Sapo común - Bufo spinosus Daudin, 1803

Para más información sobre cada apartado hacer click en:

 

Portada

 

Identificación

 

Estatus de conservación

 

Distribución

 

Hábitat

 

Ecología trófica

 

Biología de la reproducción

 

Interacciones entre especies

 

Comportamiento

 

Bibliografía

 

Pdf

 

 

 

 

(C) I. Martínez Solano

 

Identificación

Sapo de aspecto robusto y tamaño grande, hasta 119 mm de longitud los machos y 145 mm las hembras, pudiendo excepcionalmente alcanzar los 180 mm. Cabeza más larga que ancha, con un hocico corto y bastante romo. Ojos grandes y prominentes, con pupila horizontal ovalada e iris de tono cobrizo o anaranjado, con manchas finas oscuras que pueden formar un retículo. Glándulas parótidas muy prominentes, de forma alargada y elíptica, que divergen posteriormente. Tímpano redondeado y poco aparente. Extremidades cortas y robustas. Tubérculos subarticulares dobles bajo los dedos de los miembros delanteros y bajo el cuarto dedo de las extremidades traseras. En los miembros posteriores presentan dos tubérculos metatarsianos, el interno de mayor tamaño, y palmeaduras interdigitales claramente desarrolladas.

Color de fondo pardo, rojizo o anaranjado. Diseño dorsal totalmente uniforme o jaspeado en marrones oscuros con manchas irregulares blancas o amarillentas. Vientre amarillento o grisáceo, con diseño uniforme o con un jaspeado oscuro.

Los machos son de menor tamaño que las hembras, y durante la época de celo desarrollan callosidades nupciales de color marrón oscuro en los tres dedos interiores de las manos y en el tubérculo carpiano, además de palmeaduras más extensas de lo habitual entre los dedos posteriores.

 

Estatus de conservación

Categoría global IUCN: No catalogada.

Categoría IUCN para España (2002): Preocupación Menor LC.

Incluida en el anexo III del Convenio de Berna como especie que requiere medidas especiales en su gestión. Uno de los pocos anfibios ausentes del Catálogo Nacional de Especies Amenazadas (Real Decreto 139/2011 de 4 de febrero). Catalogada como especie de “Preocupación menor (LC)” en Portugal (2006).

Diversos indicios procedentes de diferentes regiones apuntan a que podría estar sufriendo un declive más o menos generalizado, especialmente en las zonas más áridas de la Península, como consecuencia de la falta de hábitats apropiados.

 

Distribución

Se extiende por el noroeste de África, Península Ibérica y sur y oeste de Francia. Queda por determinar la zona de contacto con Bufo bufo, pero probablemente su distribución incluya también gran parte del centro de Francia. En la Península Ibérica presenta una distribución muy amplia, estando citada en todas las provincias españolas y portuguesas. Está introducido en la isla de Ons.

 

Hábitat

Ocupa todos los hábitats peninsulares, desde las áreas termomediterráneas a la alta montaña eurosiberiana o crioromediterránea, apareciendo sobre cualquier substrato geológico. Se encuentra en turberas de montaña, lagunas glaciares, embalses, ríos y arroyos en áreas abiertas, bosques de coníferas y caducifolios, zonas de matorral mediterráneo, estepas, ramblas mediterráneas, zonas de cultivos y áreas urbanas. Especie muy terrestre, únicamente acude a los medios acuáticos para reproducirse. Prefiere masas de agua profundas, estables, duraderas y con vegetación acuática. En zonas montañosas también utiliza charcas pequeñas y arroyos, siempre que sean estables. No obstante, en zonas áridas del sur es capaz de aclimatarse a la temporalidad de los medios acuáticos disponibles. Se encuentra desde el nivel del mar hasta los 2.600 m en los Pirineos.

 

Ecología trófica

Los adultos presentan una dieta bastante diversa en la que dominan los himenópteros, y en especial las hormigas, además de los coleópteros. Se alimentan también de otros grupos de insectos, como ortópteros, dermápteros y dípteros, además de lombrices, arañas y pequeños crustáceos terrestres. También pueden consumir pequeños vertebrados como crías de roedores, paseriformes pequeños y juveniles de lagartijas y salamanquesas.

Las larvas, dado que apenas nadan sino que habitualmente reposan sobre el fondo de las charcas, se alimentan fundamentalmente del perifiton que raspan de las plantas o piedras sumergidas, y solo ocasionalmente pueden consumir el plancton y otras partículas suspendidas en la columna de agua.

 

Biología de la reproducción

El inicio del periodo de reproductor es muy variable a lo largo del rango de distribución de la especie, yendo desde diciembre en algunas áreas meridionales hasta mayo o junio en la alta montaña del centro y norte peninsular. Muestran una alta filopatría, retornando a los mismos lugares de puesta año tras año. Los machos son los primeros en acudir a las charcas, donde esperan a las hembras. Existe una alta fidelidad en relación con los sitios de puesta, llegando los animales a recorrer varios km desde sus zonas de hibernación hasta sus lugares de cría habituales. Los machos carecen de saco vocal, por lo que su canto, compuesto de sonidos cortos y poco llamativos, apenas es audible a media distancia.

