Gorrión común - Passer domesticus (Linnaeus, 1758)

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Portada

 

Identificación

 

Estatus de conservación

 

Distribución

 

Hábitat

 

 

Voz

 

 

Movimientos

 

Ecología trófica

 

Biología de la reproducción

 

Interacciones entre especies

 

Comportamiento

 

Bibliografía

 

 

 

Keywords: House Sparrow, habitat, abundance, status, threats.

 

Hábitat

En un estudio pionero sobre los gorriones Bernis (1989) señalaba como rasgos básicos de la distribución del Gorrión Común en España, la ausencia de la especie en  hábitats naturales y su ubicuidad en hábitats antrópicos, ya sea en núcleos urbanos o en caseríos, alquerías, granjas y establos con tal de que existan lugares aptos para la nidificación y que estén continuadamente habitados por el hombre y sus ganados. 

La evidencia acumulada desde el trabajo de Bernis no hace sino confirmar tales apreciaciones: es una especie ausente o es muy escasa en la mayoría de hábitats forestales (hayedos, pinares, melojares, sabinares…), de matorral y humedales, y aparece con densidades variables en hábitats antropizados.

Selección de hábitat

En el medio agrícola de la Rioja Alavesa, el Gorrión Común selecciona positivamente, tanto en invierno como en primavera, los cultivos de cereal y los sotos ribereños dispersos por el paisaje (Gainzarain, 1996).

En Cataluña, la especie selecciona positivamente los hábitats urbano y suburbano, los cultivos de todo tipo y los humedales; en cambio, selecciona negativamente todas las formaciones boscosas y de matorral, playas y roquedos (Cordero, 2004).

En el municipio de Valencia, parques urbanos, jardines, solares y cultivo hortícola fueron seleccionados positivamente mientras que el hábitat edificado y los naranjales se seleccionaron negativamente (Murgui, 2009). Es más abundante en el borde de los parques que en su interior, pues encuentra su alimento en las calles y nidifica en los edificios (Fernández-Juricic, 2001).

En un mosaico de cultivo hortícola y de naranjal en Valencia, la especie seleccionaba positivamente en invierno los campos roturados, y el resto del año mostraba preferencia por los campos en barbecho con densa cobertura de vegetación ruderal y por los naranjales abandonados (Murgui, 2010) 

En un estudio sobre poblaciones en el ámbito rural (Cordero, 1993), la abundancia de la especie estaba determinada, fundamentalmente, por la disponibilidad de cavidades naturales aptas para la nidificación más que por variables relacionadas con la tipología del cultivo o la abundancia del ganado.

En un estudio sobre poblaciones en el medio urbano (Murgui, 2009), la abundancia de la especie estaba positivamente influenciada por la extensión de los parques urbanos en cada unidad de muestreo y negativamente por el tamaño medio de los parques.

 

Abundancia

En líneas generales, se aprecia que:

-El Gorrión común tiende a ser más abundante con el grado de antropización del medio hasta un límite que viene dado por una alta densidad de edificación lo que conlleva la desaparición o extrema escasez de parques urbanos o solares donde obtener recursos tróficos.

-La variación estacional de la abundancia, en aquellos hábitats que se han investigado durante varias épocas del año, es muy poco acusada.

-El rango de densidades detectado en los diferentes hábitats (e incluso para un mismo hábitat) es muy amplio. Dado que  ésta información emana de un conjunto muy heterogéneo de estudios en cuanto a la superficie prospectada, contexto espacial, periodo de realización, método de conteo y de cálculo de la abundancia o densidad, las comparaciones entre hábitats deben hacerse con cierta precaución. Por ejemplo, un mayor valor de abundancia en un trigal que en un olivar puede obedecer a las particularidades del cultivo, pero también a la distancia de las parcelas de estudio a núcleos habitados, factor este último que no suele ser controlado. Entre otras cosas, porque la práctica totalidad de los valores de abundancia de la especie han sido obtenidos a partir de estudios de comunidades de aves y no dirigidos al estudio del Gorrión común.

