de abundancias mucho más variable, y en general más altas. Tellería et al. (1999) muestran una distribución de densidades medias primaverales por pisos bioclimáticos y grandes tipos de vegetación en la que destacan dos rasgos, la ausencia o muy baja densidad de la especie en matorrales y cultivos arbolados, y las bajas densidades medias en bosques eurosiberianos (≈ 0,2 aves/10 ha) frente a las formaciones forestales mediterráneas, donde la especie está presente en todo el gradiente bioclimático, desde el piso termomediterráneo (≈ 0,3 aves/10 ha) al oromediterráneo (≈ 1,2 aves/10 ha). Las mayores densidades en bosques de coníferas se han obtenido en pinares claros de Pinus nigra en la Sierra de Cazorla (6,5 aves/10 ha; Obeso, 1987), pinares claros con pasto de P. pinaster en Montes de Toledo (4,7 aves/10 ha; Álvarez y Santos, 1992), de P. sylvestris en la Sierra de Ayllón (3 aves/10 ha; Potti, 1985), y abetales de Abies alba en Pirineos (4,0 aves/10 ha, Purroy, 1972). En bosques caducifolios, hasta 1,9 aves/10 ha en hayedos pirenaicos (Purroy, 1977) y 2,2 aves/10 ha en melojares de Sierra Nevada (Zamora y Camacho, 1984). La especie falta o presenta densidades muy bajas en encinares, pero está presente en las dehesas, con densidades entre medias y altas (3,3 y 4,7 aves/10 ha en dehesas extremeñas sobre pastos y matorral, respectivamente; Pulido y Díaz, 1992).

Estación de invernada

De nuevo, las densidades medias estimadas a escala nacional en el atlas de aves invernantes (Santos, 2012) son muy inferiores a las obtenidas en estudios locales. Al margen de valores por encima de las 20 aves/km2 en "mosaicos agropecuarios muy fragmentados" (pero con un índice de selección cero), las densidades más elevadas, próximas a las 15 aves/km2, corresponden a enebrales/sabinares y pinares/abetales, si bien el índice de selección de los primeros (≈ 0,7) es más del doble (este índice mide el uso de un hábitat respecto a su disponibilidad, con valores situados entre +1 y -1); cabe destacar, que los tres hábitats adicionales con valores positivos del índice de selección son forestales (robledales, bosques mixtos y encinares/alcornocales). 

Los valores aportados por estudios locales realizados en medios "puros" son en general muy superiores. Así, en sabinares albares la especie puede alcanzar densidades 6-7 veces mayores a las 13 aves/km2 del atlas nacional para enebrales/sabinares, y densidades medias en torno a las 30-40 aves/km2 (Santos et al., 1983; de Juana et al., 2010; Tellería et al., 2011), mientras que en bosques mixtos o fragmentados donde la sabina albar es escasa pueden alcanzarse localmente densidades diez veces superiores durante buena parte del invierno (próximas a las 400 aves/km2; Santos et al., 1999); cercanas a estas últimas son las dadas por Pelayo y Sampietro (2000) para pinares autóctonos de carrasco del valle del Ebro parasitados por muérdago. Por el contrario, las densidades tienden a descender en bosques de altitud eurosiberianos y mediterráneos, tanto de coníferas como de frondosas.

A continuación se expone una muestra representativa de densidades (aves/10 ha) por localidades y tipos de formaciones vegetales, muchas de las cuales reflejan los cambios entre estaciones (Tabla 3).

 

Tabla 3. Densidades (aves/10 ha) de zorzal charlo registradas en época de cría e invernada en estudios realizados en una o las dos estaciones en distintos hábitats y localidades ibéricas; ---- indica que el estudio no se realizó en esa estación.

