Curruca mosquitera - Sylvia borin (Boddaert, 1783)

Para más información sobre cada apartado hacer click en:

 

Portada

 

Identificación

 

Estatus de conservación

 

Distribución

 

Hábitat

 

 

Voz

 

 

Movimientos

 

Ecología trófica

 

Biología de la reproducción

 

Interacciones entre especies

 

Comportamiento

 

Bibliografía

 

 

 

Key words: Garden Warbler, activity, home range, behaviour.

 

Actividad

Sin datos disponibles de la actividad diaria para esta especie en España. Se ignora el reparto del tiempo dedicado a la alimentación, el cuidado del plumaje, el descanso y otras pautas comportamentales.

 

Dominio vital

Sin datos disponibles del área de campeo o dominio vital para esta especie en España.

Solitaria y territorial durante la cría (Aymí y Gargallo, 2006) y más gregaria durante la migración y la invernada. El territorio es usado para el emparejamiento, nidificación y alimentación. La densidad de currucas depende del hábitat, de 0,7 territorios/km2 en campiñas a 5,8 territorios/km2 en bosques de Inglaterra. Se desconoce el tamaño del territorio en España y la influencia del hábitat. Su extensión también depende de la calidad del hábitat, oscilando en Inglaterra de 0,19 a 0,85 ha, con una media de 0,50 ha (Cramp, 1992). Presenta territorialidad frente a la curruca capirotada (Shirihai et al., 2001), pareciendo ser esta última la especie dominante porque, entre otras razones, la capirotada, que es básicamente presahariana, ocupa antes los territorios de cría que la mosquitera, que es migrante transahariana.

 

Comportamiento

Esta especie presenta ritmos endógenos, es decir, programados genéticamente, relativos a la dirección normativa de migración, la acumulación de grasa estacional, el cambio estacional de dieta de animal a frugívora, la muda, la distancia migratoria y la selección de hábitat de sedimentación durante sus migraciones (Berthold, 1984; Shirihai et al., 2001).

El fotoperíodo constituye la clave que sincroniza los ritmos endógenos con las estaciones.

Conducta

Su porte es horizontal, pero a menudo adopta una postura más derecha, especialmente cuando canta. Se esconde entre el follaje, pero ocasionalmente es más móvil y errática, efectuando brincos rápidos y largos. Otras veces progresa más pausadamente, a cortos saltos típicos de curruca. Más tranquila que la curruca capirotada Sylvia atricapilla, pero a veces similar, aunque carece de sus movimientos típicos de alas y cola y su vuelo normalmente es más pesado. Machos cantores bien ocultos en árboles o arbustos (Shirihai et al., 2001).

Conducta alimenticia

Las dietas frugívoras están asociadas a conductas de búsqueda de presas animales directamente sobre las ramas. Una mayor dependencia de frutos está relacionada con una dieta animal generalista y con una mayor versatilidad en la conducta de búsqueda de alimento (Jordano, 1981).

Rebusca insectos entre la vegetación, picoteando entre el follaje y las ramas, a veces cerniéndose o, más raramente, capturando insectos al vuelo. Normalmente en arbustos de hasta 6 m de altura, a veces hasta 20 m en árboles (Cramp, 1992).

Entre agosto y septiembre la curruca mosquitera se alimenta en las partes altas (6 – 9 m) del moral Morus nigra (Hernández, 2000).

Los frutos los arrancan habitualmente posadas. A veces también en vuelo por la fragilidad de las ramillas de especies como el arraclán (Hernández, 1993). Asimismo, frecuentemente las currucas se alimentan formando agregados en los que no son detectadas reacciones agresivas intra o interespecíficas entre individuos, llegándose a registrar hasta tres currucas mosquiteras y tres capirotadas juntas en el mismo arbusto. En ocasiones se producen ligeras agresiones en competencia por el alimento (aquí ; Sugranyes, 2007). Las currucas buscan el alimento en bandos, debido a que el método social de búsqueda de alimento es más eficiente para la explotación de recursos espacialmente impredecibles pero localmente abundantes (Thomas, 1979), el tipo de dispersión característico de los frutos en otoño e invierno.

Conducta migratoria

Orientación. La curruca mosquitera se orienta mediante las estrellas (aprendizaje con base innata) y el campo magnético terrestre (Shirihai et al., 2001). Las aves adultas también utilizan las claves topográficas.

Cruce del desierto. Esta especie ha sido el blanco de la controversia entre el cruce sin escalas del desierto y la alternancia de sedimentaciones diurnas y vuelos nocturnos. Las observaciones de campo demuestran claramente que la mayoría se sedimenta de día en lugares protegidos, incluso en pleno desierto, donde esperan inactivos, sin alimentarse, la llegada de la noche. La razón fundamental de ello es la de evitar la pérdida de agua que se produciría volando bajo las altas temperaturas diurnas, pero no la reposición de reservas, ya que las aves almacenan las suficientes reservas grasas para volar varias noches sin alimentarse. Por la noche la temperatura del desierto desciende a unos 10º C, temperatura a la que se minimiza la pérdida de agua por la respiración durante el vuelo activo (Shirihai et al., 2001).