Los estudios sobre la distribución de la especie a diferentes escalas espaciales han proporcionado valores de abundancia en diferentes hábitats. Para el conjunto de España, Martí y del Moral (2005) indican que el Gorrión Común ha sido registrado tanto en bosques densos cómo en formaciones herbáceas, hábitats donde alcanza una densidad inferior a las 5 aves/10 ha; la especie es sustancialmente más abundante en formaciones arboladas abiertas (que incluyen medios agrarios como olivares, setos, frutales etc.) donde alcanza 25 aves /10 ha y especialmente en formaciones arbustivas (una categoría que incluye una gran variedad de hábitats) donde se registran hasta 65 aves/10 ha (Molina, 2003). El óptimo de la especie se hallaría en formaciones vegetales de arbolado escaso situadas entre los 200 y 500 m de altitud (Molina, 2003). 

A una escala espacial más pequeña, algunos atlas y estudios ornitológicos regionales informan con más detalle de cómo se distribuye la especie en diferentes hábitats. De este modo, Díaz et al. (1994) señalan la presencia de la especie en 12 de los 20 hábitats de la comunidad autónoma de Madrid, obteniéndose una mayor frecuencia de aparición  en los hábitats más antropizados (Tabla 1). Esta distribución de la especie en Madrid se repite con pocas variaciones durante el invierno (Molina, 2002).

 

Tabla 1. Frecuencia (número de itinerarios de censo en que aparece la especie dividido por el número total de itinerarios por hábitat) del Gorrión común en diferentes hábitats de la Comunidad de Madrid. Se indica la especie vegetal predominante en cada hábitat. Según Díaz et al. (1994).

 

Hábitat

Frecuencia

Casco urbano de Madrid

1.00

Regadíos de vega (Zea mays)

0.50

Sotos fluviales (Populus spp, Salix spp)

0.45

Retamar (Lygos sphaerocarpa)

0.45

Fresnedas (Fraxinus angustifolia)

0.30

Coscojar (Quercus coccifera)

0.20

Secanos alcarreños (Hordeum vulgare)

0.15

Olivar (Olea europaea)

0.10

Carrizal (Phragmites australis)

0.10

Jaral (Cistus ladanifer)

0.10

Pinar de pino piñonero (Pinus pinea)

0.05

Encinar (Quercus ilex)

0.05

 

En Cataluña, la especie fue detectada en 12 de los 16 tipos de hábitat definidos para la comunidad autónoma (Cordero, 2004), alcanzando densidades elevadas en los medios antrópicos (Tabla 2)

 

Tabla 2. Densidad media del Gorrión común en diferentes hábitats de Cataluña. Datos originales publicados por Cordero et al. (2004).

 

Hábitat

Densidad (parejas/10ha)

Regadíos de la Depresión del Ebro

36.4

Zonas urbanas

31.5

Cultivos mediterráneos

22.0

Pinares mediterráneos

16.2

Mosaicos mediterráneos húmedos

13.2

Mosaicos submediterráneos y continentales

10.8

Mosaicos de montaña media

8.8

Mosaicos mediterráneos secos

6.4

Garriga y matorral mediterráneo

4.2

Zonas esteparias de la Depresión del Ebro

2.9

Bosques caducifolios de montaña media

2.3

Encinares y alcornocales

1.5

 

En el País Vasco (Alvarez et al. 1998 citado en Molina, 2003), la densidad oscilaba entre 20-200 aves/10 ha para las ciudades, 1,1 aves/10 ha en campiñas atlánticas, y 0,6 aves/10 ha en cultivos mediterráneos alaveses. En Salamanca (Carnero y Peris, 1988, citado en Molina, 2003) estimaron c. 13 aves/10 ha en cultivos cerealistas y c.9 aves/10 ha en dehesas de encinas.

Estudios de distribución realizados en ámbitos geográficos más reducidos,  circunscritos a atlas ornitológicos urbanos, indican que la especie muestra también una amplia distribución al nivel local. Llega a estar presente en el 96 % del termino municipal de Santander durante la época reproductora (Fernández et al., 2007) y en alrededor del 97 % en el municipio de Valencia, tanto en invierno como durante la estación reproductora (Murgui, 2009). En este último caso, se registraron 19,6 aves/10 ha durante el invierno y 17 aves/10 ha durante la época reproductora (Murgui, 2009), aunque la densidad de las aves variaba apreciablemente entre los diferentes hábitats del término municipal según muestra la Tabla 3 (Murgui, 2006; 2009). Las diferencias estacionales eran escasas, pero se apreciaba una tendencia a aumentar la abundancia en el hábitat edificado durante la época reproductora en paralelo a la disminución en la mayoría de los otros hábitats, lo que se interpreta como una consecuencia de la utilización de oquedades en los edificios para la nidificación.