El amplexus es axilar. En su camino a las charcas, algunas hembras son interceptadas por machos y llegan apareadas. Debido al gran sesgo en la razón de sexos en favor de los machos, existe una elevada competencia entre éstos por aparearse, lo que motiva la aparición de luchas en las que los machos solitarios tratan de desplazar, empujando con sus patas y su cabeza, a los que están apareados. Los machos de mayor tamaño tienen más probabilidades de éxito en estas luchas, y de ahí que los individuos pequeños tiendan a esperar a las hembras fuera de las charcas para poder aparearse antes de ser desplazados, mientras que los ejemplares más grandes suelen esperar en las charcas. La fuerte competencia entre machos también origina la aparición de amplexos múltiples en los que varios machos se agarran a la vez a una misma hembra, la cual corre riesgo de morir ahogada o exhausta al no poder soportar el peso de tantos machos. Igualmente, no es infrecuente la aparición de intentos de amplexus entre machos, con individuos de otras especies e incluso con objetos inertes.

Los huevos se disponen en cordones dobles de unos 10 mm de anchura y hasta varios metros de longitud que suelen depositarse sobre la vegetación, en zonas profundas y bien insoladas. Los huevos son totalmente negros y su diámetro puede alcanzar los 3 mm. El tamaño de puesta oscila entre 3.000 y 5.000 huevos, aunque algunas puestas superan los 10.000 huevos. Por término medio, el desarrollo embrionario dura entre 4 y 14 días y el desarrollo larvario entre 55 y algo más de 100 días, si bien en ambos casos las condiciones ambientales, especialmente la temperatura, tienen una gran influencia en la tasa de desarrollo. Por lo general, los machos son sexualmente maduros al tercer o cuarto año de vida y las hembras al cuarto o quinto.

 

Interacciones entre especies

Dadas sus preferencias por medios acuáticos permanentes, no suelen coincidir en el hábitat con otras especies de anfibios. Sin embargo, en zonas en que ocupan medios temporales, se han detectado casos de competencia por los recursos espaciales con larvas de sapillo pintojo ibérico, rana verde común y sapo corredor.

Ente sus depredadores se cuentan tanto aves medianas a grandes tales como cigüeñas, milanos, ratoneros, águilas pequeñas y rapaces nocturnas, como ofidios, destacando entre éstos la culebra de collar. Sin embargo, los depredadores con mayor incidencia son los mustélidos, y en especial la nutria, que en una sola noche puede consumir varias decenas de animales.

En cuanto a las estrategias antipredatorias, pueden segregar sustancias tóxicas por sus glándulas parótidas que terminan extendiéndose por toda la superficie corporal. También ante el ataque del depredador, pueden llenar de aire sus sacos linfáticos para aumentar el tamaño corporal, al tiempo que se levantan sobre sus patas posteriores y enseñan la parte dorsal de su cabeza con fines intimidatorios.

Algunos mustélidos han desarrollado una estrategia para manipular a los sapos evitando el contacto con las secreciones tóxicas de las glándulas parótidas, que consiste en que el depredador realiza una incisión ventral, para posteriormente darle la vuelta a la presa como si se tratara de un guante vuelto del revés. 

 

Patrón social y comportamiento

Pasan el invierno enterrados, utilizando galerías de roedores o huecos bajo las raíces de los árboles. Durante el periodo reproductor, la mayor parte de los adultos se concentra en las charcas, periodo tras el cual aumenta progresivamente el número de individuos que puede localizarse en tierra. En otoño los animales se desplazan hacia sus lugares de invernada. Este patrón temporal puede verse modificado en función de la climatología, especialmente en zonas meridionales con inviernos suaves, donde la actividad es prácticamente continua a lo largo del año. La actividad es generalmente nocturna, aunque durante la época de reproducción los adultos se mantienen activos también durante el día, y está influenciada por diferentes factores ambientales entre los que destaca la temperatura ambiental, y también la humedad relativa, las precipitaciones y las condiciones de viento.

El tamaño de las áreas de campeo es muy variable entre individuos, yendo desde unos pocos metros cuadrados hasta más de una hectárea. Los dominios vitales de diferentes individuos se solapan ampliamente entre sí, no existiendo indicio alguno de territorialismo.

Manuel E. Ortiz-Santaliestra
University of Koblenz-Landau, Institut for Environmental Sciences
Fortstra
βe 7, Building C1, Room 101b, D-76829 Landau

Fecha de publicación: 4-04-2014

Revisiones: 7-04-2014

Versión 30-10-2014

Ortiz Santaliestra, M. E. (2014). Sapo común – Bufo spinosus. En: Enciclopedia Virtual de los Vertebrados Españoles. Salvador, A., Martínez-Solano, I. (Eds.). Museo Nacional de Ciencias Naturales, Madrid. http://www.vertebradosibericos.org/