Arrendajo - Garrulus glandarius (Linnaeus, 1758)

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Portada

 

Identificación

 

Estatus de conservación

 

Distribución

 

Hábitat

 

 

Voz

 

 

Movimientos

 

Ecología trófica

 

Biología de la reproducción

 

Interacciones entre especies

 

Comportamiento

 

Bibliografía

 

 

 

Key words: Jay, habitat preferences, abundance, status, threats.

 

Hábitat

El Arrendajo es una especie eminentemente forestal (Rufino, 1989; Vázquez, 1997; Díaz et al., 1998), generalista en cuanto a su selección, ocupando todo tipo de hábitat (Tellería et al., 1999; Vázquez, 2003). Los únicos requerimientos para el asentamiento de la especie son cierta madurez y extensión de los bosques. Así, es poco abundante en zonas en las que el bosque aparece en forma de pequeños fragmentos (Díaz et al., 1998, Brotons y Herrando, 2001; Santos et al., 2002). La ocupación de los fragmentos durante la época reproductora se relaciona con la superficie del bosquete y su distancia a masas boscosas extensas o a formaciones vegetales que pueden ser utilizadas como corredores por la especie (e.d., sotos fluviales). El área mínima de los fragmentos para el asentamiento del Arrendajo aumenta hacia las zonas más meridionales de la península (Santos et al., 2002). También es más escaso en los bosques más termófilos de la costa mediterránea donde busca orientaciones norte en las laderas de las montañas (Muntaner et al., 1983; Plegezuelos, 1992). En cuanto al uso del hábitat explota con frecuencia los ecotonos forestales (Ceballos y Purroy, 1981; Tellería et al., 1999).

Durante la época de reproducción tampoco presenta una marcada preferencia por un determinado tipo de formación vegetal. Algunas obras generales muestran discrepancias al respecto, la selección de bosques de frondosas frente a coníferas (Rufino, 1989; Tellería et al., 1999), parece coincidir con el área de distribución de la subespecie G.g. glandarius, con preferencia por robledales frente a otros bosques en Álava (Fernández, 2003), en Navarra (Elosegui, 1985) y en el Norte de Portugal (Moreira et al., 2001), pero también existe una preferencia por quejigares y robledales en Sierra Nevada (Zamora y Camacho, 1984a y b; Pleguezuelos, 1992). Mientras que la preferencia por los bosques de coníferas frente a frondosas (Vázquez, 2003) se da en zonas por la que se distribuye la subespecie G. g. fasciatus, en las sierras del centro peninsular (Guadarrama, Díaz et al.,1994; Gredos, Sánchez, 1991 y Montes de Toledo, Álvarez y Santos, 1992) y en Cádiz (Finlayson, 1992), pero también en Andorra, área ocupada por la subespecie nominal (Anónimo, 2002). Posiblemente las selecciones locales de los distintos tipos de bosque se deban más a determinados atributos ambientales de las formaciones que a una selección diferencial de las dos subespecies. Lo que si parece claro es que durante esta época parece preferir zonas del bosque con escaso o nulo desarrollo del sotobosque (Anónimo, 2002; Brotons y Herrando, 2001; Herrando et al., 2003; véase, sin embargo, Álvarez y Santos, 1992)

Por otro lado, el Arrendajo parece presentar un uso estacional de los distintos hábitats, refugiándose en bosques de frondosas, especialmente fagáceas, durante el invierno en busca de mejores condiciones térmicas, al encontrarse estos bosques a menor altitud (véase el apartado de Movimientos) y utilizar el recurso alimenticio de las bellotas abundantes durante esta época en esas formaciones (Sánchez, 1991; Elias et al., 1998; Bonal, 2002, véase, sin embargo, Díaz et al., 1994; Fernández, 2003). Similar patrón de uso estacional del hábitat se ha obtenido en Italia (Patterson et al., 1991).

 

Abundancia

La abundancia de la especie se relaciona con la complejidad estructural y madurez de los bosques (Herrando et al., 2003), aunque a partir de un determinado umbral los valores ya son elevados (Vázquez, 2003). En áreas con fragmentos forestales dispersos de distinta extensión la densidad regional que alcanzan sus poblaciones son bajas (Díaz et al., 1998; Brotons y Herrando, 2001; Santos et al., 2002).