 

Tabla 3. Densidad (aves/10 ha) del Gorrión Común  en diferentes hábitats del municipio de Valencia. Según Murgui (2006, 2009).

 

Hábitat

Invierno

Periodo reproductor

Zona edificada

9.0

11.6

Parques urbanos

85.3

74.6

Jardines privados

57.7

54.9

Solares

43.2

22.4

Cultivo hortícola

28.1

20.9

Cultivo arbóreo regadío

10.1

8.5

Cultivo arbóreo secano

14.5

68.1

Pinar y matorral mediterráneo

0

6.7

Hábitat fluvial

15.8

7.8

Humedal

11.3

6.0

Zona litoral

19.4

29.3

 

En este punto, merece citarse el estudio de Francisco Bernis sobre la avifauna de 154 núcleos urbanos (Tabla 4) situados en las comunidades autónomas de Castilla-La Mancha, Castilla-León y Madrid (Bernis, 1988; 1989) cuyos resultados apuntan a una mayor abundancia de la especie en zonas edificadas antes que en parques urbanos.

 

Tabla 4. Abundancia (aves/Km.) durante la época reproductora e invernal de Gorrión Común en núcleos urbanos del centro de España en los años 1984-1986. Los pueblos agrupan 136 núcleos urbanos con hasta 5000 viviendas; las ciudades agrupan 29 núcleos urbanos con entre 5.001 y 100.000 viviendas; Madrid es la ciudad de Madrid. Según Bernis (1988, 1989).

 

 

Invierno (diciembre-febrero)

Época reproductora (mayo a julio)

 

Pueblos

Ciudades

Madrid

Pueblos

Ciudades

Madrid

Casco urbano

65.6-122.0

58.9

 

68-71

55.8

 

Avenidas ajardinadas

 

54.3

 

 

76.0

 

Parques

 

36.4

 

 

66.1

 

Casco urbano cerrado

 

 

74.2

 

 

80.1-107.0

Casco urbano ajardinado

 

 

51.3

 

 

45.7

Parques pequeños

 

 

42.9

 

 

105.9

Parques grandes

 

 

64.0

 

 

104.1

 

Aparte de los estudios cartográficos mencionados, existe un número abundante de estudios — encaminados, fundamentalmente, a describir la estructura de las comunidades de aves en diferentes hábitats — que proporcionan datos sobre la abundancia del Gorrión común, tanto en la época reproductora como durante el invierno. Por su amplitud geográfica destacan los datos generados por el programa SACRE, a partir de los cuales Carrascal y Palomino (2008) obtienen valores de densidad durante la época reproductora para diferentes hábitats (Tabla 5).

 

Tabla 5. Densidad (aves/10 ha) del Gorrión común  en diferentes hábitats de España durante la época reproductora. Datos originales publicados por Carrascal y Palomino (2008).

 

Región-Piso Biogeográfico

Hábitat

Densidad

Termomediterráneo

Pueblos y ciudades

219.2

Termomediterráneo

Áreas periurbanas

116.8

Termomediterráneo

Mosaicos agropecuarios

94.1

Mesomediterráneo

Pueblos y ciudades

180.3

Mesomediterráneo

Áreas periurbanas

109.2

Mesomediterráneo (NE)

Pueblos y ciudades

129.0

Mesomediterráneo (NE)

Áreas periurbanas

96.8

Supramediterráneo

Pueblos y ciudades

187.5

Cantábrico

Pueblos y ciudades

174.2

 

De forma más puntual, numerosos estudios realizados en diferentes localidades de España nos proporcionan una imagen bastante detallada de la variación de la densidad de la especie en función del tipo de hábitat durante la época reproductora (Tabla 6) o durante la época invernal (Tabla 7).

