Mosquitero musical - Phylloscopus trochilus (Linnaeus, 1758)

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Portada

 

Identificación

 

Estatus de conservación

 

Distribución

 

Hábitat

 

 

Voz

 

 

Movimientos

 

Ecología trófica

 

Biología de la reproducción

 

Interacciones entre especies

 

Comportamiento

 

Bibliografía

 

 

 

Key words: Willow Warbler, habitat, abundance, status, threats.

 

Hábitat

El mosquitero musical es, en general, más ave de arbustos y de etapas seriales forestales que de bosque maduro, por lo que selecciona monte bajo, matorrales y claros de bosque, incluso en ausencia de árboles; eso sí, rara vez en altitudes superiores a los 1.000 m.s.n.m. (Cramp, 1992). Prefiere plantaciones arbóreas y las primeras etapas de colonización forestal, siendo muy numeroso en áreas de monte bajo, pastizales pantanosos, mimbreras y bosques poco desarrollados (Ciach, 2009). Los datos del BTO en Gran Bretaña (Robinson, 2005) muestran que es muy frecuente sobre todo en tres medios: monte bajo, bosques de coníferas y bosques caducifolios, pero también indican que es un ave muy ubicua, pues se halla en casi todos los hábitats disponibles, por ejemplo parameras, brezales, carrizales, matorrales costeros e incluso parques y jardines.

Reproducción

En España ocupa generalmente zonas umbrías de orlas forestales, formaciones arbustivas tipo sauceda o avellaneda, alisedas de arroyos, viejas repoblaciones de pino con abundante sotobosque, primeros estadios de masas forestales y zonas de campiña con arbolado bajo, evitando los bosques maduros y con poco sotobosque (Galarza y García Sánchez, 1997; Arce, 2003).

Migración

En esta época también es muy ubicuo, pues ocupa la mayoría de las zonas boscosas, arboladas y arbustivas de Centroeuropa (Ciach, 2009). En consonancia con ello, en la Península Ibérica se halla en casi todos los hábitats y pisos bioclimáticos, tal y como se muestra en la figura 110 de Tellería et al. (1999): matorrales, robledales, encinares, sotos, vegas, campiñas, parques, etc., tanto de la Región Eurosiberiana como de la Mediterránea, siendo especialmente común en los matorrales costeros (Noval, 1975). En las Canarias orientales, sin embargo, no es tan ubicuo. En Lanzarote es habitual en los jardines urbanos, mientras que en Fuerteventura es más frecuente en los barrancos con agua y gran desarrollo de la vegetación, aunque también se observa en parques y jardines (Martín y Lorenzo, 2001).

Invernada

Fuera de la época reproductora utiliza un amplio espectro de formaciones arbustivas y arboladas. En África transahariana ocupa cualquier medio, salvo la selva lluviosa y el norte de la estepa arbolada. Incluso penetra en los brezales de Erica arborea a 3.500 m.s.n.m. en Zaire y Tanzania (Cramp, 1992). En el conjunto de África occidental ocupa la mayoría de los ecosistemas, salvo el desierto; es decir, sabanas, bosques, zonas húmedas y parques y jardines (Morel y Morel, 1992), aunque también muestra sus preferencias, pues en el extremo septentrional de la sabana guineana, en Costa de Marfil, es más frecuente en los parches forestales que en la sabana propiamente dicha o en el bosque galería (Salewski et al., 2002a). En África meridional se encuentra en cualquier hábitat boscoso, incluyendo biombo (bosques de Brachystegia sp.), mopane (sabana arbolada dominada por Colophospermum mopane) y otros bosques mixtos, así como la sabana arbolada de Acacia, bosques aclarados, bosques húmedos, bosques galería, parques y jardines (Harrison et al., 1997), si bien en Zimbabwe es más común en el bosque galería de Acacia que en el miombo o el mopane (Salewski et al., 2002b; Jones et al., 2010).

Hábitat de alimentación

En época de cría no manifiesta preferencias entre las especies arbóreas de los bosques mixtos de Finlandia y el oeste de Noruega, pero en Suecia parece preferir los pinos, puesto que el 46,4% de 211 observaciones fueron en pinos de gran altura, por solo el 17,5% en abedules, 13,7% en árboles caducifolios en general, 8,5% en píceas de gran porte y porcentajes menores en arbustos y otros sustratos (Cramp, 1992) (véase Comportamiento > Conducta alimenticia). Asimismo, el 98.8% de 589 observaciones en abedulares del oeste de Noruega fueron entre el follaje, por solo el 1.2% en la base de los árboles, mientras que en el norte de los Urales (Rusia), el 75% de 1845 registros también fueron entre el dosel forestal. En el noreste de Portugal,dos tercios de los registros otoñales también fueron en el dosel forestal, tanto en las copas como en las ramas altas de los árboles, aunque cerca de un cuarto tuvieron lugar en arbustos (Ferns, 1975). En Tsavo (Kenia), sin embargo, solo el 38% de los registros fueron en el interior de árboles o arbustos (Cramp, 1992). Las preferencias también cambian conforme varían las condiciones meteorológicas. En Suecia, el 95% de los registros con tiempo lluvioso se produjeron en el suelo, pero al mejorar la meteorología el 65% de los registros se obtuvieron en las ramas de los árboles y en matorrales (Cramp, 1992).