La abundancia de arrendajos se correlaciona positivamente con la cobertura forestal y con variables de heterogeneidad del paisaje y negativamente con la cobertura de matorrales (Pons y Pausas, 2008).1

A pesar de que la especie es más abundante en el norte de la Península Ibérica, las densidades ecológicas máximas datas durante la época de cría se dan en muestreos realizados en medios forestales de la mitad meridional de la Península (Tabla 1). La densidad máxima se ha datado en un robledal de Quercus pyrenaica, seguida de un encinar de Q. rotundifolia; ambos situados entre los 1500 y los 1800 m de altitud en Sierra Nevada (Zamora y Camacho, 1984a y b). Las siguientes densidades corresponden a pinares de Pinus pinaster en los Montes de Toledo, situados a una altitud de entre 800 y 1300 metros (Álvarez y Santos, 1992), con lo que tampoco existe una clara diferencia entre coníferas y frondosas en cuanto a las abundancias de Arrendajo que presentan.

Se han registrado valores de abundancia en el piso cantábrico de 25,6 aves/km2 en pastos arbolados superiores a 750 m de altitud, 19,2 aves/km2 en hayedos, 13,1 aves/km2 en robledales y 12,6 aves/km2 en riberas arboladas. En hayedos pirenaicos se ha registrado una abundancia de 16,1 aves/km2. Se han registrado valores de abundancia en el piso supramediterráneo de 21,3 aves/km2 en pinares superiores a 1.250 m de altitud y 13,8 aves/km2 en robledales (Carrascal de la Puente y Palomino Nantón, 2008)2.

 

Tabla 1. Listado de las 15 densidades máximas datadas en aproximadamente 250 censos realizados por toda la Península Ibérica. Aparece la formación vegetal a la que corresponden y la localidad.

Formación vegetal

aves/10 ha

Área

Referencia

Robledal

9,2

Sierra Nevada

Zamora y Camacho, 1984b

Encinar

8,4

Sierra Nevada

Zamora y Camacho, 1984a

Pinar (P. pinaster)

8,1

Toledo

Álvarez y Santos, 1992

Pinar (P. pinaster)

4,24

Toledo

Álvarez y Santos, 1992

Robledal

3,26

Álava

Fernández, 2003

Pinar (P. pinaster)

2,8

Galicia

Bongiorno 1982

Robledal

2,7

Galicia

Bongiorno 1982

Pinar (P. pinaster)

2,6

Sierra de Gredos

Sánchez, 1991

Pinar (P. radiata)

2,55

Álava

Fernández, 2003

Pinar (P. pinaster)

2,49

Toledo

Álvarez y Santos, 1992

Pinar (P. pinaster)

2,1

Sierra de Gredos

Sánchez, 1991

Melojar-Castañar

2,1

Salamanca

Tellería et al., 1997

Hayedo

2

Cantábrica

Costa, 1993

Matorral

2

Toledo

Álvarez y Santos, 1992

Pinar (P. pinaster)

1,66

Toledo

Álvarez y Santos, 1992

 

Tamaño de población

Durante el periodo 2004-2006 se han estimado las poblaciones españolas en 2.673.974 arrendajos (Tabla 2) (Carrascal de la Puente y Palomino Nantón, 2008)2.

 

Tabla 2. Tamaño de las poblaciones ibéricas españolas durante el período 2004-2006. Según Carrascal de la Puente y Palomino Nantón (2008)2.

 

Promedio

Intervalo de confianza 90%

Galicia

250.121

172.747 - 340.331

Asturias

144.702

98.114 - 200.761

Cantabria

27.749

14.124 - 42.955

País Vasco

60.136

43.318 - 80.811

Navarra

44.501

29.347 - 62.281

Aragón

191.493

134.391 - 255.349

Cataluña

382.443

274.213 - 509-412

Castilla y León

681.640

526.163 - 869.900

Extremadura

180.572

108.251 - 268.118

Castilla-La Mancha

364.574

271.097 - 471.466

Comunidad Valenciana

79.592

44.184 - 118.297

Andalucía

248.228

169.784 - 337.087

 

El número de parejas reproductoras estimado para España fue de 540.000 - 1.100.000 (SEO/BirdLife 2004). En Portugal el número oscila entre 10.000 y 100.000 parejas con unos efectivos estables en los últimos 40 años, mientras que el contingente reproductor en Andorra es de 300 – 400 parejas tendiendo a aumentar (Purroy, 1997; BirdLife International, 2004).