 

Tabla 6. Valores de abundancia del Gorrión común en diferentes hábitats de España durante la época reproductora. Se indica el valor proporcionado por los autores o, mediante un guión, el rango de valores obtenidos. El signo + indica que la especie estaba presente pero no se valoró su abundancia.

 

Tipo de hábitat

Aves/10 ha

Aves/Km

(+)

Referencia

Saladar

 

 

 

 

  Alicante

0.5

 

 

Paracuellos (1994)

Humedal

 

 

 

 

  Valencia

 

1.6

 

Murgui et al. (2002)

Carrizal

 

 

 

 

  Valle del Ebro

 

1.0-4.0

 

Arizaga et al. (2009)

Matorral

 

 

 

 

  Islas Chafarinas

 

 

+

Vargas y Antunez (1980)

  Isla  de Cabrera

 

 

+

Luis y Purroy (1980)

Soto fluvial

 

 

 

 

  Segovia

1.1

 

 

Tellería et al. (1988)

  Córdoba

 

 

+

Sánchez-Polaina y Obregón (1990)

  Madrid

3.5-54.6

 

 

Velasco y Blanco (2001)

  Madrid

16.0

 

 

Moreno-Opo y Seoane (2004)

  Toledo

23.7

 

 

Moreno-Opo et al. (2009)

Pinar

 

 

 

 

  Valencia

1.1

 

 

Murgui (1998)

Robledal

 

 

 

 

   Ávila

3.0

 

 

Sánchez (1991)

  Madrid

6.0

 

 

Moreno-Opo y Seoane (2004)

Encinar

 

 

 

 

  Ávila

1.7

 

 

Sánchez (1991)

  Córdoba

 

0.4-0.8

 

Cabello de Alba (1992)

  Córdoba

 

1.1-3.9

 

Cabello de Alba (1996)

  Madrid

0.30

 

 

Moreno-Opo y Seoane (2004)

  Salamanca

0.67-1.87

 

 

Peris y Pescador (2009)

  Toledo

 

0.4

 

Moreno-Opo et al. (2009)

Dehesa cerealista

 

 

 

 

  Jaén

3.9

 

 

Rey et al. (1995)

Dehesa ganadera

 

 

 

 

  Jaén

0.3

 

 

Rey et al. (1995)

  Córdoba

 

 

+

Fernández y Cabezuelo (1993)

Acebuchar

 

 

 

 

  Sevilla

1.0-10.0

 

 

Cuadrado (1986)

Olivar

 

 

 

 

  Córdoba

0.4

 

 

Suárez y Muñoz-Cobo (1984)

  Jaén

0.3

 

 

Rey et al. (1995)

  Ávila

3.7

 

 

Sánchez (1991)

Campiña

 

 

 

 

  Vizcaya

5.0

 

 

Carrascal (1986)

  Ávila

6.9

 

 

Sánchez (1991)

  Ávila

17.4

 

 

Casanovas (1994)

Campiña costera

 

 

 

 

  Vizcaya

3.2

 

 

Fernández y Galarza (1986)

Setos

 

 

 

 

  León

 

0.7-2.7

 

Hernández y Alegre (1991)

Llanura cerealista

 

 

 

 

  Zaragoza

 

 

+

Tella et al. (1993)

  Segovia

0.3

 

 

Tellería et al. (1988)

Eriales

 

 

 

 

  Segovia

0.04

 

 

Tellería et al. (1988)

Cultivo extensivo

 

 

 

 

  Cádiz

 

0.3-0.5

 

Belmonte, J. (1993)

  Toledo

8.0

 

 

Moreno-Opo et al. (2009)

Cultivos de secano

 

 

 

 

  Valencia

0.3-1.2

 

 

Murgui (1998)

Regadíos

 

 

 

 

  Badajoz

 

 

+

Pérez (1975), de Lope (1983)

  Valladolid

1.6

 

 

Díaz et al.(1993)

  Palencia

1.6

 

 

Díaz et al.(1993)

  Ávila

10.0

 

 

Sánchez (1991)

  Valencia

 

3.3

 

Murgui et al. (2002)

  Valencia

11.3

 

 

Murgui (2010)

Naranjal

 

 

 

 

  Valencia

3.5-67.4

 