La altura donde buscan el alimento varía entre los 2-10 m en el norte de los Urales, 6-20 m en Finlandia y 5.2 m de altura media en Kenia durante el invierno (Cramp, 1992). Durante el otoño en el noreste de Portugal, la altura media de las observaciones fue de 2.7 m, mientras que las de las capturas 1.6 m (Ferns, 1975). En Costa de Marfil utiliza la parte alta de los árboles para alimentarse (Salewski et al., 2002a), mientras que en Zimbabwe se alimenta a mayor altura en bosques de Acacia (13.1 m) que en mopane (10.1 m) o miombo (7.3 m) (Salewski et al., 2002b). Por otra parte, y con independencia de la disponibilidad de artrópodos que presente cada especie arbórea, en Zimbabwe manifiesta preferencias por determinadas especies forestales, por ejemplo Acacia tortilis, mientras que ignora y parece evitar totalmente otras, sobre todo Erythroxylum zambesiacum (Jones et al., 2010).

 

Abundancia

Esta especie alcanza altas densidades en hábitats que cubren grandes extensiones de terreno, tales como los bosques mixtos de coníferas y abedules propios de Escandinavia, Finlandia y Rusia, donde 12.0-15.0 parejas por 10 ha son habituales en muchos lugares (Cramp, 1992), o en hábitats más localizados como las mimbreras y abedulares arbustivos del norte de Polonia (Krupa, 2004), zona donde se alcanzan 28.7-33.3 parejas por 10 ha. En general, presenta mayores densidades en la Europa septentrional que en la central, así como en algunas zonas de África meridional durante la invernada (Tabla 1).

Debido a su pequeña población reproductora española, el mosquitero musical no se halla incluido en el programa SACRE (Carrascal y Palomino, 2008). Sin embargo es muy abundante durante las migraciones. En otoño es especialmente numeroso en la mitad occidental de la Península Ibérica, mientras que en primavera lo es, sobre todo, en la costa mediterránea y las islas Baleares (Tellería et al., 1999). Su abundancia en esta época en España se demuestra con el hecho de que hasta 2007 se habían anillado unos 150 mil ejemplares (Frías et al., 2009), cifra superior, por ejemplo, a la de un reproductor tan ubicuo como el mirlo común Turdus merula, y que convierten al mosquitero musical en uno de los pájaros más anillados en nuestro país.

 

Tabla 1. Densidades en diferentes hábitats durante la reproducción en Europa (parejas/10 ha, Cramp, 1992) y durante la invernada en África meridional (aves/10 ha): Bostwana y Sudáfrica conforme a Harrison et al. (1997) y Zimbabwe según Jones et al. (2010).

 

Hábitat

Densidad

Localidad

Abedulares subalpinos

14.7-17.3

Laponia, Suecia

Vegetación alpina

0.8

Suecia

Matorrales palustres

23.6-85.1

Suecia

Alisedas

31.0-52.0

Suecia meridional

Bosques con matorrales

0.9-11.2

Finlandia meridional

Bosques con matorrales

0.8-20.0

Rusia occidental

Pinares con sotobosque

0.1-6.5

Centro y norte de Europa

Bosques mixtos abiertos

10.0-20.0

Alemania

Arbustos

13.5-27.0

Hamburgo, Alemania

Bosques pantanosos

2.1-11.1

República Checa

Bosque galería

10.0

Suiza

Robledales

0.3-6.4

Borgoña, Francia

Bosques galería

0.9-17.8

Gran Bretaña

Matorrales y plantaciones

0.1-14.8

Gran Bretaña

Bosques isla y matorrales

10.0-20.0

Gran Bretaña

Campiña

0.5

Gran Bretaña

Parques

3.4

Gran Bretaña

Cementerios

5.3

Gran Bretaña

Bosques

6.0-7.0

Bostwana

Bosque galería

20.0

Bostwana

Bosque galería

0.18-0.72

Zimbabwe

Miombo

0.12

Zimbabwe

Mopane

0.04

Zimbabwe

Sabana de Acacia

2.8

Transvaal, Sudáfrica

Bosque planifolio

2.3

Transvaal, Sudáfrica

 

Tamaño poblacional

La pequeña población reproductora española se ha estimado como escasa (Noval, 1975) y con datos más concretos compuesta de 20 a 100 parejas (Galarza y García Sánchez, 1997), por un máximo de 60 parejas (Arce, 2003) y entre 50 y 250 parejas (BirdLife International, 2004). Esta escasez poblacional impide su evaluación por el programa SACRE (Carrascal y Palomino, 2008). Se desconoce, por tanto, su tendencia poblacional.