Hábitat

Cría

Invernada

Localidad / Región

comentarios

referencia

P. nigra

6,5

2,1

Sra. Cazorla

cobertura  30%

Obeso (1987)

P. sylvestris

3,03

0,63

Sra. Ayllón

repoblación vieja

Potti (1985)

2

2,3

León

Álvarez (1989)

0 a 4,6

Pirineos

media 1,6

Purroy (1974)

P. uncinata

0 a 1,4

Pirineos

media 0,7

Purroy (1974)

P. pinaster

0,6

0,3 a 0,9

Gredos

ladera sur

Sánchez (1991)

P. pinaster

0,45 a 4,7

Mtes Toledo

falta en pinares densos

Álvarez y Santos (1992)

eucaliptales

ausente

País Vasco

Tellería y Galarza (1990)

eucaliptales

3,5

Galicia

300 m

Bongiorno (1982)

eucaliptales

0,37

ausente

Mtes Toledo

650 m

Santos y Álvarez (1990)

J. thurifera

1,4

Sist. Ibérico

1350 m

Peris et al. (1975)

J. thurifera

0,5 a 1,5

0,9 a 4,4

Sist. Ibérico

1000 a 1300 m

Santos et al. (1983)

F. sylvatica

0,37

País Vasco

+ 600 m

Tellería y Galarza (1990)

F. sylvatica

0,3 y 0,0

0,1

León

1160-1450

Costa (1993)

F. sylvatica

0,38

León

1400-1600

Suárez y Santos (1983)

F. sylvatica

0 a 1,9

Pirineos

1100 y 1500 m

Purroy (1977)

campiñas

0,35

0,39

Cantábrica

0-400 m

Santos et al. (2014)

campiñas

0,3

0,4

Gredos

norte

Sánchez (1991)

Q. pyrenaica

1,0 y 1,5

0,4  y 0

Gredos

sur y norte

Sánchez (1991)

Q. pyrenaica

2,2

2,2

Sra Nevada

1500-1800

Zamora y Camacho (1984)

Q. ilex

ausente

Pirineos

550 a 800

Purroy (1977)

Q. ilex

0 y 1,8

0 y 1,2

Cantabria

costero e interior

Galarza (1998)

Q. ilex

1,0 y 0,5

4,4 y 0,3

Gredos

sur y norte

Sánchez (1991)

Q. ilex

0,82

Jaén

Rey et al (1995)

Q. suber

0,3

Sado (Portugal)

con matorral

Rabaça (1990)

1,7

adehesado

Q. suber

ausente

0,98

Mtes Toledo

800-950 m

Santos y Álvarez 1990

dehesas

1,9

Mtes Toledo

con pastos

Álvarez y Santos (1992)

dehesas

2,9

Jaén

con pastos

Rey et al. (1995)

dehesas dehesas

3,3

Extremadura

450 m; pastos

Pulido y Díaz (1992)

4,7

Extremadura

450 m; matorral

maquis

1

Mtes Toledo

Álvarez y Santos (1992)

 altos

0 y 0,8

0,3 a 1,5

Doñana

Jordano (1985)

brezales

ausente

ausente

Palencia

1050-1150 m

Santos y Suárez (1983)

matorral

0,1

1,1

Gredos

supramediter.

Sánchez (1991)

piornales

ausente

ausente

Gredos

oromediter.

Sánchez (1991)

brezales

ausente

0,17

Ayllón

Potti (1985)

matorral

0,85

Jaén

mesomediter.

Rey et al. (1995)

regadíos

ausente

0,4

Gredos sur

mesomediter.

Sánchez (1991)

 

Estatus de conservación

Categoría global IUCN (2016): Preocupación Menor LC (BirdLife International, 2016).

Categoría IUCN para España (2004): No evaluado (Madroño et al., 2004).

Población europea (SPEC 4) estimada en 3-7,4 millones de parejas, con estatus seguro y tendencia estable en Europa (BirdLife International, 2004).