 

Gil-Delgado et al.(2002)

Parques ornamentales

 

 

 

 

  Madrid

7.4-26.4

 

 

Alonso y Purroy (1979)

  Barcelona

20.6-226.8

 

 

Batllori y Uribe (1988)

  Madrid

4.0-61.02

 

 

Moreno-Opo y Seoane (2004)

Calles arboladas

 

 

 

 

  Valencia

 

8.2

 

Murgui (2007)

Pueblos

 

 

 

 

  Segovia

59.0

 

 

Tellería et al. (1988)

 

Tabla 7. Valores de abundancia del Gorrión común en diferentes hábitats de España durante la época invernal.

 

Tipo de hábitat

aves/10 ha

aves/Km

Referencia

Humedal

 

 

 

  Valencia

 

1.3

Murgui et al. (2002)

Robledal

 

 

 

  Ávila

8.8

 

Sánchez (1991)

Olivar

 

 

 

  Ávila

0.8

 

Sánchez (1991)

Campiña

 

 

 

  Vizcaya

5.1

 

Carrascal (1986)

  Vizcaya

1.5

 

Tellería (1983)

  Vizcaya

5.3

 

Tellería (1983)

  Ávila

0.4

 

Sánchez (1991)

Campiña interior

 

 

 

  Vizcaya

1.5

 

Tellería (1983)

Campiña costera

 

 

 

  Vizcaya

5.3

 

Tellería (1983)

  Vizcaya

3.2

 

Fernández y Galarza (1986)

Pastizales

 

 

 

  Cádiz

3.9

 

Arroyo y Tellería (1983)

Cultivos de regadío

 

 

 

  Ávila

13.2

 

Sánchez (1991)

  Valencia

 

18.4

Murgui et al. (2002)

  Valencia

23.8

 

Murgui (2010)

Parques ornamentales

 

 

 

  Madrid

2.6-12.6

 

Alonso y Purroy (1979)

Calles arboladas

 

 

 

  Valencia

 

5.5

Murgui (2007)

Pueblos

 

 

 

  Segovia

161.0

 

Tellería et al. (1988)

 

Tamaño poblacional

La población de Gorrión Común en toda Europa se estima entre 63 y 130 millones de parejas (BirdLife, 2004). La estima del tamaño poblacional de la especie en España presenta diferencias muy acusadas dependiendo de los estudios (Tabla 8).

 

Tabla 8. Población de Gorrión Común en España estimada por varios autores. Las estimas se presentan por orden cronológico.

 

Periodo de censo

Individuos (millones)

Parejas (millones)

Referencia

1975-1990

-

9.31 – 10.00

Sánchez Aguado (1997)

1998-2001

-

2.23

Molina (2003)

2004-2006

149 – 178

-

Carrascal y Palomino (2008)

 

Carrascal y Palomino (2008) desglosan los datos de la población española de gorriones comunes para las diferentes comunidades autónomas peninsulares (Tabla 9). Paralelamente, a partir de datos diferentes obtenidos en el periodo 1999-2002, Herrando et al. (2008) calcularon el tamaño de la población de Gorrión Común en Cataluña (Tabla 2). No se disponen de datos para Baleares a excepción de la isla de Formentera donde es la especie más abundante con una población de 5.000 parejas (Wijk y Jaume, 1996). En Canarias se estima un máximo de 50 parejas (BirdLife, 2004).

 

Tabla 9. Población de Gorrión Común en las diferentes comunidades autónomas españolas.

 

Comunidad autónoma

Millones de aves

Millones de parejas

(Carrascal y Palomino, 2008)

(Herrando et al., 2008)

Andalucía

34.9-48.9

 

Aragón

10.7-18.6

 

Asturias

0.7-1.5

 

Cantabria

0.3-0.7

 

Castilla y León

20.1-30.1

 

Castilla-La Mancha

13.6-21.8

 

Cataluña

11.1-17.1

2.6-3.8

Comunidad Valenciana

9.0-15.4

 

Extremadura

17.0-25.2

 

Galicia

3.6-7.8

 

La Rioja

0.7-1.4

 

Madrid

1.1-1.7

 

Murcia

4.4-6.7

 

Navarra

1.3-2.2

 