En relación con la población que atraviesa España en sus migraciones, se comprobó en Almería una reducción del 31% en las capturas de dos años consecutivos de la década de los setenta del siglo pasado, tanto en el paso prenupcial como en el postnupcial (Wiltschko y García, 1974), mientras que con datos más actuales y con la lógica variabilidad interanual, no se observaron diferencias en el número de aves capturadas entre los otoños 1987-1990 y 2001-2008 en una localidad de Madrid (Villarán et al., 2010), fue estable la tendencia anual de las capturas otoñales realizadas en Doñana en el periodo 1994-2005 (Arroyo, 2004) y, finalmente, también fueron estables las tendencias anuales de las capturas primaverales realizadas tanto en Menorca en el periodo 1993-2005 (García Febrero, 2004) como en Cabrera y El Ampurdán en el periodo 1993-2001 (Barriocanal y Robson, 2007) .

 

Estatus de conservación

Categoría global IUCN (2009): Preocupación Menor LC (BirdLife International, 2009).

Categoría IUCN para España (2002): Casi Amenazado NT (Madroño et al., 2005).

Es una de las especies de aves con mayor número de efectivos, estimados entre 350 millones y 1,2 billones de individuos repartidos por todo el Paleártico, correspondiendo a Europa entre ¼ y ½ de la población (BirdLife International, 2004). No obstante, desde finales del siglo pasado se registra un descenso de la población reproductora europea, aunque todavía insuficiente para variar su estatus de conservación global. Este descenso es más acusado en las poblaciones de las islas Británicas, Suecia y Finlandia, mientras que las poblaciones de Rusia y Noruega se mantienen más estables (BirdLife International, 2004).

En España está catalogada de interés especial (Reales decretos 439/1990 y 139/2011; para más detalles consúltese el Catálogo Nacional de Espacies Amenazadas, Dirección General para la Biodiversidad, 2000).

 

Factores de amenaza

No hay datos disponibles de factores de amenaza para esta especie en España. Por tanto, se desconoce el efecto que tienen los siguientes factores de amenaza:

-La reducción y fragmentación de las campiñas cantábricas (uno de sus hábitats principales en España) por la reforestación con pinos y eucaliptos y el incremento del uso urbano de los terrenos (Tellería et al., 2008).

-La eliminación del sotobosque en las prácticas forestales (Carrascal y Tellería, 1990).

-El efecto sobre la población migrante de la caza ilegal y los plaguicidas (Dirección General para la Biodiversidad, 2000).

-El cambio climático: adelanto de la fenología postnupcial (Mezquida et al., 2007).

-Los impactos que las infraestructuras lineales, tales como las autopistas con gran densidad de tráfico, producen en el hábitat y en la densidad de población. Una pérdida de la calidad del hábitat y una reducción subsiguiente de la población reproductora de esta especie han sido demostradas en Holanda (Poppen y Reijnen, 1994).

Durante el periodo 1990-1992 se registraron en España 28 mosquiteros musicales entre un total de 16.036 aves muertas por atropello (PMVC, 2003)1.

 

Medidas de conservación

No hay datos disponibles de resultados de las estrategias de conservación en la Península Ibérica. Se proponen las siguientes medidas de conservación prioritarias (listadas en orden de importancia):

-Debe conseguirse la protección efectiva contra las capturas ilegales (Dirección General para la Biodiversidad, 2000).

-En las prácticas forestales debe evitarse la eliminación y el empobrecimiento del matorral, así como la destrucción del estrato caducifolio subarbóreo (Carrascal y Tellería, 1990).

-Referente al cambio climático, se debe investigar la relación existente entre el régimen de precipitaciones de las zonas de migración en Europa y de invernada en África y el nivel poblacional de las poblaciones reproductoras de esta especie, como se ha establecido en Noruega (Thingstad y Hogstad, 2010), así como demostrar la existencia y determinar la magnitud del desfase entre la disponibilidad de presas y la fenología reproductora por sus graves implicaciones en el éxito reproductor (Sanz, 2002). Este desajuste ya ha sido demostrado en otras especies, por ejemplo el carbonero común Parus major y el papamoscas cerrojillo Ficedula hypoleuca (Grossman, 2004).

-Por último, sería necesario determinar la cuantía de la población reproductora en España, si ésta es habitual o esporádica y su selección de hábitat (Galarza y García Sánchez, 1997).

 

Referencias

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Rafael J. Aparicio Santos
C/Juglares, 2C, 2º A; 28032 Madrid

Fecha de publicación: 14-06-2012

Otras contribuciones: 1. Alfredo Salvador. 15-09-2016

Aparicio, R. J. (2016). Mosquitero musical – Phylloscopus trochilus. En: Enciclopedia Virtual de los Vertebrados Españoles. Salvador, A., Morales, M. (Eds.). Museo Nacional de Ciencias Naturales, Madrid. http://www.vertebradosibericos.org/