Carrascal y Palomino (2008) establecen una tendencia poblacional "incierta" de la población reproductora en el periodo 1998-2006: incremento del 2,0% (intervalos de confianza del 95% entre -1,2% y 5,2%), con fluctuaciones interanuales en el tamaño de población (véase también Seoane y Carrascal, 2007). A más largo plazo, entre 2008 y 2018, el programa SACRE de seguimiento de aves reproductoras en España registra un incremento moderado (Escandell, 2019a), así como también para la población invernante durante el periodo 2008/09 a 2017/18 (Escandell, 2019b). Para Cataluña, Boix y Aymí (2004) apuntan una falta de tendencias claras en los 20 años que median entre los dos atlas de aves nidificantes, aunque registran una expansión de la especie en la comarca del Ampurdán; tampoco se ha encontrado tendencia alguna para la población invernante entre 2002/03 y 2008/09 (Aymí, 2011).

 

Factores de amenaza

El zorzal charlo es una especie cinegética con una entrada de invernantes foráneos bastante escasa, por lo que la presión de caza debe recaer principalmente sobre las poblaciones autóctonas. Tellería y Santos (1982) apuntaron por ello un posible problema de sobrecaza en la población autóctona del País Vasco, con baja densidad, una amenaza que podría afectar también a otras poblaciones ibéricas. El problema de la caza ilegal (pajarería tradicional), muy extendida en España hasta mediados de los años 80, ha perdido importancia por su prohibición y sustitución progresiva por la caza legal con escopeta (Santos y Muñoz-Cobo 1984; Santos et al., 1988). No obstante, el gobierno de la Comunidad Valenciana autorizó el trampeo de aves mediante el método del parany entre 1988 y 2001, periodo en el que se capturaron entre 1,5 y 2 millones de Turdus sp. por este procedimiento, que continúa utilizándose de manera ilegal (Murgui, 2014); aunque el número de charlos cazados es muy pequeño, afecta principalmente a aves autóctonas, dado el bajo número de invernantes foráneos.

Una segunda amenaza es la repoblación con árboles exótico (pinos y especialmente eucaliptos) en áreas de campiñas, que parecen afectar negativamente a la especie en todo el frente cantábrico, si bien los mayores efectos recaen en especies con una alta concentración de invernantes europeos en la región (Santos et al., 1990; Tellería y Galarza, 1990; Santos et al., 2014). Los pinares repoblados sobre sectores montanos del centro pueden en cambio favorecer a la especie si se desbrozan y no son demasiado densos (Álvarez y Santos 1992). En general, dada la preferencia de la especie por bosques abiertos, las repoblaciones densas de áreas despobladas y la regeneración y cierre de las masas boscosas como resultado del abandono rural podrían ser potenciales factores de amenaza.

La siniestralidad por tráfico no parece ser un factor de mortalidad importante, ya que apenas hay registros de atropellos en carreteras; así, una prospección de más 60.000 km registró cinco charlos sobre un total de 16.036 aves atropelladas (siniestralidad de 0,00005 aves por km), muy por debajo del mirlo y el zorzal común, con 274 y 49 aves atropelladas, respectivamente (PMVC, 2003). Otros estudios más locales, realizados en carreteras del centro de España (Frías, 1999; Espinosa et al., 2012), no registraron ningún atropello (véase Carvalho y Mira, 2011, para resultados equivalentes en Portugal), mientras que un estudio realizado en un tramo de ferrocarril madrileño registró un individuo sobre un total de 94 aves atropelladas (de la Peña y Llama, 1997).

Respecto a las posibles consecuencias del cambio climático, aunque diversos modelos predicen reducciones del área de distribución de hasta un 80% (Araújo et al., 2011; apartado de Distribución), los estudios a escala peninsular de Carrascal y Palomino (2006) y Seoane y Carrascal (2007) han demostrado la ausencia de efectos del calentamiento global en el patrón de distribución de la especie. Por su parte, el reciente trabajo de Tellería (2019) en la Sierra de Guadarrama no ha registrado cambios significativos en la altitud ocupada en los hábitats forestales entre 1976-80 y 2014-15.

 

Referencias

Álvarez, A. (1989). Avifauna de los pisos de vegetación de la Cordillera Cantábrica. Tesis Doctoral. Universidad de León, León.

Álvarez, A., Purroy, F. J. (1983). Avifaune nicheuse des pinedes montagnardes de l'ouest européen. Acta Biologica Montana, 2-3: 349-361.