País Vasco

1.2-2.3

 

 

Tendencia poblacional

En numerosos países y ciudades europeas se ha constatado un declive más o menos acentuado de la especie (De Laet y Summers-Smith, 2007; Shaw et al., 2008). En España los datos del programa SACRE para el periodo 1997-2009 (SEO/BirdLife, 2010) indican que la especie muestra un declive moderado con una disminución media de un 0.6 % anual (rango -0.1 a -1.2 %). El índice de productividad (la cifra de jóvenes capturados cada temporada en relación con el total de adultos y jóvenes capturados ese año) en base a 39 estaciones de anillamiento fue en 2009 de 45,9 + 1,3. La tendencia en el periodo 1998-2009 fue de incremento de 0,75 (Leal y Bermejo, 2011).

La tendencia poblacional a la baja descrita para el ámbito nacional parece quedar confirmada por estudios realizados en el ámbito local.

En Sagunto (Valencia) Gil-Delgado et al.(2002) constatan entre 1975 y 2001, una tendencia decreciente y significativa de la población estudiada en una parcela de naranjal de 16 Ha. En ese lugar, la población de Gorrión Común ha descendido desde 114 parejas reproductoras observadas en 1975 a únicamente 6 en 2001. En Valencia Murgui y Macías (2010) censaron mensualmente la población de Gorrión Común en 22 parques urbanos (118 Ha.) entre 1998 y 2008. En este estudio constataron una disminución poblacional del 70 % en 10 años, equivalente a un descenso medio anual del 15%.

En el Maresme (Barcelona) el número de aves registrados en dormideros entre 1984 y 2003 ha disminuido un 60 % (Cordero, 2004). En Valladolid, Balmori y Hallberg (2007) censando mensualmente 30 puntos de muestreo entre 2002 y 2006 constatan una reducción del 5 % anual.

 

Estatus de conservación

Categoría global IUCN (2009): Preocupación Menor LC (BirdLife International, 2011).

Se incluye en esta categoría debido a su amplio rango geográfico, su población total abundante y al hecho de que el declive poblacional observado no parece suficientemente severo como para  poner en riesgo a la población mundial en las próximas décadas (BirdLife International, 2011).

Categoría para España IUCN (2004): No Evaluado NE (Madroño et al., 2004)1.

En otros ámbitos geográficos, al socaire de la cada vez mayor evidencia de que la población de Gorrión común iba disminuyendo, su estatus cambia y es incluido entre las especies de interés para la conservación tanto en algunos países europeos (Eatonet al., 2008) como en Europa en general (BirdLife, 2004). En España, la especie no es considerada como cinegética pero tampoco está incluida en los catálogos de especies amenazadas o de interés, ni a nivel nacional ni en ninguna de las comunidades autónomas.

 

Factores de amenaza

Un estudio realizado en parques urbanos de la ciudad de Valencia durante el periodo 1998-2013 puso de manifiesto una disminución anual media del gorrión común del 11%. Durante el periodo de estudio aumentó la superficie de los parques y se produjo la pérdida de un 20% de superficie de solares y cultivos en la periferia, lo que pudo influir en el declive del gorrión común (Murgui, 2014)1.

Gorriones comunes de zonas urbanas presentan valores menores de hemoglobina y de capacidad antioxidante total que los de zonas rurales (Herrera-Dueñas et al., 2014)1.

Las causas que han llevado al declive de la especie en algunas ciudades y regiones europeas constituyen el tema de un vivo debate y de creciente indagación, sin que se haya podido dar una respuesta totalmente satisfactoria. Lo que sí parece claro es que los factores que, posiblemente, han llevado al declive de las poblaciones rurales son diferentes de los que operan sobre las poblaciones urbanas o periurbanas (Robinson et al., 2005; De Laet y Summers-Smith, 2007; Shaw et al., 2008). En España, la escasez de información sobre las tendencias poblacionales de la especie y sobre la variación temporal o espacial de otros parámetros (fertilidad, éxito reproductor, dieta…) hace difícil precisar las causas del declive registrado en algunas zonas.