Fisiología. En las etapas de vuelo activo durante la migración (por ejemplo en el cruce del desierto), las aves no solo queman grasa como combustible metabólico y pierden agua por la respiración, también son capaces de catabolizar el 19% de sus músculos del pecho y de las patas e incluso el 39% de los del tracto digestivo. Y lo más sorprendente, a los dos o tres días de la finalización del viaje pueden recuperar la masa muscular original. La razón de esta pérdida muscular reside en que las proteínas, pero no la masa muscular, son imprescindibles para la síntesis de los enzimas oxidativos encargados de la combustión de las reservas grasas durante el vuelo activo (Shirihai et al., 2001).

Emparejamiento

Se desconoce el grado de monogamia de las poblaciones de curruca mosquitera en España. En otros lugares la especie es monógama, a veces polígama sucesiva (Cramp, 1992). En el caso de desaparición de uno de los miembros de la pareja se ignora el tiempo de re-emparejamiento o la existencia de separaciones y sus causas.

Celo

El celo se manifiesta no más tarde de una semana después de ser escuchado el primer canto de curruca. Es muy escondediza y difícil de observar. Aun así, en el colmo de la excitación el macho se deja ver fuera de la cobertura vegetal con las alas entreabiertas, la cola desplegada en abanico y temblándole todo el cuerpo, tratando de entrar entre la vegetación donde la hembra lo hace retroceder. Posado en una rama se acerca, caminando lateralmente a la hembra, siguiendo las rápidas persecuciones que se producen antes del apareamiento (Noval, 1975).

Conducta agresiva

El macho defiende el territorio mediante el canto y la adopción de posturas ritualizadas (Cramp, 1992). En ocasiones se producen ligeras agresiones en competencia por el alimento: un ejemplo se puede observar aquí (Sugranyes, 2007), en el que dos currucas compiten en Vilanova i la Geltrú (Barcelona) por el alimento.

Selección sexual

Sin datos disponibles de la selección sexual, cortejo, competencia entre miembros del mismo sexo en el cortejo para esta especie en España.

Inversión y cuidado parental

La alimentación y el cuidado de los pollos por ambos adultos es continuo y silencioso, dejando de cantar el macho casi completamente cuando los alimenta. De este modo el desarrollo de los pollos es muy rápido y a los 9 días algunos completamente colicortos abandonan el nido y se colocan juntos en una rama cercana, donde continúan siendo cebados por los adultos. Con frecuencia la hembra los tiene agrupados y aunque ya no los cebe, toda la familia se mantiene unida, salvo el macho. Con relativa frecuencia en una segunda puesta están posados en el mismo matorral, donde uno de los adultos incuba y el otro alimenta a los jóvenes de la primera (Noval, 1975).

Gregarismo y estructura social

Sin datos disponibles sobre el grado de gregarismo social para esta especie en España. Estructura jerárquica inexistente o desconocida. No se han descrito los grados de dominancia.

Comunicación

Aunque la descripción del canto se conoce en detalle (véase Voz), no se dispone de información detallada sobre la comunicación visual o auditiva entre individuos. Se desconocen los gritos de alarma y si están asociados al tipo de molestia o predador.

 

Referencias

Aymí, R., Gargallo, G. (2006). Family Sylviidae, subfamily Silviinae. Pp. 693-709. En: del Hoyo, J., Elliot, A., Christie, D. A. (Eds.). Handbook of the birds of the World. Volume 11. Lynx Editions, Barcelona.

Berthold, P. (1984). The endogenous control of bird migration: a survey of experimental evidence. Bird Study, 31: 19-27.

Cramp, S. (Ed.). (1992). The birds of the Western Paleartic. Volume VI. Oxford University Press, Oxford.

Hernández, A. (1993). Variación temporal en el consumo de frutos de arraclán (Frangula alnus) por aves en el valle del río Torío (Cordillera Cantábrica, NO de España). Ardeola, 40: 21-26.

Hernández, A. (2000). Comensalismo entre Pinzones vulgares Fringilla coelebs y Estorninos negros Sturnus unicolor en el consumo de moras Morus nigra. Ardeola, 47: 89-92.

Jordano, P. (1981). Alimentación y relaciones tróficas entre los paseriformes en paso otoñal por una localidad de Andalucía central. Doñana, Acta Vertebrata, 8: 103-124.

Noval, A. (1975). El libro de la fauna ibérica. Naranco, Oviedo.

Shirihai, H., Gargallo, G., Helbig, A. (2001). Sylvia warblers. Identification, taxonomy and phylogeny of the genus Sylvia. Christopher Helm, London.

Sugranyes, P. (2007). Two birds eating a fig. En: The Internet Bird Collection. Lynx edicions. Bellaterra, Barcelona.

Thomas, D. K. (1979). Figs as a food source of migrating Garden warblers in southern Portugal. Bird Study, 26: 187-191.

 

Rafael J. Aparicio Santos
C/Juglares, 2C, 2ºA. 28032. Madrid

Fecha de publicación: 27-10-2009

Aparicio, R. J. (2016). Curruca mosquitera – Sylvia borin. En: Enciclopedia Virtual de los Vertebrados Españoles. Salvador, A., Morales, M. B. (Eds.). Museo Nacional de Ciencias Naturales, Madrid. http://www.vertebradosibericos.org