Álvarez, G., Santos, T. (1992). Efectos de la gestión del monte sobre la avifauna de una localidad mediterránea (Quintos de Mora, Montes de Toledo). Ecología, 6: 187-198.

Aparicio, R. J. (2003). Zorzal charlo (Turdus viscivorus). Pp. 448-449. En: Martí, R., Del Moral, J. C. (Eds.): Atlas de las Aves Reproductoras de España. Dirección General de Conservación de la Naturaleza-Sociedad Española de Ornitología, Madrid.

Araújo, M. B., Guilhaumon, F., Rodrigues Neto, D., Pozo Ortego, I., Gómez Calmaestra, R. (2011). Impactos, vulnerabilidad y adaptación de la biodiversidad española frente al cambio climático. 2. Fauna de vertebrados. Dirección General de Medio Natural y Política Forestal. Ministerio de Medio Ambiente, y Medio Rural y Marino, Madrid.

Aymí, R. (2011). Griva, Turdus viscivorus. Pp. 428-429. En: Herrando, S., Brotons, L., Estrada, J., Cuallar, S., Anton, M. (Eds.). Atles dels ocells de Catalunya a I'hivern 2006-2009. Institut Català d'Ornitologia y Lynx Edicions, Barcelona.

BirdLife International. (2004). Birds in Europe: population estimates, trends and conservation status. BirdLife International, Cambridge.

BirdLife International. (2016). Turdus viscivorusThe IUCN Red List of Threatened Species 2016: e.T22708829A87878799.

Blanco, E., Casado, M. A., Costa, M., Escribano, R., García, M., Génova, M., Gómez, A., Gómez, F., Moreno, J. C., Morla, C., Regato, P., Sainz, H. (1997). Los bosques ibéricos. Una interpretación geobotánica. Planeta, Barcelona.

Boix, M., Aymí, R. (2004). Griva Turdus viscivorus. Pp. 404-405. En: Estrada, J., Pedrocchi, V., Brotons, L., Herrando, S. (Eds.). Atles dels Ocells Nidificants de Catalunya 1999-2002. Institut Català d'Ornitologia & Lynx Edicions, Barcelona.

Bongiorno, S. F. (1982). Land use and summer bird populations in northwestern Galicia, Spain. Ibis, 124 (1): 1-20.

Carrascal, L. M., Palomino, D. (2006). Determinantes de la distribución geográfica de la familia Turdidae en la península Ibérica. Ardeola, 53 (1): 127-141.

Carrascal, L. M., Palomino, D. (2008). Las aves comunes reproductoras en España. Población en 2004-2006. SEO/BirdLife, Madrid.

Carvalho, F., Mira, A. (2011). Comparing annual vertebrate road kills over two time periods, 9 years apart: a case study in mediterranean farmland. European Journal of Wildlife Research, 57: 157-174.

Collar, N. (2019). Mistle Thrush (Turdus viscivorus). En: del Hoyo, J., Elliott, A., Sargatal, J., Christie, D. A., de Juana, E. (Eds.). Handbook of the Birds of the World Alive. Lynx Edicions, Barcelona.

Costa, L. (1993). Evolución estacional de la avifauna en hayedos de la montaña cantábrica. Ardeola, 40 (1): 1-11.

Cramp, S. (Ed.). (1988). The birds of the western Paleartic. Vol. V. Tyrant Flycatchers to Thrushes. Oxford University Press, Oxford.

De Juana, E. (1980). Atlas ornitológico de La Rioja. Instituto de Estudios Riojanos, Logroño.

De Juana, E., García, E. (2015). The Birds of the Iberian Peninsula. Christopher Helm, London.

De Juana, E., Pérez-Tris, J., Santos, T., Tellería, J. L. (2010). Tipificación de las comunidades de aves en distintos medios del Parque Natural Hoces del Río Riaza (Maderuelo, Montejo de la Vega de la Serrezuela y Valdevacas de Montejo-Segovia). Invierno 2007 a primavera 2009. II. Informe final. Consejería de Medio Ambiente. Junta de Castilla y León, Valladolid. Informe inédito.