Entre las causas no antrópicas, Senar y Copete (1995) analizaron la relación entre la supervivencia anual de una población de Gorrión común y las meteorología entre 1980 y 1986 en Tiana (Barcelona). De su estudio se desprende que el número de días con una temperatura inferior a 0 ºC constituía el factor determinante y que la tasa de supervivencia pasó de 0.50 en años normales a 0.17 en la temporada 84-85 cuyas temperaturas invernales fueron inusualmente frías. La meteorología no parece, sin embargo, explicar el declive de la especie en una parcela de naranjal en Sagunto (Gil-Delgado et al., 2002) y, posiblemente, tiene un efecto limitado sobre las poblaciones urbanas ya que en las ciudades el efecto de isla térmica seguramente atenúa el efecto de los descensos bruscos de temperatura.

Entre las causas antrópicas, Gil-Delgado et al. (2002) sugieren que los cambios en las prácticas agrícolas podrían estar detrás del declive poblacional observado en  naranjales de Valencia entre los años 1975 y 2001. Tal y como señalan, el Gorrión Común obtiene recursos directos o indirectos (invertebrados) de la cubierta herbácea que tapiza el suelo del naranjal, y esta cubierta ha ido disminuyendo con el tiempo  debido a la progresiva sustitución del riego mediante inundación por el riego por goteo, y al uso cada vez más frecuente de herbicidas.

El tipo de siembra tuvo también un efecto, aunque poco significativo, en las poblaciones asociadas a cultivos extensivos en Cádiz, de modo que la abundancia en las parcelas de siembra directa en las que la vegetación ruderal era eliminada mediante herbicídas era ligeramente superior a la de las parcelas donde la vegetación ruderal era eliminada mediante labrado (Belmonte, 1993).

Siguiendo en el ámbito rural, la aplicación de pesticidas puede, potencialmente, aumentar la mortalidad de la especie. Dos estudios comparando las comunidades de aves en encinares extremeños, antes y después de tratamiento realizado con malathion y  diflubenzuron para controlar plagas de insectos defoliadores, no hallaron evidencia de una reducción en la densidad de Gorrión Común tras el tratamiento (Cabello de Alba, 1992, 1996). En otro estudio realizado en Córdoba, la aplicación de plaguicidas y acarícidas sobre encinares tampoco parece que afectó a la especie (Fernández y Cabezuelo, 1993). No obstante, la aplicación de malathion y acarícidas para el control de las pulgas en cérvidos de un coto de caza en Cádiz, provocó una reducción del peso de los gorriones tras el tratamiento (Martínez-Haro et al. 2006).

Ya en ámbitos urbanos, Murgui y Macías (2010) sugieren varios factores como determinantes del declive poblacional observado en la población de Gorrión Común de la ciudad de Valencia entre 1998 y 2008. Por un lado, el declive ha coincidido con una fuerte expansión de la ciudad y la pérdida concomitante de zonas agrícolas y solares de la periferia o del interior del casco urbano, lugares positivamente seleccionados por la especie donde encuentra recursos tróficos de origen vegetal y animal (Murgui, 2009). Esta disminución de los recursos posiblemente compromete, por un lado, la supervivencia invernal de los adultos y, por otro, la supervivencia de los pollos, al reducirse la posibilidad de encontrar alimento de origen animal para la ceba. Además, el Gorrión Común utiliza profusamente los parques urbanos para alimentarse (especialmente el césped), de modo que alteraciones en este hábitat pueden haber afectado su viabilidad como espacios de alimentación. Se apuntan dos: el cambio en las técnicas de riego del césped que han pasado de la utilización de mangueras a la de aspersores, disminuyendo la abundancia de rodales más secos o deteriorados que parecen ser preferidos por la especie; el aumento de la población de palomas domesticas Columba livia en los parques, lo que ha llevado, posiblemente, a un aumento de la competencia.

Otros factores de amenaza podrían operar en las ciudades. Balmori y Hallberg (2007) apuntan a una disminución de la abundancia de gorriones en el medio urbano de Valladolid entre 2002 y 2006 paralela al aumento de la potencia del campo electromagnético generado por las antenas de telefonía móvil, circunstancia que induciría diversos cambios fisiológicos. En contraste, y a diferencia de lo que ocurre con otras especies de aves, las perturbaciones debidas al ruido del tráfico no parecen afectar al Gorrión Común cuya abundancia puede ser mayor en las inmediaciones de las carreteras con más volumen de tráfico (Brotons y Herrando, 2001; Peris y Pescador, 2004). Esta tolerancia no es sino una faceta más de su adaptabilidad a las perturbaciones de tipo antrópico (ver, por ejemplo, Remacha y Delgado, 2009).