 

Estatus de conservación

Categoría global IUCN (2009): Preocupación Menor LC (BirdLife International, 2009).1

Categoría España IUCN (2004): No Evaluado NE (Madroño et al., 2004). 1

El Arrendajo no esta amenazado a nivel mundial, según los criterios de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN, 2004). Sin embargo, se piensa que existe una tendencia descendiente de sus poblaciones, a pesar de que sus efectivos no están bien cuantificados, que se aproxima al umbral de la IUCN para calificar a la especie como en declive. Por ello, el grado de amenaza de la especie aumenta un nivel pasando del mínimo “Riesgo bajo/Preocupación menor”, con la que fue calificada en las tres anteriores listas rojas (IUCN, 1988, 1994, 2000), a ser de “Preocupación menor”.

En cuanto a las poblaciones europeas, sus efectivos parecen ser estables desde los años sesenta hasta la actualidad (Vorisek, 2003), no presenta un apreciable grado de amenaza y su estado de conservación es favorable, por todo ello obtiene la categoría de no amenazada (Non-SPEC) en la valoración realizada por BirdLife para las aves de la Unión Europea (BirdLife International, 2004). Por otra parte, el Arrendajo aparece en el apartado dos del anexo II de la Directiva 79/409/CEE Relativa a la Conservación de las Aves Silvestres. Esto significa que la inclusión como especie cinegética dependerá del criterio de cada Estado miembro. En la actualidad la especie se puede cazar en Portugal (Decreto-Lei n.º 49/2005, de 24 de Fevereiro), en España las competencias en esta materia están transferidas a las comunidades autónomas y aunque en general ahora su caza no está permitida, lo estuvo hasta hace bien poco, o cabe la posibilidad de expedir autorizaciones especiales en alguna de ellas al considerarse especie “perjudicial” (Resolución MAB/2170/2002). En este sentido, actualmente sus efectivos están regulados en la Comunidad Valenciana donde se incluye al Arrendajo entre las ‘Especies Tuteladas’ de su catálogo de especies amenazadas, categoría en la que se incluyen las especies no amenazadas ni sujetas a aprovechamientos cinegéticos que puedan necesitar controles para evitar daños (Decreto 265, 1994).

En España la especie no está amenazada (Madroño et al., 2004), ni aparece en ninguno de los distintos grados de amenaza de los catálogos autonómicos de aves amenazadas, a excepción de las comunidades de Castilla-La Mancha y Extremadura donde la especie es declarada de ‘interés especial’, lo que quiere decir, que sin presentar un claro grado de amenaza es merecedora de una atención particular en función de su valor científico, ecológico, cultural o por su singularidad (Decreto 33, 1998; Decreto 37, 2001).

La tendencia poblacional muestra en España un ligero incremento en el último decenio (SEO/BirdLife, 2004).Tendencia poblacional creciente (4,7%) durante el periodo 1998-2006 (Carrascal de la Puente y Palomino Nantón, 2008)2.

 

Factores de amenaza

En la actualidad no existen factores concretos de amenaza para la especie, únicamente acontecimientos locales como la reducción, fragmentación o desaparición de los bosques la afectarían de forma negativa (Vázquez, 2003). Una causa de mortandad no natural para la especie son los atropellos en las carreteras, más frecuentes en los meses de verano (Junio – Septiembre) coincidiendo con los primeros movimientos de los jóvenes, pero sus valores no son excesivamente preocupantes (PMVC, 2003, Blanco et al., 2004).

López Redondo y López Redondo (1992) registraron 13 arrendajos entre un total de 10.288 aves y PMVC (2003) registraron 21 arrendajos entre un total de 16.036 aves muertas por atropello en carreteras de España.2  En el alto valle del Lozoya (Madrid) se ha registrado la muerte por atropello en carretera de un arrendajo entre un total de 191 aves (Espinosa et al., 2012)2.

En las sierras prelitorales de Cataluña se ha registrado la muerte por electrocución de dos arrendajos entre un total de 141 aves (Tintó et al., 2010)2.

 

Medidas de conservación

Los pinares quemados en los que no se extraen los troncos proporcionan un hábitat apropiado para el arrendajo (Castro et al., 2010). En ellos los plantones de encina son más abundantes que en bosques quemados en los que se extraen los troncos (Castro et al., 2012)2.

 

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César Luis Alonso Nuevo
Facultad de Ciencias del Medio Ambiente
Universidad de Castilla-La Mancha

Fecha de publicación: 3-04-2006

Otras contribuciones: 1. Alfredo Salvador. 24-02-2010; 2. Alfredo Salvador. 11-03-2016

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