De la Peña, R., Llama, O. (1997). Mortalidad de aves en un tramo de línea de ferrocarril. SEO/BirdLife, Madrid.

Del Moral, J. C., Molina, B., de la Puente, J., Pérez-Tris, J. (Eds.) (2002). Atlas de las Aves Invernantes de Madrid 1999-2001. SEO-Monticola y Comunidad de Madrid, Madrid.

Elósegui, J. (1985). Navarra. Atlas de aves nidificantes. Caja de Ahorros de Navarra, Pamplona.

Escandell, V. (2019a). Programa Sacre. Pp. 6-11. En: SEO/BirdLife. Programas de seguimiento y grupos de trabajo de SEO/BirdLife 2018. SEO/BirdLife, Madrid. https://doi.org/10.31170/0073.

Escandell, V. (2019b). Programa Sacin. Pp. 12-15. En: SEO/BirdLife. Programas de seguimiento y grupos de trabajo de SEO/BirdLife 2018. SEO/BirdLife, Madrid. https://doi.org/10.31170/0073.

Espinosa, A., Serrano, J. A., Montori, A. (2012). Incidencia de los atropellos sobre la fauna vertebrada en el Valle de El Paular. LIC 'Cuenca del río Lozoya y Sierra Norte'. Munibe, 60: 209-236.

Estrada, J., Pedrocchi, V., Brotons, L., Herrando, S. (Eds.) (2004). Atles dels Ocells Nidificants de Catalunya 1999-2002. Institut Català d'Ornitologia & Lynx, Barcelona.

Ferrer, X., Martínez, A., Muntaner, J. (1986). Historia natural dels Països Catalans. 12. Ocells. Enciclopèdia Catalana, S.A., Barcelona. 

Frías, O. (1999). Estacionalidad de los atropellos de aves en el centro de España: número y edad de los individuos y riqueza y diversidad de especies. Ardeola, 46 (1): 23-30.

Galarza, A. (1998). Variación estacional de la avifauna en dos encinares (Quercus ilex) del norte de la península ibérica. Miscel.lània Zoològica, 21 (2): 45-55.

Harrison, C. (1982). An atlas of the birds of the Western Palaearctic. Collins, London.

Henderson, I. (1997). Mistle thrush(Turdus viscivorus). Pp.552-553. En: Hagemeijer, W., Blair, M. J. (Eds.). The EBCC atlas of european breeding birds: their distribution and abundance. T & AD Poyser, Londres.

Jordano, P. (1985). El ciclo anual de los paseriformes frugívoros en el matorral mediterráneo del sur de España: importancia de su invernada y variaciones interanuales. Ardeola, 32 (1): 69-94.

Jordano, P. (1993). Geographical ecology and variation of plant-seed disperser interactions: southern Spanish junipers and frugivorous thrushes. Vegetatio, 107-108: 85-93.

Madroño, A., González, C., Atienza, J. C. (Eds.) (2004). Libro Rojo de Las Aves de España. Dirección General para la Biodiversidad - Seo/BirdLife, Madrid.

Martí, R., del Moral, J. C. (Eds) (2003). Atlas de las Aves Reproductoras de España. Dirección General de Conservación de la Naturaleza-Sociedad Española de Ornitología, Madrid.

Murgui, E. (2014). When governments support poaching: a review of the illegal trapping of thrushes Turdus spp. in the parany of Comunidad Valenciana, Spain. Bird Conservation International, 24 (2): 127-137.

Obeso, J. R. (1987). Comunidades de Passeriformes en bosques mixtos de altitudes medias de la Sierra de Cazorla. Ardeola, 34 (1): 37-59.

Pelayo, E., Sampietro, F. J. (2000). Zorzal charlo Turdus viscivorus. Pp. 314-315. En: Sampietro, F. J., Pelayo, E., Hernández, F., Cabrera, M, Guiral, J. (Eds.). Aves de Aragón. Atlas de especies nidificantes. Diputación General de Aragón e IberCaja, Zaragoza.