Se ha observado en la ciudad de Sevilla un comienzo más temprano del canto matinal relacionado con el ruido (Arroyo-Solís et al., 2013)1.

Pese a lo mencionado, la presencia de edificios e infraestructuras y los vehículos asociados pueden también contribuir a la mortandad no natural de gorriones comunes, ya sea por atropello o por colisión.

En España, los atropellos en carretera de Gorrión común constituyen el 10 % del total de los atropellos a vertebrados y el 24 % de las aves atropelladas (CODA, 1993). Dependiendo del entorno (que a su vez influencia la abundancia de la especie) estas cifras pueden ser mayores.

Durante 1989 se registraron 49 gorriones comunes muertos por atropello entre un total de 379 aves en el tramo Orense-Os Peares de la carretera N-120 (González-Prieto et al., 1993)1.

López Redondo y López Redondo (1992) registraron 2.521 gorriones comunes entre un total de 10.288 aves y PMVC (2003) registraron 3.825 gorriones comunes entre un total de 16.036 aves1.

En las inmediaciones de un parque natural en Alicante, el Gorrión Común era el ave más atropellada representando el 21 % del total (Aragoneses, 1995); en una carretera de Toledo el 40 % de los atropellos correspondían al Gorrión Común y al Gorrión Moruno (Frías, 1999); en una carretera de Pamplona constituía el 67 % (Muñoz, 1998).  Era también la especie más frecuentemente atropellada en tres carreteras de Salamanca (Peris y Pescador, 2004), aunque los autores no cuantificaban el fenómeno.

En Portalegre (Portugal) se registraron 41 gorriones comunes muertos por atropello entre un total de 562 aves (Carvalho y Mira, 2011) 1.

La mortalidad de vertebrados asociada a la red ferroviaria ha recibido menos atención. Un estudio en diferentes tramos de vías de ferrocarril españolas (SCV, 1993), revela que de las 239 aves accidentadas, el Gorrión Común constituía el 4 %; la presencia de gorriones muertos en la línea férrea que atraviesa el municipio de El Escorial (Madrid) fue prácticamente testimonial (1 ejemplar) según los resultados de otra prospección (de La Peña y Leiva, 1997).

También el tráfico aéreo podría causar mortalidad no natural en la especie. Cano (1999) en un estudio de la mortandad de aves en la base aérea de Getafe (Madrid) estimó que, dado que el Gorrión común es abundante en el interior de las instalaciones, posee un riesgo medio de colisión con las aeronaves, si bien su magnitud no pudo ser cuantificada al no inspeccionarse las aeronaves después de los pequeños impactos.

Con respecto a la colisión con edificios o infraestructuras, un estudio realizado en 28 km de línea de alta tensión situada en Extremadura no detectó ningún gorrión muerto en 40 muestreos realizados entre diciembre y abril durante varios años (Alonso et al. 1994). Esta baja incidencia fue corroborada en una prospección de 9 km de líneas de alta tensión ubicadas en Extremadura y Huelva, donde se detectó únicamente un ejemplar muerto en 59 muestreos mensuales (Janss y Ferrer, 1998). Otras infraestructuras con las que puede colisionar la especie son los aerogeneradores de los parques eólicos. No obstante, existe poca evidencia de que esto ocurra o se produzca con frecuencia. En un parque eólico situado en la Ría de Bilbao no se encontró ningún cadáver de  Gorrión común  (Buenetxea y Garaita, 2006) ni tampoco en otro parque eólico situado en Málaga (Farfán et al. 2009).

 

Medidas de conservación

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Enrique Murgui Pérez
Grupo para el Estudio de las Aves
, G. V. Marqués del Turia 28, 46005 Valencia

Fecha de publicación: 1-08-2011

Otras contribuciones: 1. Alfredo Salvador. 26-07-2016

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