Peris, S., Suárez, F., Tellería, J. L. (1975). Estudio ornitológico del sabinar (Juniperus thurifera L.) de Maranchón (Guadalajara). Descripción de la vegetación y aplicación del método de la parcela. Ardeola, 22: 3-27.

Pleguezuelos, J. M. (1992). Avifauna nidificante de las sierras béticas orientales y depresiones de Guadix, Baza y Granada. Ed. Universidad de Granada, Granada.

PMVC (2003). Mortalidad de vertebrados en carreteras. Documento técnico de conservación nº 4. Sociedad para la Conservación de los Vertebrados (SCV), Madrid. 350 pp.

Potti, J. (1985). La sucesión de las comunidades de aves en los pinares repoblados de Pinus sylvestris del macizo de Ayllón (Sistema Central). Ardeola, 32 (2): 253-277.

Pulido, J. P., Díaz, M. (1992). Relaciones entre estructura de la vegetación y las comunidades de aves nidificantes en las dehesas: influencia del manejo humano. Ardeola, 39(1): 63-72.

Purroy, F. J. (1972). Comunidades de aves nidificantes en el bosque pirenaico de abeto blanco (Abies alba L.). Boletín de la Estación Central de Ecología, 1: 41-44.

Purroy, F. J. (1974). Contribución al conocimiento ornitológico de los pinares pirenaicos. Ardeola, 20: 245-261.

Purroy, F. J. (1977). Avifauna nidificante en hayedos, quejigales y encinares del Pirineo. Boletín de la Estación Central de Ecología, 11: 93-103.

Purroy, F. J. (Coord.) (1997). Atlas de las aves de España (1975-1995). Lynx Edicions, Barcelona.

Rabaça, J. E. (1990). The influence of shrubby understory in breeding bird communities of cork oak (Quercus suber) woodlands in Portugal. Portugaliae Zoologica, 1 (1): 1-6.

Rey, P., Sánchez-Lafuente, A. M., Valera, F., Muñoz-Cobo, J. (1995). Distribución de la avifauna nidificante en la campiña y sierras subbéticas de Jaén (Macizo de Mágina). Stvdia Oecologica, 12: 199-212.

Sánchez, A. (1991). Estructura y estacionalidad de las comunidades de aves de la Sierra de Gredos. Ardeola, 38 (2): 207-31.

Santos, T. (1982). Migración e invernada de zorzales y mirlos (género Turdus) en la península Ibérica. Tesis doctoral. Universidad Complutense de Madrid, Madrid.

Santos, T. (1997). Zorzal charlo (Turdus viscivorus). Pp. 388-389. En: Purroy, F. J. (Coord.). Atlas de las aves de España (1975-1995). Lynx Edicions, Barcelona.

Santos, T. (2002). Zorzal charlo (Turdus viscivorus). Pp. 238-239. En: del Moral, J. C., Molina, B., de la Puente, J., Pérez-Tris, J. (Eds.). Atlas de las Aves Invernantes de Madrid 1999-2001. SEO-Monticola y Comunidad de Madrid, Madrid.

Santos, T. (2012). Zorzal charlo (Turdus viscivorus). Pp. 426-427. En: SEO/BirdLife. Atlas de las aves en invierno en España 2007-2010. Ministerio de Agricultura, Alimentacion y Medio Ambiente-SEO/BirdLife, Madrid.

Santos, T., Álvarez, G. (1990). Efectos de las repoblaciones con eucaliptos sobre las comunidades de aves forestales en un maquis mediterráneo (Montes de Toledo). Ardeola, 37 (2): 319-324.

Santos, T., Asensio, B., Bueno, J. M., Cantos, F. J., Muñoz-Cobo, J. (1988). Distribución y tendencias demográficas de la persecución de paseriformes presaharianos en España. Pp. 167-184. En: Tellería, J. L. (Ed.). Invernada de aves en la Península Ibérica. Monografías, 1. Sociedad Española de Ornitología, Madrid.

Santos, T., Asensio, B., Cantos, F. J., Bueno, J. M. (1990). Efectos de las repoblaciones con árboles exóticos sobre los paseriformes invernantes en el norte de España. Ardeola, 37 (2): 309-317.

Santos, T., Carbonell, R., Galarza, A., Pérez-Tris, J., Ramírez, A., Tellería, J. L. (2014). The importance of northern Spanish farmland for wintering migratory passerines: a quantitative assessment. Bird Conservation International, 24: 1-16.

Santos, T., Muñoz-Cobo, J. (1984). La caza de los zorzales y la pajarería en España. La Garcilla, 64: 42-46.

Santos, T., Suárez, F. (1983). The bird communities of the heatlands of Palencia. The effects of coniferous plantations. Pp. 172-179. En: Purroy, F. J. (Ed.). Bird census and Mediterranean landscapes. Universidad de León, León.

Santos, T., Suárez, F., Tellería, J. L. (1983). The bird communities of Iberian Juniper woodlands (Juniperus thurifera L.). Pp. 79-88. En: Purroy, F. J. (Ed.). Bird census and Mediterranean landscapes. Universidad de León, León.

Santos, T., Tellería, J. L., Virgós, E. (1999). Dispersal of Spanish Juniper Juniperus thurifera by birds and mammals in a fragmented landscape. Ecography, 22: 193-204.

Seoane, J., Carrascal, L. M. (2007). Interspecific differences in population trends of Spanish birds are related to habitat and climatic preferences. Global Ecology and Biogeography, DOI: 10.1111/j.1466-8238.2007.00351.x.

Snow, B., Snow, D. W. (1988). Birds and berries. T. & A.D. Poyser, Calton.

Suárez, F., Santos, T. (1983). Comparative study of the results obtained from the use of three different methods in a beech forest (Fagus sylvatica L.) of the Cordillera Cantábrica.  Pp. 96-99. En: Purroy, F. J. (Ed.). Bird census and Mediterranean landscapes. Universidad de León, León.

Tellería, J. L. (2019). Altitudinal shifts in forest birds in a Mediterranean mountain range: causes and conservation prospects. Bird Conservation International, pp. 1-11. Doi: 10.1017/S0959270919000455.

Tellería, J. L., Asensio, B., Díaz, M. (1999). Aves ibéricas. Volumen II. Passeriformes. José Manuel Reyero, Madrid.

Tellería, J. L., de la Hera, I., Ramírez, A., Santos, T. (2011). Conservation opportunities in Spanish Juniper Juniperus thurifera woodlands: the case of migratory thrushes Turdus spp. Ardeola, 58 (1): 57-70.

Tellería, J. L., Galarza, A. (1990). Avifauna y paisaje en el norte de España: efecto de las repoblaciones con árboles exóticos. Ardeola, 37 (2): 229-245.

Tellería, J. L., Potti, J. (1984). La segregación espacial de los túrdidos (Turdidae) en el Sistema Central. Ardeola, 31: 103-113.

Tellería, J. L., Santos, T. (1982). Las áreas de invernada de zorzales y mirlos (género Turdus) en el País Vasco.Munibe, 34: 361-365.

Tellería, J. L., Santos, T. (1994). Factors involved in the distribution of forest birds in the Iberian Peninsula. Bird Study, 41: 161-169.

Zamora, R., Camacho, I. (1984). Evolución estacional de la comunidad de aves en un rebollar de Sierra Nevada. Doñana, Acta Vertebrata, 11 (2): 129-150.

 

Tomás Santos
Departamento de Biodiversidad, Ecología y Evolución
Facultad de Biología, Universidad Complutense, Madrid

Fecha de publicación: 5-03-2021

Santos, T. (2021). Zorzal Charlo – Turdus viscivorus. En: Enciclopedia Virtual de los Vertebrados Españoles. López, P., Martin, J., Tellería, J. L. (Eds.). Museo Nacional de Ciencias Naturales, Madrid. http://www.vertebradosibericos.org/